Tiene mi trabajo pocas
cosas buenas, y aún menos cosas interesantes, pero a veces te da esa
posición, ese punto de vista, desde el que observar una serie de
comportamientos humanos, humanísimos, en los que, desde otra situación
laboral cualquiera, no repararías.
Tenía ganas de contaros lo
de Carrefour, que no es sólo "lo de Carrefour" sino también la forma en
que la gente percibe ciertos comportamientos comerciales de las
empresas.
Desde hace meses ya, 7 u 8, al menos, Cepsa, la
empresa donde yo laboro, ha firmado una acción comercial con Carrefour
en virtud de la cual el 4% del importe de tus repostajes (con ciertos
límites que no viene al caso ahora detallar) se guarda en el denominado
"cheque ahorro" que Carrefour reparte trimestralmente entre los socios de
su Club de fidelización. Objetivamente, es una buena promoción para el
consumidor: alguien que reposte 50€ semanales (y mucha gente lo hace, si
no más...) reunirá cerca de 30€ para gastar en Carrefour. No está mal.
Lo
que me llama la atención no es la acción promocional, sino la reacción
de algunas personas. Nosotros, los expendedores rasos, tenemos la obligación
de preguntar, si el cliente no nos la presenta
motu proprio en el
momento del pago, si tiene la tarjeta de Carrefour, pues hay que
presentarla en cada acto de compra si quiere uno beneficiarse de la
promo. Cuando lo preguntamos los que la tienen, nos la dan y punto.
Algunos te agradecen que se lo hayas recordado. Otros, es lo curioso, se
enfadan, y te la dan como quien tiene que pagar un impuesto o una tasa
y, normalmente, comentan algo del tipo "con tanta tarjeta uno no se
aclara" o "pásala, aunque no sirve de nada". Reconozco que los
recalcitrantes son minoría entre los que tienen la tarjeta, pero lo que
es de verdad curioso es que no tener la tarjeta de Carrefour es una
especie de bandera, una causa. La gente que NO tiene la tarjeta, no se
limita a no tenerla, sino que hace gala de ello, te demuestran el
disgusto que para ellos supone el que puedas creer que ellos fueran
tan... tan... tan
flojos como para dejarse tentar por la dstribuidora
gala. Los que no tienen la tarjeta te lo dicen con firmeza, casi con
desprecio y muchos de ellos te hacen ver que no es que no la tengan, es
que no piensan tenerla y mentarles Carrefour es como mentarles La Bicha.
Si como me ha pasado hoy, tienes tiempo, y humor, para
discutir el asunto con alguno especialmente chinchoso y "le picas" un
poco, para tirarle de la lengua y que te entretenga un rato con una
discusión absurda, entonces sale a relucir ese odio casi ancestral que,
es cierto, despierta Carrefour en muchas personas.
3 comentarios:
¡Me encanta!!!!! Nosotros tenemos que justificarnos cada vez que hacemos una promoción de captación, y se queja gente que en su día ya se benefició de otra promoción....... La captación de clientes es ilícita, el que peligren nuestros puestos de trabajo no, esto es normal con la crisis. Antes me angustiaba pensando en las quejas, ahora, después de haber vivido un traspaso y estar a punto de perder mi trabajo, me he vuelto indolente.
Ana, los únicos puestos de trabajo por los que es lícito luchar son los que salen en el telediario porque están en huelga. Los otros son... bueno, no importan demasiado.
Un saludillo.
Tiene que haber de tó, mientras sean minoría.
besazo:
Mal
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