viernes, octubre 26, 2007

Rodolfo sin Luz (meme a traición)

Despierta, mi vida



The dream is over... Después de la experiencia sensorial del sonido Vanidoso de "Es por mí", volvemos a la cruda y chapucera realidad. Volvemos al WolffoSound, el sonido casero y endemoniado. Pero veamos si somos capaces de hacer abstracción del sonido y nos centramos en las tripas, ¿sí?
Esta canción es una obra maestra de Luz. No sé si Luz Casal es la compositora, pero su forma de cantar es tan, tan increíble, que cualquier canción que ella cante se convierte en suya. Creo que es, sin ninguna duda, la mejor cantante que jamás ha habido en España, y una de las mejores vocalistas del mundo. Adoro a Luz.
Un ser maravilloso me dijo un día que le gustaría escuchar esta canción cantada por mí. Sin duda, sin ninguna duda, esta canción supera mi capacidad, mas, qué quieres, soy incapaz de no dejarla aquí
cantada. Es por ti, ya sabes. Y, al escucharla, no puedo pensar otra cosa que no sea: lo siento.
Toco con guitarra eléctrica, pandereta y bajo. Y a la primera, dejando los fallos... y los aciertos,
que también los hay, claro, faltaría más...


Apagado Rodolfo, ida la luz de su vida, paradójicamente, empezó a brillar, al menos para aquéllos que le rodeaban. Pareciera que el dolor le daba un esplendor inesperado. Llegaron a su vida noticias de éxito sorprendente ahora, de cosas que parecían pertenecer a otra exitencia, a una vida anterior, tal vez, al tiempo en que Rodolfo era premiado por Luz.

No es simpleza, sino realidad. Rodolfo es mucho más reflejo de lo que Luz cree y ésta, a su vez, posee una materia superior e independiente de la soñada por Rodolfo. Consistente, sólida y acariciable, la carne iluminada de su amada vuelve, recurrentemente, a los sueños nocturnos de Rodolfo, a sus ensoñaciones cotidianas: piensa en ella a todas horas, aun cuando, oficialmente, en el noticiero de su imaginación, los boletines repiten una y otra vez: Rodolfo, ya sin Luz, trata de adpatarse... o bien, Rodolfo, a oscuras, lucha por conseguir...

Un día, un día de esos que a nadie nos gusta pasar, Rodolfo intentó afinar el aire con la luz del día, y se quemó, porque aún la Luna-fuego no se había escondido y su fulgor inopinado a plena Luz (del día), chamuscó sus retinas. No volveré a cantarte, amor, se dijo entre dientes, con la esperanza de que le oyera y desapareciera esa luna diurna, e intentó hacerle ver que ya había dejado de llorar.

Intento inútil, por cuanto a Luz no es que no le importara, ya, es que ni siquiera estaba mirando, o escuchando al patético (esta vez sí, patético) Rodolfo, que seguía cantando, como un idiota, mirando hacia otro lado, pero con el rabillo del ojo puesto en Luz por si a ésta se le ocurría mirarle. Y repetía una y otra vez la misma canción que ella, un día, le pidió que cantara.

Rodolfo no tiene Luz. A veces, las cosas son sencillamente así. Existe Luz, está ahí, a su lado, pero a Rodolfo no le ilumina, y él ni siquiera lo advierte. Ni la refleja. Es como si para él, sencillamente, se hubiese hecho de noche y terminado definitivamente la Luz.

Ahora, tal vez, me puedes leer. Puedes escucharme, quizá, y hacer que te repita los estribillos una y otra vez, pero ya no me das Luz. Ahora soy el pobre idiota que no sabe a do camina, pero que no deja de caminar; como un borracho, por el largo y tortuoso camino de los despistados, tropiezo con pedruscos que hacen de hito y en el recodo, a veces, me siento y miro atrás. Y sólo así, mirando atrás, en ocasiones, vuelvo a tener Luz. El resto del tiempo, mientras avanzo soy ese que estás viendo: Rodolfo, sí, pero ya sin Luz.


Esta tarde, a eso de las 5 me han traído de Alemania esta guitarra electroacústica de 12 cuerdas. Después de pasar un par de horas afinándola (es duro), he decidido probarla con la misma canción de este post. Sencillamente, he sustituido las guitarras eléctricas por mi novísima acústica de 12 cuerdas de marca sospechosamente desconocida. Hay un sonido extraño, en el interludio musical, que también he hecho con la acústica nueva, pero reproduciendo al revés los golpeos del dedo en la cuerda. Queda flipante. Escucha, escucha...



Y aquí, si te da por ahí, te la puedes bajar:
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Listening to: Oasis - All Around The World
via FoxyTunes

miércoles, octubre 24, 2007

Presentando GolfaVanidad: la primera banda de rock cuyos componentes no se han visto jamás.



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Listening to:
BSO Subway - It's only mistery
via FoxyTunes
el_Vania aparece en Las Peroratas hace casi un año, diciendo que es nuevo y tal y cual y que nuestros gustos musicales son bastante parecidos, que le han gustado algunos posts... y acaba diciendo que él también tiene una bitácora, que si quiero, que le visite. Al leer el comentario, pienso, hala, otro más dándole al phising bitacoril. Bueno, el caso es que le visito y me cae bien desde el principio. Porque el_Vania, también conocido en los ambientes como Vanitas-Vanitatis, Vanitoide o Van, the man, debéis saberlo, es pura pasión. Tiene una capacidad terriblemente contagiosa de apasionarse por lo que le gusta y, como buen mañico, es contumaz como pocas personas.

El día 29 de noviembre de 2006, un día después de haber aparecido en Las Peroratas por primera vez, ya me propone una jam session virtual, que hagamos algo a medias, mandándonos los archivos por emilio.

Desde ese día, el_Vania no ha faltado a prácticamente ningún post y, a veces, me afeaba el hecho de que mi guitarra no estuviera bien afinada. Hay que tener la oreja muy bien puesta para eso, no creáis, y cada dos o tres posts me recordaba lo de la jam.

Van, the man, cuelga canciones en su blog, La Ciudad Nodriza, como yo. Pero ahí acaban las coincidencias. Vanitas es concienzudo en su trabajo y yo soy un chapuzas; ofrece sus canciones de una forma moderada, espaciándolas en el tiempo, para que sus lectores las puedan disfrutar y apreciar, mientras que yo abrumo al personal, tirándoselas a la cabeza a puñaos, no dándo ni tiempo a asimilar la cosa; el_Vania sabe tocar la guitarra como los buenos, y sabe lo que son las quintas y las novenas y las escalas, y yo sólo sé que hay que darle a las cuerdas para que suene; aunque tenemos gustos parecidos, nuestras músicas no pueden ser más dispares. Él investiga los sonidos, las estructuras y las tripas del rock, y yo confío más en la sencillez. Él es del Barça y yo madridista, es joven y yo viejo, es delgado y yo gordo, él es progre y yo fachilla... Eso sí, los dos amamos la música, e imagino que, en estos casos, eso es lo único que realmente importa. La amamos profundamente.

Así que no sé si él, realmente, esperaba que el pasado día 8 de octubre, le enviara un emilio diciéndole que tenía una idea para grabar juntos una canción. Pero respondió, claro, y no sabéis de qué manera.

Compuse esta canción un día, a principios de este otoño, pensando en que la música es el último refugio. Es una canción sobre la inspiración, la musa, el hecho de escribir canciones y lo que eso significa para mí. Desde que empecé a escribirla, pensé en el_Vania, en que él, como músico, como enamorado de la música, como yo, iba a entender la sencillez aparente y la profunda complejidad de este proceso que es atrapar el chispazo de la inspiración y convertirlo en una canción que ofrecerle al mundo.

Si eres Bono, o Bob Dylan, o McCartney, le ofreces tu canción a millones de personas en todo el mundo. Si eres Wolffo, se la ofreces a un puñado de gente maravillosa que, sin saber muy bien porqué, vienen una y otra vez a leerme y escucharme a este bendito rincón de la red. Es para vosotros.

Ahora podéis escuchar esta canción mientras nos véis la cara al Vanitoide y a mí mismo. El diseño de la portada es de Vanitas, y la foto me la sacó mi hijo Borja, bendito seas, que aguanta estoicamente y sin preguntar mis tonterías.

A ver qué os parece.

GolfaVanidad – Es por mí


powered by ODEO


(Como veo que hay problemillas con el reproductor de Odeo, pongo este cuyo mal funcionamiento no sorprende a nadie, pero que tan familiar resulta a los lectores de Las Peroratas)



(la letra en WolffoMusic)

La canción, que es un dueto puro, empieza con una guitarra española (con un colchón de sonido made in Vania de vinilo rascando) en un arpegio sencillo. Luego entran la batería, muy suave y dos guitarras más; una acústica suave y una guitarra eléctrica brillante y deliciosamente tocada que da el clima a la canción. Con el bajo, empiezo a cantar yo y en la segunda estrofa contrasta la voz clara y bien modulada de el_Vania.

En el estribillo nos damos la réplica y nos hacemos coros el uno al otro en una especie de festival de voces que me encanta. Del estribillo sale, increíblemente bonito, el primer solo de guitarra, brillante, melódico y demoledor. El interludio musical acaba en precioso duelo de guitarra y bajo que se calman en fade out. La canción se recoge sobre sí misma y vuelve a empezar, repitiendo su estructura con un poco más de riqueza instrumental, y a buscar un estribillo recurrente, que se repite hasta el final, un poco apoteósico, lleno de guitarras, de voces, de teclados y de otra fantástica guitarra solista.

Para los curiosos, el_Vania toca las guitarras eléctricas, el arpegio en plan The Police que acompaña la canción entera y los dos maravillosos solos de guitarra; además, toca los teclados y se ha encargado de que todo suene haciendo el trabajo de mezcla, que es, podéis creerme, complicadísimo. En algunas partes tenía que mezclar casi una veintena de tracks y no es fácil, en serio. Por mi parte, yo he programado la batería (aunque el sonido de batería de verdad se lo ha dado el_Vania, que es único en estos menesteres), y he tocado las guitarras española y acústica y el bajo.

Nos hemos repartido la letra como buenos hermanos y quiero destacar lo bien que lo ha hecho mi amigo Van, the man, que la ha cantado con el corazón, venciendo con coraje (como John Lennon hiciera en su día con Twist and Shout) un resfriado agarrado a la garganta.

Gracias, Iván, amigo mío.
Y gracias a ti, por escucharla. Aquí puedes bajarla, si te ha molado:

GolfaVanidad-Es por mí

Y, si quieres conocer esta misma historia, pero desde el otro lado, pincha aquí, y verás qué bien...

El Planetoide




lunes, octubre 15, 2007

más de lo que tú ves

Paisajes 2007



Bueno, bueno, como un professioná, haciendo nuevas versiones de viejas canciones. Pero esta canción siempre me ha gustado. La escribí en un momento crítico, cuando, después de casi 10 años, volví a coger la guitarra y a pensar que no era malo tocar la guitarra y cantar, y escribir canciones y tal.
Me encanta esta canción. Es puro pop-rock con un toque inevitable de country. La melodía es potente, las guitarras, son poderosas y bonitas y la letra es, aunque esté mal que yo lo diga, fabulosa. Es, además, muy característica de mi forma de escribir, jugando con las polisemias y exprimiendo los significados no sólo de las palabras, sino de los sintagmas, de las construcciones, de los ritmos del lenguaje. Muchos de los versos tienen doble significado, dependiendo de dónde hagas las pausas, de dónde hagas las concordancias, los enlaces intelectuales de las palabras.
Esta canción debería mezclarla alguien que supiese hacer estas cosas, porque yo soy incapaz. Hay hasta cinco guitarras haciendo cosas distintas todas ellas; un bajo dibujando una melodía maravillosa; piano y órgano tipo Hammond, armónica y voces, muchas voces, como siempre.
La letra, además, es muy larga y tiene una característica muy mía, que últimamente, me esfuerzo en ocultar: los estribillos son sólo musicales y la letra del estribillo no se repite. Voy a escribirla aquí abajo, para que puedas leerla, porque creo que vale la pena. Hay una figura poética recurrente que me cautivó desde que la ideé que es "el paisaje de tu ausencia". Algo realmente hermoso, ¿verdad? Lo que se ve cuando el ser amado no está. Hermoso y tristísimo, claro.
A ver si te gusta. Y si la quieres para ti, pincha el título para bajarla


Después de tanto tiempo ausente en mi país
me acostumbré a no tenerte para mí
después de todo lo vivido, y lo por vivir,
después de todo eres, sin estar aquí

Todo cuanto tengo es un recuerdo de tu voz
y el paisaje de tu ausencia se hace cada vez mayor
siento tanto miedo, siento tanto miedo
que huyo hacia los montes del dolor

El horizonte lo inventaste para mí
y el desierto en mis brazos floreció
la tundra que mi aliento lento calentó
y el valle donde el río blanco se ocultó

El cielo de tu boca, de luz quise llenar
pero el paisaje de tu ausencia, no se puede abarcar
es tanto el desengaño, y aún me hace tanto daño,
hundido en el mar de tu canción

El paisaje de tu ausencia se ausentó
cuando tu presencia presentó
credenciales que mi amor no se creyó
y así, matando, nació esta canción

tu boca es una isla aislada de sabor
y en tu piel, como en la hierba, me he tumbao,
ti alma es niebla, que nubla mi razón
y mi alma toda es un volcán desesperao

ponte a tiro princesa, que te voy a atacar
y el paisaje de tu ausencia, de ti se va a llenar
ya no siento miedo, ahora sólo tiemblo
de frío en el mar de tu canción

El paisaje de tu ausencia se llenó,
mi ventana, de no verte, se cerró
mi dolor de no tenerte se marchó
y así, marchando, nació esta canción.


No todo es vanidad. No todo. Mira a Lola, mírame a mí, por ejemplo. Lola sigue sonriendo, al otro lado de la sala, mientras lee el emilio que acabo de mandarle. Me gusta ligar con Lola. Se deja. Trae faldas cortísimas, jerseys ajustadísimos y le impresiona oírme hablar. Así que en cuanto le escribí dos cartas se derritió. Dice que uso un lenguaje muy elevado, culto, muy diferente del que usan los demás. Los demás son los jovencitos que la llevan y la traen los fines de semana, los que, me cago en ellos, se acuestan con ella y la divierten.

Soy Maldito Jueves junior, aunque soy ya un hombre mayor. Trabajo en el Departamento de Pedidos de Pomposous Meretrix, Inc., la mayor empresa de Catering Sexual del mundo. No nos dedicamos a la prostitución, no, por dios, lo nuestro es el Cariño Corporativo, un nuevo concepto en servicios auxiliares para la empresa. Imagine que usted, responsable de expansión de una empresa fabricante de componentes para el automóvil organiza una reunión de esas de fin de semana con el departamento de desarrollo de Alfa Romeo. Sabe que están desarrollando un nuevo automóvil, revolucionario, que en todo el sector se comenta que va destrozar el mercado. Usted, su empresa, tiene las escobillas limpiaparabrisas perfectas para ese modelo (y de paso, para el resto de la gama) y necesita cerrar ese acuerdo. Probablemente, su departamento comercial esté formado por personas feas y anodinas, técnicamente muy solventes, pero lastimosamente aburridas, poco dotadas y demasiado inhibidas para lo que este mundo necesita. No se deprima, no, que el departamento de desarrollo de Alfa Romeo. Al lado del suyo, es un cementerio de colgaos. Ellos no tienen que ser nada de eso, basta con que desarrollen bien, y se limitan a eso.

Entonces usted, en lugar de ponerse nervioso bajando los márgenes de beneficio hasta niveles suicidas, llama a Pompososus Meretrix Inc. (PMI), y verá lo que pasa. A cada uno de sus competentes y agresivos vendedores, se le asignarán dos apuestos y simpáticos ayudantes de PMI. Estos ayudantes irán un par de veces a su oficina, para que los vendedores les instruyan en los rudimentos básicos del producto que van a intentar vender.

Una vez instruidos, los ayudantes se mostrarán sumamente receptivos a las sonrisas y miradas de los desarrolladores de Alfa Romeo. Son, todos ellos, expertos en SOO (Sexo Oral Ocasional) y UPMF/UDMF (Una Paja Mientras Firmas/Un Dedo Mientras Firmas). Son simpáticos, complacientes, flexibles, buenos fingidores, resistentes. Mientras usted trata de convencer a la jefa de desarrollo, un apuesto ayudante jugueteará bajo la falda de su interlocutora y esta, sencillamente, querrá terminar pronto para acostarse con nuestro agente.

Esto es el Catering Sexual. Muy distionto de la prostitución, como todo el mundo puede ver.

Lola no es agente. Ni yo, Yo ya he dicho que trabajo en el departamento de pedidos, como Lola, pero de ella no lo había dicho, así que lo voy a decir dentro de poco. Tonteo con Lola, porque ante Lola mi barriga, mi calvicie, mis gafas gruesas y mi estilo, pasadísimo de moda, de vestir, me hacen un ser inofensivo. Y se deja, de vez en cuando, tocar el culete un poco. Lola, no lo había dicho aún, me parece, trabaja en el departamento de pedidos, como yo. Todos quieren a Lola, todos la desean, quiero decir, por eso que he comentado de las faldas y los jerseys. Yo también. Yo tengo a mi favor que trabajo en el mismo departamento que ella, el de pedidos, por cierto, por si no lo había mencionado todavía. Eso, trabajar en el mismo departamento, nos hace, en cierto modo, cómplices, como le gusta decir a Isabel Gemio, cuyo programa le encanta a mi mujer y me tortura los sábados y los domingos por la mañana con sus tontunas. La odio. Las odio, vamos.

No me imagino a Lola un sábado por la mañana oyendo a Isabel Gemio, como yo, mientras paso el aspirador. No, ella estará entre las sábanas de algún príncipe eslavo, maldiciéndose por su inane superficialidad, pero con el potorrillo satisfecho, seguramente.

Yo paso el aspirador para quitar telarañas, trato de que mis hijos recojan algo de la casa y no se rían demasiado de mí y sueño con publicar esa gran novela que llevamos dentro todos los gilipollas del mundo. Y cuando la publico, claro, me entrevista Isabel Gemio, que se corre literalmente ante un escritor, y yo, brillante, ocurrente, genial, la dejo en ridículo ante millones y millones de oyentes que, esa mañana, esperaban ansiosos una buena ración de grandes frases para la historia.

En el otro extremo de la ciudad, Lola despierta de una noche especialmente agitada, y tiene ganas de hacer pis, muchísimo pis. Sale corriendo de la cama, donde ronca un muchachote de aspecto italianizante de enormes pies pero, Lola lo recuerda bien, pito escaso y más escasa conversación. Porque era de aspecto italianizante, pero nativo de Móstoles, en realidad, y bastante idiota,m para qué vamos a engañarnos.

Mientras Lola, sentada, mirando al vacío, deja que las aguas vuelvan a su cauce, enciende la radio y oye a Isabel Gemio gemir de gusto ante las respuestas sagaces de un escritor cuya voz le resulta conocida. Cuando se da cuenta de que es su querido Maldito Jueves (o sea, yo) se pone tan nerviosa que levanta un poco el culo y salpica un poco el aro del retrete, con lo que se rompe un mito, señoras, no sé si me explico.

Lola me oye reírme de la Gemio genial y displiciente, sabrosillo y tropicalón, fastuoso, predicativo, obvio y telemático. O sea, yo, en mi mejor versión.

Sale corriendo de la casa esa donde estaba que era la suya, dejando al mostoleño italianizante dormirla en soledad.

Cuando la entrevista termina, la Gemio sonríe con cara de boba, o sea, la suya, y me dice que me haga una foto, hombre, para recordar esta entrevista tan cómplice y tan entrañable y yo me pongo a su lado, le paso una mano por encima del hombro y mi mano, sin yo quererlo, se posa sobre lo que viene siendo la teta femenina, la suya, claro, y esto le parece muy divertido y muy bohemio y muy cómplice.

Salgo a la calle con la mano derecha oliendo a seno Gemio (un olor penetrante, en verdad) y veo que se acerca corriendo, apenas cubierta por una vaporosa sábana de flores bastante fea, a Lola.

Por fin la veo desnuda. Tiene dos pechos hermosos, situados, más o menos a la misma altura de su tórax, pero uno a cada lado del esternón. Su pubis está inmensamente poblado de una melenilla lisa, peinada a raya con bastante gracia. Tiene dos piernas, bastante parecidas y unos piececitos la mar de graciosos.

Se acerca a mí, definitivamente, y me lanza la sábana a la cara y me dice, con voz huraña

- ¿Tú eres tonto?

Es mi mujer, que quiere que le ayude a doblar las sábanas y me despierta con un capirotazo de realidad con olor a suavizante. Y yo le ayudo, claro, no la voy a ayudar...

A veces pienso si cuando sueño, cuando imagino, ya sabes, el asunto es la vanidad. Si el imaginarme triunfante y a tu lado, es sólo egoísmo de hombre, vanidad mal pagada, o es algo más. Trato de ponerme al otro lado de tu mirada mágica y certera, de tus palabras crueles y verdaderas, de tus hirientes estadios de realidad. Pero, por más que entienda que te alejes de mí una y otra vez, nena, y que te acerques cuando te apetece sentirte especial, niunca entenderé la tormenta de hielo que se desata en tu alma cuando me alejas. Así, cansado y herido, puedo levantar la voz para decirte que no me quieras, pero no me jodas tanto. No, Lola, porque un día puede llegar en el que ya no me crea nada de lo que me dices. Y siempre me ha gustado creerte cuando me dices que soy dios.

lunes, octubre 08, 2007

La Luna nunca pide más: una canción nueva



Si el Divshare no va bien, puedes oírla aquí (se abre un reproductor en otra ventana):
Wolffo - La luna nunca pide mas.mp3


Os presento, encantado, una canción nueva. Para casi todos los visitantes de Las Peroratas, el que cuelgue una canción sin post, sin literatura, es un engorro (cuando no, directamente, un coñazo), pero para mí es como un hijo nuevo y así, orgulloso, lo presento al mundo. Ocurre en estos días que cierta convulsión en mi corazoncito está haciéndome escribir como un loco, y tengo dos temas más en el tintero, formándose en mi cabeza. Bueno, imagino que saldrán más pronto que tarde. Esta canción está escrita y grabada, casi íntegramente, el pasado 3 de octubre; bueno, la escribí el día 3 y el día 4 terminé de mezclarla, para ser exactos.

El asunto de la canción es... bueno, estamos acostumbrados a pedirle cosas a la Luna, ¿verdad?, e incluso a pedirle la Luna al ser amado, pero, ¿qué pasa cuando quieres, quisieras, que la Luna te pida cosas?

Mi experiencia, corta pero intensa con el satélite mágico, es que pasa que la Luna es generosa y se da. Y que da cosas (inspiración, luz, mareas, ciclos menstruales...), pero nunca te pide más de lo que le das espontáneamente: un poquito de admiración, un poema malo, de vez en cuando, amor, si quieres, y todo eso.

Esta canción va de eso. A veces no me atrevo a hacer según qué cosas. Mi excusa, inconsistente, ya lo sé, es que la Luna no me lo pide, pero yo ya sé que la Luna nunca lo pide. En fin, ya sabes.

Musicalmente, es un tema sencillo con una frase de guitarra recurrente y un puente (la parte en que se repite la letra) que rompe un poco la uniformidad del asunto. Empieza con un ritmo vivaz y potente y, sin cambiar de tempo, tras el segundo puente, hay una parada y fonda. Es como si tomara aire para despedirme.

La canción se detiene porque quiero que oigas bien lo que tengo que decirte, así que, más que cantártelo, te lo recito. Y además, como sé que vocalizo como el culo, escribo la letra ahí abajo para que puedas seguirla: no tienes escapatoria.

Está grabada con batería, tres guitarras y bajo; una voz doblada con un pequeño retardo y otras dos voces haciendo armonías. Eso es todo. Es triste que no te dé lo que quieres, lo que mereces, escudándome en que no me lo pides, y que, por lo tanto, no sé lo que quieres. Sólo sé que me confunde todo esto y que lo único que puedo hacer para remediarlo es hacer canciones así de sencillas, así de verdaderas.
A ver qué te parece.
Aquí, pinchando el título, te la puedes bajar, si te apetece guardarla:


Hoy el ánima que vuela ha venido para ver
si el espacio que dejaste lo ha ocupado algún sin ser
algún hombre sin orquesta, algún don nadie como yo
o alguien con quien no te mate bailar cada amanecer

Hoy la suerte ha señalado al hombre que te va a querer
y yo estaba ocupado, buscando flores en tu tez
buscaba mi nombre en tu labios y mis manos en tu piel
y ha venido a visitarme el frío, ¡qué le voy a hacer!

Cada vez que intento disimular
el alma se te encoge y y el encanto se hace sal,
una estatua que no puede gritar
y no tiene alma, ni yo tengo calma
y nada vuelve a ser igual,
la Luna nunca pide más

Hoy la sombra se ha alargado un poco más de lo normal
y tu nombre se ha bordado en mis pupilas sin dejar
espacio para que la luz me llene el corazón de ti
soy un verso sin reverso, soy un vivo, un sin vivir

Cada vez que intento disimular
el alma se te encoge y y el encanto se hace sal,
una estatua que no puede gritar
y no tiene alma, ni yo tengo calma
y nada vuelve a ser igual,
la Luna nunca pide más

Hoy te llamo de rodillas, hoy me tienes que escuchar
hoy sé que si tú me pillas, todo volverá a empezar;
hoy es uno de noviembre, julio quedó atrás
sé que siembre lo que siembre, la cosecha se perderá

Aullando te canto, aullando te vas,
y mi cuello está quemando y mis manos te echan p’atrás.
Si la noche fuera eterna, y el día fuera fugaz,
te daría lo que pidieras, pero...
La Luna nunca pide más

miércoles, octubre 03, 2007

chan-ta-ta cháaaan...!

I started a joke


Eran los primeros días de Antena 3 TV. En esa época en que una cadena nueva tiene dificultades no ya por tener audiencia, sino por llenar la parrilla con algo, lo que sea, de programación. En esos tiempos, José Ramón Pardo (periodista musical, hermano del genial, primero, y más tarde insoportable Juan Pardo) tenía un programa de conciertillos. Puso el de Simon & Garfunkel en Hyde Park, magnífico, el de Supertramp en París... cosas de ese estilo. Una semana, cuando se le acabaron los buenos, buenos, puso uno de homenaje a Les Paul (Lester Polfus era su nombre real), el creador de la mítica guitarra Gibson Les Paul. Este post no tiene nada que ver con esto, pero es mi guitarra favorita, ¿a que es bonita?. Cuando tenga pasta, me compraré una Les Paul de las buenas-buenas, no de las de probretón. En el concierto tocó una chica, no recuerdo quién, una versión, bastante mala de esta canción. Bien, yo no conocía esta canción, pero como hubo una época en que leía todo lo que tenía que ver con la música, sabía que existía y que había tenido cierta relevancia. Lo único raro es que en mi cabeza, vaya usted a saber porqué, el título era "It started as a joke", Empezó como un chiste, y era la historia de una rotura amorosa porque una chica entendió mal una broma de su chico, o algo así. Cuando escuché este tema, busqué el original, de Bee Gees, en la época en que aún no les apretaban los calzoncillos y cantaban normal. Me gustó mucho y empecé a tocarlo de forma recurrente. Me gustaba la verdadera historia, la del cómico que no tenía ni puta gracia, que nadie se reía de sus chistes y sólo se reían de cuando el tipo la cagaba. Poco después escuché la versión de Wallflowers, el fantástico grupo de Jacob Dylan, el hijo del mito, y me enamoró esa revisita. Así que yo la reinvento de nuevo, añadiéndole mucha guitarra, mucho teclado, un riff pegajoso y sincopado de bajo y un millón de voces, y dando con soltura un agudo final que, creedme, antes de dejar de fumar no lo daba ni de coña. Es todo lo contrario a los temas acústicos que vengo subiendo ultimamente. Aquí hay una orquestación pesada soportando el tema. A mí me gusta, claro, pero a ver qué te parece a ti.
Si te hace, bájatela aquí:


¿Y si no lo hago? ¿Y si cojo la puerta y me marcho? ¿Sabes lo que pasaría si me planto? Nada. No pasaría nada, sencillamente, me darían una patada en el culo, y eso si se lo pongo a tiro, que tampoco se iban a molestar demasiado en perseguirme, y mañana habría otro infeliz recorriendo las caravanas que hacen el papel de camerinos de este teatro sin sede y sin magia. Limpiando, llevando comida y bebidas, avisando de que faltan 3 minutos y sobre todo, escuchando quejas. Soy el hombre prescindible que no puede prescindir de pensarlo. La ficha que todos pueden desechar, porque nadie viene a este teatro ambulante a verme a mí. ¿Te imaginas? Los neones anunciando:

Qué va, qué va... le llevo un café con 3 aspirinas a Pancracio, el humorista tamborilero, y no me disgusta hacerlo, porque me cae bien Pan, es un buen hombre. Me pregunto cómo se las arregló para que el empresario que perpetró el cartel infame de este espanto errante le confiara el número de apertura del chou. Su número, inexplicablemente malo, consiste en contar chistes sobadísimos, una concienzuda selección de lo peor del museo de los horrores de los chistes mundiales, y dar redobles en un tambor entre chiste y chiste. La gracia, se supone, está en que lleva 30 años tocando el tambor, pero sigue asustándole su sonido porque no se acostumbra a él. En sus propias palabras, “cuento un chiste bastante bueno, doy un redoble, me asusto y me caigo de culo. La gente se descojona, en serio”, dice él a modo de sinopsis. Lo cierto es que con esta síntesis bastaría para que cualquier empresario juicioso le diera con un palo en la cabeza y le mandara a freir espárragos, mas él consiguió un contrato para llevar su aburridísimo número a girar por la España rural.

A las Sopranos Bikineras, Herminia, Brígida y Asumpteta les llevo cerveza, coca zero y bitter kas, respectivamente. Herminia es nimia, Brígida, rígida y Asumpteta es la única persona que conozco que bebe bitter kas. El día que fui a ver su espectáculo en Valdemorillo, me hizo muchísima gracia lo mal que cantaban, pero se lo perdonaba porque, de lejos, con las luces, la magia del escenario y el maquillaje, parecían estar realmente macizas. Nada más lejos de la realidad, podéis creerme. Son, por ser francos, feas. Además, unen a su fealdad insuperable, una grosería oceánica. Yo, no creáis, no frecuento marquesas, ciertamente, pero no me acostumbro a que me llamen Pollalinda, cuando están de buenas. El primer día que fui a preguntarles si necesitaban algo, me dijeron que les enseñara el dedo índice. Yo accedí, con cara confusa. Pero, al ver mi dedo tembloroso y limpio, empezaron a valorar otras posibilidades.

- Ni de coña...

- Ni de puta coña.

- Mejor la lengua...

- Sí, mejor, mejor...

Y me pidieron, en plan bromita de amigas, literalmente, que les “limpiara el ojete con la lengua, que se les había terminado el papel y acababan de atascar la taza con tres tordos del tamaño de México”. Su número es malísimo, cantan pasajes se supone que operísticos (Toreador, de Carmen, una versión alucinante y cantada del Bolero de Ravel, el Himno de la Alegría y cosas así) medio en bolas, mientras se lo hacen en escena con barras verticales de esas que usan las strippers. Un espectáculo inenarrable.

El Gran Mago Felipe es, sencillamente, un idota mayúsculo. En su honor hay que decir que su número es único mínimamente profesional. O sea, te preguntas de dónde coño saca el conejo y las palomas y todo eso. Tiene barbita, un esmóquin con vergonzosos brillos y una ayudante, América, que está de buena que se rompe. ¡Qué mujer! Felipe no la hace ni caso fuera del escenario y Pancracio babea por las esquinas cada vez que América sale a dar un pingüi. “Os va a matar a pajas” es el diagnóstico de la situación, según la Bikinera Brígida.

Mi trabajo es darles cosas a los artistas, pero la verdad es que ni es trabajo ni es nada. Cuando llegamos a un pueblo, voy a comprar cosas y las reparto y voy a dar la tabarra a la gente que monta el escenario y tal y me pagan y me dan de comer. Si estos espectáculos son deprimentes si los ves desde el patio de butacas, no te imaginas lo que machacan el espíritu cuando los ves entre bambalinas.

La gente empieza, cuando es un buen día, ignorando completamente a Pancracio; sus chistes no pueden hacer gracia ni a los más tontos del mundo; luego, la primera vez que se asusta por su propio redoble, hay un ligero ¡hm...! levemente sonreído. La tercera vez empieza a ser repetitivo, pero a la décima consigue irritar hasta al público mejor dispuesto. Sencillamente, no tiene ninguna gracia, bajo ningún punto de vista.

Luego la temperatura sube con las Bikineras Groseras, expertas en el arte del calientapollismo rural. Me dan ganas de decirles a todos, no os lo creáis, son un asco, de verdad. A mí me engañaron, que conste, y me uní a esta descerebrada trouppe pensando en tirármelas, pero después de la invitación escatológica con la que me recibieron, el amor murió para siempre en mi corazón de piedra.

Con el público salido, sale Felipe, el Mago y hace unos truquillos la mar de vistosos con pañuelos, conejos, chisteras, palomas y corta por la mitad a américa. Ese es el momento cumbre, porque ninguno queremos que semejante mujer sufra daño alguno y cuando descubrimos que está entera damos gracias al cielo y aplaudimos a rabiar.

Luego, cuando las luces se apagan, me gusta escuchar el sonido de las sillas de tijera al plegarse y ser el que merodea a los merodeadores de los artistas, por si puedo aprovecharme de alguna merodeadora y ayudarla a merodear pero con fundamento, desde dentro, como si dijéramos.

No tengo muchas cosas que hacer salvo pensar en estas cosas, así que olvida lo que te preguntaba al principio. Claro que lo haré. Claro que le llevaré la cena al Gran Mago Felipe, aunque sé que no me va a dar las gracias, y les llevaré sus bebidas a las Marranas Bikineras y dejaré que me digan cuatro burradas. Luego iré a charlar un rato con Pancracio. ¿Sabes? Él cree que tiene gracia y todas, absolutamente todas las noches, me pregunta, con las mismas exactas palabras: ¿qué tal he estado hoy, figura? Y yo, todas, todas las noches le contesto lo mismo: Aún mejor que ayer, maestro... y mañana, saldrá mejor, ya lo verás.

Me preguntaste un día si hacía esto porque me gusta ver sonreír a la gente. Bueno, en cierto modo, es así, cielo, pero sobre todo, la razón verdadera, y última, es que hago estas cosas porque, al contártelas, al escribirlas, sé que vas a sonreír tú y qué quieres, amor, no hay nada que me guste más que imaginarte sonriendo. Nada.