sábado, junio 03, 2006

Te estoy llamando

… y tú no te das ni cuenta. Estoy aquí, quieto parao, tratando de ponerle un gesto digno a mi desesperada presencia, pero no soy capaz.

Sé que mis piernas tiemblan, mi voz se quiebra, mi pulso se acelera y mi cansado y tranquilo corazón se acelera cuando entras en esta habitación y ya me ves, diciendo cosas y hablando sin hilación por las ráfagas de amor que se desatan en mí cuando apareces con ese vestidito blanco de verano. Ponle música a este párrafo y, como un bólido, te regalo un ósculo.

Te estoy llamando, pero es como si no estuvieses ahí. No sé si no me oyes o es que he pasado a ser una especie de disco rallado que forma parte del paisaje, como ese maravilloso árbol que hay delante justo de tu ventana y que ya has dejado de ver cuando te asomas. Pero te llamo y espero a que te asomes y, en plena calle, subido en un monociclo singular, hago piruetas bajo tu ventana y doy vueltas y no me caigo. Pero no me ves.

Voy a comprarte algo que no puedas rechazar. Un regalo que hable del amor de mi alma, que gatea por las calles sin demasiado cuidado. Paseo por las joyerías y las butics más pintonas, pero ninguna tienda vende lo que tú mereces, porque, es evidente, lo que tú mereces no se puede comprar. Veo en el horizonte el triángulo verde y de feísima tipografía de El Corte Inglés y lo sé: te regalaré todo lo que pueda robar en una tarde en ese templo.

Robar es algo que nadie, salvo los ladrones, debe tomarse a la ligera. Es por ello (esta es una expresión cursi para que veas que me lo estoy tomando en serio) que juzgo conveniente comenzar por la planta sexta, la butic del gurmet y la cafetería, empezando por esta última, cuyas tortitas, como las de vips, tienen una inmerecida fama; fama que se cimenta, básicamente, en que no tienes que hacerlas ni fregar después, porque están malísimas. Ese pensamiento relaja mis músculos, pero no mis sentidos que están alerta y que me permiten robar, para empezar, un cubierto completo (cuchara, tenedor, cuchillo, cucharilla y cuchillo y tenedor de postre) que pasan con avidez de sus cubículos al bolsillo trasero derecho de mis vaqueros con soltura, fluidez y silencio destacables.

Ya dentro, robo dos azucarillos, sobres de mayonesa, ketchup, mostaza, sal y pimienta. A mi espalda hay sentada una señora con pinta de no echar demasiado de menos la cartera que descansa en su bolso abierto que, a su vez, cuelga imprudente del respaldo de la silla de su dueña. Mis dedos roban la cartera, la vacían de billetes (la moneda fraccionaria no me interesa) y devuelven la cartera al bolso. Me meto en el baño y cuento el botín: 60.000€ en auténticos billetes de Monopoly. Es un buen regalo, también. Robo unos cedés, un par de pañuelos espantosos de la planta de oportunidades, una cajita pequeña de ceras manley, un puñado de hermosas cerezas del súper, unas maquinillas de afeitar wilkinson para hombre, una cajita de clips, las fotos que hay dentro de las carteras en exposición… algunas son fotos magníficas, especialmente una, en la que un cuarentón de buen ver viste unos pantalones claritos remangados a media pantorrilla y un bonito suéter azul; la instantánea ha captado el momento en que el elegante hombre corre con amplia zancada, descalzo, tras un caballo de largas crines que monta una hermosa joven, a pelo, joven que da la sensación que se ha vestido únicamente con la camisa blanca de su macho después de haber rodado juntos por la alfombra; la joven tiene unos hermosos muslos y una cara de placer tal que da la sensación de que el lomo del caballo tiene una protuberancia junto donde se sienta su amazona, tal vez una vértebra desviada y sobresaliente.

Podría robar más, pero mis bolsillos están llenos y mi moral, por los suelos. No quiero ya ni robar los besos que, seguro, podría robarte: prefiero mil veces que me los regales, que me abrumes, que me los des sin que te los pida, que me ames por principio como si fuese el final.

Te estoy llamando y a veces, tengo la sensación de que sería mejor callar y esperar a que el viento vuelva a cambiar, y que las velas de nuestro barquito se tensen y se llenen de viento de popa y que avancemos juntos sin parar, que ya sabes que yo en un barquito que se para en alta mar me maero y vomito y mi vómito, tan abundante como mis ingestas, atrae, al principio, pececillos inocentes, pero éstos atren otros más grandes y voraces y éstos, a su vez, a ballenas enormes que (Buch me dará la razón en esto) es mentira que coman plancton, comen barquitos veleros de enamorados siempre que puedan, porque una cosa que tienen las ballenas es que son unas cabronas, una característica que, por ejemplo, no tengo yo. No soy una cabrona, soy un cabroncete, pero eso es distinto.

Una vez dentro de la barriga de la ballena vuelvo a llamarte. A gritos. Calla, que te oigo perfectamente, me dices, pero yo no grito porque estés lejos, mujer, grito tu nombre porque me gusta cómo reverbera en las tripas de este formidable cetáceo (formidable cetáceo, qué bonito par de palabras), porque rebota y se repite en el páncreas y en el intestino grueso y en el cerebelo y el hueso de k’ant, y qué hermoso suena tu nombre reverberado por doquier.

De repente, la ballena se traga un transatlántico y, un par de horas después, la isla de Madagascar, buen saque tiene este mamífero de los cojones. Decidimos que podemos fundar una nueva civilización intracetácea (esta, sin embargo, intracetácea, es fea, ¿no?) y progresista, sobre todo progresista en todo salvo en una cosa: no salvaremos a las ballenas, que son una mierda de animal con interior reverberante y apetito desmedido.

Y en esa isla, que es una monada de isla, mi amor, te sigo llamando. Porque, creo que jamás dejaré de llamarte y temo que sea eso lo que, finalmente, te aleje de mí.

Pero no puedo evitar llamarte.
No puedo dejar de llamarte.

¿Tú me oyes?

I call your name


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Esta es de esas canciones (como en Baby it's you o A day in the life) en las que John Lennon te estremece en cuanto escuchas su vibrato natural al cantar. Una canción de súplica que, simplemente, me encanta. Una de esas canciones que sólo podían escribir los Beatles, para mí, por alguna extraña razón, unida a Things we said today por clima, o algo así. Yo, que no me puedo estar quieto, procuro darle un carácter más pesado con la guitarra sucia y distorsionada y le añado, porque si no no sería yo, voces, voces y más voces. Es extraño, porque es una de esas raras canciones de los Beatles que no tiene voces. Esta va dedicada a mi querido jopageri, que me sigue con un fervor sólo explicable porque, como a mí, le encantan los Beatles. Por eso, joven amigo mexicano, elijo esta canción para ti: porque es de esas que sólo los Beatles pudieron escribir. Abrazos desde Valdemorillo, Madrid, Loquequedadespaña.

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que tu mereces no se puede comprar... porque el sentimiento no se vende.

Noña que es una, que le vamos a hacer.

Besos de una maia sonriente al escuchar tu "I call your name".

Anónimo dijo...

Amanezco y es un pésimo día, me duele la garganta y me veo muy feo, no soy muy guapo pero me defiendo, pero hoy me miro al espejo y no me veo bien.


Son las 3:35 PM, decido entrar al Blog de Wolffo, leo un post sencillamente encantador, y me hace recordar que cuando tenía 5 años robé de una tienda un carrito de juguete pero sin saber que estaba haciendo algo malo, para mí las cosas no se tenían que pagar.

Acabo de leer el post y veo I Call your Name, que sin problemas podría estar entre mis 30 favoritas de los Beatles, de las mejores de la primera época.

Cuando creo que ya nada puede mejorar miro que está dedicada a jopageri y recuerdo que ése soy yo, la emoción es tanta que le llamo a mi hermana para que lo vea y eso que me llevo muy mal con ella. Mi hermana suelta una sonrisa y yo suelto 47. Es la primera vez que se me dedica una canción, no sé que más decir, cualquier cosa es insignificante a lado de la felicidad que me has provocado.


Ahora, empieza a llover, eso me alegra: me encanta la lluvia.Me miro al espejo, ahora me veo bien. Ligeramente guapo si es posible.


El día ya no es pésimo, sino el mejor que he tenido en un buen tiempo.



Gracias Wolffo.

Anónimo dijo...

¿Sí, dígame, Aló... cuéntamelo todo, todo, todo...!!!
Sólo piensas en mí? anda y yo sin enterarme... ;PPP

Besos aunque sean telefonicamente o blogiamente hablando.

Muaaaaaaaaa!!!!

Guiss dijo...

Por un momento, como he leído mal, he pensado que ibas a hacer un regalo que gateaba, y me he dicho "mira, Wolffo ha encargado un bebé" Menos mal que luego he releído.
Odio como tú el es por ello y las tortitas de la cafetería del corte inglés (bueno, igual tú no odias, yo sí porque soy más extremista). Pero odio más el vómito. Es antinatural lo de vomitar, por eso no he aprendido nunca y por eso, aunque intento ser buena y compasiva y de todo eso, cuando alguien se ve en esa situación, huyo cobardemente de su lado y no vuelvo hasta que no ha pasado por el detergente, el gel, la pasta de dientes y el colutorio. Y aún así el asco me dura. Y si las ballenas tragan vómito, la civilización intracetácea y progresista no me iba a gustar mucho, porque ya os veo a todos empeñados en decir que todo es bonito, y que el mundo va a mejorar ahí, dentro de la criatura que os ha devorado, y dispuestos a hacer alianza entre la civilización del estómago y las civilizaciones surgidas en los huecos interdentales (que son unos sitios con muchísima fauna siempre, y muy fértiles en vida, inteligente o no), disimulando todo el rato el olor agrio, o ácido, o a rayos.
Pero llama, sigue llamando, y si no sirve, extiende las manos y coge, aunque sea «intr. vulg. Am.»
Muchos, muchísimos besos.

Anónimo dijo...

YO SOLO HE RELEIDO POR ENCIMA.. y si me estas llamando que te digo que aqui estoy que tengo 5 post tuyos marcados que como siempre se me acumulan pero que tu llama que yo te escucho cacho de petardo!!!

besosss en los morros!!
mi cumple lo celebramos eh?????

Anónimo dijo...

Me encanta ponerme tu música y leerte con ella de fondo, aunque esta vez me ha jorobado porque la escuchaba a trompicones. A lo mejor es por eso que me he puesto de mal humor y no me he creído la potra de que tu ballena se trague Madagascar sólo para que tu vivas un amor isleño.
Aún así te perdono por lo que me he reído con lo del interior reverberarte y el apetito desmedido.
Besos.

Wolffo dijo...

Wen
lo único que me preocupa, maia sonriente, es si esa sonrisa es de buen rollito o de conmiseración, en plan, ay, qué gracioso este inútil cantando... aunque yo creo que no es eso. Un beso muy gordo, maia querida.

jopageri
¡pues menos mal que no puedes oírlo, porque seguro que te suicidas! Si, de todas formas, quieres escucharlo, dame un e-mail a dónde enviártelo y la cosa está hecha. Un abrazo, amigo, un fuerte abrazo.

MaRioSe
besos pa ti también, Marios-seh, qué alegría verte otra vez.

Guiss
Sí odio las tortitas, son infames, com las del Vips, ¿no las has probado?. Sé que la alusión a la vomitona no te iba a gustar, pero me debo a la verdad, me limito a exponer los hechos y, aunque grande es mi deseo de agradarte, es mayor mi compromiso con la verdaz. Gracias por las 3 últimas líneas, príncipa, y más besos pa ti.

MariGildi's
tengo una época de esasun poco ñoña, por eso llamo, me siento solito y todas esas cosas: nada que no se arregle con un buen par de bofetadas, por cierto. A ver si es verdad lo del cumple, bombonsito y, si es verdad, a ver si puedo no volver a quedar como un gilipollas. Un beso gordo, Ch.

Tautina
cuando te pase eso, haz lo siguiente: baja el volumen del reproductor a cero. Cuando veas que ya ha avanzado un minuto o minuto y medio, con el ratón, desplaza el puntito negro al principio para que vuelva a empezar, ahora con el volumen subido. Y asegúrate de que estás sola, porque todo el mundo sabe lo sexualmente excitante que resulta para las mujeres inteligentes mi música, y no quiero yo causar problemas de pareja a naide, pod'dió... besos a ti, inspirada e inspiradora mujer.

mOe:) dijo...

Pero a ti no te tenían prohibida la entrada en el CorteInglés??? :)

Anónimo dijo...

Yo siempre te oigo. Te oigo incluso cuando tu no sabes que me estás llamando. Lo que pasa, querido Wolfo, es que soy durita de oido y, a veces, necesito que me repitan las cosas.

Me he puesto ese vestido blanco que te gusta y he ido a darte un beso y tu, como siempre, me has acogido entre tus fuertes brazos y, mientras me abrazabas, he sentido que no podría encontrar otro sitio mejor en el mundo a donde ir. Así, sentada en tus rodillas y abrazada a tí es como quiero estar el resto de mi vida. Y, sinceramente, me da igual que esto ocurra en Madagascar o en Valdemorillo, pero tienes que dejar de robar esas tonterías en el Corte Ingles, ¿me lo prometes?

Anónimo dijo...

¡¡Eh!! que la sonrisa es porque me ha provocado recuerdos :P (que no se pueden contar, porque esto es público y pueden leerlo menores... y leñes!! porque no tengo a mano a quien me calme en este momento) y el primer caso, del segundo caso ya hablaremos en otra ocasión.

Wolffo dijo...

mOe:)
Sí, hombre, pero este es un relato retrospectivo... que hay que dicil'lo tó... Un abrazo, amigo.

Rana
Lo de los robos en el Tinglés es una enfermedad, Rana, tienes que ayudarme a susperarla. ¿Cómo? Comprándome todos los días algo. Creo que sólo así saldré de este abismo... Por lo demás, te lo prometo. Todo.

Wen
¡Que los cuente, que los cuente...!
¡Que los cuente, que los cuente...!
¡Que los cuente, que los cuente...!
¡Que los cuente, que los cuente...!
etc, etc.
(venga, cuéntalos)

GLAUKA dijo...

Aysssss, cómo me ha gustadoooooo!!!!
Especialmente creerrme que me llamabas a mí ... yo quiero que me digan algo así, que me cuenten historias y me hagan sonreír y reir como una loca y hasta bailotear escuchando la canción ... (Una, que también está un tanto ñoña, no ibas a tener la exclusiva ;))

Anónimo dijo...

Muy buena la cancioncilla, me gusta más cuando cantas canciones de los Beatles que no las de Xuxa
Abracitos

Wolffo dijo...

Glauka
pero hija, si te lo estaba diciendo a ti... ¿es que te has quedao sin cobertura o sin batería? En fin, lo intentaré otra vez.

Ararat
Pues en las de Xuxa pongo el alma... no sé porqué no te emocionan, están llenas de... ¿basura? Abrazos, amiguet.

Mons dijo...

Cuántas veces llamamos y no nos oyes, y cuántas nos llaman y no oimos. Qué suerte que alguien nos escuche!
Besos amigo!

Mons dijo...

y no nos oyeN queria disí! ;-)

Morgana dijo...

Hay que seguir llamando... una persona como tú, siempre merece una respuesta.

Un besazo wolffo

Anónimo dijo...

Yo estoy segura que te oye, aunque sólo suspiraras su nombre, te oiría. Así que si haces todo esto que nos cuenta por ella, cuanto no más te va a escuchar...

Ay, Wolffito, eres un genio para levantar ánimos, incluso lo has echo conmigo que no te he oído... pero te le leído. Estaba yo con las plumas más grises que un pato alcanzado por la maera negra cuando, leo tu comentario en mi blog y hete aquí que me vuelvo pavo real... Así que te doy mil gracias por haber devuelto el colorido a mis tristes plumas...

Besos muchos

Anónimo dijo...

¿Tu robas? Malo malo malo! :ppp Lo de llamar a alguien sin que nos oiga es bastante común, por desgracia. Mira a tu alrededor y verás que hay un montón de gente gritando para que les escuchen.

Bonito post, besos.

p.d. La canción la dejo para más adelante, que para variar el casposo tarda un siglo en cargar.

libertad dijo...

...Y esa isla, que es ella, crees que es lo que puede hacer realmente que te alejes de ella?.

"...No hay en ningún mundo prisión en que el Amor no pueda abrirse paso. Si no entiendes esto no has entendido nada acerca del Amor..."
(De profundis, Oscar Wilde, p. 194)

Un beso.

Wolffo dijo...

MariMonstrua
menos mal que has rectificado... creía que me acusabas de algo, jeje... ¿Tú me escuchas, peasito de monstruoso corassón? Besos, pesiosa.

Morgana
No creas, Morgie, a veces soy un capullete. Un beso por ser tan bien pensada. Y otro por decirlo en voz alta.

MariTrini's
Yo también sé que me oye, Reinona, pero me gusta darle una excusa para que venga a achcucharme de mala manera, que es la mejor manera de achuchar, claro. Un besote.

MariBinchi's
pero si soy como Robinjú, que robo a los ricos (EL corte inglés) para repartir sus riquezas entre los gentiles. Si dejas la canción para más tarde, será más tarde cuando alzances el clímax. ¿Alguna vez has tenido un orgasmo por estimulación auditiva? Pues tendré yo el honor de desvirgar tus orejitas. UN beso (y un cigarrito, el de después)

Wolffo dijo...

libertad
menos mal que vienes para darle nivel a este blog con citas del gial tío Óscar. Gracias por esa cita tan hermosa, de verdad. Y, claro, siéntete libre de volver siempre que quieras. Besos y espacio para comentar, hay siempre en esta humilde casita.

Anónimo dijo...

Ahhhh qué amable, si todavía puedes mandarme esa canción hazlo a:
arobarse@gmail.com



Muy amable!

Anónimo dijo...

Bello poste.
Bellísimo.

Besos

Mari dijo...

Y ahora, la pavada, porque sino estropeaba el comentario (es que es bello en serio)
cwyizh toca hoy... jejeje

Como leo (en retroactivo, hoy ando cangregística con los postes) hay más interesados en tus canciones.
¿Por qué será?

Wolffo dijo...

Mari--

Muchas, muchas gracias, bella y muchos, muchos besos.

Eres un encanto.