lunes, mayo 26, 2008

Despedida (de los escenarios de Wolffo) y Salutación (de Los Ciclones)

El jueves pasado se vivieron dos acontecimientos simultáneos y decisivos para el devenir de la historia del rock and roll: se despidió de los escenarios como artista (es un decir) en solitario el gran Wolffo, el ciclón de Valdemorillo, y dieron sus primeros pasitos en el rock'n'roll circus Los Ciclones, una banda que dará mucho que escuchar.
El concierto no fue, ni mucho menos como me esperaba que fuese. Entre los que hace unas semanas eran lectores habituales de este blog hay quien puede confirmar lo que voy a contar, pero, al menos para mí, fue una pequeña decepción.
Del mismo modo que el concierto anterior fue un éxito sin paliativos, este no llegó a ese nivel. Desde el primer momento, una frialdad ambiental difícil de digerir cayó sobre mí como una losa, y no fui capaz de levantar el vuelo. A ver, no fue un desastre ni nada de eso, pero no fue la apoteosis de otras veces.
Es cierto que yo tenía programado el concierto para que fuera un crescendo de sensaciones e intensidad, pero la parte que me tocó a mí en solitario no terminó de cuajar.
Temas como Piano Man, American Pie... que otras veces hacen que se caiga la sala, esta vez no arrasaron. otros, que ponen a bailar y a berrear al personal, como Cien gaviotas, las de los Beatles y otras por el estilo, no levantaron la cosa como en otras ocasiones. A cambio, me di el gustazo de tocar temas con los que me siento muy cómodo como el Desperado de Eagles, Fly me to the moon, de Sinatra, Walking on Memphis, de Marc Cohn o I get high, de Fastball, un tema que debo a Buch. Me quedé con las ganas de hacer Moon river, que quería dedicar a mi querida sobrina Sabina, que no puedo venir, y a Fantie, que volvió a hacerse el longuis...
También disfruté como un enano tocando en directo por primera vez con mi querida 12 cuerdas...
Una hora y pico después de haber empezado, empezó la cosa a elevarse, con la subida al escenario de Susana, guapísima, para cantar, a dúo conmigo, Something Stupid, de Frank y Nancy Sinatra y El sitio de mi recreo, de Antonio Vega. Susana se llevó una de las mejores ovaciones de la noche, porque lo hizo francamente bien.
Después llegó el momento mágico de que Buch subiera al escenario, cosa que hizo con una fuerza arrolladora. Para ese momento yo ya empezaba a estar calentito y cantamos juntos She loves you, I don't want to spoil de party, ambas de los Beatles, y Mucho mejor, más conocida como "hace calor", de Los Rodríguez. Si algo salió malñ en esta parte de la actuación, fue mi guitarra, pero es que, Buch, tío, tenía el pulgar dándome por culo (no literalmente, claro) de una forma sobrehumana.
Al fin, subió eMail, con su Stratocaster azul, y para empezar a relajarse, tocamos juntos Bad moon rising, de Creedence. Subió entonces MiJoe, con su bajo McCartneyano, y eMail cantó con maestría Blue suede shoes, de Elvis, dejando al personal con la boca abierta. Luego, MiJoe cantó con un gusto exquisito (como todo lo que hace) I'll feel a whole lot better, de los Byrds justo antes de uno de los grandes momentos de la historia del rock, comparable a la mítica actuación en Woodstock de Jimmy Hendrix: Wilco subió al escenario sin su batería, y se cantó, para regocijo de propios y extraños, el Déjame de los Secretos con alegría y profesionalidad.
Acabó la fiesta con Bye bye, love, de los Everly Brothers y Twist and shout de los Beatles... pero luego, claro, vinieron los bises: Please, please me y Can't buy me love, de los Beatles fueron el final apoteósico del concierto, que hizo que tooooodo el mundo preguntara: ¿y cuándo vienen los Ciclones a tocar?
Pues para que lo sepáis: el sábado, 28 de junio, a eso de la medianoche, de nuevo en el Plaza, Los Ciclones hacen su presentación en sociedad.
Si te lo pierdes, es que estás loco.
Dos horas y media de buen rock and roll, guitarras y voces como no has oído en tu vida. O casi...

Este es el resumen audiovisual del final de la fiesta. En la primera parte, he usado una grabación que tengo con Susana de El sitio de mi recreo, y en la segunda, ya oiréis: el sonido es infame, pues es que recoge una cámara fotográfica, y la calidad de imagen, teniendo en cuenta que es una cámara de fotos digital, es excelente. Claro que la operadora, por cierto, era Mercedes, la mujer de Wilco, y de ella sólo podemos esperar lo mejor.


Mola, ¿eh?
Quiero agradecer especialmente a Cati y a Miguel, por su apoyo, contra viento y marea; a Mahomal y Adela Calle por ser vosotras quienes sois, pedacitos de cielo en la tierra; a mi querida Celia, por su hospitalidad y a mi favorita entre las favoritas, MariPili's, también conocida como Simona, que me cuida tanto y, sin embargo, tantos quebraderos de cabeza me da...

viernes, mayo 16, 2008

Otra despedida



El próximo jueves, 22 de mayo de 2.oo8, en el PLaza, se despide, de momento, de los escenarios, El Ciclón de Valdemorillo. Las mismas razones que me impulsan a tener abandonada esta en otro tiempo activa bitácora, son las que me impiden seguir con mi arrolladora carrera en solitario como músico fracasado. Ahora pienso fracasar en compañía, que es más llevadero. Los Ciclones me llevan todo el tiempo que puedo dedicarle a la música ya partir de ahora, mis visitas a los escenarios serán dentro del calorcito de una banda y no en la soledad que venía siendo habitual en mucho tiempo.
En fin, dejo el póster oficial por si alguien sigue pasando por aquí. Si lo pinchas, podrás verlo en tocho y leer el texto, que es muy interesante.

Subo una canción de Mamá, el espléndido Nada más, de Josemari Granados, que grabé hace tiempo. Lo cuelgo en formato playlist, para que oigáis, si os peta, otros temas, y uno inédito, incluso, un desafinadísimo "What goes on" (de los Beatles) que no sé ni cómo tengo valor para sacar a la plaza pública. Bueno, así Vania puede decir lo muy desafinadas que están las guitarras y las voces... aunque cualqu8iera que no tenga un oído enfrente del otro puede apreciarlo.


Venga, di que vas a venir, hombre...

lunes, mayo 05, 2008

raro

Raro. Sí, me siento raro. He cambiado el ordenador, ahora el nuevo va a toda, el monitor es grande y se ve de lujo y todo es más sencillo que hace diez días, pero no soy capaz de sentarme a escribir nada nuevo.

No voy a despedirme porque en estos tres años y pico me he despedido y he reaparecido más que un torero de los malos, y eso no está bien. Pero no tengo demasiadas ganas, por el momento, de postear. Ni, casi, de grabar nada.


Esta canción de Hilario Camacho, (que puedes bajar aquí, si es que no vomitas escucharla Wolffo - Madrid amanece desenchufada) que es de antes de que Madrid fuera considerada una ciudad guay y todo eso, siempre me gustó mucho más, por ejemplo, que esa apestosa crónica de Sabina que se titulaba "Pongamos que hablo de Madrid", una canción que siempre me ha olido a pies. Y a pis de callejón. Está grabada así, con mi guitarra de doce cuerdas y un micro al aire en dos tomas, y me ha salido fatal, pero es todo lo que he sido capaz de grabar esta mañanita. No me apetecía ni repetir. Sigo viendo amanecer, sigue mi vida tan normal, pero no me apetece soltaros más peroratas, por el momento. June ya no me quiere leer, y yo no puedo disimular lo que me duele eso, así que poco importa todo lo demás.
Hasta pronto, buena gente.