viernes, marzo 07, 2008

un día cualquiera

Blackbird


Este es un tema de esos que a todo el mundo que toca la guitarra, le gusta aprenderse. Como suele pasarme con estas cosas, soy perezoso, y no me lo he aprendido bien, sino que hago lo mínimo para no estropear la canción. Esto es una de esas cosas que, los que tengan curiosidad por qué se encontrarán cuando van a verme, pueden escuchar: yo y mi guitarrita azul, y nada más. Está grabada así, a la primera (vale, la tercera...) micrófono al aire, y he dejado un par de notas desafinadas, porque tienen su gracia y el sonido de la silla cuando termino. La canción es maravillosa, sobre esto no cabe discusión, y a mí me gusta cantarla. Ojalá te guste escucharla. Si así fuera, bájala,. si quieres, aquí:


Sólo son las seis de la mañana, y ya hace un sueño que me mata. Me levanto, porque eso es lo que espera el (mi) mundo de mí y paso por el baño a pesarme (llevo 11,5 kg) pongo el café, enciendo la radio y miro por la ventana de la cocina para comprobar que en la casita de enfrente, como siempre, a todas horas, ya está puesta la tele. En casa especulamos sobre si es un programador de esos eléctricos estropeados,de los que van apagando y encendiendo luces para dar la sensación de que hay alguien allí (mi teoría) o es que el marido y la mujer de la pareja que antes iba solo, y todos, los fines de semana a la casa, se ha separado y uno de los cónyuges está viviendo sólo en la casita de campo y se pone la tele todo el día para no sentirse tan solo (teoría de Susana, mucho más imaginativa, literaria y, a la vez, realista, que la mía).

Mientras mis ojos luchan por no volver a cerrarse en pleno embadurne de tostada, oigo, aburrido, las mismas noticias, los mismos comentarios y las mismas opiniones de ayer y anteayer en la radio, deseando que lleguen los anuncios a ver si ponen alguno de los dos de vehículos industriales de Ford que me gustan ahora: el de la tienda Gemelos Peruelo (“¿Dónde vas Laureano? A la tienda de Peruelo, necesito ir a la moda...?”) y el de la OPA hostil de la panadería Hijos de Fructuoso Ramírez sobre Big Food Corporation, (“... eh una azzión beneficiosha para ambah parteh...”).

Preparo el desayuno de todos y la comida de Susana, pero no pienso en una cosa ni en la otra, sino que mi cabeza está centrada en si debo darme un desayuno homenaje, o seguir siendo comedido para estar esta noche más en forma. En estas estoy cuando, a las seis y media, llevo el café, un zumo de naranja y un beso de buenos días a Susana para despertarla, y vuelvo a la cocina, a preparar el desayuno de Leticia y Borja, a los que llamo a las siete menos cuarto con palabras de ánimo, venga, chicos, que ya es jueves y alguna que otra orden, de momento, suave, date prisa, Borja, que luego no te da tiempo a hacerte la cama...

Todo está montado como un baile programado y cuando Susana sale, duchada y vestida, apurando el café de nuestra habitación, Borja arrastra sus pies enormes de adolescente engrandecido hacia el cuarto de baño y Leticia intenta llegar a la cocina, con el sopor aún pegado a la cara; se encuentran los tres en el pequeño distribuidor que reparte a los dormitorios, la cocina y el baño de los niños y hay una pequeña, pero confusa y cariñosa ceremionia de besos de buenos días perezosos.

Leticia se sienta y, sin poder abrir aún los ojos, pregunta que de qué es el sandwich; yo la miro, sonriendo, porque sé que ella sabe que no le voy a contestar y que, si lo hago, le diré una mentira, porque me gusta decir mentiras alimentarias de buena mañana y Susana apura el café y se marcha a trabajar y yo la acompaño a la puerta y al abrir, caray, qué frío y Samantha nos recibe calurosa y rabihistérica y saluda y acompaña a Susana, corriendo a su alrededor, hasta la puerta de la parcela, confiando, con confianza inquebrantable, perruna e inútil, en que yo la esperaré cuando Susana cierre la cancela, pero yo no la espero, porque hace frío y porque me gusta ver desayunar a Leticia; desayuna y come con eficacia, de una forma organizada y meticulosa y siempre me cuenta algo de clase, o de algo de un video del Rarito (el presentador de Nos queda la música y Central de Sonidos, de La Otra, un DJ de los de antes: culto y con criterio, por eso es tan rarito...). Borja, sin embargo, a esas horas es un ausente: se sienta frente al desayuno y su mente vaga a miles de kilómetros de allí, probablemente descansando en algún lugar donde su padre tenga el acceso denegado, al menos hasta que él se haya despertado del todo.

Mientras Borja desayuna yo, que sé que tengo un día complicado, me pongo a hacer la comida. Algo de horno, claro, para que se vaya haciendo mientras yo no paro de producir. Anoche descongelé cuatro cuartos traseros de pollo y los preparo para comerlos con una crema/salsa de calabacín y puerros; si me da tiempo, antes de comer, preparo algo de pasta para acompañar, si no: patatas fritas y arreando. Lo meto al horno y miro la hora: las siete y cuarto. A fuego muy suave, a las 9 debería estar listo, a falta solo de pasar las verduras por el chino y calentar de nuevo. Bien.

Recojo el saloncito, mi habitación, me ducho y, como hoy me toca, me afeito. Cuando salgo de la ducha, Borja, al fin, ha terminado de desayunar (no le va a dar tiempo a hacer la cama...) y puedo recoger la cocina, labor que realizo alegremente porque el pollo empieza a oler y ua sabes lo que es eso: el aroma de la vida, desde luego.

Son las ocho menos diez y Leticia y Borja se van al instituto; cuando vienen a decir adiós, les pregunto si tienen exámenes (todos los días parecen tener exámenes) y no soy capaz de recordar los que tenían el jueves, pero alguno tienen. Bromeo sobre lo fácil que es todo para ellos, no como para mí (que no estudiaba nada) y les deseo un buen día y, diez minutos después, con la cocina recogida y el pollo aromatizando la casa entera, me bajo a mi zulo (mi despacho-local de ensayo) a ver qué cosas tengo pendientes hoy.

Hay pocos comentarios nuevos en Las Peroratas y, como mis compis están en Miami, poco asunto nuevo en el correo laboral. Tengo un par de mensajes deseándome suerte, uno de MiJoe, el bajista de los Ciclones, confirmando que esta noche viene, el spam habitual, los titulares de tres periódicos digitales (que, seamos sinceros, borro sin abrir) y poco más.
Suena en el iTunes We can work it out y cojo la guitarra y toco mientras los cuatro de Liverpoool me acompañan; estoy tan contento que decido buscar unas cuantas canciones de los Beatles para incluir en mi repertorio de esa noche. Me las sé, pero necesito tener las letras impresas para que no se me olvide tocarlas. Así que busco un puñadito de canciones que me encantan y las pongo en mi formato, con el título en tocho en la esquina inferior derecha, para luego buscarlas con comodidad.

Cuando las tengo impresas, las incorporo a la carpeta que me voy a llevar esta noche y reorganizo el repertorio: si tocara todas las canciones que llevo el concierto duraría unas 5 horas, y no creo que nadie me aguantase tanto. Ni siquiera yo.

Entonces, empiezo a recoger el equipo para bajarlo al local donde esta noche voy a tocar. Parece una gilipollez, pero esto me lleva casi una hora. He de guardar un millón de paridas, cables,conectores, piececitas y tal, y todo ordenado para que cuando llegue al local, pueda montarlo de una manera rápida y eficiente.
Salgo a la calle a meter el coche en la parcela y guardo todo, excepto la guitarra, en el maletero: los 550 litros del Picasso, tan cuadraditos y accesibles, dan para mucho, podéis creerme. Son casi las diez y media, y subo a mi habitación a preparame para largarme. Ya en la escalera, el olorcillo agradable del pollo se ha convertido en el hedor penetrante de la comida quemada. La he vuelto a cagar. Se me olvidó subir a las nueve, y el resultado es asqueroso; en fin, ya no hay remedio, así que apago el horno y me largo, pensando que bueno, ya pillaré algo por ahí para comer.

En primer lugar, paso por Directo a Casa, para recoger un pedido familiar de Celltone, el auténtico extracto de baba de caracol (no acepte imitaciones) para mi cuñada Pilar. En la ofi no están los de Marketing, mi departamento, pero bromeo con la gente de medios (¡te has cortado el pelo...! no, qué va, solo me he cambiado de lado la raya... ja, ja!) y con los de contabilidad, a los que pago los tres botes de Celltone y se los llevo a Pilar, previa llamada (¿Te pillo en casa?). Pilar, adorable, como siempre, me ofrece una PepsiMax y, a pesar de que tiene mil cosas que hacer, se sienta un ratito conmigo en su preciosa cocina y me escucha quejarme mientras intenta pagarme los Celltones, pero soy más hábil y consigo escapar. Me dice que no sabe si va a venir a verme esta noche, porque tiene la cabeza como un bombo, pero que si se encuentra bien, vendrá. Pilar es muy buen público, os advierto.

Al fin, a eso de las doce menos veinte, estoy en el Plaza para montar y probar el equipo, cosa que hago con eficiencia germana: en una hora y media está el tema resuelto. Suena de puta madre y antes de subirme, encargo un par de raciones en el Plaza para sustituir mi pollo quemado. Me dan un par de baguettes, también, que me ahorran pasar por el super.

Cuando voy a preparar la mesa, llama Wilko, el drummer, confirmándome que esta noche él y su fantástica mujer, Mercedes, van a verme y a tomarse un copichuelo y me pide que le lleve la caja de la batería y la llave de tensión para afinarla. Cuando estoy terminando de rehogar un espléndido arroz blanco con ajitos que acompañará a la carne en salsa que me he subido del bar, vienen Leticia y Borja y nos sentamos a comer. Me cuentan muchas cosas del instituto, pero yo solo tengo cabeza para el concierto de esta noche y, la verdad, les escucho, pero no les oigo, en mi cabeza ya suenan a priori las canciones de por la noche y les veo mover los labios pero no sé de lo que hablan. Después de comer, me tumbo en el sofá, para mi ratito diario de tele, me pongo Doctor en Alaska (ya voy por la temporada 6) y me quedo dormido... hasta que me llaman por un asunto de trabajo. Bajo al zulo a resolver ese asunto y me lo quito de encima no sé ni cómo. Entonces, hablo con eMail, el guitarra de los Ciclones, para que me confirme que viene y para que se anime a tocarse un par de temas conmigo. Pero parece que su chica se encuentra mal y no sabe si vendrá. Sé que no vendrá, porque se le ve enamoraíllo, y estoy seguro de que cuida a su chica como ella merece. Hablo con MiJoe, el bajista, y me dice que él sí que se anima. Que se lleva una guitarra, que le baje el pie del micro, que está en el zulo. Viene Susana y me cuenta cosas, pero me pasa como con los chicos: sé que me está hablando, pero yo, aunque quiero, no la oigo. Sólo pienso en las once y media. No sé qué hago el resto de la tarde, pero creo que estoy con la chupa puesta desde las ocho y no nos vamos hasta las nueve y media. Aguantarme en un día así tiene mérito, en serio.

Estamos en el bar y, al poco, llegan Wilco y Merce, y nos sentamos en una mesita; a Wilco le apetecen unas rabas y yo completo la cosa pidiendo un poco de bienmesabe que no me cabe en mi estómago cerrado; al poco me llama MiJoe, que está en el pueblo, pero no encuentra el bar; está sorprendentemente cerca y al minuto está con nosotros. Se ha traído una guitarra que es como la mía, la que sale en la cabecera de Las Peroratas, pero en rojo. Es preciosa, la verdad. Lo dejamos todo enchufado, aunque quedamos en que no saldrá hasta el final del concierto a cantar conmigo tres canciones. Llegan Celia, la diosa del Plaza Mayor, y cuñada, además, y Pilar, mi querida Pilar, que ha venido a pesar de su jaqueca. La quiero un poco más por eso.

A las once y media, estoy afinando las cuerdas y dispuesto a empezar.

Bajan la música ambiente y sé, desde antes de empezar a tocar los primeros acordes de I am a rock, de Simon and Garfunkel, que esa va a ser una gran noche. Me presento antes de empezar, para calibrar si la gente está dispuesta a escuchar o sólo quieren follón. Parece un público genial, con ganas de divertirse y de escucharte. Van cuatro o cinco canciones y me encuentro super a gusto, y me permito pequeñas peroratas entre canción y canción. Es evidente que no va a haber descanso: solo serviría para cortarle el rollo al público y a mí mismo y sigo encadenando discursitos y canciones sin darme cuenta de cómo pasa el tiempo. La gente está super enganchada, pidiendo temas, bailando, cantando, dando palmas y haciéndome reverencias en plan ¡Cicloooooooon, ciclooooooonnn...! y yo me siento el rey de la montaña. Cuando toco Piano Man, de Billy Joel, veo que se me acerca una preciosa dama que me resulta familiar: Claro, es Cati, a la que nunca había visto,m salvo en la foto de su perfil de blogger. Nos saludamos (yo con cuiidado, estoy muy sudado en el escenario) y me dice que si le puedo cantar Honesty... aunque conozco, y me encanta, el tema, no sé tocarlo, pero el próximo día me lo sabré. Cati ha venido con dos amigos, Miguel y Claudia, a quien podréis leer en algún comentario por aquí. Al cabo de un rato Susana se me acerca y me dice: ¿Cuándo vas a avisar a MiJoe? Y miro el reloj y me doy cuenta de que llevo dos horas con la guitarrita y de que mi amigo y compañero debe estar nerviosísimo, así que canto la canción que teníamos hablado que sería la señal (Can’t buy me love) y mientras él afina su Epiphone. Le presento y me acompaña, en el primer número: Something, de los Beatles. Cuando llega el momento del precioso solo de guitarra, que MiJoe ejecuta de puta madre, le presento otra vez para que la gente se dé cuenta de que está escuchando algo bueno y le dedican una cálida ovación mientras toca. Luego canta I’ll Feel a whole lot better, de los Byrds y, para terminar, el bis de rigor: atacamos juntos el Bye, bye, love, de los Everly Brothers. A pesar de que no nos oímos nada, la gente agradece el esfuerzo y le dedican una sonora ovación. Piden otra más y, para el bis definitivo, acabo con Hey Jude, con todo el mundo haciendo el na-na-na-na final.

Ha sido un concierto agotador. Tengo la garganta como una alpargata y los dedos destrozados después de casi dos horas y media de concierto, pero en ese momento, mientras aplaudo yo al público desde el escenario, sé que no hay un ser humano ni más feliz ni más poderoso en todo el planeta.

Saludo a Cati y a Claudia, pero es tarde, son las dos de la mañana, y no podemos hablar; todo el mundo se va, porque al día siguiente hay que currar. Me fastidia que fantasma paraíso no haya venido, después de crear tanto suspense; espero que la próxima vez...

Me siento en la mesa de los míos: Celia, la dueña del Plaza y su hija, la increíble Sabina; Pilar, mi adorada cuñada y Susana; y mis amigos y colegas de banda, Wilco, con Merce, y MiJoe.

Todo el mundo está marchándose, porque cierra el bar, pero mucha gente se acerca a mi mesa y me da unos golpecitos en la espalda y se despiden de mí perfectos desconocidos que, qué queréis, me hacen aún más feliz. Como es un sitio de confianza, echo una enorme tela encima de todo el equipo y lo recogeré a la mañana siguiente. Hoy, sencillamente, me siento tan grande que no puedo ponerme a recoger cables.

Sólo me resta dar las gracias al mundo por permitirme pasar noches como esta.

Un día cualquiera, no te digo...



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Listening to: George Harrison - Blow Away
via FoxyTunes

32 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué rabia, qué rabia me da no haber podido estar allí! No para oler el pollo quemado, naturalmente; ni para empaquetar todas esas cosas, con la rabia que me da hacer el equipaje; ni para probar la baba de caracol (¡qué asco!). Y menos para recoger.

Ya ves, tú público ausente te pide un concierto en un puente de ámbito nacional para que podamos juntarnos todos allí.

Besos.

Anónimo dijo...

Mi pregunta te parecerá, como todo yo, impertinente, lo sé y lo asumo, pero tras lo del culo de ana diosdado ya sólo me falta que gloses embelesado la tez de massiel o el canalillo de florinda chico.

¿Estás seguro de que tocas piano man de billy joel o en realidad te quedas en el hombre del piano de ana belén?

Wolffo dijo...

Kotts
ya me gustaría a mí, Kotss, poder actuar un sábado que luego tenga, además, lunes y martes de fiesta, para que nadie problema para deslazarse y hacer una fiestorro como sus merecési, pero... Me debo, no a mi público, sino a cuándo los empresarios me contratan. pero en el mes de junio, a lo mejor, tenemos buenas noticias en ese sentido.
Besos a ti y gracias por leerlo entero, que me ha quedado muy largo, lo sé, pero así es uno de prolijo, hija...

Yambruass...
¿Cómo me vas a parecer impertinente, después de las palabras que me dedicas en tu último post...?
Debo aclarar que, de ana diosdado, me atrae su cerebro, pero que además, tiene un culo como debe ser un culo femenino: amplio, cálido y acogedor.
Aunque a la guitarra, y no al piano, toco Piano man, de BJ, efectivamente, que la versión de ana belén no me parece de lo mejor de esa extraordinaria y dentona cantante. En primer lugar, me parece a mí, que el piano man de bj no es un "viejo perdedor" como el de ana belén. En la canción de bj, cantada en primera persona, el pianista de un bar nos cuenta, con muchísima agudeza, lo que sucede cuando él toca, cuando hace su curro. En la canción de ana belén, los tópicos se suceden y el intolerable estribillo ("toca otra vez viejo perdedor, haces que me sienta bien") no tiene nada que ver con el espíritu de la canción original.
No estoy en contra de las adaptaciones, pero esta me parece nefasta. Por muy bien que cante ana piños.
Niño malo.

el_Vania dijo...

Amigo, tal cual has descrito todo, no solo es como haber estado en el "gig" sino que hemos hecho todas tus tareas cotidianas!!
Me gustaría conseguirte un bolo en ZGZ, porque creo que será la única manera de verte en directo.
11,5 KG... Wolffo, mi mas sentida enhorabuena. Lo mejor es que tú mismo te estarás sintiendo mejor, Gettin' Better...
Y otra... ese cambio de plantilla, me gusta. Más claro, más minimal, más pro. La otra ya pedía a gritos no la jubilación, la eutanasia.
Me alegro de que todo marche bien.
¿Fotos / video YouTubero del show?
Salud y Saludos, amic.

Guiss dijo...

jo, qué pena que los jueves estén en medio de dos días laborables, snif, con lo relativamente cerca que estamos... Mientras sigo esperando el sábado de gloria, podemos hacer apuestas sobre si logras ver antes al fantasma paraíso o a mí... Creo que yo apuesto por la segunda :P
Ah, y que conste que yo el naa-na-na-nanananá de Hey Jude lo hago aceptablemente.
Un beso, y cada vez que vengo me gusta más el nuevo diseño del blog, y mira que me gustó a primera vista.

Anónimo dijo...

Yo había dejado un comentario...
No sé si llorar o reirme, mejor me río.

Too de nuevo:

Preciosa la forma de compartirte, contándonos lo que pensaste y sentiste ese día tan lindo... Otras veces relataste más el recital, esta vez sentí que te mostrabas más vos. Gracias por eso, es valioso. Mostrarnos suele darnos "corte" a las personas.

La canción esta, blackbird, me parece que la escuché ya antes, y es que pensé que la tenía yo (tu versión, claro) Pero no la tenía! Qué cosa curiosa...

Y que vas a tener que organizar algo para que los tantos que se quedaron con ganas te vean.

Y que aunque no esté cerca, estuve igual ahí, parece. Sobre todo después de leer este escrito tuyo. Y es que el tiempo es muy raro y mágico cuando pasan estas cosas. Tal vez al leerte ahora vuelvo al pasado y sí, ahí me veo escondida entre los que te escuchan cantar (me llevé una tropa de gente para que también te escuchen y te conozcan ellos)

=D

Besotes, Wolffo. Un montón de besotes, para que guardes y repartas!

POLLI-trala dijo...

Comparto la hipótesis de que la "caja tonta" encendida y hablando quién sabe qué la mayor parte del tiempo es para que quien sea la persona que cohabite con ella se sienta menos sola.

Es triste, hasta patético... mmmhhh... sé de lo que hablo…

Después que en Octubre de 2005 dejé a buen resguardo a mi ROCK-ito en un hotel-criadero canino, pues mis permanentes desplazamientos laborales me impedían darle la vida de perrito que considero se merece, la "caja tonta" fue permanente, bulliciosa e incondicional compañía de MISMA (esa soy YO) durante largos períodos; en incontables noches ausentes; en eternos fines de semana. Puede que sea “tonta”, mas me parece simpática... caja tonta, pero simpática.
Imagínense que le pedía que hablara más fuerte y ella lo hacía; le pedía que me hablara de otra cosa, y también lo hacía; le pedía que se callara la boca y cerrara sus ojos, y la muy obediente y solícita “caja tonta” lo hacía también.
Y por si fuese poco, cuando no estaba en mi casa (lo que ocurría la mayor parte del tiempo), mi “caja tonta” se anticipaba y coordinaba con su partner del hotel que me albergaría.
Mi “caja tonta” le hablaba de mí a su hotelera y trabajadora partner. Le decía que yo le pediría que cada mañana, justo después que sonara la alarma del despertador, me dijera “buenos días”; mi “caja tonta” le contaba también a su hotelera partner que por las noches debía hablarme hasta que me dejara caer en los brazos del señor Morfeo… habría preferido los brazos de otro señor, pero bueno, estaba Morfeo… cuando estaba, que hubo muchísimas noches que no quiso dormir conmigo.
Y créanme que la partner de mi “caja tonta” hacía todo eso.

Y si de convertirme en artista y cambiar de giro (rubro, ocupación) se trata, en tiempos de desiertas compañías, he tenido el privilegio de compartir escenario con los grandes (para mí lo son!!).
Al unísono con tantos de ellos y todos ellos, tan nobles, me permiten equivocaciones. No se disgustan si olvido la letra, tampoco se molestan si desafino cuando canto y/o ejecuto algún instrumento… y si les pido que lo repitamos casi infinitas veces, acceden… siempre acceden.
Archi-conocidos algunos y menos populares otros, transportándome en el tiempo, expresando sentimientos, vivenciando estados de ánimo, manejando el ritmo, desahogando sensaciones atrapadas y variando estilos musicales.

También he volado con “Blackbird” y hemos hablado tantas cosas. Tantas veces hemos visitado a nuestra amiga “La Cigarra”, que maltrecha y maltratada, sigue cantando. Y juntos o cada uno por su lado, nos hemos reunido con Jonathan Livingston Seagull.
En nuestros encuentros hemos tomado baños de brisa marina y nos hemos lanzado por acantilados y precipicios, en fantásticas aventuras y en unas cuantas desventuras también, siempre con nosotros mismos a cuestas, con todo lo que somos… en distintos mares, en distintos Océanos y en variadas playas, en distintas latitudes…

… y es maravilloso que aún nos quede tanto por descubrir.

http://www.youtube.com/watch?v=QZqChYrgb_A

CLAUDIA

La de la ventana dijo...

Qué bien contado y qué envidia, Wolfo... En tu próximo concierto, podrías avisar, poner un cartelito, o algo... Me encantaría ir a verte.

Un post precioso, felicidades por tener una vida así...

Anónimo dijo...

Yo siempre pienso que hago un cerro de cosas cada día, pero leyendo esta narración de "un día de concierto de Wolffoman" me ha entrado un vértigo que no veas.

¿Qué quieres que te diga? Creo que eres Rock'n'Roll en estado puro, amigo.

Algún día, como hablamos el 6, iré con mi chica a verte. Eso sí, tendrá que coincidir con un viernes que es cuando podemos contar con canguro...

Un fuerte abrazo (aunque no hayas apoyado el tema de la leche condensada como Buch y yo merecíamos).

Anónimo dijo...

Qué bien, cuánto me alegro de que triunfaras y disfrutaras tantitísimo!!! Y como estoy segura de que estaré entre tu público en una de estas (antes o después) no diré eso de que qué rabia el no haber podido ir.

Y me encanta tu "día cualquiera", de verdad. Te preguntaría lo que Quique San Francisco en "Amanece que no es poco" "oye, ¿me cambias el personaje?" Ya sé que no todos tus dias acaban en concierto, pero no te imaginas lo bien que suena tu rutina. En especial me ha gustado la parte de los desayunos. Y la visita a la cuñada, y la salsa para la carne...

En fin, que lo disfrutes con salud y todo delgadito. Un beso gordo (que no es por tí, que me sale así!!)

Cati dijo...

No fue una noche cualquiera, y en tu compañia aun menos.
Un beso cielo mio.

Wolffo dijo...

Vanitas,
sí, un poco demasiado prolijo, ¿no? Pero es que, por alguna razón, me apetecía contar todo lo que pasa cuando el concierto, en lugar de una estrella del rock, lo ofrece un maruji estrellado.
Estaría bien darse un voltio per la terra tuglia, Van, aunque fuera solo para verla, sin guitarritas de por medio. Por cierto, tanto mi guitarra como yo estamos pensando en pillar una taka como la tuya, estás contento con ella, ¿no?
Es más cómoda de leer esta plantilla blanca y radiante, como las novias, pero más soportable que la mayoría de ellas. En cuanto a documento gráfico, nada de nada. Lo pedí, pero...
Abrazos, amic.

Guiss
nada hay más que desee que tocar en sábado y poder invitarte no solo a escucharme, sino a una buena comida y a una buena corrida. Ambas cosas en Valedemorillo, claro, primera feria taurina de España, como sabrás muy bien.
Fantie me ha decepcionado, esperaba ver surgir un fantasma de mi pasado, de repente, copa en mano y echándome en cara mi poca astucia al no caer en la cuenta antes de cverle de quién era y todo eso. Creo que antes te veo a ti, Guiss, que al doctor Fantie.
Y lo que me hubiera gustado verte cantar a voz een cuello ese naa-na-na-nanananáaaa...
En fin, Guiss, que te espero, siempre, ya sabes, y que no desesperes, que un día de estos nos vemos, seguro. aunque sea sin concierto. Aunque sea sin corrida.

Rayas
hay un comentario en el anterior, a lo mejor te refieres a ese... en cualquier caso, lo mejor, siempre, es reirse, mi pamperilla querida.
¿No ha quedado un pelín largo? es que no quería suprimir esas cosas, porque el relato, me daba la sensación, quedaba cojo, si suprimía alguna cosa. En fin, ese es su tamaño y punto. Y si, lo que contaba eran mis sensaciones en un día que, para mí, fue mágico.
Efectivamente, Blackbird la había subido antes, hace mucho, pero estoy recuperando (aprovechando que tengo los dedillos chungos)viejos temas que subí al CastPost que ahora no se pueden escuchar.
Y la magia sí que funciona. Te estoy viendo en esa esquina, con tus amigos, bailando y divirtiéndote, así que luego me paso por ahí a darte un beso: no te vayas, ¿eh?

Claudette
Caray... qué maravilla de comentario. Bueno, es casi un insulto llamarlo comentario, pero he disfrutado leyéndolo, Clo, y escuchando a Mercedes Sosa cantar como la cigarra... eso sí que es música, ¿eh?
Venga, mujer, un beso gordo.


Thèrese Fenestresse,
esto sí que es francés de palo, ¿eh...?
En fin, T., claro que avisé, a todos mis contactos por e-mail y poniendo aquí un post y un cartelito.... es el post anterior. si estás por Madrid, mándame un emilio a wolffo arroba gmail punto com y serás puntualmente enterada de todo acontecimiento wolffiano que se dé de ahora en adelante.
a mí también me encantaría verte, Teresa, en serio. UN beso gordo, guapa.

FossMan
Estoy seguro que si vas y te pones a contar, no solo lo que haces, sino lo que piensas cuando haces lo que haces, te saldría u relato igual o mayor que este. Así, puesto negro sobre blanco, parece más.
Jo, la verdad es que si tú también me prometes que en fin de semana puedes ir, y juntarte ahí con Guisantilla, tengo que presionar para que me concedan eso... ¡un sábado de tocata, plis!
jajajajaujaaaaa, escuece lo de la leche condensada, ¿eh? Luego me paso, a ver cómo ha seguido la cosa.
abrazos

Mahomalilla
a ver si un día te puedes pasar... Sé que esta vez estuvista a puntito de estar. Y ya te dije que tengo una canción reservada para ti.
En realidad no es un día cualquiera, claro, y hay un poco de literatura en mi rutina: es decir, lo cuento para que parezca guay, en realidad, porque fue un día que disfruté muchísimo y acabé agotado, de verdad.
Y no creas, no estoy nada delgadito, siguen sobrándome casi 20 kilos, así que no empezaré a parecer delgadito hasta que haya perdido otros 15. En realidad, para parecer "delgado" tendría que perder unos 30 más.

Un beso a ti, guapa.

Oscura
no, realmente fue un día especial, también para mí. Ya me contarás... Un beso gordo, guapa.

Anónimo dijo...

Hola, soy Miguel, el amigo de OSCURA. Sólo espero poder acudir al próximo de tus conciertos puntualmente. Disfruté mucho tarareando muchas de esas canciones viejas conocidas. ¡De veras disfruté un rato!

Miguel

Anónimo dijo...

¡Joder, que envidia! Se ve que hubo un huevo de magia. También me parece acertadísimo que metieras más de los 4fab. Bueno, es que si no están ellos ¿Quien puede estar? Enhorabuena mi amigo, espero que pueda ir a verte algun día, ese gran día...

el_Vania dijo...

La verdad es que la Taka está de puta madre (o como se diga), es una buena compra.
La noto un poquito dura, pero es que mis dedos están mal acostumbrados a las dos Fenders...
De todas maneras, si cayeses por aquí, podrías probar antes de comprar!
Abrazous Tremendous!
Salud/OS!

Morgana dijo...

No te mereces otra cosa. Seguro que fue una noche fantástica.

Un lujazo poder escucharte en directo, seguro.

Besos mil.

Wolffo dijo...

Miguel
¡Hombre, bienvenido, amigo! Gracias por ir, por tararear, por dar palmas y por decirlo en voz alta, en serio. No te preocupes que enterarse de los conciertos de Wolffo es lo más fácil del mundo. Y me encanta saber que disfrutaste, de verdad.
Un abrazo y gracias de nuevo.

Buch
la verdad es que al final, como se me hizo tarde, se me quedaron unas cuantas en el tintero, pero bueno, el próximo día intentaré calibrar mejor el tiempo. A ver si vienes un día, sí...

Vanitas
la he visto muy baratita en algunos sitios (uno de ellos, con playita y buen yantar...) y estamos pensando en un viaje relámpago a comprarla, pero bueno, ya veremos. Si un día me acerco por esos lares, sí que me gustaría echarle un tiento, Van, y eso de encontrarla dura... tocar guitarras Fender debería estar penado, eso es lo que pienso.
Abrazo viril.

Morganilla
sí que fue una noche divertida, y creo que todo el mundo lo pasó más o menos bien. Y no es un gran lujo, en realidad, es solo cuestión de oportunidad. Y tendrás la tuya, a fe mía.
Muchos montones de mogollón de besos.

el_Vania dijo...

Pero qué dius!!??
Te invito a que pruebes el delicioso tacto de mi Strat y mi Tele... y entonces, nothing's gonna be the same, hombre...
Yo no es que sea extremista en cuanto a guitarras, si tuviera o tuviese pasta, me hubiese pillado una Gibson LesPaul, alguna Rickenbacker, alguna Paul Reed Smith, o una Guild...
Pero lo cierto es que la versatilidad del sonido de la Stratocaster es legendaria. Es como tener muchas guitarras en una... y lo de la Telecaster es ya por capricho, por mi devoción al gran Andy Summers, por ese sonido metálico tan característico...
En fin.
Try before you buy.
Te recuerdo que la expo está cerca y que el viaje en tren es una hora y 10 minutos, man.
SaludySaludos!!

Binche dijo...

Joooooooooooo, yo quería haber estado ahí!!!

Gracias por esta magnífica descripción de tu jueves de concierto, me he visto transportada hasta ahí y hasta he olido el pollo quemao!

Besossss

Anónimo dijo...

5 intentos de escuchar la canción: como una hora de mi tiempo.
17 intentos de descargarla : como otra hora.
Que me la envíes al correo: No tiene precio.

Y, por cierto, deberías pasar por Guis's place. Solo falta tu capacidad de convicción e influencia para convencerlas.

Abrazos.

Anónimo dijo...

El jueves tenía que haber estado en el concierto de los Cure. Y tampoco fui. Caray, Jordi, siento haberte decepcionado por no pasarme a verte. Lo cierto es que en estos días ando bastante alicaído y no me he animado. ¿La culpa? Bueno, ya te comenté que mi abuela murió el pasado mes de septiembre. Y ahora se ha vendido su casa.

Quizá visto desde fuera pueda parecer algo irrelevante, pero tener que vaciar su casa y pensar en la etapa que inevitablemente se cierra, me tiene muy triste. Hasta ahora no se había puesto a la venta porque aún pasamos allí la última Navidad —era el punto de encuentro de toda la familia que ya te dije que es muy numerosa (trece hijos, etc.)—, pero ha sido poner el cartel de “Se Vende” y no ha durado ni diez días. Además, yo me había hecho a la idea de que tardaría un montón en venderse con tanta crisis y tanto parón en el mercado inmobiliario... Pero nada, contra todo pronóstico, pese a ser demasiado grande (en realidad son dos casas juntas), venderse a más de doscientos kilos y todo lo que tú quieras, el caso es que se acabó.

Rescato una foto ampliada a gran tamaño, en blanco y negro y acartonada, mostrando el barrio como era antes, la inexistente Castellana, apenas un camino rodeado de campo hacia una rotonda que se llamaría Plaza de Cuzco, la Iglesia de San Jorge, el estadio del Madrid, y junto a lo que sería la calle Alberto Alcocer, el chalé de mis abuelos. El antiguo chalé que luego venderían para mudarse al edificio que se construyó en ese mismo terreno.

Repartir tantos recuerdos, ver como se vacía la casa, caer de nuevo en la cuenta de lo que eso significa... Es como si mi abuela (y mi abuelo que murió hace más de veinte años) se muriera otra vez, como si nos muriésemos todos un poco. Yo creía que las cosas materiales no me importaban, y realmente no lo hacen —no en el sentido del valor económico—, pero sin embargo trato de aferrarme a un puñado de enseres.

Cuadros e ilustraciones pintados por mi bisabuelo, dibujos hechos por mi abuelo, la bola del mundo y la del cielo y sus constelaciones que estaban en su despacho, el libro que presentó al Premio Planeta (y que no ganó), guiones de cine, cuadros pintados por mi tío José Manuel (que se mató en coche hace ya tantos años), fotos antiguas, de la familia, de Madrid —tan diferente y que mi abuelo contribuyó a modificar—, puzzles pintados y cortados a mano en la cárcel por el tío Luis —el hermano de mi abuela encarcelado en la posguerra (por rojo, mientras mi abuelo sin embargo combatía en el bando nacional)—, y libros de prosa y poesía escritos por él, las infinitas flaneras de mi abuela, sus fotos de joven que impresionan de lo increíblemente guapa que era, libros, montones de libros, enciclopedias, novelas, ensayos, libros de física y de filosofía, libros sobre de dónde venimos y a dónde vamos, libros de ingeniería de mi abuelo con tablas y fórmulas, sus planos, sus mapas, títulos y diplomas, discursos, una caja de caudales con las cartas que mi abuelo escribió a mi abuela cuando eran novios, cacharros de cocina tantas veces utilizados para todos, un óleo de mi abuela, el inmenso acuario vacío como símbolo de desolación, cajas con discos de vinilo, la gran mesa redonda del comedor que se montó allí dentro y que ya es imposible de sacar sin tener que partirla en dos. Tantas cosas...

Ahora hay armarios vacíos y silencio. Marcas de cuadros en las paredes, estanterías desiertas, bombillas inertes colgando del techo. Me asomo desde la terraza de la que fuera habitación de mi tío Ignacio y veo todo Madrid (es el último piso, un noveno), el Bernabeu tan cerca y la ciudad extendiéndose hacia el sur. Y pienso que no volveré a contemplar ese panorama, y recuerdo salir a tomar el aire en las interminables y multitudinarias fiestas de Nochevieja, siempre abiertas a familia y amigos. Y me doy cuenta de que estoy solo. Y me echo a llorar.

Hay un poema de Borges que me persigue desde que lo leí hace ya muchos años. Habla de las cosas, de todas esas cosas que tenemos y utilizamos a diario y que un día, cuando muramos, nos sobrevivirán, y —como dice el ciego maestro— quedarán como mudos testigos sin saber siquiera que nos hemos ido.

En fin, Jordi, no sé si disculparme por este arranque de sentimientos aquí, en tu página, pero sin pretenderlo me ha salido del tirón. Y creo que necesitaba escribirlo. Otra cosa es que alguien necesite leerlo aunque, ya se sabe, son viejas historias del fantasma que quizá no sean fáciles de clasificar.

El último saldrá y apagará la luz. Otros vendrán a encenderla de nuevo y, sin saberlo, habitarán con nuestros fantasmas.

Wolffo dijo...

Vanitas
ya, ya... si eMail, el guitarra de mi grupo es también Fenderista, y la verdad es que sí, suena de vicio... es algo personal lo mío con las Fender: me caen gordas, como los Renault o los Saab, o las teles Sony o la leche Pascual. Una Rick, quiero yo too...
En fin, no estaría mal una vuelta por Saragossa, pero lo de la Expo, más que un reclamo, chico, como que me tira p'atrás... Es algo irracional, como lo de las Fender, uno es así de raro.
De todos modos, ir a verte será un placer, aunque no me dejes probar tus guitarras, ¡pedazo de avaro!
Abrazous, colegue!

Binchi's
vaya... podías haber olido el pollo antes de quemarse, porque era un aroma delicioso... el otro, ya sabes: comida quemada que, además de ser repulsivo, a ti no sé, pero a mí me da una rabia...

Muchos besos, mi Tuli querida.

FossMan
vale, vale, te la mando por lo que viene siendo el correo, pero vamos que tampoco es nada como para echarse a llorar ni nada.
Me paso en un ratito por Guiss' y a ver qué es lo que le estáis montando a la pobrecita...

Abrazos varios.

Fantie, amigo
no, hombre, no te lo tomes así, colega, es solo que esperaba verte, nada más. Pero el jueves no tenías que haber estado en el concierto de los Cure, matxo, de no mediar la venta de la castillo, los Cure eran tu opción nº 3, después de ir a verme y a escucharme.
No sé si a los demás les gustará o no leer lo que has escrito, pero algo me dice que al 90% de la perorating people le va a resultar tan grato como a mí seguir leyéndote en este registro más personal e íntimo.
Recuerdo que cuando me separé, volví a mi vieja casa de Agustín de Foxá, 15, 2º izda.,donde mi hrmano Mariano aún habitaba, aunque la verdad es que le quedaban apenas un par de meses de estar allí. Entiendo perfectamente tus sentimientos al ver la casa de tus abuelos despojarse de sus recuerdos, porque yo pasé una experiencia parecida con la que había sido mi casa.
Creía que no la echaba de menos, ¿sabes? que esas cosas pasan por uno y ya está. La casa, la que había sido mi casa desde que nací hasta que me casé a los 24 años, estaba en un lamentabilísimo estado. Aun así, era mi casa y todos los rincones estaban llenos de recuerdos, míos y de mis hermanos, y de los ausentes, mi hermana Montse, mi madre y mi padre; y recuerdos de mis amigos y... memorias inagotables y fraudulentas, seguramente, pero mis memorias que, aunque no lo quiera, están sujetas a las paredes de esa casa. Casa que, seguramente hoy ya no existe, pues el hombre que la compró tenía aspecto de reformador compulsivo. Eso sí, él no habita con nuestros fantasmas: creo que salimos todos de allí con un puñal clavado en el alma, de dolores y miradas hacia delante, Fantie, porque eso es lo único que debemos hacer, siempre, mal que nos pese, que nos duela o que nos fastidie. Seguir, amigo mío, seguir y tener cuidado de mirar hacia delante, porque no queremos tropezar tontamente y que alguien nos quite de en medio.
Un abrazo fuerte, viejo amigo y no creas que, poniéndome sentimental, consigues que te perdone que no hayas venido. Me debes una.

Un abrazo.

pijomad dijo...

Dos meses sin visitarte.... y sigo flipando con tus historias.. ni cambies la voz ni cambies la forma de escribir.

Wolffo dijo...

pijomad,
¿Dos meses ya...? O más, ¿no? En fin, en cualquier caso, es una alegría volver a tenerte por aquí, amigo, en serio.
Y la alegría es doble por lo cariñoso de tu comentario. Así da gusto.
Un abrazo fuerte y no estés otros dos meses sin venir, hombre, que se te echa de menos.
¡Agur!

LuNegra dijo...

Buenos dias! veo que has cambiado la cara, te veo más... radiante ;-).

Ya sabía yo que esta noche sería de las buenas, cosa que espero poder disfrutar contigo algún día y consigo que te acerques un poco más.

Un besote wapetón, mejoras como los buenos vino.

Anónimo dijo...

Joé, que gente tan maja, me siento tan cabrón cuando me comparo...

Wolffo dijo...

Luna
Está más bonito así, ¿verdad? Es más cómo de leer y todo parece más amable, sin duda.
Y sí, estuvo bien, Luna, Lunera, y ya sabes, baja al bar que hay al lado de tu casa y dile: "oye, ¿qué te parecería programar música en vivo? Tengo un músico buenísimo y baratísimo..." Y ya está. Concierto wolffiano al lado de tu casa.

Buch
llevo toda la tarde de ayer y la noche deseando que este desafortunado comentario desapareciera, pero no, ahí sigue, recordándome la clase de amigo que eres... Ay, Buch, qué montón de años, ¿eh?

linmer dijo...

¡Qué lástima perderme tales espectáculos piromusicales!

Me encanta la descripción de tus mañanas, realmente magnífica.

La canción que cuelgas hoy, qué decirte si sabes que no sé, tiene una guitarra fantástica.

Me sabe realmente mal perderme algo en lo que pones tantísima ilusión, de verdad, a ver si algún día tocas en viernes y coincide que pueda pasarme...

Un abrazo amigo.

PD: Hay post nuevo en casa

Wolffo dijo...

linmerick
estoy seguro de que disfrutarías, son muy divertidos estos aquelarres, en los que yo, claro, oficio de lucifer, pero hay cabida para todo tipo de demonios, brujas y demás gente maldita.
Eso, eso, te vienes un viernes con una amiga a Madrid y disfrutáis de un conciertillo, hombre, que apetece mogollón.
Un abrazo, amigo mío. Sé bueno.

Wolffo dijo...

Este comentario es sólo para que sean 30.

linmer dijo...

Y con éste 31. Ala, ya te he jodido la cábala.

Wolffo dijo...

oh, malvado...