miércoles, abril 09, 2008

Buch, siempre Buch

Birthday

Estábamos jugando un partido en el redondel, un aparcamiento incómodo de pisar hasta para un todoterreno, pero era el sitio donde nos dejaban dejar al fútbol. En el jardín de nuestras casas, lo que ahora se conoce como "urbanización", que era una manzana completa junto a la Plaza de Castilla, en el extremo norte de Madrid, había sitio de sobra para que jugáramos al fútbol, pero nuestros padres, que eran un poco idiotas, siendo sinceros, preferían tener una praderita bien cuidada de césped que nadie disfrutaba, a ceder a sus hijos un cachito de la parcela para desfogarse. Cuando empezó a ser incómodo, y costoso, arreglar los faros rotos, las carrocerías abolladas, los retrovisores y lunas rotos, pues jugábamos al fútbol en el aparcamiento, entre los coches de nuestros padres, entonces nos dejaron una esquinita del jardín para nuestros partidos. Al principio, y esto tiene gracia, pensaron que si ponían unas canastas no jugaríamos al fútbol, y que nos conformaríamos con el baloncesto... pero esa es otra historia. Y todo esto empezó antes de que nos dejaran jugar en el jardín.
Jugábamos un partido en el redondel, decía, y era un partido tan aburrido y tan divertido como cualquier otro. Imagino que Michel y yo, y Bonus y Nano, íbamos en equipos distintos, siempre lo hacíamos, porque, qué quieres, éramos los mejores y si íbamos juntos, no había partido, simplemente ganábamos. Imagino que, también, Fantasma Paraíso, estaba con sus amigos, Titus, Joe, Caesar y los demás, ojo avizor, a ver si nos quitaban la pelota. Porque ahora le véis en plan buen rollito y tal, pero él era de la pandilla de los mayores, y contribuía a jodernos de vez en cuando, quitándonos la pelota.
Yo debía tener 9 o 10 años, un mico, vamos, y vi que un par de chavales se acercaban a alguien a preguntar si podían jugar. Ese alguien los desvió a mí, que era un poco mayor que el resto y, por lo tanto, jefe natural. Eran Buch y el Americano, quien se erigió en portavoz y me preguntó:
- ¿Podemos jugar?
- Si sabéis... - dije yo en plan chuleta asqueroso. Entonces la cosa era así, hombre, no me lo tengáis en cuenta; sencillamente, eran dos forasteros y yo tenía que presumir ante los míos de que era el más chulo del barrio.
Sí que sabían. O mejor, Sí que sabía Buch. El Americano era bastante vulgar jugando, pero Buch demostró tener una zurda de oro. Como casi todos los zurdos, tenía un estilo buenísimo y era muy plástico verle chutar. Se inclinan de una forma especial para darle al balón, o algo así. Al principio, tomé a los dos por primos o algo así: ambos tenían los ojillos almendrados, un poco achinados, llevaban un corte de pelo similar y... joé, habían venido juntos.
El fútbol fue lo primero que tuvimos en común Buch y yo. Simpatizamos pronto, a pesar de que, entonces, incomprensiblemente, Buch era seguidor del Valencia. Desde entonces, siempre que pienso en Buch y el fútbol, viene a mi mente Mario Alberto Kempes, el matador (aunque su llegada al Valencia fue posterior a la llegada de Buch a mi barrio); pero lo que ganó mi corazón para siempre fue su sentido del humor. Tenía una forma de enfocar el asunto muy similar a la mía, pero mucho más brillante, como sucede ahora. Recuerdo el día en que me ganó para siempre.
En esos años había una campaña publicitaria de mayonesa Ybarra cuyo jingle decía: "que sí, que sí, que el secreto está en la "y", la "y" de Ybarra... con mayonesa Ybarra..." y tal. Bien, pues un día, jugando a las medallas, un juego inventado por nosotros, una especie de variante del frontón, pero futbolístico, se me acerca corriendo Buch guardando algo entre las manos, como ocultándolo al resto, como si fuera un tesoro que no quería que nadie viera. Se acerca a mi oído y me dice, enigmáticamente:
- Poseo el secreto...
Fijaos en el lenguaje: "poseo..."; al loro, porque debíamos tener, como mucho 11 o 12 años, en serio. Bien, pues me mira con misterio y me deja ver lo que guardaba entre las manos, y esto era, me cago en diez, una Y griega recortada de un periódico. Todavía oigo mi risa y me sorprende el proceso mental que le llevó a hacer eso con esa edad.
Buch y yo hemos compartido muchísimas cosas desde entonces. El amor por hacer música, por los Beatles, por Jardiel y Wodehouse, el desdén por la demagogia y la superficialidad, el gusanillo de la escritura... Hemos sido valientes y cobardes al mismo tiempo, hemos sido héroes y villanos y los dos sabemos lo villanos que hemos sido, pero también lo bien que lo hemos pasado muchas veces. Buch es, por cierto, padrino de mi hija mayor, Leticia y, colega, en plan comentario aparte: va a cumplir 18 añitos, 18, en breve plazo de tiempo. Todos (sobre todo ella) confiamos en que te retrates, y no con un soneto...
Entre las cosas inexplicables que hacíamos, me hace mucha gracia recordar que íbamos a la estación de Chamartín, a ver si ligábamos con extranjeras, y a tal fin nos paseábamos por los andenes y la gran sala de espera, recitándonos mutuamente versos sueltos de canciones de los Beatles, pero como si estuviéramos hablando en inglés. Lo que me hace gracia es que eso no tenía ni pies ni cabeza, pues si nuestra presa eran las extranjeras, a quienes imaginábamos menos mojigatas que las españolas (sin sujetador y sin bragas, probablemente), se darían cuenta de nuestro hablar fraudulento antes de que nos diera tiempo a nada. En fin...
Pasó mogollón de tiempo.
Hace unos 3 años, cuando aún escribía en ya.com, llevaba más o menos un par de años sin tener noticias de Buch. Tenía su teléfono, su dirección, su eMail, pero no contestaba a mis llamadas ni respondía mis mensajes. Pensé que se había mudado, cambiado de trabajo y perdido para siempre, pero un día, recibo un eMail genial de Buch.
En él me dice que ha pasado una rachilla jodida y que, en un rasgo muy suyo (que habría que quitarle a bofetadas, aunque fuera) "no quería dar el coñazo con mis movidas", pero asegura estar ya bien. Ha dado conmigo porque escribió mi nombre en Google y, descubrió el blog "Te o he dicho cienes de veces" que califica, muy cariñosamente, de "lleno de encanto y humor". Afirma haberlo leído todo, de arriba a abajo y que leerlo le ha animado a ponerse en contacto conmigo de nuevo. Yo no sé si conocéis el amor entre hombres, o mejor dicho, entre amigos. Eso es lo que sentí yo entonces: una oleada de amor inmensa. Le noté, como siempre (desde aquel ¿podemos jugar?) a mi lado y pensé que, qué caramba, el pensaría lo mismo. Y es que estas cosas, pueden sufrir altibajos, pero duran siempre, si son verdaderas.
Quiero pensar que ayudé a Buch a decidirse a abrir un blog (aquel encantador GRANDES DOCUMENTALES) y ahora, desde el genial ALTO CONSUELO, da lecciones de humor e inteligencia al mundo y, por favor, si alguien no lo conoce, que haga el favor de ir a leerlo ahora mismo, porque me lo agradecerá toda su vida.
Me dice la gente, sí, sí, mucho post gay y tal, pero, ¿te has rascado el bolsillo, chaval? ¿qué le has regalado? Pues, aparte de esta canción, llena de marcha, guitarras y voces, le he organizado un partido el pasado fin de semana. Como era un partido sorpresa, no se llevó ropa adecuada pero, aún así, dejó muestras de su clase y su mala leche. Hizo una escalofriante entrada a Johan Cruyff, bajo la atenta mirada de Kempes, a quien el astro holandés acababa de hacerle un caño y eso molestó a Buch muchísimo.
Todo estuvo genial, Buch, pero reconócelo: yo fui el JCMC (Jugador Con Más Cojones) del partido, te pongas como te pongas.

Por cierto, la cancioncita, que es de los Beatles, claro, puede bajarse aquí:

Wolffo - Happy Birthday, Buch

Hoy es el cumpleaños de Buch.
Felicidades, Buch. Muchas felicidades.

37 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo hace tiempo que no entro y me encuentro con un wolfo todo de blando, esto va a ser por las comuniones, que te has vestido para la ocasión. Un besito.

Wolffo dijo...

Vaya, vaya, Amy, no sé si es una errata o un reproche: ¿te refieres al color o a que estoy "blandito"?
En cualquier caso, recuerda que uno es ateo, así que nada de comuniones, y que se alegra muchísimo de verte por aquí.
Un beso.

Anónimo dijo...

Bueno ya he leído tu post, primero felicitar al cumpleañero. Luego decirte que me has hecho recordar algo, mi amiga Alicia y yo utilizabos el inglés para todo lo contario, en vez de ligar, lo hacíamos para despistar. Ella es hija de un norteamericano, así que la chica aunque habla con más acento andaluz que yo tiene una pinta giri que "pa qué" contarte. Con lo cual cuando alguien nos molestaba cambiabamos de idioma, sobre todo lo hacíamos cuando algún pueblerino venía a molestarnos, sin la más mínima intención de ofender a nadie, por supuesto.

Anónimo dijo...

Al color me refería al color. Yo también me alegro de verte.

PD: guiri, ays últimamente escribo fatal, fatal, cachis.

Anónimo dijo...

Con la cosa del baby-boom, en España nacieron tantos niños en los sesenta que nunca te faltaban amigos para jugar. En mi caso, además, tenía la suerte de vivir en unas casas con jardín comunitario, con lo que bastaba con bajar para encontrarte a tus amigos. Y como estabas en el jardín, tus padres te dejaban entrar y salir de casa sin darte la tabarra. Otra característica de entonces era que al haber niños de todas las edades, bastaba con que te llevaras un año de diferencia para que los siguientes te consideraran mayor, y los anteriores pequeño (ni siquiera hacía falta un año completo, bastaba con unos meses siempre que eso supusiera un curso escolar diferente). Aclaro esto al paso de que Wolffo, ya muy convencido de mi identidad de cuando aún era mortal, me incluya así en «los mayores».

Hoy en día, tristemente, hay menos niños y eso modifica sus relaciones sociales. Las pandillas tienden a la «integración» y se agrupan niños de edades diferentes (aunque similares, claro). Ahora, si eres niño y encima vives en una casa sin jardín, lo tienes claro. Si tienes un jardín estupendo porque vives en un chalé en las afueras, también lo tienes claro. A menos, por supuesto, que tus padres se lo curren y estén todo el día trayendo amiguitos a jugar. Pero no era de esto de lo que quería hablar.

Cuando éramos pequeños, decía, con el paso del tiempo las pequeñas diferencias generacionales se iba borrando. Además, Wolffo y yo compartíamos un detalle fundamental: nos quedábamos en Madrid durante el mes de julio. Esto puede parecer una nimiedad, pero en aquellos tiempos lo normal era que toda la familia veranease el mes de agosto completo, y era frecuente que en julio las madres se fueran con los niños a la playa mientras los maridos se quedaban solos en Madrid (aquellos «Rodríguez»). Mi madre, que era muy solidaria, no lo hacía, y la de Wolffo tampoco.

En julio hacía un calor de muerte, el jardín estaba medio desierto, la necesidad hacía el roce, y éste, el cariño. Así que resulta más que apropiado decir que Wolffo —acaso un año menor— y yo, empezamos siendo amigos «de verano»; pero no porque jugásemos juntos a hacer castillitos en la orilla, sino en Madrid. Vacaciones, días eternos, tardes tórridas, a la piscina en autobús...

Con Wolffo, además, encontré también un gran nexo de unión: la música. Él me introdujo primero a los Beatles que fueron la puerta de entrada de todo lo demás. Pero primero fueron los Beatles, a los que escuchábamos con disciplina y rigor. Digo esto, porque recuero irme comprando toda su discografía de uno en uno (y empezando por una recopilación, el «Oldies but Goldies», mi primer vinilo que aún conservo). Como él tenía hermanos mayores, en su casa había muchos discos pero yo, que lo que tenía era hermanos pequeños, hasta que empecé con lo de los Beatles tenía que conformarme con singles que me regalaban siguiendo el consejo de mis muchachas, y que se limitaban a infumables horteradas setenteras como «Mammy Blue» o Jeanette.

Me acuerdo cuando me tenía que comprar el «Magical Mistery Tour» —sí, me lo “tenía” que comprar, así eran las cosas— y carecía de dinero en ese momento. No sé si tú te acuerdas, Jordi, pero entre los dos nos pusimos a pensar el modo de conseguir la pasta y se nos ocurrió ir por las casas de nuestros vecinos pidiéndoles los periódicos atrasados, y luego llevar el papel a vender. Y dicho y hecho, nos pusimos manos a la obra y yo logré comprarme el disco. Ahora que lo pienso, probablemente haya sido lo primero que me haya comprado fruto de mi trabajo. Tú fuiste muy generoso, porque me ayudaste en la operación y creo que el objetivo era el disco y no repartir el dinero.

Adquirí todos los discos de los cuatro de Liverpool y aún los conservo. Conservo todos, menos —como ya te recordé— «Rubber Soul», que te lo presté a ti y no me lo devolviste. Aunque no importaba, yo también me quedé algún disco tuyo. Cuando terminé me sentí un poco perdido: «¿Y ahora qué?» —pensé. Pues primero los Wings (lógico) y Chuck Berry (que también me lo enseñaste tú), y después e inevitablemente, la explosión musical y todo el mundo que se abría.

También nos unía nuestro platónico amor por María Victoria. Pero es que era inevitable enamorarse de ella porque era rubia, tenía los ojos azules, era medio americana (por parte de madre), y su hermana se llamaba Elizabeth y su hermano Johnny. Demasiado exotismo y demasiada cara angelical para cualquier adolescente. Maria Victoria, reconocerás, era amiga mía al igual que el resto de niñas de su (mi) pandilla: Bea, Isabel, María..., pero aquí la necesidad también fomentaba la integración, qué demonios.

Yo ahora escucho poco a los Beatles. Supongo que mis gustos musicales evolucionaron y suelo escuchar otra música. Sin embargo, me siguen pareciendo geniales y una pieza clave en mi educación.

Y aquí, en tus peroratas, vuelvo a escuchar tus versiones y me arrancan nostálgicas sonrisas. Y vuelvo a saber de ti. Y de Buch (felicidades). Y aprendo cosas nuevas. Y cuando, como en este post, afloran tus recuerdos —que en gran medida son los míos— siento de modo inevitable la llamada. Qué extraña es la vida, ¿eh? Por eso, y por más, amigo, sigo viniendo por aquí. Y por eso, y ante la grata sorpresa que me supone tu generoso despliegue de historias y de canciones (y los comentarios que te hacen), me siento obligado a contribuir yo también. Y me arrastras al teclado del ordenador para compartir. Es divertido.

Anónimo dijo...

¡¡Dios que ilusioooonnn!!
Cuando me pasan estas cosas, y el corazón se me pone por ahí a influirme, pierdo, paradójicamente la fluidez escribiendo. Seguramente que a todo el mundo que ha conservado una gran amistad durante mucho tiempo, ha pasado por cosas que merece la pena contar. Pero en nuestras cosas ha habido un componente de idealismo que las hacen tan cachondas y gustosas de recordar. “Héroes y villanos juntos” Es una verdad como un piano, y también “Golfos y pardillos” a la vez.
Otra cosa que hacemos bien juntos (Aparte de “Thank you girl”) es comer. Recuerdo aquella vez, de hace como nosecuantos años, aproximadamente, que empezamos una fondue, mano a mano, y como a mitad dijiste.
- ¿Y por qué no nos dejamos de mariconadas, y hacemos la carne en una sartén y así nos la podemos comer más deprisa?

Y ese me pareció un plan muy razonable. ¿Por qué no se me ocurrió a mi? Puta pérdida de tiempo la jodida fondue.
Ah, y las gachas, cómo te quise aquel día ¡¡Có rrricas!!!.
Y también las movidas detrás de las gélidas Silvia y Claudia, como disfrutamos de su desdén, y cómo hubiéramos disfrutado seduciéndolas como Dios manda. O al menos intentando seducirlas. ¿Y cuando casi nos hacemos cuñados? Marina, la formidable gimnasta, a la que desprecié por culpa de el conguito. ¡Ay, cuantas veces fui gilipollas!

Y el fútbol, claro. Recuerdo a Kempes como mi ídolo fundamental. Y nuestro Ajax. Y como empecé siendo valencianista, para acabar siendo madridista sin ningún problema de conciencia…
Ays, cómo me ha gustado esto…
Ah, y me retrataré como un campeón, mi amigo.
Pero como me ha gustado esto,…

Anónimo dijo...

Fantasma, me has tocado la moral con lo de Jeanette. Porque cuando los Reyes me pusieron mi primer tocadiscos, venía acompañado por cuatro singles: Soy rebelde, de Jeanette; Help, de Tony Ronald; Amores, de Mari Trini, y otro que no consigo recordar. Supongo que eso me convierte a tus ojos en una hortera.

Buch, felicidades cariño. Aunque intentaré escribirte algo más inspirado y ponerlo en tu blog o enviártelo por mail. De momento, disimulando como estoy en una reunión del Instituto, no doy para más. Un montón de besos.

Wolffo dijo...

Amy
joé, Amy, teníamos que habernos encontrado Alicia, tú, Buch y yo: hubiera sido una confusión continua... Seguro que lo hubiéramos pasado bien. Pero, me temo, tú eres más jovencita que nosotros. Yo cumplí 43 en noviembre y Buch los está cupliendo hoy. Y no te preocupes por las erratas, que yo soy el rey.
Muchos besos y muchas gracias.

Fant
la verdad es esa, la que tú dices, sin más ambages. Es verdad que tú eras un poco más joven que los mayores, pero, al ser un año mayor que el mayor de los pequeños, que era yo (me parece que sólo Luis Tonel, el que vivía en tu portal, no confundir con Luis el Gordo, que también) era un poco mayor que yo. Ah, bueno, y Antonio (Antoñito) era medio año mayor que yo, también.
Es verdad que nosotros dos, y Borja y el nombrado Luis Fattal éramos los pringaíllos que sólo íbamos en agosto de vacaciones. Claro, todo lo que refiero, cuando la llegada de Buch al barrio, junto con el Americano, era anterior a que tú y yo nos hiciéramos amigos. Nosotros debimos empezar a ser colegas veraniegos con 13 o 14 años. ¿Recuerdas el verano de Simon y Garefunkel? todo el día en la piscina escuchando el grandes éxitos aquél... uf.
Me acuerdo perfectamente de tu conquista de los Beatles y de alguna de esas compras que hicimos en Fans, la tienda de discos esa tan poco rockera que estaba por donde el Laconero. Y recuerdo el episodio de la recolección de periódicos. La hicimos con Jose el Alto, ¿te acuerdas? Pero creo que, al final, tú fuiste más generoso y repartimos el dinero, o por lo menos lo planteaste. Algo de eso me suena.
Lo que no recordaba es que tú estuvieras enamorado también de Maritoria, aunque creo que, de algún modo, todos la deseábamos. ¡Qué guapa era, caramba! Lo que sí recuerdo es que, efectivamente, esa panda de tías buenísimas (recuerdo que Isabel tenía no una cara angelical, sino un torso de pecado) eran amigas tuyas, vuestras, de los mayores, y yo me moría de envidia de que tú pudieras hablar con naturalidad con María Victoria. Recuerdo que me gastaste alguna broma pesada típica de esa edad ("creo que a María Victoria le gustas, Jordi, me ha preguntado que cuántos años tenías y tal...") y me hiciste quedar como un idiota delante de la mujer que amaba en un par de ocasiones. De todas formas, eso me dio la oportunidad de hablar con ella, acaso de cualquier parida, en una de las dos o tres veces que hablé con ella en mi vida. Fíjate... dos o tres veces hablé con ella, Fant, y estuve años enteros deseándola con locura.
No sabes lo que me alegra el tono y cada una de las palabras y sentimientos que escapan de tu último párrafo. Espero que no te canses de contribuir y de contarnos tus cosas y tus historias, Fantom, que son dos cosas distintas, como bien sabes.
Un abrazo.

Buch
Es verdad que Thank you girl nos sale bien, hombre, y She loves you y otra un poco más vergonzante, de Los Golfos: "de dos en dos, de tres en tres, las escaleras subiré, para decirte que te quieroooo"
Comer, es verdad, buenas panzadas hemos compartido, pero ahora, como se aprecia en la foto, estás delgado y en forma, seguro que comes cosas a la plancha y verduritas al vapor y el único gordo del equipo soy yo, cojones.
Claudia y Silvia, ¡qué buenas estaban! Menudas dos hermanas, ¿verdad? y qué fuera de nuestro alcance estaban: eran guapas, inteligentes, sofisticadas, con pasta... y nosotros ¿qué les ofrecíamos? algunos comentarios jocosos, bolsillos siempre vacíos, y ganas de darles un repaso, en realidad, a las dos juntas, en plan orgía. Caramba.
Bueno, colega, que felicidades, y no has dicho nada del partido, qué mariquita eres cuando quieres...

Kotts
Todos tenemos nuestros discos inconfesables, y eso no nos convierte en horteras... ¿o sí...?
Aunque el elenco de figuras frigoríficas que venían con tu tocadiscos es aterrador... jajajajajajajaaaaaaa

¿Cariño Buch? Jo, yo que me creía especial...

No sé si te das cuenta de que contesto a tu comentario por cortesía, porque ni una palabra dedicada a mí...

Voy a pensar qué correctivo te aplico, Kotts. De momento, sólo un beso y casto, además.

Anónimo dijo...

Seis añitos wolfo, seis.

Wolffo dijo...

uf, seis años a esas edades... fíjate, si nosotros teníamos 13, vosotras teníais 7 añitos...

Nos hubieran acusado de algo feísimo.

Así que nada de besos. Saludos.

Anónimo dijo...

Uff! Ando volado ahora mismo, siempre se me complica el día a la hora de salir.

Un "admiro una amistad que dura tanto tiempo".

Y un volveré a comentar como se merece.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Wolffo, my dear, tú sigues siendo especial, lo creas o no. Lo que pasa es que, siendo el cumple de Buch, había que decirle algo también especial ¿no?

Vuelve a leer mi comentario y leerás que estaba en una reunión del Instituto, haciendo como que trabajaba y atendía al que estaba hablando. No me quedaba tiempo para escribirte algo a ti. Ahora ya estoy en casa y no tengo prisa.

Después de leer vuestros comentario sme digo que tengo mucha suerte de no haberte conocido por esos años que describes, porque quizás hubiera salido nombrada en este post como una de las mayores que no os hacían caso. Unas frases cargadas de rencor, seguro.

Besos.

Anónimo dijo...

Dos cosas debo decir.

Cosa 1.

La verdad es que a mi el futbol me tuvo enganchado hasta los 10 años, más o menos.

Llegado ese momento entendí que había un par de cosas que debían no ser muy normales, por un lado que pudiera ser al mismo tiempo del Madrid, del Atleti y del Sporting y por otro que siempre quedara el último en el momento del reparto elegido de jugadores.

Ahora me alegro porque soy un tipo francamente elegante y los años me han hecho ver con claridad que la ropa de deporte nunca me quedó bien.

Cosa 2.

Curiosamente hoy, comiendo con un amigo de hace más de 20 años, hablábamos del tema que tratas aquí.
Yo no tengo ni idea de lo que habrá sido de la gente de mi infancia.
Coincidí con uno hace unos años por un tema de trabajo y hemos ido siguiendo más o menos en contacto, pero nada de los demás.

Incluso con el amigo de hoy estuve unos años sin contacto hasta que un día nos encontramos en la calle. Y ahora vivimos a cinco minutos y trabajamos a dos, es curioso ¿verdad?

Estoy intentando recordar el nombre de viejos colegas y de los dos o tres que recuerdo solo he encontrado algo de uno en Google.
También es curioso.

Aquí tienes un abrazo y allí tengo la cena esperando ser preparada.

Anónimo dijo...

Kempes es y ha sido el mejor. Una reverencia al Matador.

Por cierto, qué de gente mayor hay por aquí, joer...

Wolffo dijo...

Foss
Vale, pues luego te contesto. Abrazos.

Kotts
bien dicho... yo sigo siendo especial, ¿eh? Está bien que te acuerdes de él en su cumple, pero nota que es tan dejado que soy yo el que tiene montarle la fiesta de cumple... Así que puedes felicitarme a mí por ser tan buen amigo.
No, mujer, no te equivoques, lamenta tu mala suerte de no haberme conocido antes, porque soy una experiencia inolvidable. Y, en cualquier caso, no hay rencor en mi corazón, sólo flujo sanguíneo y ritmo sostenido, y colesterol, imagino y triglicéridos y alegres canciones de los años 20.
Besos a ti, guapa.

Foss
Listos. Ya es luego.
Ya... lo del fútbol no te va demasiado. A mí, debo confesarlo, me encanta, pero no soporto en lo que se ha convertido ahora. Y además, debido a mis tobillos de cristal, no puedo jugarlo desde hace años. Pero el pantaloncito corto, como e llevaba en los 70, me quedaba que te cagas. Ojo.
Fïjate que a mí, el blog, haciéndolo así, abierto, mostrando mi jeta y dando datos para que se me reconozca, me ha traído a Buch, al Fantasma y a algunas personas más, que van sabiendo de mí por esto y eso me parece bien.
También me parecería bien que a las mujeres les guste frotar sus pechos contra mí, pero lo hacen poquísimo, oyes...

Venga, un abrazo, campeón.

Yambra
Yo soy kempiano a muerte, tío, pero no creas, lo de la edad es disimulo puro. A todos nos da reparo ser tan jóvenes y nos hacemos los vejetes para que no te sientas fuera de lugar. Consideración, Yambra, consideración.
Por cierto, acabo de pasar por tu casa y he visto que tienes un video que es un regalo para el homenajeado en este post, que es uno de esos recalcitrantes McCartneyanos. Oportuno, oyes.
Abrazos mortales.

Anónimo dijo...

¡¡Muchas felicidades, Buchito!! Buena memoria, Wolffo, yo también recuerdo exactamente la llegada de Buch al barrio, así, justo así. El partido, el americano, la hermana del americano...Vaya, se nos había olvidado esa maravillosa aparición, otra muesca más en el cinturón de cuero de Wolffo. Y que ingrata era Maritoria (genial), que pronto se casó, se fue, nos dejó, nos abandonó como lo habría hecho Kotin, sin volver la vista atrás (afortunadamente pues hubiera visto una pandilla de rijosos pre-adolescentes babeantes) Y su hermana, estupenda Beta, ojalá apareciera por aquí, deberíamos invocarla en una ouija (o buscarla en Google quizás más sencillo)...Vaya, el cumpleaños de Buch y hablando de mujeres ¿asociación de ideas?

Un fichaje este Buch, es cierto, rápido por la banda sin parecerlo, gambetero como su adorado Mario Alberto, buen rematador. Y ya que habláis de comida, el original plan de los sábados en Jumbo, comprando cosas de comer para tomarlas en el parking, los bocatas de Morcilla, las orgías de mosto...Buch de ideas geniales ¿de verdad no recuerdas tu comentario sobre el amor? Empezaba algo así como: "pues no, no debo estar enamorado de ¿Gabriela? porque..." Sublime prueba de desamor.

¿Quién coño es Phantom? Os he leído y releido y no he conseguido descifrar su identidad. Yo, del grupo de los pequeños también, años más tarde, con 19, por razón de estudios, me anexioné al grupo de los mayores, pero las mayoras ya estaban pilladas, pero esa es otra historia...

Buch, un varonil post-gol choque de pechos, buen tiro, tío.

el_Vania dijo...

Felicidades, señor Buch.
Felicidades, señor Wolffo.
Al uno por su onomástica y porque... así con esas descripciones tan wolffescas ya parece que le voy conociendo más.
Al otro, por tener un amigo así.

Y que sea por muchos años.
Salud y Saludos para sendos.

Anónimo dijo...

Joé es verdad no dije nada del partido. No soporto que le hagan caños a Kempes, que por cierto luego llevó una vida de lo más curiosa, arruinándose, aceptando el puesto de seleccionador de Albania (¡¡!!) , muchas gracias también a Kott, al Mich, al Vania, y al Wolffo que ha sido quien ha montado este magnífico festival, que me ha servido para levantar la cabeza con una sonrisa que te cagas. Amy también me felicitó, asi que gracias, de corazón.
Me he descojonado ( partido el bullata) con la foto en ese momento cumbre del partido. Ya solo me queda oir la canción.
Y, sobre todo, me siento muy orgullosos de haber ocupado tooodo un post en un blog tan cojonudo. Presumioré de eso, Wolffo, y el año que viene, haré lo posible por merecer todo lo bueno que has dicho de mi éste.
¡Sñug!

Anónimo dijo...

Mich, no recuerdo la frase, coño. desvélala

Wolffo dijo...

mich
La hermana del americano... Blanqui, de sabrosos labios y senos redondos y duros como piedras.
Es verdad que Maritoria se fue en seguida, yo creo que para preservar su leyenda.
En cuanto a Beta, he vuelto a buscarla en Google, y sale, sí, como el año pasado, siendo una cabeza de huevo que te cagas. Es fundadora y co-dueña, I presume, de una empresa de estrategia y consulting en el campo de la comunicación y el diseño, con sede en Nueva York... juega en otra liga, la tía, me alegro muchísimo por ella. Me encantaría que mis e-mails le lleguen porque querría decirle lo orgulloso que estoy de ella, aunque a ella le dé exactamente igual.
Lo de Phantom te lo digo por emilio, Michel. pero es solo una conjetura, una teoría.
Abrazos, prenda.

Vanitas
Sí, colega, tengo suerte de tener a semejante especímen por amigo, te lo aseguro.
También toca la guitarrita, Van, no creas, y canta.
Abrazos, my friend.

Buch
bla, bla, bla... ¿Vas a pagarte unos chuletones, o qué...?




Guiss dijo...

Bueno, todo llega, y por eso llego yo, tarde, para felicitar a Buch ¡felicidades! (se ha puesto un alias difícil para el diminutivo, que sería traguito, y yo cuando me pongo cariñosa a veces uso diminutivos), y para bajar la media de edad, eso me anima :P
Me ha gustado el post, Wolffo, siempre te lo digo pero te pones muy bien tierno, me gusta. Y me gustan los comentarios de amigos de hace tanto tiempo, y lo de la identidad escondida y todo eso... pero entonces, Fantasma no es Ramonete ¿no?
En fin, besos para todos, pero para el del cumple mejores, que es lo que corresponde.

Anónimo dijo...

Si fuera Ramonete más que un comentario creo que nos pondría una denuncia, despues de lo que hemos vertido aquí.

Buch amigo, básicamente razonabas que no debías estar enamorado de aquella beldad, por ejemplo, porque despertaba en ti incontrolables impulsos onanistas, como querías demostrar. Así lo recuerdo yo (tu comentario, no tus impulsos, afortunadamente)

Phantom, si eres el que creo no eres tan espíritu pues te vi hace poco en un rumboso escarabajo descapotable. Tu novia escocesa fue la pista que me inspiró.

Wolffo dijo...

Guiss
Has de saber, mi querida Guiss, que sólo monto estos saraos para que las mujeres adviertan, espontáneamente, que soy un gran tipo, así que podéis advertirlo, aunque no sea ya tan espontáneamente. El efecto sobre mi ego es el mismo. "Tierno" dices... no sé cómo tomarme ese adjetivo. En realidad soy un tipo duro, socialmente peligroso, incluso, pero luego, como en las pelis, hay un gran corazón debajo.
Al final, con tal de escribir algo solo escribo memeces. Salvo los besos que te mando, que esos son de verdad, Guisantilla de mis entresábanas.
Eso, besos.

mich
en realidad, como no hay apelación alguna a mi persona en tu comentario, no sé porqué contesto... ¡ah, sí...! era para decir que la respuesta a la provocación de Guiss con lo de Ramonete es genial.

Y tal.

LuNegra dijo...

Lo primero !Feliz cumple Bunch!

Es bueno tener amigos que duren tanto tiempo, por suerte sí sé lo que es, pues los mios son de hace 25 años -incluso sus respectivas parejas se han acoplado a nosotros, lo que no es muy común ;-)- y seguimos "cuidándonos" porque realmente es así. Uf... hace ya un cuarto de siglo!... como pasa el tiempo releches...en fin... ;-)

Buenos días domingueros. Yo me voy a disfrutarlo tomando el solete.

Besotes!

Anónimo dijo...

¡Felicidades Buch!

Nice song, my friend.

Huges.

Anónimo dijo...

Que si que te sigo leyendo y sigo disfrutando con lo que leo, lo que pasa es que estoy vagaza en el escribir, ná más
felicidades a Buch y próspero año nuevo para tí

Anónimo dijo...

¡¡GRACIAS; AMIGOS!! Luna, Linmer, Mahomal...

Cati dijo...

¡Felicidades Buch!
Y a ti mi wolffo, un besazo.

Binche dijo...

Aysssssssssssss, llego tardísimo para la fiesta de cumpleaños de Buch, cómo lo siento!!!

De todas maneras, muchas felicidades, atrasadas pero sentidas. Vuestra amistad me recuerda mucho a la que tiene mi marido con sus amigos, que son todos también de los 12 y 13 años. Yo me anexé a ellos hace 24 años, y son todos unos tíos cojonudos (se puede decir eso aquí en este blog?) Supongo que lo vuestro es similar.

Besoss

Binche dijo...

Por cierto, Buch, si me lees (que sé que sí): desde hace mucho tiempo no puedo entrar en tu blog, no sé qué pasa pero se abre solo media página y nunca puedo leerlo todo, ni contestar y ni siquiera leer los comentarios. :(

Anónimo dijo...

Cato, también gracias a ti. Binche, a mi me pasa igual para entrar en mi blog, solo se me carga media página, pero lo soluciono minimizandp y luego volviendop a expandir, así ya se me carga todo. Pero muchísimas gracais por cálidad felicitaciones, amiga..con respecto a lo que dices de lás amistadoes en estoe caso el tío cojonudo soy yo, y el es un apersona con muchísimos defectos insalvables...
Y perdoname Wolffo,que estoy conestando aquí, qué pensarás dios mío...

Anónimo dijo...

Joder, creo que no acerté ni una tecleando.

Wolffo dijo...

Disculpas a todos
Espero que sepáis perdonarme, pero llevo unos días de cabeza y no puedo dedicarle tiempo al blog... y a contestar como debería.

Luna
Claro que es bueno tener amigos de esos, y tú que los tienes, lo sabes bien. Pero es que, además, Buch es pesadísimo y si no le escribo algo cada cierto tiempo, se me pone tierno... En fin, ya sabes lo que pasa con estos amigos antiguos tan pesados...
Besos, Lunilla.

linmerick
¿te ha molado la canción? a mí me encanta tocarla, a ver si convenzo a los ciclones para montarla, porque es un tiro.

Mahomalilla
Ya ves si te entiendo... igual de vago estoy yo... Besos y no se me olvida lo tuyo, Mal, en serio, estoy para ponerme con ello ya.

Cati
besos para ti, y me quedo con los tuyos, que seguro que tus besos son geniales...

Binche
Bueno, no pasa nada, solo que ya sabes: la que llega tarde, que se desnude y baile para nosotros en pelota picada y todo olvidado. Y no creas a Buch, que como ha visto que yo no contestaba, se ha crecido y Buch, crecido, créeme: un mentiroso gigantesco.

Buch
lo único bueno que has hecho en los últimos años es contestar aquí, así que tranqui.
Y no me seas mamoncete, que tienes muchas cosas y tal, pero no eres nada cojonudo. En todo caso huevón, cojonazos, eso sí...

Binche dijo...

Mmm, no sé, no me veo bailando de esa guisa aquí, en este blog tan concurrido, es que desnuda pierdo muchísimo. ¿No podría ser ataviada con algo de ropa, tipo burka?! :pp

Besos

Anónimo dijo...

¿Cómo que no?

Se me ocurren tres posibilidades (y me atrevo a opinar que Buch estará de acuerdo):

a) Baile de Binche en desnudez para el disfrute general, como indica Wolffo.
b) Retomar el viejo, pero siempre actual, debate del unte en chocolate.
c) Elegir la opción a) o b)

Y así es.

Binche dijo...

Vaya, ya salió el unte en chocolate!!! :ppp

Si, tal vez me favorece el traje de chocolate, pero a cambio quiero tener compañía masculina (Wolffo, Buch y Foss) y femenina (Mons, Koti y Guis) que me acompañen en las mismas condiciones. Bueno, si se quiere apuntar alguien más, es bienvenido con los brazos abiertos.

Uy, esto es un deja vu, lo he oido en alguna otra parte, nooooo???? ;)

Besos

Wolffo dijo...

En mi opinión, MariBinchi's, el que salga yo en pelotas eclipsaría todo lo demás. Y no es vanidad. Es volumen. Si me pongo yo en pelotas delante de un objetivo, ya no se ve nada más.
Paso por los desnudos de Buch y Foss, si ello es necesario para pegarme un festín de blogueras chocolateadas, pero no queráis estropear la fiesta con mi desnudo... aparte de que la tengo enorme, y eso no suele gustar a los hombres, se sienten empequeñecidos, ya sabes...