sábado, enero 18, 2020

57/55. Notas entre el éxito y el fracaso

Carlos Sainz acaba de ganar su tercer Dakar con 57 años. Sigue conduciendo como nadie.
Yo tengo 55 años.
Mi cerebro es, con mucho, mejor que hace 30 años. Pienso con más perspectiva y profundidad, analizo los problemas y las dificultades de una forma crítica y tratando de encontrar la mejor salida, he leído mucho más y por lo tanto escribo mil veces mejor; no he dejado de ejercitar mi creatividad ni escribiendo, ni haciendo música, ni cocinando... ¡ni siquiera para encontrar el modo más eficiente de llenar el lavavajillas para un vaciado más rápido y eficaz! No revelaré mi secreto, no insistáis.
Es cierto: no tengo la fuerza física ni el dinamismo de entonces y seguro que en cualquier oficina los hay más rápidos que yo en llevarle el café al jefe... Tampoco los vaqueros y las camisetas me sientan tan bien (con 30 kg más, me sientan fatal) pero aun así me empeño en llevarlos cada vez que doy un concierto con mi banda de rock. Reconozco, asimismo, que los trajes me han sentado, joven o viejo, gordo o delgado, como a un Cristo dos pistolas...
Todo lo que importa para hacer mi trabajo está en mejor condición que hace 30 años. Sería más rentable hoy que hace 30/20/10 años para cualquier empresa. Porque hoy costaría mucho menos dinero y le daría mucho más. 
Solo viendo la tele (cualquiera), oyendo la radio (cualquiera), leyendo la prensa, atendiendo los anuncios... Incluso leyendo las publicaciones que las empresas hacen en redes sociales, incluidas las profesionales, sé que podría mejorar sin despeinarme su forma de comunicar, 
Desde hace unos 10 años he comprobado que al 90% de las empresas españolas (si no digo el 100% es porque supongo que alguna habrá que no sea asi) hay dos cosas que no les importa una mierda:
  1. La calidad en su comunicación: "se entiende lo que quiero decir, ¿no? Entonces, ¿qué más da la sintaxis, la ortografía, incluso las palabras que use o que ponga mal una coma? 
  2. La experiencia de sus empleados. Independientemente del sueldo 
En fin, nunca he sido tan bueno en lo mío como Carlos Sainz en lo suyo, ni de lejos. 
Pero soy un muy buen profesional y me gustaría trabajar en un país que valorara, de verdad, el talento, la experiencia, el conocimiento y la profesionalidad. 
Y es algo que me causa una pena tremenda.
Y ese país, lamentablemente, no es este país, mi querida España. 

1 comentario:

Carmina dijo...

Otra cosa que creo que les importa mucho (puedo equivocarme, hace mucho que no hago una entrevista de trabajo) es si sabes trabajar en equipo, un "talento" que a mi me parece una m**** pinchada de un palo. Confieso, fui una niña egoista e insolidaria a quien, ya en el colegio, no le gustaban los "trabajos en grupo", porque me harté de hacer yo lo mejor del trabajo para que luego firmaran un montón de vagos que ni se habían leído lo que entregábamos. Está claro que la culpa fue de mis padres, que me educaron para valerme sola y responder de MIS actos, buenos, malos o regulares. Más tarde, publiqué un libro que firmaron otras dos personas. Una de ellas escribía tan mal que reescribí casi toda su parte. La tercera no escribió ni una línea, sino que hizo un trato con la segunda a mis espaldas para aparecer como autor. Imagino que ahora no me querrían en una empresa ni para vaciar los ceniceros. Afortunadamente cuando te pones delante de una clase, 21 años haciéndolo, (estás "sola ante el peligro"). Y no tienes a nadie que te saque las castañas del fuego. Y para entonces ya estaba acostumbrada al "yo me lo guiso y yo me lo como". Hermoso, como siempre, al 100% de acuerdo contigo. Te quiero y lo sabes, aunque "no te sienten ya bien los vaqueros".