miércoles, mayo 30, 2018

La condena


Te veo sentada, a dos metros de mí, pero tú no me ves. Pasa cada tarde: espero a que llegues a casa del trabajo, te pregunto por tu día y casi ni me contestas: bien, y nada más, en modo piloto automático, porque desde hace meses ya ni siquiera añades ¿y tú? Que era lo más parecido a una conversación que teníamos entonces.
Tú te cambias y te sientas en el sofá delante de tu portátil, lo enciendes y te pones a trabajar o a jugar a Candy Crush, o como se llame eso a lo que juegas;  enciendes la tele y un cigarro y qué quieres, me gustaría que pensaras en el mensaje que me estás enviando. Me estás echando, ¿no?
Intentaré, como cada tarde entablar una conversación contigo y seguramente, poco antes de cenar trataré de seducirte… vamos, de que accedas a tener algo de intimidad física conmigo. Que te dejes querer un poco. Pero en eso tendré menos éxito aún que para hablar.
No puedes imaginar lo que es eso. Años de rechazo. De sentirme repulsivo a tu lado. De quererte y desearte y de ver que, simplemente, no es que me desprecies, pero que te causo esa profunda intolerancia epidérmica, eso es innegable. Que no te gusto en absoluto. Que ya no me quieres. Ya no de esa manera.
Y yo, qué quieres, lo entiendo a veces.Mírame: obeso, deprimido, sin trabajo, sin encanto, sin gracia, sin amigos, sin nada de lo que presumir.
Estoy condenado. Porque te veo cada día y cada día quiero gustarte y que me quieras. Y ya sé que jamás volverás a quererme, jamás volverás a abrirme tus piernas dejar que me aloje dentro de ti. Porque tu indiferencia me mata. Me mataste hace ya años.
Y ahora estoy muerto, lo sé, aunque me parece que aún no nos hemos dado cuenta.
Ahora que lo pienso, a lo mejor es por eso, y no es que no me quieras, es que llevo años muerto.


Condenados

No quiero ser el idiota que hace que te rompas la cabeza

ni quiero ser el amigo razonable que nunca se da cuenta

Pero si no tengo nada que hacer,
no sé qué hago intentando aprender

los nombres de esta historia y quién es quién en ella
No quieres ser la boba que se esconde cuando suena la puerta;
no quieres ser la otra y no quieres quererme, si quiera
Pero si no quieres ni verme los pies
no sé qué hacemos desnudos otra vez…
Estamos condenados, y no nos damos cuenta

Hace tiempo quisimos vivir
pero hoy el tiempo nos ha hecho coincidir
en la estación de los que ya estamos de vuelta
Dame una sola razón, para borrar esta canción
y convencernos de que esto ya no nos tienta
No quieres nada de mí, no quiero nada de ti
¿no te das cuenta?
Solo queremos que el mundo, y la gente, desaparezcan
Y así, sin nadie alrededor,
nadie a quien decirle que no

se nos meta al fin la cordura en la cabeza.
Hace tiempo quisimos vivir
Pero hoy el tiempo nos ha hecho coincidir
En la estación de los que ya estamos de vuelta
Dame una sola razón para borrar esta canción
Y convencernos de que esto ya no nos tienta
Lo quiero todo de ti, lo quieres todo de mí
Es nuestra apuesta
Y mientras no sea así te juro que todo me parece una mierda
Pero esto es solo una canción

y es todo cuanto sé hacer yo,
Estamos condenados, y no nos damos cuenta

lunes, mayo 07, 2018

No me ves, me voy

Acabo de componer este tema.
Las cosas en el trabajo no me han ido demasiado bien, aunque tengo mi apañito, pero mierda, esto se suma a tantas otras cosas, me hacen llegar a la triste conclusión de que aquí estoy sobrando del todo.
Así que me voy a pirar.
Una cuestión de tiempo, pero voy a pirarme, eso es seguro. Me voy p'al sur a poco que pueda, buscando sol, mar y un ritmillo de vida más humano.

Musicalmente... mucho blues, o ese tipo de blues apopalíptico que hago yo, que dará cien patadas a los puristas. En fin, que se jodan los puristas, qué quieres que te diga. dice asín:

Me voy

 no parece haber nadie aquí
que quiera ayuda o necesite nada de mí,
el tren se pone en marcha y no lo voy a perder
-no creo que me avisen, la cosa está así-
el mundo rueda y yo mirando
no lo puedo entender
soy la nada, soy cien kilos de miradas de más
soy invisible, prescindible, el que te has olvidao
me confunden con el suelo, empiezo a sobrar,
ya me voy...

La transparencia no me sienta bien hoy
canto a gritos pero nadie quiere entender
estoy sobrando hace mil años y empiezo a creer
que solo cuenta lo que tengo, no lo que soy
yo... me voy
¿no dices nada? me voy 
no me escuchan, me voy
ni me ves, yo me voy

la carretera me sienta tan bien...
vuelo a tu encuentro
la nada es la espada que corta la hiel
quisiera empiezar a creer, pero
muero por dentro
y os miento detrás de mi auténtica piel
yo me voy

Ahora estoy lejos, solo soy un perfil
un auténtico Don Nadie, un gnomo feliz
un bot socializado, el like número mil
yo no pienso, pero opino, soy un tonto civil
Ya no estoy,
no me ves, yo me voy...