martes, septiembre 26, 2017

Un debate en Facebook


Ayer, cotilleando Facebook, vi que un amigo virtual, con el que suelo discrepar en todo menos en algunas filias musicales, había pulsado “Me gusta” en una publicación cuyo título llamó mi atención. Creo que era así, literalmente: “¿Por qué la izquierda odia la bandera de su país?”
Pensé que alguien que titula un artículo así (era la entrada de un blog) se habría molestado en escribir algo interesante, algo no superficial, que habría al menos googleado algo como “origen bandera españa”... no sé, que intentaría profundizar algo en el asunto.
Leí el artículo con interés, al principio, decepción en seguida y finalmente con el cabreo natural que te produce el perder el tiempo en algo inútil.
En resumen, la idea que manejaba el post era que España, “en el único periodo democrático de su historia”, “eligió” la banderita tricolor (la de la segunda república) y que vino Franco, y ayudado por las “tropas nazis y fascistas que invadieron España” la cambió por la rojigualda, imponiéndola por la fuerza, y los meapilas de la transición no tuvieron huevos de cambiarla. Y claro, como la bandera la “impuso” un dictador, de derechas, la izquierda prístina y pura, no podía aceptar semejante trapo.
Hacía, también, una pequeña incursión en el concepto de patriotismo, pero claro, se trataba de un patriotismo que no tenía nada que ver con los impresentables que llevaban la banderita en la muñeca que querían una España unida, católica y no sé qué más memeces.
El artículo era de una superficialidad pasmosa e iba desgranando lugares comunes, mentiras e inexactitudes con una meritoria soltura. Su autora (Nosecuantos Venezuela),  decía en los comentarios que eso que había depuesto no era su opinión -que se la guardaba- sino que “daba voz” a lo que pensaba “la izquierda” erigiéndose en portavoz de ella (nada menos).
Yo no tenía ganas de guerra, pero dejé un comentario en el sentido de que la conclusión que se podía sacar al leer el artículo es que, si “eso” era lo que pensaba “la izquierda”, la razón del odio a la bandera eran la incultura y el desconocimiento absoluto de la historia de España, y que pensar que la bandera roja igualda era franquista era un disparate.
Obtuve 3 respuestas.
  • Un tal Perro Nosecuantos dijo, dándoselas de perspicaz, que le daba “pereza” porque había echado un ojo a mi perfil y se veía claramente “de qué pie cojeaba”; le dije, creo que literalmente, “gran argumento”  (puede que añadiera “chaval”) y me respondió que “con los años había aprendido a saber con quién debía discutir” a lo que contesté que “quién le había dicho que yo querría discutir con él”. Y ya no supe más.
  • Uno cuyo nombre no recuerdo, me dijo que la bandera la “impuso” Carlos III (qué cabronazo, ni referéndum ni nada) y que por lo tanto la única bandera legítima era la republicana. Como argumento, resulta sorprendente, y se lo hice notar diciendo que aunque diera por buena la cadena de medias verdades que acababa de escribir, ninguna de esas cosas hacía legítima la bandera tricolor y menos aún, convertía en franquista la rojigualda. No supe más.
  • La autora del post,  la señora Venezuela, me contestó que ella “no juzgaba a nadie por lo que pensaba, sino por lo que hacía” y que respetaba a todo el mundo y “todas las opiniones”. Le faltó añadir que respetaba a todos y todas las opiniones… que fueran como la suya, claro, porque, le contesté, sus palabras sobre la gente que lleva “banderitas” en la muñeca no eran, precisamente, respetuosas. Tampoco supe más.
Fui bloqueado, supongo que por la autora del post, porque incluso, dejé de ver en mis notificaciones las que previamente había visto y usado para contestar.
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Y esta la historia de un típico debate en Facebook. Ves algo que podría ser interesante. Lo lees y ves que, en fin, podrias aportar algo y lo intentas. Pero te contestan memeces que tú no has mencionado, se justifican por bobadas que nadie ha dicho y finalmente, te bloquean, supongo, después de insultarte.

Esto está lleno de gente intolerante y cabezas huecas. No tenemos remedio.