martes, octubre 28, 2014

Sólo 10 errores

A todas luces, me equivoqué.
A la luz de los hechos, vistas las consecuencias que éstos tuvieron en nuestras vidas, sé que me equivoqué, que hice lo indebido en todos y cada uno de los -desdichados- pasos que di ese fatídico jueves.

No debí apretar el gatillo, aunque debo decir que lo hice pensando que sólo te estaba asustando, pensaba que tu revólver nunca estaría cargado. Que no se montaría este follón. Había otras opciones.

Sabía que en tu oficina, por razones de seguridad, y porque tu jefe es un maldito mafioso, guardabas un revólver y tú me habías dicho, ahora sé que que para que yo durmiese tranquilo, que lo tenías descargado, porque te daban miedo las armas. De modo que una vez en tu despacho, mientras tú llegabas, abrí el cajón y saqué el revólver. Te iba a dar un buen susto.

Eso era lo que pensaba hacer cuando, tres minutos antes, llegué corriendo al edificio donde trabajabas, no esperé el ascensor y subí corriendo al tercer piso y entré, como una manada de ñus emigrando, en tu despacho. Si en lugar de ir corriendo a las escaleras, hubiera ido al vestíbulo, habría coincidido contigo y habría oído y compartido tus quejas sobre lo mal que funcionan los ascensores en el edificio.

Pero cuando estás ofuscado no piensas con claridad y yo, entiéndelo, estaba ofuscado pensando en qué narices pasaba contigo y con mi amigo Óptimus, a qué venía tanto mensajito y tanto misterio entre vosotros. Quizá una llamada habría sido suficiente pero, craso error, esa mañana fatídica, me había llevado yo tu móvil.

Y es que nunca, aunque estuvieses dormida, debí coger tu teléfono para mirar el calendario, para consultar en tu calendario (porque tú eres más organizada que yo) qué días tendría yo libres; porque en cuanto tuve tu móvil en mis manos, te entró un whatsapp de Optimus que, literalmente, decía:
"as hablado ya con wolfo???? xq estoy cansado ya de esperar. habla conel y vamos acelebrarlo (9 copas de champán)"

Y al leerlo, empecé a encadenar errores. Me eché tu móvil al bolsillo (error nº1) y salí a la calle antes de hablar contigo (error nº 2). Fui a casa de Óptimus (error nº 3), pero fui sin un plan preconcebido (errornº4): no sabía qué es exactamente lo que iba a hacer o decirle. Cuando llegué a su casa, le pillé yéndose a currar y claramente se veía que me estaba evitando y no quiso detenerse a hablar conmigo. Yo interpreté de nuevo que estábais liados (error nº5) y cabreado como una mona, me fui a tu trabajo.

Como he dicho antes, fui a tu edificio y me precipité a las escaleras (error nº6) para no desesperarme esperando el ascensor. No estabas en tu despacho e ignoré a tu compañera cuando me dijo que no entrara en tu despacho (error nº7). Como estaba ofuscado, busqué en tus cajones más pruebas de tu lío con Óptimus (error nº8) para echártelas a la cara en la que, yo imaginaba que sería una drámatica y teatral ruptura. al abrir uno de los cajones encontré el revólver y pensé que sería muy dramático (error nº9) darte un susto con él.

Llegaste a tu despacho y me encontraste tras tu mesa, apuntándote con el revólver.

¿Se puede saber qué estás haciendo, subnormal?
¿Qué tienes con Óptimus?
Vaya... ¿te has enterado...?
O sea, ¿que estáis liados?
No idiota, mira debajo de donde has encontrado el revólver.

Miré, pues.
Papeles, cartas, cosas interesantes.
Resulta que Óptimus iba a abrir un pequeño restaurante. Mi chica con los clientes y yo en la cocina. Mi sueño. Esa era la sorpresa.

Vaya, soy idiota...
Eres muy idiota.



No debía haberlo hecho, pero de la vergüenza que me estaba dando, bromeé con el gesto de pegarme un tiro, como diciendo, tierra trágame, pero (error nº 10) resulta que si haces ese gesto con un revólver que piensas que está descargado, pero no lo está, vaya, la has fastidiado.

Apreté el gatillo, pretendiendo sólo asustarte.
Y ahora, sangrante piltrafa, voy a morir.
A todas luces, me equivoqué. Mierda...






2 comentarios:

Mal dijo...

PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS!!! (GRAN OVACIÓN DEL RESPETABLE EN PIE.

Pero qué bien escrito, qué gozada de entrada, qué bien que abrais por fin un restaurante;-)

Besos admiradísimos.

Wolffo dijo...

Bueno, lo del restaurante a mí, muertísimo, me va resultar complicao...
Gracias y enormes besos, Mal.