miércoles, octubre 22, 2014

No llores más

Caminábamos juntos, sin saberlo, tú en tu vida y yo en la mía, por el parque que se extiende junto al río, allí por donde éste entra en la ciudad, insuflando vida, regando los suburbios con su agua verde y fría.
El mismo parque que eligen mamás en chándal, con su cochecito de bebé 4x4, viejos que hacen gimnasia sueca, jóvenes que se depilan... y gente como tú y yo.
Tú sí, que corres como una gacela, ligera  y como  a saltitos, pero yo sólo quiero un poco de paz, que me dejen tranquilo y no me juzguen, y que me dejen mirándote e imaginando cómo sería ser normal y atractivo a tus ojos, atreverme a hablarte e intentar hacerte reír.
¿Y si me atreviera? ¿Caminarías a mi lado señalando los lugares que pisaste muy de pequeña mientras me contabas viejas historias de tu joven historia?
Me contarías naderías de tus amigas, sin que ni tú ni yo sospecháramos que lo fueran, y quizá haríamos planes, separaríamos la ropa por colores y te atreverías a probar mis osados bizcochos.
Tendrías que aguantar, lo siento, mi insoportable manía de meterme con todo el que hable en público (periodistas, políticos, actores, cantantes, deportistas...) y mantener la boca cerrada en mis muchos fallos y renuncios.
Bésame cada noche y yo te sonreiré eternamente. Además, sin aumento de besos, te acariciaré los codos mientras duermes, miraré los dedos de tus piececitos traviesos y te despertaré con una humeante taza de chocolate y croissants calentitos en la cama por las mañanas.
No me importa la diferencia de edad. Sé que aprenderás a quererme, con el tiempo. Tengo paciencia y puedo esperar.
Lo que odiaría es que no comprendieras, a tus ocho añazos, que si te cojo y te llevo conmigo es por nuestra felicidad. Eres lo suficientemente mayor como para entenderlo, cielo, así que no lloriquees, por favor. Ya basta.

2 comentarios:

Mal dijo...

No se te puede acusar de redundancia temática. No señor.

Que mañana te llamo, Wolff

Wolffo dijo...

Pues no me acuses, Mal. Por si mis biógrafos del próximo siglo leen esto y se preguntan que por qué esta amable lectora dice que me llama mañana, es que hoy es 31 de octubre de 2014, y mañana cumplo 50 añazos