martes, junio 10, 2014

La re-cepción; una entrada crepuscular

En el límite, en la frontera entre lo consciente y lo imaginado, me siento en mi esquina, hago acopio de vigilias y me preparo para recibirte, entera otra vez, y rogarte, por lo que más quieras, que vuelvas. Y que no vuelvas a irte.



De rodillas, el capote en el suelo y mi corazón expuesto. Así es como te estoy esperando. Sin engaños. Esperándote. No me mates. Sal y arróllame, con tu alma incomprendida, con tu espíritu inquieto, con tus miedos y tus risas.Te recibiré a porta gayola porque no quiero torearte ya más, quiero que me arrolles, que me atropelles, que tus ideas y tus ímpetus me lleven por delante a donde tú decidas, si es eso lo que tiene que suceder, pues durante estos meses, verte tan cerca y sentirte tan lejos ha sido devastador para mí.
Si tú quisieras, yo te pediría perdón, pero creo que no se trata de eso y sospecho que me decepcionaría que me pidieras eso. Estoy arrepentido, eso sí, y declaro que me equivoqué al calibrar mis fuerzas. No puedo seguir sin ti y no debí ubicarte en aquel pueblecito encantador, porque aunque entonces lo pensara, lo más importante eres tú, poder seguir a tu lado, tener en la vida la inquietud de verte, de poder ser parte de ti.

Me dice el ángel discreto que a veces se sienta en mi hombro y me susurra verdades al oído, que quizá te moleste que te compare con un toro bravo, pero sé que no, querida mía; que tú sabes ver la poesía del huracán, la belleza de la embestida, la dulzura que encierra la violenta acometida del amor incontrolado, del sexo sin ambages del beso sin condón.

Sé que sabré recibirte cuando, al fin, me acometas, y que, de nuevo pasearemos juntos, podrás hablarme, podré escucharte y quizá ahora quieras oírme tú también.

¿Cómo ignorar los signos? Necesito que vuelvas a mí, esperanza, y ya no me abandones. Necesito aspirar a algo más. Y ahora que has asomado tu linda cabecita y que has vuelto a hacerme soñar, no puedo permitir que vuelvas a irte o, para ser más exactos, que sigas yéndote.

Esto es una re-cepción. Y si no puedes, si no te ves capaz de aguantarlo, tómalo como una con-cepción. Concibamos juntos un nuevo estado del arte, un último grito en sentimientos, bagajes y almas... y dejémonos llevar.

Termina la noche, llega el día. Terminan las tinieblas y con ellas, tiene que acabar tu ausencia. Las cosas van mejorar, pero nunca serán buenas si tú sigues lejos.

¿Volverás?










5 comentarios:

SAL dijo...

Cómo me gusta cuando estás inspirado de esta manera y enlazas una palabra con otra como si fueran música, sin perder la fuerza ni arañar la cursilería... Jo qué bien escribes Golffo!

SAL dijo...

Cómo me gusta cuando estás inspirado de esta manera y enlazas una palabra con otra como si fueran música, sin perder la fuerza ni arañar la cursilería... Jo qué bien escribes Golffo!

Wolffo dijo...

Y cómo me gusta gustarte, Sal, de codos en tu ventana.
Un beso nada profiláctico.

Mal dijo...

guau!

Wolffo dijo...

Mal. Mal, qué bien. Mal