miércoles, mayo 21, 2014

Tú y yo y todo lo demás

Pues éramos tú y yo un par de lluvias de estío, dos tormentas repentinas, trepidantes y fugaces, que se presentaban inesperadamente y ya idas antes de que las controlaras.

Recorríamos las tardes, tú y yo, y siempre llegábamos tarde, por lo que éramos, también, blanco de charlas adultas, y cómo nos resbalaba todo eso, porque lo que nos importaba a los dos, era el rato que le birlábamos al universo estando juntos para llegar tarde allí donde nos esperaban.

Y si las personas querían saber, tú y yo queríamos fingir, y así nos iba, great pretenders de pacotilla, siendo a ratos chicos en mitad de la carretera, a ratos convictos condenados a trabajos forzados sin agallas para permanecer al lado del otro, sin himnos a nadie, sin un pavo en el bolsillo.

Un día, sin mirarme, cogiste mi mano y la colocaste donde tú querías ser tocada. Y yo lo hice. Y otro día me pediste que te echara crema y yo te acaricié, con crema y sin ella. Y te ayudé a dar color cuando  fingías romper con el aburrimiento. Y yo, con tus migajas, hacía canciones...



... canciones que no conseguía que te gustaran, o por lo menos, no tanto como otras que no te había escrito a ti. Y un día, me hablaste de las piedras, y te escribí otra canción, y un relato, un cuento largo que, lo sepas o no, me ayudaste, literalmente, a escribir. Todo eso antes de que, al decepcionarme tú, te decepcioné yo a ti.

Tú y yo. Qué lejos está todo eso ahora. Y cómo te extraño.

Dime que lo sabes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un texto precioso J. Hacía tiempo que no me pasaba por aquí y sigues haciéndolo de maravilla.

B.

Wolffo dijo...

Pues está muy bien, Lady Morgana, que recuperéis viejas costumbres.
Para mí es pura vida ver que aún le importa a alguien.
Besos rendidos.

Mal dijo...

Mira qué pasada,lo que has escrito!!

Wolffo dijo...

Mal, te mando un beso gordo, porque además de estar siempre, sigues siendo supercariñosa con menda. That's why I love you, Mal.