viernes, mayo 30, 2014

La vetusta Mrs. Morlock entra en escena

Yo estaba en el pasillo de los lácteos, chandalizado totalmente, cuando Mrs. Morlock entró en el Mercadona de mi pueblo, que es uno de los siete mejores Mercadonas de España. no es por nada. La Morlock, por vetusta que sea, a mí me gusta, aunque me ponga un poco nervioso esa forma de hablar tan afectada que tiene y que, francamente, no entiendo muy bien.

Mrs. Morlock es hermosa, aunque vetusta, y siempre va vestida con la ropa que los demás llevaremos un año después, su mirada tiene la mítica de los miopes olvidadizos y , ¿cómo decirlo? tiene muy buenas tetas. Conozco a Mrs. Morlock porque regenta, junto con Leopoldo Manco Clarinete, alias el Pollo sin Alas, un puticlú de carretera, de los buenos, de los que va la gente elegante, como Simeone, y lo regenta con mano de hierro, pies en polvorosa y buenas tetas, porque, aunque a todos nos sorprenda este dato, no se las quita para trabajar.

Quizá haya dado la impresión, por mi forma de decirlo, de que yo voy al puticlú, pero no voy, quería dejarlo claro. ¿Que si he visto ahí a Simeone? Bueno, sí, le he visto ahí con mis propios ojos, pero no porque yo vaya, sino porque él va, pero yo no. ¿Que cómo sé que regenta el clú con mano de hierro, pies... y todo lo demás? Bueno, eso es de esas cosas que se saben, sin necesidad de que tengas que ir a un puticlú a ver cómo Mrs. Morlock humilla a sus trabajadores con públicas reprimendas cuando, por ejemplo, pides un yintony con rodaja de salchichón, porque confundes el limón con el salchichón, a cualquiera puede pasarle, y no hace falta que se quede el camarero con cara de bobo, que yo en eso estoy de acuerdo con la estricta gobernanta, pero eso no quiere decir que yo haya ido al puticlú, porque esa anécdota me la contó Simeone, pero no en el puticlú, sino en otro sitio.

(debido a La Deriva que está tomando este asunto, os dejo un bideo de los vuenos pa desengrasar)





Quizá fuera el chándal.
Ítem más, quizá fuera mi chándal marca Kelme (genuino) del Real Madrid, totalmente demodé, totalmente horrible, intolerable desde cualquier punto de vista. Un chándal indigno, en serio, que ya parecía espantoso y pasado de moda 15 años atrás, cuando era, de hecho, actual. Quizá fuera mi chándal el que me convirtió en un ser invisible, pero Mrs. Morlock, vetusta, tetificada e indiscutiblemente moderna, pasó a mi lado sin verme, sin tenerme en cuenta, sin siquiera suspirar o advertir mis anchos hombros, mi mirada absoluta, mis pelotas de senador. Nada. Pasó a mi lado como si no hubiera pasado.
Calderón, o  Segismundo, no sé muy bien, estaban equivocados: la vida no es sueño, la vida es simplona, vulgar y deprimente. Intenté llamar la atención de Mrs. Morlock desnudándome completamente y moviéndome con la velocidad del frame cinematográfico, corriendo de acá para allá y siendo musculoso y filtrándome a los ojos del mundo en blanco y negro. Ella, si fuera normal y no vetusta, debería haberme visto como me vió el resto de Mercadona, tal que así:



Pero no, siguió ignorándome y mi baile trepidante, mi desnudo superdance, no fue nunca más ignorado que por esta mujer, en aqueĺ dia aciago, en Mercadona. Corrí, veloz, de un lado para otro, y del otro hacia el uno de nuevo, y bidireccionalmente me ignoraba Mrs. Morlock, y yo me quedé junto a los yogures, bífidamente, sin esperanza, sin azúcares añadidos y cero por ciento de materia grasa y aplastado bajo esa olímpica forma de ignorarme que tiene la vetusta Mrs. Morlock, cada día más hermosa, más enjundiosa y profunda, más sorprendentente en su aspecto y en su mensaje.

Y nada más: simplemente quería contar, prque me debo a mi profesión, que la vetusta Mrs. Morlock ha vuelto a entrar en escena y que cada vez que lo hace, me gusta más. A nadie debería sorprender la deriva que está tomando esto.









2 comentarios:

Mal dijo...

Y a eso se le llama entrar por la puerta grande...

Mola el video, Yorch

Besazos

Wolffo dijo...

Quizá sea el chándal, Mal, quizá...