lunes, noviembre 04, 2013

Quieres saber, tú quieres saber.

Quieres saber por qué camino mirándome los pies, y ya me gustaría a mí saberlo. Quizá es que no me atrevo a mirarte, o a mirar tus pies, o a mirar a nigún otro lado, porque me volvería loco.
Quieres saber

Camino porque si me quedo quieto, me mata la brisa que primero te abrazó ti y llega a mí impregnada de tu olor.

Quieres saber por qué me castigo así, y yo no puedo contestarte porque no tengo la menor idea. Y estúpidamente consciente como soy del mal que me hago con estos  voraces arrebatos, con esta inmovilidad suicida, se me ocurre que quizá no sea tan listo como tú pareces pensar.

Me castigo porque no sabría, si no lo hiciera, cómo justificar mi soledad física, ni cómo salvarme de la condena eterna al amor propio que parece mi vida.

Quieres saber por qué me encierro, por qué no le cuento al mundo todo lo que llevo dentro, y sigo en un trabajo de mierda, cuando es evidente que mi sitio está en otro lugar. Quieres saber por qué callo, cuando una voz como la mía se echa de menos en un mundo tan materialista.

Me encierro y callo mis anhelos, porque si no lo hiciera, el mundo sabría entonces que soy vulgar como un gato callejero, cuyo encanto  termina después del primer salto, gracioso de ver de lejos, incómodo de vivir de cerca.

Quieres saber el porqué de tantas cosas...

Y entonces pones un disco de Pablo Alborán. Y me cuentas una injusticia que se cometió en el último programa de Top Chef, y te escandalizas porque Bankia vuelve a los beneficios. Me dices lo mucho que te apetece leer otra gilipollez de Ruiz Zafón, que Barcelona es muy europea, que te da morbo hacerlo en la cocina, y que no importa la edad que tengas (te refieres a la que tú tienes, que te tortura), lo que importa es que te sientes joven por dentro.


Y yo quiero saber por qué, mi vida, por qué no soy capaz de plantarme frente a ti, y ante esta insufrible tabarra, y ponerle fin a todo este asunto porque, francamente, querida, toda esa monserga, toda esa basura, me importa bastante menos que un pimiento.

Vulgar, como un gato callejero

Te vas.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que paso con Lorna?

Wolffo dijo...

¡Ay, Lorna Cor, qué nostalgia!
Que yo sepa no pasó nada con ella, salvo que pasa de mí completamente, y no es cosa de estar aquí haciendo el lila.

¿No serás tú Lorna, verdad...?

Mal dijo...

Bueno es poco, muy poco.
Qué bestia, Yorch...

Wolffo dijo...

Muchas gracias, Mal, no me acostumbro a que me digas estas cosas... son un tesoro para mí, debes saberlo.

UIn beso enorme.