martes, octubre 29, 2013

Romántico entremés


En el centro de la escena, como si fuera idiota, pero con su cara normal de zoquete, Fernando Javier proclama al cielo su desdicha vital:
Fernando Javier: ¡Oh, tus pezones...  recurso inagotable en mis escritos! ¿Cuáles son tus razones, mi gordita deseable, para rechazar a este proscrito?
Entra Marta Rosa, sientiendo una gran realidad sobre su pecho, y sin poder disimular que sin gafas es como Rompetechos; responde a FJ, pero como si clamara en el desierto:
Marta Rosa: ¡Ay, tu pesadez sempiterna! tu salidez sin tregua, tu incansable instinto bajo
Fernando Javier: ¿Es eso lo que te amuerma? porque te amo a destajo...
Marta Rosa: y tu higiene siempre en huelga: hueles, pero bastante, a ajo
FJ se rasca los huevos mientras acentúa la idiocia de su semblante
Fernando Javier: ¿Y qué si como especiado, y al gusto mediterráneo? Tengo entendido que sin esta dieta, para vivir, vas de cráneo
Marta Rosa: tus versos son horribles, casi tanto como tu aliento; tu aspecto es discutible, tu coco no vale un pimiento, y no tienes posibles... ¡te mando a tomar viento!
Y entonces él, insensato,
sin que nadie lo impidiera,
se enfadó primero un rato,
para acabar hecho una fiera
Y así termina esta vieja
historia sin laca ni gomina
así que, moraleja:
la vida, casi nunca rima





viernes, octubre 25, 2013

El sueño, el bosque y la cima.

En lo que a mí concierne, con respecto a ti, alcancé la cima del monte, que no es una cima, propiamente dicha, pero sí una cima para mí, en el sentido de meta, de hito máximo, una noche, mientras dormías. O casi. Casi dormías, quiero decir.

-.-

Como tantas otras veces, la conversación avanzó, beoda, entre la soltura de los primeros lances, y la inconexa sinrazón brillante que propicia el ritmo de esas reuniones vespertinas: una copa, un pitillo, una anécdota, un algo de picar, una risa, una lágrima nada furtiva, la anécdota de nuevo, otra copa, más pitillos, una llamada, el recuerdo de los agravios del pasado, otra copa, risas forzadas, la misma anécdota, pero ahora con los detalles más confusos, pitillos que hacen rebosar el enorme cenicero, otra ronda de copas, de nuevo los agravios, un pequeño percance entre nosotros, que se salda con abrazos, lágrimas sentidas y promesas de que ya nunca más pelearemos por esas tonterías, más copas, algún bostezo, se acaban los pitillos y se reencienden las pavas...

Morfeo entró en la habitación y repartió sus dosis de hartazgo con equidad salomónica y uno a uno, caímos todos en sus cálidos y confortables brazos. Dormimos, pues.

-.-


Soy, de nuestro pequeño grupo, bien lo sabes, el menos dado a la anestesia voluntaria, de modo que desperté sólo un rato después. Todavía aturdido, examiné con ojo crítico el campo de batalla, de la batalla que en éĺ tuvo lugar. Dormido el total de nuestros efectivos, me levanté y cambié mi lugar en el mundo por un asiento privilegiado junto a ti, una fila cero desde la cual, me bastaba con estirar el brazo, alargar mi mano ávida, para tocar el escenario de los sueños.

Ahí, en plena noche, bañada en la oscuridad, pero a mi alcance, estaba la aventura con la que tanto soñé y que, siendo sinceros, nunca viviría en plenitud. El bosque que conozco es siempre impenetrable, siempre lo será. Cómo explicarte... el bosque es mucho más hermoso de lo que el mismo bosque parece creer. Cree que es viejo, que fue más hermoso en otra época... es igual, yo sé que su hermosura es inagotable y que, como los buenos caldos, aumenta con el paso del tiempo. A mí me parece el paisaje más bello que un hombre pueda soñar.

De modo que emprendí camino, pues no me quedaba otra alternativa. Ante mí, oscuro, como dormido, el paisaje soñado. A mi alcance estaba la parte trasera de la gran llanura, cubierta por un manto ligero, pero firme, de vegetación. Avancé, poco a poco, separando el matorral y me adentré en la foresta virgen, esperando que el monte no advirtiera que un intruso se adentraba en su caverna más íntima.
Me detuve frente a la cima. O más bien tras ella. Ya dije antes que la cima de este monte, no es realmente una cima. Es una caverna, más que otra cosa. ¿O quizá una sima? Yo estaba tras ella o, mejor, frente a lo que podríamos llamar su parte trasera.

-.-
La cima del mundo


Te acaricié. Te acaricié suave y firme, perdiendo el sentido con cada uno de los pliegues de tu piel, apreciando tu calor, emborrachándome de tu olor. Te acaricié durante más de media hora. No paré de acariciarte y no hubiera parado de acariciarte nunca, porque acariciarte es la sensación más hermosa que he sentido en mi vida, si tú, volviendo por un minuto al mundo de los vivos, no te hubieras dado la vuelta y, mirando por encima de tu hombro (tu maravilloso hombro), no hubieras dicho:
- ¿Qué está pasando aquí?
- Nada, nada...
Y la siguiente media hora, confundido entre la vergüenza y la lástima que sentía por mí mismo, la pasé llorando.

Porque esa media hora tan patética, fue la mejor media hora de, al menos, los últimos cuatro años.

¿Sabes de lo que te hablo?





martes, octubre 22, 2013

Y, más o menos, fue así...

Pues allí estaba yo, a las 9 y diez más o menos, montando el -mínimo- equipo que uso para tocar en este plan (ampli, micro y guitarra).
Celia nos invitó a cenar. Yo dije que no, que tenía el estómago cerrado por los nervios y me apreté 3 vodkas con naranjita antes de empezar. Normalmente no bebo nada, pero cuando voy a tocar, me pongo tan nervioso que necesito una ayudita.
De todos modos, resistí a los chopitos, a las croquetas... pero en cuanto trajeron el chuletón para compartir, mandé a la mierda mis nervios y ataqué la carne roja y sanguinlenta.
Ahí me tenéis, el cuarto vodka en la mano y esperando a que me digan que empiece.
Foto de Olga, mi sobrina
Cuando pareció que, efectivamente, el aforo del local no iba a sufrir grandes variaciones (había unas 7 personas), me dijeron, sube, machote y a ver qué pasa.
Subí. Enchufé la guitarra, dije "sí, sí, ah..." en el micro y empecé a canturrear.
El Plaza Copas, el local donde tocaba, es una sala adyacente al Plaza Mayor, bar que todo el que tenga dos dedos de frente debe visitar alguna vez. Como la entrada no era, digamos, un llenazo, se abrieron las puertas del Plaza Mayor, para que la gente que allí cenaba y tapeaba pudiera oír la musiquita y, si les apetecía, pasaran a tomarse una copa en el conciertillo.
Poco a poco, según se desgranaban las canciones, fue pasando gente y la cosa acabó (a las dos menos veinte de la mañana) muy animada y todo el mundo contento.
Susana me grababa, cuando se acordaba, un ratito, otro... y juntando todos los rayitos, sale esto. Más o menos, te puedes hacer una idea.
Claro que, yo qué sé... igual no te importa nada.

miércoles, octubre 16, 2013

El sábado, el sábado...

El sábado, a las 22:30, en primera convocatoria, y si no a las 23:00, toco en el Plaza Copas, la sala de copas, música y marchuqui del bar Plaza Mayor, de Villanueva de la Cañada.
Será un concierto acústico en el que tocaré mis temas habituales y alguna novedad, con mi guitarra acústica y un par de armónicas y mucha, mucha garganta.
La entrada, y eso es una novedad, que haya que pagar una entrada, costará 3,00€ y a cambio, yo me lo dejo todo: los dedos, la garganta y el alma, y si vienes tú y te animas a cantar... pues eso, genial.
Este es el poster del evento:
Click y lo ves más hermoso y legendario


Te espero. Así que tienes que venir.

jueves, octubre 10, 2013

Casting machista

Lo cierto es que ella, ...
¿Quién? me dice el tipo 
la pastora del pueblo de al lado, es preciosa, pero muy lista, ya lo creo, muy, muy lista.
¿Supone eso un problema? y yo me fijo en que ha empezado a escucharme, de verdad, olvidándose de su maldito iPhone, cuando ha escuchado la palabra "preciosa" que, por cierto, no es una palabra que se haga honor a sí misma
por mi parte no hay problema, digo, que quede claro, aunque es verdad que yo prefiero que no sean tan listas...
Vaya sorpresa...
no, no, no es eso, o sea, no me gusta, en general, que la gente sea más lista que yo...
Ha, ha... se ríe el tipo, no puede decirse que hayas puesto el listón bajo...
¿Perdona...?
Eres extrañamente exigente
No lo soy, todo lo contrario, te estoy diciendo que no exijo que sean demasiado listas...
Si tiene que ser más estúpida que tú, las posibilidades se reducen a casi nadie
Oh, mierda...
-.-

No me gusta que cuando voy a contar una cosa, se metan listillos en medio a comentar la jugada, porque es bastante fácil dejarme en evidencia. Lo que quería contar es que la pastora del pueblo de al lado es endemoniadamente bonita, pero mucho más lista que yo. Parece la típica con un montón de carácter. Entiéndeme, no es que eso sea un problema, o sea, si es lista, mejor, ¿no? pero es que las listas me desprecian, a eso me refiero.
Entonces es un problema
Sí, vale, de acuerdo, pero no es en sí, que sean listas, sino lo que hacen al ser listas, la manera que tienen de reaccionar.
¿Cómo reaccionan, como si fueran listas?
Exacto
Y eso significa...
Toman sus propias decisiones, cuestionan las mías
Perdona, macho, pero no parece tan grave...
No te lo parecerá a ti, a mí me gusta que se ocupe de la casa, que obedezca, que gaste poco... 
¿Estás buscando esposa?
No, hombre, no seas cavernícola, sólo quiero una perra