miércoles, junio 26, 2013

En defensa de la boina

Moon River, aunque no tenga nada que ver
 


Antonio Banderas no tiene buen aspecto. Quiero decir últimamente, claro, es un tío guapo y elegante y todo eso, por descontado, pero no tiene buen aspecto últimamente... et voilà!

Dicen que está rodando una peli y que bla, bla... dejémonos de historias, la culpa de su pinta lamentable es de la maldita gorrita de béisbol que, lo siento, porque la usa un huevo de gente: esa gorrita le da aspecto de idiota chupando un caramelo a quien se la calza. No hay excepciones, ya puede llevar el logotipo de Ferrari, de los NY Knicks, de Guzzi o de Lidl, si te la pones, parecerás indefectiblemente un tonto dispuesto a caer en el timpo de la estampita.

Ese infernal diseño, a medio camino entre chupa-chups y chupatintas de gestoría años 50, confiere un intolerable aspecto  quien osa lucirla como si no pasara nada. Nada que ver con lo evocador de la gorra de viejo lobo de mar, o con el singular rollo que le da a uno calarse una boina, bien de inspiración francesa, o la reciedumbre de la boina de cazurro con su rabito y todo.

Las infernales gorras americanas, que todo turista tonto se pone impunemente, a veces tienen... ¡respiraderos! Sí, amigos, la indecencia llega llegos y son habituales esos atroces diseños en los que, aletoriamente, unos gajos van caladitos, y otros, lisos. Eso, claro, impide al bobo que lleva la gorra pensar con claridad. Con la recia boina española, o la más chic -y fea- francesa, las ideas bullen, intentan escapar por la coronilla, pero se ven atrapadas por la boina y vuelven a la cabeza, por lo que no hay fuga del cerebro y uno se queda tan tranquilo con sus ideas a buen recaudo. Por favor, por dignidad humana: di ¡no! a la gorra caladita, hay cosas que una persona no puede permitir sin caer en la más grande deshonra.
Otras gorras son intolerables por su mensaje. Quiero decir, su diseño, aunque
llamar diseño a poner un logotipo es muy aventurado. Lo más común es la gorra publicitaria, o como dice el personal, de propaganda, en la que un incauto paleto hace gratis de soporte publicitario de la marca que sea y se pasea por la calle sonriendo memamente y lleno de orgullo y satisfacción, como si fuera un miembro poco listo de la familia real.
En cualquier caso: la gorra es inadmisible en cualquier caso, si queremos preservar algo de la dignidad humana que nos da el haber nacido en la vieja Europa. 
Si te gusta llevar cosas en la cabeza, cómprate un libro. Te llenará de ideas la cabeza y, en caso extremo de necesitarlo para protegerte del sol te dará un aspecto extravagante y llamativo, siempre preferible a parecer un atontado sin remedio.




2 comentarios:

Mal dijo...

Esa fue la edición de Cien Años cuando lo leí por primera vez!! Luego me compré otra del Círculo de Lectores para releela miles de veces (que se convirtieron, de momento, en una).
Te dejo con tu cruzada contra las gorras, dí que sí..

Wolffo dijo...

Tampoco es una cruzada, pero son horribles y no sé porqué todo el mundo se presta a parecer idiota, eso es todo.

Bueno, y que me gustas mucho, Mal y que a veces, tus comentarios hacen que te quiera más