jueves, abril 04, 2013

Escribir me mata.

Acostumbro a conjurar mis demonios escribiendo, pero, al contrario de lo que le sucede a la gente que le gusta escribir, que lo hace porque así estructura mejor su discurso, se ordena y se explica con más coherencia, yo abro el grifo, el aspersor, vaya y, en fin, para qué adornarlo, suelo meter la pata.

El proceso es sencillo: empiezo a escribir con la idea de rodear, bordeándolo, el asunto que me carcome. Sí, he escrito "carcome", es otro de mis defectos, mi vocabulario expansivo. Pero, de repente, se me ocurre una buena frase, un buen giro, un argumento brillante y, llevado por entusiasmo, le pongo al asunto un poco más de energía, cargo las tintas, como si dijéramos, y acabo por ser un poco más vehemente de lo que había pensado.

Me pasa aquí, que escribo cosas que nunca deberían ver la luz, por imprudentes. No me refiero a que desvele cosas íntimas, es que me dejo llevar por el entusiasmo del momento y la frase que me gusta, que no tiene porqué ser lo que pienso, es la que queda escrita, sencillamente, porque en ese momento es la frase que se me ha ocurrido.

Soy de la opinión, y esto es verdaderamente mi opinión, y no fruto de un calentón creativo, de que las opiniones deben ser vehementes, comprometidas con su íntima razón, valientes y, sobre todo, personales. No encuentro la gracia a reproducir las reflexiones de otro y, en general, no me gustan las ideas que se propagan así, a lo bestia, y la gente las compra por la sencilla razón de que la gente las compra. Es decir, por ejemplo, la gente se manifiesta contra la guerra, pero en su vida resultan belicosos y poco tolerantes y eso es lo que no soporto. El personal "sale a la calle" pidiendo democracia real, pero se portan como nazis, violentos, intolerantes con los que no piensan como ellos.

¿Ves? esto mismo... podría ser un poco más suave al decirlo.

Pero lo peor es que, a veces, lo pago contigo. Si no me contestas, si no me bailas el agua... la tomo contigo. Y te digo cosas y te escribo cosas injustas, simplemente porque al escribir cómo me siento con respecto a ti, se me va la mano y me reconforta escribirlo, aunque sepa que me arrepentiré de haberlo hecho si tú lo lees... que lo vas a a leer.

Sólo puedo esperar que lo entiendas. Tenlo en cuenta, cabréate conmigo, pero por favor, entiéndelo. ¿De acuerdo?

4 comentarios:

dockof dijo...

Por éso, exactamente por éso, por comportarte de esa bizarra manera, no me queda más remedio que quererte eternamente, fabuloso Wolffo ;-)

Wolffo dijo...

Querido Doc, no sabes lo que me reconforta ver que un puñado de inaseqibles al desaliento, un selecto puñado de personas de lo más valioso, como tú, seguís acudiendo a mi auxilio simplemente, prestando atención a mis vaivenes. Tu privilegiada cabeza me halaga y me llena de odgullo y satisfazzión que te pares y prestes tres neuroncitas a mi blog. Te aprecio por encima de muchísimas circunstancias, personas y tiempos.
Gracias por ser un hombre tan extraordinario.
Yo también te quiero muchísimo.

Mal dijo...

(yo sólo digo que tb espero que lo entienda. Es por si se hace más probable si lo esperamos varios..)

Beeesos

Wolffo dijo...

Mal, Mal, Mal... yo he perdido la esperanza. O quizá lo entendió demasiado bien.

Francamente, no lo sé.