miércoles, abril 03, 2013

Entendiendo a las mujeres. Reflexiones de un auténtico feminista.

Quisiera saber porqué, a veces, algunas veces, bueno, casi todas las veces, las mujeres no son más razonables, o, por decirlo en otras palabras, más como a mí me gustaría que fueran. Yo quiero que tengan personalidad, claro, que tengan criterio e ideas propias, que tengan más cuidado el cerebro que la figura, que sean fieles a ellas mismas (y a mí), que le den importancia a las cosas importantes (tenerme contento a mí), que adoren el arte, la música y la literatura o, más exactamente, mi música y lo que yo escribo, que estén pendientes de sus cosas, sus amigos y familia, claro, pero también de mí, y no necesariamente en ese orden, yo quiero que estén en permanente disposición para mí, que lo dejen todo cuando yo aparezco, que les apetezca escucharme y, eventualmente, acostarse conmigo (si ése es el evento que me apetece a mí, quiero decir), y que en fin, aunque tengan su vida, que en su escala de valores esté siempre, en todo lo alto, el atenderme a mí y a mis necesidades. ¿Es tan difícil?

Rallypsie no me hace caso. No me hace maldito caso. Desde hace meses, pasa de mi culo, por decirlo en palabras llanas y sencillas. ¿Por qué? Para que el lector se posicione, Rallypsie es mi ex. O yo soy su ex, pero vamos, somos ex-each other, como si dijéramos, y dependiendo de dónde pongamos el acento, yo soy su ex o ella es la mía. Si ponemos el acento en la posesión, o en la dominación, yo soy su ex. Rallypsie me dominaba, me poseía; era más lista que yo, tenía más carácter, más dinero... y yo, sencillamente, la adoraba. Un día, sin entrar en detalles (podéis encontrarlos en este post), me libré de ella, luego la reencontré, 12 años después y bueno, estamos en esas ahora: ella tiene una vida complicadísima y yo sólo quiero que me dedique un tiempecito... pero nada. ¿Es que no puede dejarlo todo para hacerme sonreír?

Yo no digo que no atienda a su familia. Pero... ¿qué hay de mi? Yo no voy a darle el coñazo, no voy a pedirle que venga a comer a casa de mi madre, ni que cuide a mis sobrinos, a mí, con que me atienda cuando me acerque a su casa, me basta. No tiene que desearme todo el rato: sólo cuando yo la desee a ella y me plante en la puerta de su casa. No quiero que me cocine, ni que me compre los calcetines... no tiene que esperarme para comer cuando salgo de currar. Sólo tiene que estar disponible cuando yo aparezca. No es tan difícil de entender, ¿verdad?

Si nos dejamos de chorradas, te digo: lo único que quiero, lo único que añoro es ser algo importante para ti. Que cuando estemos juntos no haga falta demasiado, ni demasiado poco, que te baste con tenerme a tu lado, como me basta a mí, y que si hay mucha gente, me mires y me sonrías de vez en cuando, sin decirme nada, pero como diciéndome "tú y yo, ¿eh?". Que si una tarde me siento a tu lado y sin decirte nada, mi mano se apoya en tu muslo, tu mano caiga sobre la mía y me des un apretoncito cómplice. Que si te miro, me mires. Que me entiendas, que yo te entenderé a poco que me hagas caso.

Te echo muchísimo de menos y no digo más que tontás.



6 comentarios:

Clementine dijo...

Un auténtico feminista, sí señor, ¿y qué si no? Pues si con esto no cae, Wolffo, no sé yo... Besos.

Wolffo dijo...

Ay, Clemsie... tendría que rendirse, ¿verdad? porque estoy demostrando que conozco el alma profunda de la mujer.

Estoy medio perdido, Mal, esa es la verdad.

Clementine dijo...

Vaya, lo siento. Pues ponte bien, ¿vale? Otro beso.

Wolffo dijo...

No si... o sea, no estoy mal, estoy perdido, despistao, pero siempre tengo alguna referencia, como tú, mi queridísima amiguita. Un beso enorme y no te preocupes, que estar perdido es mi estado habitual.

Besaco.

Mal dijo...

Jajajaja, creo que has salido indemne de una confusión entre clementinas, me equivoco?

Toda una declaración de principios, si señor. Qué raras las mujeres,con lo racional que eres tú (bueno, el que escribe..)

Wolffo dijo...

hm... ¿por qué me conoces tan bien?

(jajajajajaaaa despistao soy)