miércoles, febrero 15, 2012

Sucesos extraños en el Mercadona

En la calle Vallehermoso no existe  la pendiente ni la luz que sí hay en Donoso Cortés. Pero yo estoy en Vallehermoso, caminando, pensando que no tengo dinero, ni teléfono, ni llaves, ni nada.Estoy preocupado porque tengo que ir al hospital, no sé cómo voy a llegar y no sé cómo identificarme en la puerta para que me dejen subir.
Camino un rato dando vueltas a mis posibilidades. El semáforo que hay al final de la calle, sin embargo, sí lo tengo perfectamente localizado: es el de una de las salidas de La Vaguada a la Avenida de la Ilustración. En ese semáforo, al anochecer, mantengo una irreproducible (por psicodélica) conversación con una pareja que sale de un Opel Corsa  gris, de los antiguos, que es el primero en la cola, esperando a que el semáforo se abra. La pareja es joven y se encuentra en apuros y yo no les puedo ayudar. Como el chico, que era el que conducía, se ha bajado para enseñarme lo que parece un vale descuento de MediaMarkt y que le angustia porque "no somos de Madrid", impide que los coches avancen cuando se abre el semáforo, se produce una bonita pitada. Me lo quito de encima con aspavientos y estoy conduciendo mi fiel Picasso y me tanteo el lado derecho del chaquetón para comprobar que llevo la cartera. Debe haberse producido una elipsis morfiana, porque ahora es como medio día, ha nevado y trato estoy entrando en mi coche en un inexistente parking de tierra del Mercadona de Majadahonda. Los eficaces empleados han recogido la nieve habilitando un pasillo ancho para entrar y salir y han barrido la nieve en un determinado punto formando una graciosa, pero insuficiente rotonda... vamos no es una rotonda, sino una especie de redondel, un espacio circular diáfano.Por alguna razón, al ver el redondel tan mono, se me quitan las ganas de comprar y sólo quiero dar la vuelta y salir de allí. O sea, no es que tenga miedo, es que el ver ese espacio limpio y redondo me hace comprender que mi objetivo en ese día es dar la vuelta y ya está. Como sospechaba, el redondel es demasiado pequeño para el ángulo de giro de mi coche, así que tengo que maniobrar. Al meter la marcha atrás, ya no existe el parking de nieve, estoy en una carretera rural, con un montón de maleza a los lados. Cuando el coche llega al límite del asfalto, y aun a riesgo de que el suelo esté a un nivel más bajo que la carretera, sigo retrocediendo, con osada cabezonería. Afortunadamente, no hay desnivel y el coche atraviesa y plancha la maleza. Ahora toca dar marcha adelante y volver a la carretera en sentido contrario, pero por esas cosas extrañas de la vida, cuando quito la marcha atrás, ya no voy en coche, sino que tengo un jersey azul marino y estoy tumbado entre la maleza, tratando de salir de ella y volver a la carretera, que afortunadamente sigue ahí, para no desorientarme demasiado. Me sorprende ver el tamaño de las lagartijas, más o menos como mi antebrazo, pero ellas parecen más asustadas que yo. Una lagartija, sin embargo, me planta cara y levanta su cabeza y estira su cuello desafiante. Cabe mencionar la curiosa morfología de la lagartija: el cuello es largo, en plan jirafilla diminuta y su cabeza es cómicamente grande, y tiene algo de dibujos animados. Además, lo más curioso es que tiene caparazón, como las tortugas, pero es un caparazón, digamos, esbelto, como de legionario romano. Soy lector de Astérix, así que estos locos romanos no me asustan y le doy una decidida toba en la frente a la lagartija-tortuga y es gracioso, porque toda ella sigue en pie, desafiante, pero su cabeza cae a plomo colgando de su cuello como de un hilo de bramante.
¡Qué torpes! pienso y busco nuevas víctimas con mi mano en configuración de ataque por tobas. Pero las lagartijas-tortuga no son una especie boba; han aprendido genéticamente, y en un segundo, que una toba bien dada es un ataque letal, así que se han vuelto ágiles y se van. Avanzo sin dificultad, arrastrándome por la maleza y justo cuando voy a llegar al borde de la carretera, hay una acera que antes no existía y una boca de alcantarilla de la que sale una especie de lagartija-cobra, una especie más temible que la lagartija-tortuga. Por alguna razón, al golpear a la lagartija-tortuga, su torpeza y lentitud han pasado a mí y la lagartija-cobra me vacila ahora con movimientos insinuantes (insinuando que me va a picar) de su cabeza mortífera. Me concentro y sin dejar de mirar a mi oponente, que tiene ojos que brillan en rojo sobre fondo negro, toco por debajo de la maleza una piedra de tamaño adecuado. La agarro con fuerza, hago un esfuerzo titánico por salir del sopor y ataco a la lagartija-cobra con un grito desesperado de guerra:
- AAAAAARRRRGGGGGHHHHHH....!!!
Y, queridos míos, me he despertado lanzando la almohada al despertador cuya amenaza marcada en rojo sobre fondo negro no era picarme... era despertarme.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiendas grandes, bichos, nieve, rotondas... si las pesadillas se eligiesen, creo que las mías tendrían de eso, junto o por separado. Y un progre de guardia sermoneando.
- J -

Buch dijo...

Me gustan estas historias tuyas como de antes.

SAL dijo...

Mi querido Wolffo... me lo he pasado en grande leyendo tu sueño!!.
A tí te pilla un psicoanalista de la escuela frudiana, o no... y se marca una tesis doctoral que lo flipas en colores.
Un beso guapo!!

Alicia dijo...

Es verdad, un terapeuta tiene un filón en este sueño. Lo tengo hasta yo...

Wolffo dijo...

J, ¿eres Jota, el Jotis, el bajista? U otro Jota, es que estoy desorientao...

Buch, a mí me gustaría tener un poco más de ánimo para escribir, pero es que me siento tan cansado, tío... pero ya he visto -también- que tú has vuelto por do solías. Mola. Reuniré fuerzas para darte por quioul, pero te leo, com siempre. Un besín.

SAL, me gusta leerte así de cariñosa, lo sepas. ¿Me psicoanalizas tú misma? Beso va.

Mal, guapa, ¿tú estás dispuesta? Llámame y me dices lo que coliges tú de este sueño. Me encantan esas cosas. Y que le lean la mano, y que me desnuden con la grafología y todo eso...

SAL dijo...

Que no he estado cariñosa? Tu quoque filii mi?, es que me dicen que estoy muy arisca últimamente... vale, voy a psicoanalizarte, me volveré a leer el post y luego igual llamo y pido hora para el psiquiatra de la SS que está la cosa ftal.

Wolffo dijo...

Que no, que no, que lo que digo es que has estado cariñosa... te conoczco desde hace muchos años y creo que eres incapaz de no ser cariñosa, así que no te tires el rollo, que eres un pedacito de cielo. Y llama cuando quieras. siempre es una gran noticia.
¡Muacks!

JOTIS dijo...

Hola soy el Jotis!
que decia yo que si los hongos que habia en tu jardin no tenian muy buena pinta...o si?