jueves, enero 12, 2012

Parturient montes, nascetur ridiculus mus...!

Y mira que uno se empeña en no hacerse demasiadas ilusiones con estas historias, pero... tengo la sensación de que la cosa esta, en la que tanta ilusión, escondida, tenía, quedó en lo que es hoy: Y cuando parieron los montes, nació un ridículo ratoncillo.

Recuerdo mis nervios el mes anterior, ensayando a diario la canción unas 20 veces, hasta que el solo de guitarra me salía casi dormido.
Recuerdo cómo los nervios crecieron en la semana anterior hasta hacerme una persona cercana a lo insoportable. Escribía y daba el coñazo a Juan Valderrama y a los organizadores para ver si podía organizar unos coros en la canción, que para mí eran muy importantes y no me hacían ni caso, claro: había 19 "artistas" (era la denominación oficial de los frikis que allí estábamos reunidos) a los que contentar y supongo que todos tan coñazos como yo.
Fui hacia allá después de comer hecho un manojo de nervios. La guitarra en una mano y una mochila con ropa (me olvidé mis botas de cow-boy) en la otra.
Aparrqué el coche y me lancé a la calle, y entré por primera vez en la Sala Galileo Galilei. Había pasado muchas veces por delante y alguna vez estuve a punto de entrar, pero nunca había estado allí dentro. La sala está bien.
Esto es España, así que aunque llego a mi hora, allí no hay ni dios. Sólo el barman que me dice que como han acabado tarde la sesión de ensayos de la mañana, que estarán comiendo y que supone que vendrán tarde. Efectivamente lo hacen: vienen tarde.
Los músicos, me dicen, son los Hobbies, sin su "estrella" JoseMari Guzmán, ex Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, un grupo que más parece, por el nombre un bufete de abogados caro. Empiezan a tocar y se m'ace el culo pesicola, por demodé que esté esta gran expresión. Me acerco a ellos y no puedo evitar intercambiar con el guitarra unas palabras. Toca una EVH Wolfgang y suena de lujo. Me hace una demo de lo versátil que es tocando unos acordes de jazz y luego unos poderosos riffs jeviosos... y yo pienso, vale.
Estoy nervioso, joder.
Llega más gente y se me acerca alguien que me resulta familiar. Es Juan Valderrama. Nos abrazamos como si fuéramos grandes amigos, porque yo quiero demostrar a la gente que no soy un pringao, porque esto tiene algo de partida de póquer: mira a tus compañeros de mesa y si no reconoces a un primo, entonces es que el primo eres tú.
Empieza a ensayar la chica que va antes que yo. Canta bien, pero como Juan quiere que firme unos contratos, le dice que le dé otra vuelta mientras yo termino de firmar los putos contratos. Termino de firmar y tengo la incómoda sensación de que, efectivamente, el primo soy yo.
Es mi turno. Subo con mi Gretsch al escenario, la enchufo y el de la mesa me dice que toque algo para balancear la guitarra. Obediente, me pongo a tocar algo (la canción) y la banda, feliz de poder hacer algo, me sigue. Después de un minuto, me dice el de la mesa que vale, que me ha pillado. Entonces me vuelvo y el batería me dice "¿la tocamos a su tempo, o más rápido, como lo has hecho ahora?" Astuto muchacho, pienso yo..., pero no le digo nada. O sea, sí, le digo otra cosa, porque veo que tiene  su metrónomo, y le digo "no, estaba solo tocando para cogiera el nivel, tocamos al tempo original. Lo hacemos un par de veces y me echan de allí, porque yo hubiera ensayado otras 35 veces. Todo suena bien. El bajo, la batería, el pianillo y la guitarra esa con sonido jazzy mola. Nos dicen que tenemos que volver para ensayar el pasodoble que cantamos todos juntos dentro de una hora y media. Menudo rollazo. En todo este asunto hay un rollo friki (algunas canciones, algunos perfiles...) que no me mola nada, pero bueno... es lo que soy, supongo.
Me salgo afuera y trato de organizar el rollo de a quién adjudico las entradas, quién puede venir y todo eso. Cerca de la Sala vive mi amiga Alicia, a la que quiero mogollón, así que voy a su casa. El plan primigenio era que iba a su casa y que ella, que es profesional del ShiatSu (se escribe algo parecido), me daba una sesión ligera en la zona lumbar que la tengo muy castigada, para que saliera como una rosa por la noche al escenario, pero por la cosa del pasodoble se cruza en mis relajantes planes y sólo puedo ir, hacerle ver a Alicia que estoy nervioso y que soy gilipollas y largarme.
Lo del pasodoble es de traca. No me lo sé en absoluto, ni quiero sabérmelo. Es una cosa graciosilla, que entra en el rollo que los "fósforos" conocen como "culto al líder", pero resulta que yo, que soy muy admirador y seguidor de Carlos Herrera, no participo de esa parte de peloteo y colegueo y no me hace maldita la gracia. No digo nada, claro, y me subo y canto el estribillo con entusiasmo (ellos lo han querido, que diría un crítico cruel) y me preparo para la noche.
Me voy a un bareto y me aprieto dos vodkas anaranjados en solitario, un rollo bastante deprimente, la verdad. Luego, medio beodo ya, me encuentro con Quique, mi cuñado, y el fotógrafo oficial de mi carrera rockística, y nos damos un par de cañitas de margen para ir a buscar al resto de la trouppe. Cuando salimos, nos encontramos con lo que se podría denominar, asaz poco científicamente, como toa la peña, nos besamos y abrazamos y creo que nadie se percata de que estoy peo sin remedio, pero al entrar, me dicen Wolffo, calamidá donde estabas que te tienes que pasar por el fotocol y yo me paso y ahí, como puede observarse por mis ojillos traviesos y somnolientos, todo el mundo se percata de que estoy con el puntito.




En fin, que la cosa va a empezar. Que me cambio, que me pongo nervioso, que afino la guitarra, que me presentan a Carlos Herrera, pero no cruzo ni media palabra con él, vamos, que no me hace ni puto caso, porque está demasiado ocupado con la nube de pelotas que genera a su alrededor, do quiera que va el tío. Tampoco he conocido a mis compañeros vecinos, ya sabéis que soy un maldito desastre social. Parecen buenas personas. Óscar es buen tío, Rosalie me cae bien, Salvatore, mañico, parece un tío majo... pero yo estoy a otra cosa.
Salimos al escenario todos, como si fuéramos buenas personas. Cantamos el pasodoble y empieza la fiesta. Presentan la Gala Juan Valderrama y, no me preguntéis porqué, una periodista que se llama Rosana Güiza que hace, además, de "madrina". Rosana no tiene ni idea de lo que está presentando, no conoce a los cantantes, ni a los grupos, ni las canciones que presenta, y sale a presentarlos con el texto de la web escrito en el móvil. Los que tienen la suerte de ser presentados por Juan, reciben una introducción cariñosa, de alguien que sabe de su historia y bien hecha. Los que salimos precedidos por la impersonal presentación de Rosana salimos después de una introducción sosa, no demasiado bien leída y bastante improvisada. No tengo que decir que no me hizo ninguna gracia la presentación que sufrí por parte de Rosana.
La Gala se desarrolla sin demasiadas sorpresas. Yo estoy arriba (la zona VIP, se supone) donde están los famosetes y todo eso. No se oye una mierda, porque la nube Herrera genera mucho ruido y hay un nulo respeto por la gente que, desde el escenario, trata de dar a conocer su, digamos, arte. Afortunadamente, Herrera se marcha a la tercera o cuarta canción, pero el ruido no disminuye, la gente VIP es sumamente molesta, y perfectamente ineducada, podéis creerme.
Voy a salir, así que...


Y eso fue todo. Al terminar, se supone que teníamos francachela en la zona VIP, pero había tenido ya suficiente de peloteo y basurilla social, así que me fui con los míos: Susana, Leticia, Borja, Pilarilla, Quique, Alicia, Javi y Jota, me tomé un cacharrillo con ellos y nos fuimos a casa.
Y no se si pasará algo más. En un par de entrevistas he oído decir a Juan Valderrama que prepara una gira veraniega para los vecinos, pero, la verdad, me parece algo tan lejano...

Yo creo que esto, francamente, ha sido todo.
Y bueno, tampoco ha estado tan mal ¿no?

7 comentarios:

Koti dijo...

Pues no, no parece que haya estado tan mal. Tú lo pasaste bien, ¿no? Pues ya está.

Eso sí, te he visto muy raro de pelos, como si los llevaras de punta. ¿Era algo buscado o salió así por casualidad?

Besos, ratoncillo.

Wolffo dijo...

Bueno, no lo pasé mal, pero tampoco disfruté el momento como debería... es eso, Kotts, que no estuvo tan mal.
Mis pelos... tengo la manía de engominarlos cuando voy a tocar, pero normalmente hay alguien que me dice: eh, que te los has puesto mal, corrige esto, o aquello... y ese día no hubo nadie que hiciera ese papel, así que mi peinado casual salió como una mierda con aspecto de enemigo eterno del peine.
That's life!
Un beso, guapa.

dockof dijo...

No sé si habrá algo más para el verano que viene, pero a mí me gustó tu canción. Eso sí, la nube Herrera debió ser para deprimir al más pintado.
Te voté todas las veces que pude, y ví que quedaste the first, campeón.
Un abrazo, querido Wolf. Te sigo leyendo.

Wolffo dijo...

Doc!
no sabes cómo te agradezco que lo hicieras, hombre... y sí, te aseguro que ver que las personas aparentemente razonables se transforman de esa manera cuando aparece un famosete es para odiar al género humano al completo. Pero me imagino que somos así...
Un abrazo enorme, mi querido Doc, yo sigo deseando que no se te quiten las ganas de leer(me).

Buch dijo...

Estuvo bien,creedme, que yo lo ví. ¿Que había algún friki? ¡Coño, claro! Y salir ahí de solipeich,dar cuatro pasos pàlante y no dudar ni un momento, me parece muy difícil. Por mi parte enhorabuena.

Mal dijo...

Sí, para mí también estuvo más que bien, y los no-frikis eráis superiores en número.
Realemente era lo que era: una oportunidad de darse a conocer para personas con talento y anónima.
Uy, lo voy a dejar pq me está costando muchísimo construir las frases, debo tener hambre o algo. Pero yo veo muy precioso al ratón parido.

Besos de una requetefan

Wolffo dijo...

Buch, tampoco tenía otra, tío, ¿qué iba a hacer? decir, "no, que la cante otro..." En fin, es por dar por qioul, tío, te lo agradezco. El estar allí y el decir esto.

Mal, jajajajajjajaaaaaa qué graciosa eres con hambre. Cuando estés piripi debes ser la pera. Un beso y gracias por estar allí y por acogerme en tu casa ese ratito dramático. Un beso enorme.