jueves, febrero 11, 2010

pura alegría

Eight days a week


John Lennon escribió unas cuantas canciones que son pura alegría. Para mí, las dos más decididamente alegres son esta y I should have kown better, a pesar de la melancolía de la letra. En esta, además del sonido, del buen rollo que transmite la melodía, las palmas, la letra es sencillamente adorable: te amo ocho días a la semana, y ni siquiera eso es suficiente para expresarlo. He grabado esta sin artificio, con guitarras acústicas, bajo y palmas, nada más, pero añadiendo alguna vocecilla extra, que para algo soy yo el que canta. Por cierto, tiene gracia que los versos acaban en "babe", o "girl" y me equivoco muchísimo. Bueno, no tiene demasiada gracia, pero lo dejo dicho de todos modos. En fin, a ver si te gusta y te transmite tan buen rollo como a mí.


¿Y qué si solo verte, si solo oír tu voz, sentir tu aliento, olerte, es pura alegría? Si sólo con saber que existes me basta para sonreír, porque, tal vez, quizá, nos encontremos en la calle un día y te fijes en mí.
Febrero me gusta porque me recuerda a ti. Al mismo invierno le gusta y trata, en vano, aunque a veces con fiereza, de hacerse más que presente, porque sabe que empieza a oírse en la selva los primeros ecos de la canción de la primavera. Porque los brotes tiernos de los frutales asoman la cabeza, como cuando tú asomas el dedo gordo de tu piececito fuera del edredón para calibrar si levantarse es buena idea…
Hace muchos años, me gustaba la brisa fresca que me refrescaba la cara cuando abría sus puertas el autobús. Iba con mi abrigo, mi bufanda, tal vez, y mi carpeta, con la calefacción del 49 o el 27 a todo meter y de pronto, al llegar a la parada, se abrían las puertas del bus y la brisa, el viento, entraba a empujones y nos recordaba el frescor de la vida.
Febrero me recuerda que el año comienza de verdad, porque enero parece una especie de telemaratón de buenos propósitos y cambios absurdos y en febrero es cuando le coges el pulso al año. Un café humeante a tu lado, tus ojos centelleando frente a mí y mis manos perdidas en el calor de entre tus muslos, las piedras que te hablan y el cielo, que vuelve a ser de un azul peligrosamente intenso, asomando entre millones de nubes, dibujando pensamientos caprichosos.
En febrero amanece en technicolor, salen rojos y morados ardientes a primera hora, fundidos con las nubes que parecían negras diez minutos antes, anunciando el sol que ha de venir y que, tal vez hoy, tengas un ratito para mí.
Los días empiezan a alargarse y cada día de febrero me deja un poquito más de luz, un poco más de tiempo de verdad, tal vez un día me líe la manta a la cabeza y empiece a aprovecharlo. Pero entonces, si hago cosas provechosas, a lo mejor febrero ya no es tan febrero y se convierte en un mes como los demás. Creo que, en honor a febrero, a su luz creciente y a sus ventosas iras, a sus brotes tiernos y descarados, en honor a los almendros y al anuncio de la primavera radiante… este mes de febrero seguiré perdiendo el tiempo, haciendo nada y buscándote en cada risa que a este mes se le escape. Siendo pura nada. Pura alegría.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Me estaba preguntado, ¿cómo califica uno este texto?

He dado vueltas a algunos adjetivos y creo que me quedo con elegante. Alguien dirá, pero si ha metido muslos el tío guarro...

¿Y?

¿Es acaso un muslo algo malo?

Me ha gustado, de verdad, sin titubeo por mi parte a la hora de decirlo. Además, llevo una temporada tan hasta arriba (hoy en especial) que he decidido dedicar un tiempo tranquilo a leerlo. Y he disfrutado.

Y fíjate, los autobuses de tu historia y la referencia al amanecer... me han traído un recuerdo a los Flash Strato ("Madrid en Technicolor"). ¿O lo has hecho aposta, ladrón?

Algo está cambiando, ya nadie puede parar. Madrid en technicolor...

De la canción no puedo decir nada aún pero lo haré en cuanto pueda oírla.

Así que, te dejo un surtido de abrazos y vuelvo al tajo.

Wolffo dijo...

jajajajaja, es verdad que se han deslizao los muslos, pero es que la lujuria es escurridiza, hasta cuando termina.
Gracias, Foss, muchas gracias. No había intención en lo del viento, porque no recordaba a los Flash Strato, ¡qué flash que los recuerdes tú! Creo que no eran de mis favoritos, pero mira, si te ha evocado eso, pues mu bien. La canción está... regularcilla. Es una versión personal de una grandiosa canción.
Que sea leve tu tajo, y un abrazo for you.
Eps!

mahomal dijo...

Pura poesía, como en Alaska..
Me estaba gustando febrero, pero ahora me gusta mucho más.

Y la canción..¿seguro que no la habías versionado ya antes? Es que me suena mogollón cantada por tí, no sé.

Reverencias, Montaña

Wolffo dijo...

Je, gracias, Mal, entre tú y yo eso es un descomunal piropo, eres un solete de febrero.
La canción no la había subido antes nunca, pero ess que la canto tan bien que parece hecha a mi medida, ¿verdad? jajajaja.
Soy yo el que ante vos se inclina, señora de los saberes extraños.

Buch dijo...

Es una canción que me encanta. Estas canciones del Lennon jovenzuelo.Y cuando cantaba con fuerza, cómo cantaba ¿Eh?. Me acuerdo de JOhn cantando a lo vozarrón en Mr Moonlight. Lo digo por la parte de EDAW, en la que dice "..is not enough to show I care!" Y el cambio de entoncación en la última estrofa, como diciendo que podía haberla cantado toda entonando así, pero voy a derrochar talento. Muchas veces entre tu y yo, me sentiría maltratado por la prensa, caso de que se ocuparan de mí, porque dirían que al ser seguidor de Mc Cartney, como que no me podría gustar Lennon. Es mentira. Me parece un talento sobrenatural. Me parece un escándalo de intérprete y de compositor. Y en talento lo pongo a la altura de Mac. Lo único que pasa es que Macca hizo más canciones. En lo demás no veo la diferencia en cuanto a magnitud de los talentos.
Me gusta mucho cuando haces posts que son poesía desde el principio hasta el final. Febrero no me cae mal, pero en este post lo has pintado tan bonito que se me hace imposible no quererle.

NO creas que es agradable quererte tanto, hombre.

Guiss dijo...

A mí febrero me gusta porque es corto. Y para los impacientes como yo, lo corto es estupendo. Bueno, los hombres cortos no, claro. Ni las mujeres. También me gusta porque, aunque fuera sigue haciendo frío, el sol ya tiene la fuerza suficiente para calentar entre cristales, y también tengo vocación de flor de invernadero. Y porque no suele ser tan atareado como enero. Y porque has escrito esto. Aunque me ha preocupado el café humeante, corre el peligro de ser derribado con un codo o con una rodilla, según el ardor y la flexibilidad que se ponga...

La canción en cuanto tenga un rato en casa, lo prometo.

Wolffo dijo...

Jo, qué vago estoy últimamente con los comentarios... disculpadme.

Tienes razón, Buch, ese John Lennon es el gran Lennon y lo que dices de él es justo lo que yo pienso. Y eso de que tengas que ser de Lennon o de McCartney es una chorrada como un piano. Yo soy Lennoniano, pero admito en muchos campos el talento superior de Mccartney. Y admiro a Paul tanto como a John, pero... me gusta más John. A ti Paul. Y me encanta George, cuya grandeza está por descubrir... incluso, cada día que pasa admiro más a Ringo como baterista.
Y febrero, si pensaras en él en términos mensuales, y no en las oportunidades que te da para follarte alguna nena descarriada, te gustaría más, hombre.

Hay dos refranes que odio: "una imagen vale más que mil palabras" y "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Son dos grandes mentiras, pero a lo mejor tiene algo de bueno el que Febrero sea corto, porque cuando he leído la primera frase de tu comentario, Guiss, he pensado, "coño, cuánta razón tiene". De todas formas, yo sé que tú tampoco eres amante de la brevedad y lo conciso y te gusta perderte en dibujos, así que no tiene, tendría, nada de malo febrero si durase 33 días. a lo mejor una cosa buena de febrero, que ni tú ni yo ni nadie ha tenido en cuenta es que sería un mes potencialmente bueno para resultar el más largo del año. Imagínate que se hace una ley por la cual se le quita un día a cada mes a todos los meses menos a uno, al que le correspondería sumar a los suyos los once días que les quitamos, por sobraos, a los demás. Febrero pasaría de tener 28-28-28-29 días a tener 39-39-39-40, lo cual sería extraordinario. Hagamos una página en Facebook para eso. Y otra donde se guarden los comentarios de mi querida Guiss en los que no osa estar en desacuerdo conmigo y me dice cosas agradables de esa manera en que ella sabe decirlo.
Y ya, Guiss, un millón de besos y achuchones.

Buch dijo...

Tanto tu post, como mi comentario, como tu respuesta, son fabulosos. (Quiza mi comentario una pizquita más)

fantasma paraíso dijo...

Olvidé agradecerte la aparición estelar en al post anterior. Así que, tarde y mal, te lo agradezco ahora. Y que sabia apreciación a los padecimientos que muchas veces tenemos que soportar los médicos... Lo de los pies no es nada en comparación a cientos de anécdotas reales que os ahorro para no aburrir al personal. Aunque no me quejo, ¿eh?, que cada profesión tiene sus cosas y allá cada cual con lo que elige.

Y esto me recuerda a algo que leí en «Territorio Comanche» de Pérez Reverte, cuando el cámara de la pareja de periodistas que están cubriendo la guerra de Bosnia, se cabrea con su compañero porque cuando están rodando los efectos de un bombardeo lo deja todo y se le mete en el plano para ir a ayudar a los heridos, estropeándole la toma. «Si lo que te gusta es ayudar, haberte metido a enfermera de la Cruz Roja», le dice cabreado. Bueno, quizá esa sea una situación límite, y además ya sabemos que a Pérez Reverte le gusta mucho presumir de lo tipo duro que es y tal... No obstante, a mí ese librito (por la extensión) me gustó, aunque sus Alatristes y demás no me hayan interesado mucho, la verdad.

Y también decirte, del anterior post (¡joder!, si tenía tantas cosas que decirte ¿por qué no lo hice en su momento?), que me hizo mucha gracia lo de «asamantecas». El motivo es que, cuando éramos pequeños, mi padre nos contaba historias de un tipo temible al que llamaba «Sacamantecas». De hecho, en Semana Santa íbamos a Riaza, en Segovia, y por las calles solía pulular un señor con algún tipo de enfermedad mental (el típico «tonto del pueblo»), aunque completamente inofensivo, y mi padre nos decía que era el tal «Sacamantecas». A mí el nombre me sonaba a un Jack el Destripador versión española. Como de andar por casa, vamos.

Por otra parte, me alegro del optimismo que te despierta febrero y de que todo lo veas en technicolor, que ya son ganas con toda la lluvia que está cayendo... Yo, que se le va a hacer, lo veo más bien gris, y aunque me gustan los días nublados, de lo que ya estoy harto es de tanta agua y tanta alegría de los hombres del tiempo porque se llenan los pantanos y la Virgen de la Cueva debe estar muy contenta (será porque no sale de la cueva y allí no se moja).

En cuanto a vuestra polémica sobre Lennon-McCartney, la verdad es que no entro. A ver, lo guay es decir que el que te gusta es Lennon, porque tiene imagen más rebelde y tal (que sé que no es tu caso). Pero es que el pobre Paul no tiene la culpa de la carita de niño bueno que tenía de joven, y de la de abuelita respetable que se le ha puesto de mayor. Y además, John tuvo la suerte de que le pegaran un tiro (relativamente) joven y haberse echado una novia japonesa amante de las «performances». En fin, Lennon-McCartney, Jagger-Richards, Strummer-Jones... Total, si en la mayoría de los casos cada uno hace sus cositas por su cuenta y luego firman los dos. Claro, que la pasta es la pasta, y los derechos de autor para el que firma. Pero para eso yo prefiero la más democrática firma «Ramones» y a dividir a pachas para todos.

Y al hilo de la actualidad necrológico-literaria, recordar que el chiflado aquel que disparó a Lennon frente al Dakota llevaba un ejemplar de «El Guardián entre el Centeno» en el bolsillo. Suerte que fue hace veinte años, porque llega a ser ahora y con la tontería reinante seguro que le echan la culpa al libro.

Al hilo del hilo: leo hoy en el periódico que Bret Easton Ellis, al enterarse de la muerte de Salinger escribió en su «Twitter» (lo sé, sospechoso) algo así como «let’s party!». Y es que Ellis también es un tipo muy raro. Pero, mira, a mí me gustó «American Psycho».

Wolffo dijo...

jaja, Buch, sin ninguna duda, tu comentario un poco más.

Hombre, te puse junto a una eminencia. Si te fijas, cuando apareces, siempre vuelas alto. La gente que, como vosotros, los médicos, trata con la gente y en situaciones, además, en las que esa gente se siente (nos sentimos) vulnerables, tiene jugosas anécdotas. Cuenta alguna, hombre, sin cortarte, cuando veas que viene a cuento.
Yo no he leído Territorio Comanche, pero sí digo una cosa que es común a muchos escritores españoles contemporáneos: APR escribe muy bien, extraordinariamente, incluso, pero sus novelas son vulgares. Se le da mejor el artículo, la reflexión, el formato corto. Y luego están los escribidores de folletines insoportables tipo La catedral del mar, La sombra del viento y esas mierdas. Esos no saben escribir, pero se les da muy bien la novela inane y tocha. Y tienen algún lector insigne (y verde) entre los millones de ellos que tienen, pero a pesar de eso, no los trago.
Febrero me gusta, sí, pero este año, es que además, tanta lluvia está volviendo locos a los apóstoles del apocalipsis climático y eso me hace sonreír. Es bello verles tan nerviosos y buscar excusas y todo eso. Un espectáculo fabuloso.
En realidad, la polémica es una no-polémica. Ambos estamos de acuerdo en que no hay enfrentamiento, sino que, sabiendo -y valorando- los dos el talento de uno y de otro, a cada uno le gusta más uno de ellos. Lo que defendemos es lo idiota que es enfrentarlos y, más aún, enfrentar a sus seguidores, como si no te pudieran gustar los dos.
A mí me gustó mucho también American Psycho, pero poniendo las cosas en perspectiva, El guardián entre el centeno es un hito en la historia de la literatura, y American Psycho, sólo (¿sólo...?) un gran libro y una peli muy mejorable.
Abrazo, doctor paradís.

linmer dijo...

"[...]y el cielo, que vuelve a ser de un azul peligrosamente intenso, asomando entre millones de nubes, dibujando pensamientos caprichosos."

Cuando te pones así de poeta, no puedo más que odiarte y recomendar tus posts una y mil veces a mujeres maravillosas a las que me gustaría poder conquistar con mis versos y que, a falta de ello, acaban leyéndote a ti.

Un abrazo, odioso ladrón de versos y mujeres.

Wolffo dijo...

Oye, no dejes que ninguna de esas maravillosas mujeres pase por aquí sin avisarme, que luego me pillan en chándal y no hay manera de que sus expectativas queden satisfechas.
Un abrazo a ti, mala persona.