viernes, enero 15, 2010

nada, otra vez


Ella no sabe nunca a qué atenerse.
Y él siempre dice lo más inadecuado en el momento más inoportuno. Ella se pregunta dónde reside el atractivo de ese señor casado y cansado, cuyas patéticas justificaciones (no le gusta llamarlas excusas) suenan tan falsas como sobadas. Él sabe que ella está lejos de su alcance, y más lejos aún de lo que alcanza su coraje. Él la llama tigresa y ella le dice lobo feroz. Son osados por teléfono y por escrito, y cara a cara… también lo serían, pero nunca se ven así. Ambos se sienten, en la misma medida y proporción, atraídos y repelidos por una relación oculta y frustrante que, dado lo elevado de sus sentimientos, no debería ser así.
Se admiran mutua y profundamente. Y ambos, inconscientes de su propio talento, temen que llegue el momento en que el otro se dé cuenta de que, en realidad, son farsantes que vagan por el mundo disfrazados de personas singulares.
Pasan temporadas sin mirarse apenas, tratando de olvidarse mutuamente, pero basta que se crucen sus miradas un momento, para que ambos caigan en la tentación de explorar sus cuerpos y prometerse, mientras sus cuerpos sudan, se desean y se satisfacen, amor eterno. Siguen a estos tórridos encuentros días de laxa amnesia de sus respectivos y relajados propósitos, y el oasis existe mientras el recuerdo del olor del otro se desvanece en la rutina inexorable de sus días.
La consciencia vuelve, y la conciencia, tozuda, los devuelve a la realidad abofeteando sus mensajes, sus promesas y sus tequieros. La esperanza muere, y de sus cenizas, renace, como un monstruoso fénix bicéfalo, ante él la cabeza de la culpa, que se yergue amenazante y real, tangible, contumaz e inevitable; ante ella, la faz del desprecio. Despreciándole a él y sus tretas de adolescente, y a sí misma por su adolescente forma de caer una y otra vez en la misma trampa.
Nada pueden hacer ambos, más que dejarse llevar por el viento. Nada, otra vez.



Nada.

12 comentarios:

Ella dijo...

Jo...

Kotinussa dijo...

Titulas el post "Nada, otra vez" y yo te digo "Me gusta muchísimo esta canción", otra vez (y creo que van tres veces que la pones, aunque la primera fue a palo seco, sin vídeo y sin relato).

Pero no importa en absoluto que la pongas una tercera vez porque cada vez que la has puesto ha sido para mejor: la primera, la canción sola, ya era un puntazo; la segunda, todavía mejor, acompañada de vídeo y unas pocas letras; la tercera, creo que ya inmejorable, el mismo vídeo y muchísimo mejor las letras que la acompañan.

Plas, plas, plas (aplausos). Y muac, muac, muac (besos).

LuNegra dijo...

...fíjate que ahora que le has puesto historia a tu canción la veo de forma diferente, como dice Katiusa cada vez que la he oído la he escuchado de forma diferente (o estaría mejor dicho al reves????) bueno pues eso, esta canción me sigue gustando y la historia es tan común hoy en día que ya casi que no sorprende.


Besos!!!!

Anónimo dijo...

Cada historia puede tener un distinto final,las que sus propios personajes forjan,tal vez esas pateticas excusas sean las justificaciones tardias y deseperadas de una niña adolescente en una edad ya tardia,y si,el desprecio surje,pero no contra ella,no hay cabida para lo que no existe en su corazon,sino para el mismo, por haber confiado ciegamente una vez mas en ella,en sus promesas de amor eterno y en sus palabras tiernas.
Quizas ni los malos sean tan malos ni los buenos tan buenos,no es mas que un final distinto para esta historia.

Un saludo.

Mal dijo...

Te decía que me gusta escucharte cantar. Pues bien, ahora digo que ME GUSTAS cuando bailas cantando ("hace tiempo los reveses..").
Que estás bueno, Wolffo,muy bueno.

Wolffo dijo...

Bueno, Ella, es sólo un ejercicio. Pero sí, jo...

Sí, Kotts, es la tercera vez que pongo esta canción. Es de mis favoritas, y me gusta enseñarla. Tienes razón y me llena de odgullo y satidfazzión (léase con acento real, de Juancar) que recuerdes la secuencia completa y en términos tan elogiosos. Gracias, gracias, gracias y besos, besos, besos y besos (1)

Se llama Kotinussa, Lunegrilla, jajajaja. Bueno, en esta ocasión no era mi intención sorprender, o quizá sí, pero no con la historia. Te agradezco, de verdad, que digas que te gusta, porque es, como le decía a Katiusa (jajajajajaja!), una de mis favoritas. Gracias y besos.

Es verdad que me lo decías y a mí me gusta oír eso, pero ¡y lo otro...! La verdad es que tenía unos kilos menos que ahora, y me podía poner un jersey cuello cisne. Pero, ¿verdad que mi natural elegancia se manifiesta de forma especialmente grata cuando me muevo al ritmo de la música? EStoy bueno... es la típica cosa que me llega al alma. En serio. Los sentimientos están muy bien, pero, caray, cuando a uno le dicen eso, sale el sol. Un beso, Mal.




(1) Yo uno más

Wolffo dijo...

Me dejaba el de Anónimo.
Bueno, es interesante, pero no acabo de pillarlo del todo. Porque aquí no hay una historia de buenos y malos (es más, ni siquiera hay historia), sino un cachito de realidad virtual. Pero desde luego, casi todas las historias pueden mirarse desde diferentes puntos de vista y casi siempre el lugar (la circunstancia) desde el que miras determina la comprensión de la historia.
Un saludo para ti y gracias por hacerme pensar.

Beatriz dijo...

Pues en mi caso, es la primera vez que oigo este tema, yo es que soy así, y de acuerdo estoy con todos en que haces bien en estar orgulloso de él. Mola mazo.
Y más aún, el video que te has montado con la canción.
Y el relato pues, eso, la vida misma.
Besos.

Beatriz dijo...

Añado, Wolffo, que desde que he oído este tema a las 10:11 AM de hoy, estoy con la musiquita en la cabeza. Es pegadiza, pues.
Con lo cual,propongo: "¿Por qué no te presentas tú a Eurovisión para este año, elevas el nivel musical del evento, que falta hace, y nos quitas la amenaza terrible y real de que vaya Karmele Marchante representando a España?".
Buena idea es, no me lo niegues.
Más besos.

Wolffo dijo...

Aunque lo digo a veces, Beatriz, no sabes la ilusión que me hacen las referencias a mi música; y si son tan cariñosas como la tuya, pues más, claro.
Para mí, mi música es casi sagrada y, como me imagino que le pasa al 99% de los músicos sin público, pienso que el mundo se equivoca al no tenerme en un pedestal. Por eso, cuando alguien me dice lo que sea (mejor si es bueno) sobre mis canciones, me vuelvo loco de alegría.
El año que viene, si las Peroratas siguen vivas, prometo que hago una canción para Eurovisión y me presento en plan petardo.
Este año ya es tarde.

Un beso del tamaño de la pantalla de un drive-in de los grandes.

linmer dijo...

Esta vez superando todas las marcas habidas y por haber, pero llego ahora y me pongo al día.

Ya sabes que esta canción me encanta. La has puesto varias veces, así que sabes que me encanta, y sé que te encanta a ti también, ¿por qué sino ibas a hacerlo?

"Porque no me creo nada, nada de ti" podría ser otro fraseo, en versión despropósito, en versión desengaño, al otro lado de la misma montaña. Ya sabes que lo digo con la peor de las intenciones, para que te guste, lo uses, te hagas famoso, te pueda denunciar y nos forremos a medias en programas rancios de esos que parece que jamás abandonarán la caja lista que absorbe tontos.

Otrosí, por no decir empero, esto que dices, cuando dices, "Y ambos, inconscientes de su propio talento, temen que llegue el momento en que el otro se dé cuenta de que, en realidad, son farsantes que vagan por el mundo disfrazados de personas singulares." viene a ser como la historia de mi vida, al menos de mi vida sentimental, al menos de mi vida sentimental pasada, que de la futura, ya se encargará alguien de mancillarla en su debido momento... Y tampoco es que quisiera quejarme aquí, simplemente me ha salido la perorata, ya sabes que me siento como en casa.

Un abrazo desde estas lejanas y baldías tierras.

Wolffo dijo...

Todos lo sabemos todo, lin y, sin embargo, qué agradable es, a veces, decir y oír esas cosas que tan bien sabemos. ¿No te gusta oír de una mujer que le gustas? Empero hubiera estado bien, también, ya que yo, por razón familiar y de pareja, estoy harto de ver una revista profesional en mis casas sucesivas cuya cartelera reza: Otrosí.
Y en fin, Lin, que cuando un cachito de perorata incita a otra perorata como la tuya, no puedo por menos que sentirme bien, sencillamente bien.
Un abrazo.