martes, enero 12, 2010

ayer, hoy, siempre

Mi amiga B. es, probablemente, la mejor compañera con que cualquier hombre pueda soñar compartir cualquier cosa: su casa, su amistad, su corazón, su vida.
Conocí a B. hace muchos años, en aquellos chats de Olé en los que estuve picoteando una temporada. Entonces era Bet, y era una de las reinas discretas de aquel extraño canal #mas_de_30#. Muchos de los que leéis estas peroratas la conocéis con otro seudónimo, pero me váis a permitir que guarde su pequeño secreto.
La conocí unas semanas antes de que mi matrimonio naufragara, y como el suyo tampoco lanzaba vivas al amor, cuando ambos se rompieron nos lamimos las heridas mutuamente. Vía eMail, vía chat, con interminables privados, vía icq… y vía telefónica, porque B. y yo vivíamos en ciudades distintas.
De esta manera, como imagináis, después de una época en la que ambos estuvimos muy unidos, el tiempo y la distancia se encargó de ir separándonos, y fui yo el que rompió el vínculo de una manera poco elegante. No me justifico.
Pasamos años sin hablar, sin intercambiar una sola palabra y un día, cuando ya había empezado a perorar en el blog, recibí un correo de B. diciendo que había escuchado una canción de las mías, de las primeras que subí, llamada Dos caras , que le gustaba, y me preguntaba por mí, por mis hijos, que qué tal estaba…

Como sucede en estos casos, yo había pensado mil veces en B. pero nunca cogí el teléfono y la llamé porque pensaba que ella seguiría con ganas de matarme. No era así, de hecho, ella no es así, y yo en el fondo lo sabía. B. no alberga rencor, ni odio ni nada de eso en su corazón de plumas.
B. está pasando ahora por un trago penoso. Su vida, creo que por tercera vez desde que la conozco, se ha puesto de nuevo patas arriba con una de las peores noticias que nadie puede recibir. Pero lo curioso es que esta mañana, cuando la he llamado para felicitarle el año nuevo y preguntarle por su hija, su vida y tal, y me ha soltado la bomba, no se ha desahogado, sino que seguía interesada en preguntarme a mí… B. es así.
No quiero hacer un panegírico lacrimoso. Las pocas veces que B. y yo nos hemos visto lo que más se ha dado ha sido la risa y la felicidad. Ella ríe como un pajarillo alegre y vivaracho y, a su vez, me hace reír a mí como al chuleta madrileño que me gusta jugar que soy. Yo me meto con su elegancia y ella se ríe de mi llaneza. Y los dos sabemos cómo son las cosas.
A B. le gusta escucharme cantar una canción, preguntadle a ella porqué. Y como me gustaría verla sonreír y sé que lee estas peroratas, la he grabado para ella hace un ratito. No puedo decir nada de la canción, porque sería ridículo, pero sí diré que quería subirla hoy porque es hoy cuando quiero que ella la escuche, a pesar de que sigo sin poder cantar en condiciones, y se nota mucho en la grabación. Cantada y escuchada, y leída la letra hoy, mi preciosa B., la letra de esta canción cobra un significado mágico. Ayer, de repente, ¿por qué? el juego ha terminado, y sin embargo hay que seguir jugando. Aquí está: grabada del tirón, en una pista y para ti, mi queridísima amiga. Sonríe, como ayer, como hoy, como siempre, por favor.



Con amor,
Wolffo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No conozco a B pero espero que tenga suerte. De verdad.

Una muy buena amiga nuestra acaba de tener un palo de esos de fea palabra y aún lo estamos tratando de asumir todos. Espero que ella también tenga suerte.

Un abrazo my friend.

Anónimo dijo...

Pajarillo alegre y vivaracho???? por Dios, Jorge!!! Eso es muy castizo, no? ;)
En fin... sólo decirte dos cosas.
Es una canción preciosa, que me recuerda momentos fantásticos y me hace muchísima ilusión que la hayas colgado para mí.
Y ya sabes, el tiempo no podrá con nosotros... con nuestra amistad. Tu sabes que yo sigo aquí y yo sé que tu estás ahí.

Un besazo amigo, con el corazón.

B.

Wolffo dijo...

Foss, amigo, B. la merece, de verdad. Es una persona genial. No sé si con "nuestra" me estás metiendo a mí en el ajo, porque lo cierto es que una amiga tuya y mía lo está pasando mal ahora también.

Un abrazo a ti.

MI querida B., es que ya sabes cómo somos aquí: o muy chulos o más cursis que una zapatilla con pompones rosa. Las dos cosas que me dices, B., las tengo bien presentes, pero me vuelve loco de alegría que sea lo mismo para ti. Y que lo digas.
Un beso eterno, mi niña.

Anónimo dijo...

Tienes razón, una amiga común no lo está pasando demasiado bien.

Pero me refería a otra persona. No la conoces.

Oye, acabo de ver tu correo. Gracias por las referencias.

Tengo que comprobar lo de la Dean Markley (no me acuerdo ahora)...

Abrazos.

Mal dijo...

No tengo que peguntarle a B., a mí también me gusta escucharte cantar.
Y, desde este momento, también me gusta B. Espero que todo vaya bien para ella.
Y un abrazo fuerte para cada uno.

Wolffo dijo...

Ok, Foss, ya me dices algo.

Je, Mal, qué amable eres. Te caería genial B. Y tú le gustarías a ella también. Al fin y al cabo, a las dos os gustan los tipos geniales como yo...

Gracias en su nombre... y en el mío. Un beso.

linmer dijo...

Es totalmente cierto que B., estando en un mal momento, solo se preocupa de saber como estás tú, que es capaz de pasar horas escuchando e intentando animarte cuando debiera ser al revés. Es una de esas cosas que la hacen maravillosa, qué te voy a contar.

Un detalle precioso, realmente emotivo.

Un abrazo para ti y otro, aprovechando la tribuna, para ella.

PD: Has personalizado mucho la versión de Yesterday ¿verdad? la noto muy distinta (en cuanto a tiempos).

Wolffo dijo...

Ella es así. Y así es como la amamos. Qué te voy a contar yo a ti.

En cuanto a la canción... me salió así, y ante eso, uno no puede empezar a corregir errores y cosas así: se deja que la canción se defienda por sí sola.

Un abrazo.