martes, octubre 13, 2009

libertus, tonto la polla

Aunque el día despuntaba claro y despejado, a pesar de haberse levantado optimista y vital, unos esbeltos cúmulos congestus, blancos como coliflores cocidas, iban jalonando el cielo de dudas como las ovejas llenan la pradera con su lanuda y pastueña presencia. Su zozobra se ceñía a esto: ¿le quiere?
Alto, un momento: quizá deba presentarle.
Se trata de él, de Libertus, llamado el Pródigo, y no a humo de pajas; llamadle si necesitáis sostén anímico, ayuda física desinteresada, apoyo moral, una recomendación convincente para medrar en vuestros empleos o en la espuria escala social o una donación de semen de calidad extra, pues es su miembro -de generosas dimensiones, y perfilado con una curiosa curva que lo asemeja a una cornucopia de la fertilidad- el que le define: si vida es su verga, podríamos decir. Su sustento, millones de seres fabulosos revoloteando en su interior, esperando a ser disparados por la pistola del amor que es la espada que ahora descansa de su vibrante turgencia entre sus piernas.
Nadie sabe si es motivo de orgullo o vergüenza, mas su mayor mérito, el asunto por el que es recordado, requerido y aún interrogado con curiosidad mal disimulada ("¿es cierto, es cierto…?") es la abundante dádiva lechosa de ese momento mágico (mágico, al menos, para él) que es su corrida. Tal es su fama y así se credencia cuando es presentado a alguien:
- Encantado, soy Pepe Leches, astrólogo.
- El gusto es mío, Pepe, yo soy Libertus el Pródigo, donante de semen - aunque a veces, si no quiere dar demasiadas explicaciones se define como “lechero” y todo es más sencillo.
A esta sorprendente (para ellos) declaración suele seguir un silencio incómodo (para ellos también) y denso que rompe Libertus si hace falta y si no, sencillamente deja que esa posible amistad muera en ese momento.
Lorna Cor le fue presentada en la convención anual de LEA (Lechuguinos Españoles Auténticos) a la que ambos asistían en calidad de estrellas invitadas. Ella, catedrática de física cuántica, como los lectores de esta página recordarán, iba a dar unas conferencias de esas con mesa redonda no sé con qué objeto, porque los Lechuginos Españoles Auténticos son especialmente obtusos en estos asuntos, y carecen de la menor capacidad empática y de abstracción, y no iban a enterarse de nada. Lorna no se separaba de Wolffo, sí, vuestro amiguito, que también estaba contratado por la directiva lechuguina para dios sabe qué… para animar la cosa, decían, pero llamar a Wolffo para eso es tan extravagante y absurdo como celebrar tu cumpleaños haciendo limpieza general de la casa. De cualquier modo, lechuguinos al fin, contratado estaba, tanto como Lorna o Libertus. Él debía cantar y tocar la guitarra, Lorna, perorar sobre física cuántica y Libertus debía meneársela cada tres horas y repartir sus apreciados espermatozoides entre los y las lechuguinas. Hay quien da jamones, o reproductores multimedia a los conmilitones en los congresos; los lechuguinos regalaban semen calidad extra.
Aquella primera vez, cuando trató de regalarle a Lorna su celebrada esencia, pero en un vis a vis y sin asepsia de por medio, fue atajado sin ambages:
- Ni de coña - le dijo la catedrática, asaz poco académicamente. Y Libertus, que está bastante dotado para estas cosas, entendió aquello como una negativa neta.

-.-
La segunda vez que la vio fue por pura casualidad. Tuvo lugar el encuentro a la salida del servicio de la facultad. Ella salía del baño y él se disponía a entrar. Se disponía a entrar, claro, porque llevaba todo el día espiándola. Fue a la facultad donde sabía que ella sentaba cátedra y la vigiló durante todo el día, y no pudo charlar con ella a solas hasta que fue al baño.
- Hola, Lorna, ¡qué sorpresa!
- Vaya…
- Qué alegría verte… ¿qué haces?
- ¿No te haces una idea…? –dice ella señalando la puerta del baño
- Oh… - Libertus no es muy bueno cuando le dan un corte, así que calló, pero tampoco iba a desaprovechar esa oportunidad, de modo que hizo el ademán de ir a darle los dos besitos de rigor, pero le añadió un quiebro en el último momento y la besó en sus dulces labios. Fue un beso lento, no sé si sabéis de lo que hablo. Y mutuo. O sea, no robado, sino el tipo de beso cálido que se dan dos que saben que un día, sin saber si será pronto o tarde, vendrán más besos, más caricias, más amor.
Luego ella se marchó sin decir adiós.
-.-
Sólo vio a Lorna una vez más. Y fue el día que empezaba a contar al principio de este relato, ese día, repito, que despuntaba claro y despejado, y en el que, a pesar de haberse levantado optimista y vital, unos esbeltos cúmulos congestus, blancos como coliflores cocidas, iban jalonando el cielo de dudas como las ovejas llenan la pradera con su lanuda y pastueña presencia.
Encontró a Lorna, otra vez por azar, a la puerta de su casa, donde llevaba todo el día esperándola, qué casualidad.
La expresión, entre sorprendida y contrariada de Lorna le dijo que no pensaba invitarle a subir a su casa, pero algo le hizo cambiar de idea. Tal vez fuera el puñetazo, rápido, seco, discreto y fuerte, que le dio en el costado. Su respiración se cortó, se mordió los labios de dolor y las lágrimas le nublaron la visión y le cerraron la garganta. La siguió al ascensor y se metió en él con ella. Su mano violenta y firme mano agarró su mentón de cristal y miró profundo en sus ojos-selva. Para reforzar su argumento, su revólver se encajó entre las costillas de Lorna.
Él sólo pensaba en hacerle el amor. Llamaba así a penetrarla.
Ella sólo pensaba, aterrorizada, que iba a violarla.
Entraron en la casa y la hizo desnudarse y se desnudó él mismo. Le gustaba el cuerpo de ella. Tenía pecas. No pensar. No dejar que piense. Pecas, pezones, piel suave. La chupó y ella empezó a llorar. Le molestaba, por el ruidito, que ella sollozara, así que le dio un guantazo con la mano que sujetaba la pistola. Mucho peor. Ahora ella tenía la cara llena de churretones de lágrimas, sangre y mocos. Mocos… Se le bajó. La polla que nunca fallaba, la que siempre disparaba, ahora estaba floja como un quinto afeminado en su primer día de mili.
- Querías humillarme, ¿verdad, puta? - la empuja y ella cae aparatosamente sobre un sofá. Se acerca a ella y pone su miembro incomprensiblemente fláccido a la altura de su cara - ¡Chúpala, bésala, haz que funcione…! – dice mientras la apunta con el arma, pero la cara de Lorna es un revoltijo de lágrimas, sangre y moco, sus ojos están hinchados, su pelo, despeinado y ya no es atractiva. No funciona.
Suelta el arma en la mesita de centro, se aleja del sofá y se acerca a la ventana. Mira el horizonte.
- No me mires, llama a la policía – dice él sin mirarla-, y deja de llorar de una puta vez.
- ¿Por qué quieres que llame a la policía? – dice Lorna mientras se hace con la pistola y le apunta
- Porque alguien va a morir
Lorna es de las que, como muchos, al escuchar los episodios de asesinatos de mujeres que van seguidos de un intento de suicidio del asesino dice: podía haber cambiado el orden. Y, sin embargo, sabe que si no actúa, va a morir a manos de un picha floja.
- Nadie va a morir – dice Lorna apuntándole – pero tú te vas ahora mismo.
Él la mira. Apuntándole, desnuda, con ese halo de poder que le da el arma y el saberse dueña de la situación, vuelve a encontrarla atractiva. Está manchada, pero le excita. Nota que empieza la actividad ahí debajo de nuevo. Cientos de miles de seres diminutos se están dando cita en la cornucopia de la fertilidad. Libertus vuelve a ser el que era. Potente. Lleno de vida. Empalmado como un maldito demonio. Mira hacia su verga e invita a Lorna a hacerlo a su vez.
- Mírala. Funciona.
Lorna mira aterrorizada esa picha enhiesta y asesina que la apunta enrojecida y vibrante.
- Te vas a enterar… - dice él avanzando resuelto hacia ella.
Lorna dispara justo a la cabeza: al capullo enrojecido que corona la polla -y que se acerca para meterse en ella- y ésta revienta como un tomate maduro, llenando de sangre la habitación. Cuando Libertus cae, con sus manos en la entrepierna tratando de tapar estúpida y púdicamente su otrora orgullo, Lorna dispara por segunda vez, esta vez a la cabeza que hay sobre los hombros.
Libertus, herido mortalmente, reúne fuerzas para volver los ojos hacia Lorna y decirle, como si hubiera ganado una partida de parchís:
-Te lo dije... alguien iba a morir.


21 comentarios:

ana dijo...

Vale, que lo se que andaba perdida, pero HE VUELTOOOOOOOOOOOO.
Buffffff y anda que no me tengo que poner al día.

Lo siento pero el trabajo me tiene desbordada y apenas saco tiempo para nada. Pero después de leer esta historia no he podido evitar dejar un comentario.

Ja ja ja jaja. Me ha encantadooooo. Y esa imagen de esa polla reventando me perturbará un par de minutos.

Y después de veros a Buch y a ti cantar ¿qué puedo decie? que os habéis ganado mi corazón. Si casi me pongo a bailar y todo.

Al final tendré que ir a veros a algún concierto, y prometido seré la de las croquetas, que al final Buch se las ha casi ganado.

Un beso muy fuerteeeeeeeeee.

Kotinussa dijo...

Desde luego, Lorna tiene una habilidad especial para atraer a tipos raritos, psicópatas y gente de mal vivir. Hasta me da pena a ratos...

Besos de los de después de un fin de semana largo, o sea, con ganas y con energía.

Wolffo dijo...

ana, qué alegría verte otra vez. Y qué bien que te haya gustado la entrada, gracias, guapa. ¿Sólo "casi" te pones a bailar? Vaya, veo que hay que aplicarte algún severo correctivo así que me pondré a pensar en ello. Si sigues viniedo por aquí, leerás cuando volvemos a los escenarios, pero ahora, como los osos, toca meterse en la cueva y preparar nuevos temas, pero algo saldrá, me imagino. Serás avisada, también si dejas en mi buzón o en el de Buch, tu dirección de eMail. Ea, un besote.

Wenas, Kotts. En realidad, Libertus no es rarito ni de mal vivir... sólo tuvo un mal día, me parece. Pero sí, Lorna atrae el lado oscuro, eso está más que claro. Muy sagaz... El fin de semana largo, para mí, va a ser el próximo. Largo y relajado.
Por cierto, peticiones de los lectores, si se admiten: ¿has visto ya Agora? Me gustaría leer tu opinión como historiadora.
Un beso gordo.

fantasma paraíso dijo...

Esto de la violación fallida me suena que lo has contado antes, aunque ya sé que no era exactamente lo mismo. En fin. Y el tal Libertus, ¿se ganaba bien la vida como lechero? Pues que profesión más bonita. Yo al lechero que recuerdo, cuando era pequeño, era a uno que venía a casa a traer las cajas de leche. Siempre venía cuando yo estaba desayunando en la cocina. Y siempre venía fumando un puro. Y sí, siempre me amargaba el desayuno. Creo que desde entonces aborrezco el olor a puro.

Por lo demás, aunque leo tu blog, tengo algo desatendido comentarte por falta de tiempo. A saber: una traducción bastante petarda que tengo para la semana que viene (además de la consulta, claro). Por si fuera poco, Diana lleva cinco días en Estambul, lo que supone que yo los llevo de padre en exclusiva y es bastante agotador con tres niños pequeños.

Diana vuelve esta noche. Es que se ha ido a un congreso, no que se ha leído «La pasión turca» y se ha marchado en busca de aventuras (o al menos eso espero). Yo ya conozco Estambul, pero la verdad es que no me hubiera importado nada acompañarla... ¡Qué se le va a hacer!

Veo que le preguntas a Kotts «si ya ha visto Ágora» y me surge la duda por lo del «ya». ¿Es que es obligatorio verla? Vale, no pasa nada. A mí, en general, también me gustan las pelis de Amenábar y en principio me apetece verla. Aunque la que no vi fué «Mar adentro», ni ganas. Y es que no puedo con la historia del tal Ramón San Pedro. De verdad, en su día me puso enfermo todo el circo que montó. A ver, que si te quieres suicidar me parece genial que lo hagas sin hacer ruido (ni manchar, a ser posible), pero de todo aquello lo que le quedaba a la gente es que si estabas parapléjico lo mejor que podías hacer era pegarte un tiro. Y eso me parece lamentable y un insulto para muchas personas.

Bien, lo anterior no era más que una digresión. Que sí me apetece lo de Ágora. Además, últimamente me ha dado un ataque lector de antigüedad grecorromana y me he leído (o releído) «Yo Claudio», «La Ilíada», «La Odisea», y «La Eneida». Joder, ¡qué empacho! A ver si me pongo de nuevo «Calígula» (cuyas escenas de orgías seguro apreciará tu amigo Libertus, que además quedaría muy bien con ese nombre) y «La Túnica Sagrada», o «Ben-Hur», o algo.

De momento anoche me vi «Planeta Prohibido», en un ataque nostálgico de ciencia-ficción de los años cincuenta. Y esto... ¿a cuento de qué?

Wolffo dijo...

Hey,
es evidente que no estás del mejor humor, Fants, y lo siento. Sí, me repito un poco y a veces me repito mucho más que "un poco". Léase una canción que acabo de hacer. Es igual que dos canciones mías anteriores que, entre sí, no tienen gran cosa que ver, pero la nueva obra el milagro de ser igual que dos canciones distintas, y todo sin hacer que esas dos canciones distintas se igualen entre sí. En cuanto la tenga terminada, la pongo, a ver si alguien es capaz de ver el autoplagio. Me quedo con lo poco que te ha emocionado esta historia.
El olor de los puros es aborrecible, pero después de escuchar tu historia, es comprensible que lo aborrezcas tú especialmente. Joderle el desayuno a un niño... habría que haber matado a ese lechero.
A Kotts le pregunto si "ya" porque, como sabes, es una autoridad en historia y en historia del arte, sé que le gusta el cine y he imaginado, porque soy así de cretino, que iría a verla y encontraría, al menos, una docena de errores de documentación de bulto y a mí me gusta eso, cuando algo que todo el mundo parece adorar como si fuera el becerro de oro resulta ser de hojalata. Claro que no es obligatorio ir a ver Ágora y yo, seguramente, a no ser que alguien me lleve a traición, no la veré hasta que me la pirateen en una buena copia, lo cual es malo y bla, bla, pero me estomagan estos espectáculos dadivosos con algunos (Obama, Amenábar, Cervantes). Yo sí vi Mar adentro y me pareció un pastiche sentimentaloide, con mención especial a la actuación (payasada) de Barde. Su mayor mérito, al parecer era la caracterización, o sea, que ese mérito era del maquillador. Luego ponía una acento gallego que, si yo fuera gallego, me molestaría y el resto... en fin, no le vi la gracia por ninguna parte. Es de esas pelis que estás esperando que terminen cuanto antes y cada minuto es doloroso, por lo malo, no por lo intenso. Ramón San Pedro, de verdad, me importa un rábano y una peli sobre él, figúrate, pero creo que estoy básicamente de acuerdo contigo con todo este asunto de la eutanasia... o quizá, como tú dices, el suicidio.
Yo Caludio... recuerdo los furiosos double-forum de los días posteriores a la emisión de Yo Claudio: ¿lo viste ayer? ¡Mesalina enseñó una teta!
¡Ay, qué listos éramos...!

fantasma paraíso dijo...

No estoy de mal humor. Es sólo que voy con prisas. Aun así me detengo de nuevo a contestarte... No pretendía ser borde con lo de que te repitieras. De hecho, y ahora que lo pienso, me gustan las repeticiones. Me gustan las series de cosas (no las series de tele, ¿eh?, que esas no las aguanto). Me gustan los cuadros de Warhol con su mismo dibujo siempre igual y siempre diferente. Porque ahí está el asunto: nunca nada es lo mismo. Nada puede repetirse de igual modo. Y si lo intentas siempre será algo diferente. Me estoy acordando ahora de un cuento de Borges sobre un tipo que quiere escribir «El Quijote». Escribirlo él, pero hacerlo empleando exactamente las mismas palabras que Cervantes...

Y un consejo: no busques rigor histórico en las películas históricas. Todas se lo inventan. Unas más que otras, es verdad, pero de lo que se trata es de entretener y dar espectáculo, así que supongo que está bien así. Esto puede suponer pequeños detalles o grandes anacronismos, o incluso que la percepción de algún personaje histórico sea diferente. No sé, supongo que el General Custer era un genocida de indios y tal, visto desde la perspectiva de hoy, pero para mí siempre será Errol Flynn muriendo con las botas puestas y un gran tipo.

De todas maneras la historia también se rescribe y no es objetiva. Y en la percepción que tenemos de la historia es indudable que lo que cuenta el cine nos marca a todos, así que a lo mejor no es tan inocuo que digan una u otra cosa. Sin querer entrar en polémicas, pero ¿tú te imaginas una película española actual sobre la guerra civil en la que los buenos fueran los del bando Nacional? Pues no: tienen que ser muy fachas y muy malos, y los otros muy idealistas y muy buenos... Rescribimos la historia según la corriente de hoy en día (y ojo, que en mi ejemplo no afirmo que lo contrario sería lo correcto).

Al hilo de mi anterior ejemplo me ha venido a la mente (¡horror, ya lo sé!) «Por quién doblan las campanas». Hemingway desde luego no era sospechoso, ni en general ni en concreto en la guerra civil española, de ser partidario de la derecha. Y de hecho, su novela está escrita desde el bando Republicano y el protagonista lo es. Sin embargo, y no es un detalle nimio, la única barbaridad que cuenta de las típicas de retaguardia tras tomar un pueblo, es la que perpetran unos republicanos contra la población civil, y la explica con bastante detalle. Para mí, eso es lo que le da credibilidad al libro.

Kotinussa dijo...

George, todavía no la he visto. He leído todas las críticas que me han salido al paso, y te las resumo. Bien la dirección artística, la ambientación y el vestuario. Malísimo el guión y la dirección de actores, llegando hasta el esperpento en los papeles del esclavo y Orestes (palabras de los críticos). Creo que esta película no podía verse libre del maniqueísmo, y he leído que se abusa de él en el vestuario: los malos siempre de negro, y los buenos de colores claros, lo que ya predispone al espectador. De la interpretación de Rachel Weitz dicen que es inexpresiva, que no emociona, y que a la película le sobra metraje. Que entretiene media hora pero el resto es una aburrida lección de astronomía que va a dejar fría a mucha gente. La banda sonora la califican de insulsa y ramplona y, por supuesto hay algunos errores históricos gordos. Es, como se esperaba, una película políticamente correcta. Se exagera la trascendencia de Hipatia como científica, puesto que según han escrito muchos matemáticos su aportación a las matemáticas fue prácticamente inexistente. Daba clases de filosofía, pero el matemático era su padre. Si hubiera sido un hombre, probablemente su figura hubiera pasado casi inadvertida pero, claro, con un ministerio de Igualdad, Hipatia se convierte en una heroína de primera.

La supuesta historia de amor entre Hipatia y el esclavo es falsa. Se supone que si Hipatia tuvo algún filtreo fue con el prefecto romano, pero también esto es algo improbable, pues generalmente se destaca que era una mujer prácticamente asexuada. Tampoco era atea, como se presenta con insistencia en la película. Pagana, y no cristiana, pero no atea.

En el preestreno hubo, por lo visto, sólo unos aplausos de cortesía al final. Los críticos la puntúan bajo, y la prueba final es que a estas alturas todavía no han encontrado distribuidor en Estados Unidos. La presentaron en Cannes y en el festival de Toronto, pero nadie se interesó por distribuirla. Si no se exhibe a lo grande en Estados Unidos, va a ser una ruína para los productores.

Cuando la vea, ya te diré si le pillo algún gazapo gordo. Si se exhibe en Estados Unidos, hay una página web donde saldrán detallados todos los fallos históricos y de montaje (se llama Movie mistake).

Besos de nuevo.

Wolffo dijo...

Gracias, Fants.
Ya sabía que no pretendías ser borde, ni siquiera ha sonado así, así que me toca a mí decir que no pretendía hacerte creer que me parecía que habías sido borde. Es un poco agotador, ¿verdad? andar dando estas explicaciones, te propongo que nos las ahorremos en adelante.
A mí me gustan también cierto tipo de repeticiones; la música, por ejemplo, es la repetición armoniosa de patrones rítmicos, melódicos y armoniosos y sobre esta tontería fíjate tú lo que ha llegado a crearse. Lo que me parece genial es lo del cuento de Borges que no conocía. Si tienes algún dato más, dámelo, que me gustaría leer eso.
En realidad, Fants, no busco rigor en las películas ni en las novelas... busco que me diviertan, que me entretengan, que me lleven a donde me proponen. Lo que ocurre es que, a veces, el entretenimiento lo fían a cosas como "así fueron las cosas" y entonces, ¡zas! a cuchillo. Además, me entretienen los errores de bulto. No las "licencias" que se toman para que la historia sea más permeable, más divertida, o simplemente para poder contar la historia en 90 minutos, sino las pifias hijas de la ignorancia. Por ese tipo de cosas le preguntaba a Kotts, aunque me ha contestado lo que, mujer al fin, le ha parecido bien a ella... (esta Kotts, ahora le daré lo suyo)
Tienes toda la razón en lo de reescribir, o interpretar, a capricho, la historia.Y el ejemplo de la guerra civil española es impecable. Es exactamente, como dices. Y la credibilidad está justo ahí.
Aunque no ves series, te calzo una reflexión que viene al pelo con lo que cuentas. Yo sí que veo series de TV. De hecho, es lo único que veo. Después de comer, me pongo en el DVD alguna comedia ligera, que me hacen muchísima gracia (Friends, Cómo conocí a vuestra madre, Aquellos maravillosos 70) y las comparo con las pomposas series españolas y no hay color. En estas que te nombro, y en muchas otras "de calidad" (Perdidos, Dr. en Alaska) los guionistas hacen siempre hincapié en el lado miserable de los protagonistas: nos dices, sí, muy guapos, o muy valientes, pero hombres y mujeres, al fin y al cabo, con sus grandezas, claro, pero también con sus miserias. Y eso los hace más empatizables, me parece a mí. Las series españolas siempre son iguales, tienen los mismos personajes y las situaciones son las mismas en todas ellas. En fin... se me está alargando el comentario, así que corto y paso a lo siguiente. Un abrazo, Fants, y no te v¡sientas obligado a contestar, hombre, que no me voy a mosquear ni nada. Eso sí: siempre se te echa de menos.

Kotts, hija mía... no quiero que me resumas las críticas, que me importan un bledo. Yo también las he leído (y algunas muy elogiosas en sentido contrario a las que me resumes tú) y no es eso lo que te preguntaba.
"¿has visto ya Agora? Me gustaría leer tu opinión como historiadora."
Tu opinión es lo que me interesa, no lo que hayan dicho los demás. Porque me temo que estamos en otro de esos temas que hastían y en los que uno sabe lo que va a decir cada cual en función de su adscripción política. ¿No te parece plomizo? Amenábar es un gran artesano, un gran cineasta, pero patina como escritor, como muchos de los grandes directores, y debería dejar que un guionista tan bueno en lo suyo como él en la dirección le planteara la historia. Y no, como suele ser habitual, buscar un guionista profesional que ponga números a las secuencias y que escriba "exterior, día" o "interior, noche" antes de cada párrafo, en su historia. Bueno, eso, que cuando la veas, cuentes, pero extendiéndote, en tu cuaderno. Un beso gordo, Kotts.

Kotinussa dijo...

Bueno, Wolffo, perdona si no te di la información que te interesaba. A falta todavía de ver la película, te puedo señalar ya unos cuantos errores, sin hablar ya de cuestiones cinematográficas, sino ciñéndome a lo que históricamente se sabe sobre ella, que es tan poco que es un personaje ideal para inventarte una biografía a tu medida y hacer una película supuestamente histórica sin que puedan poner en evidencia un montón de errores. Su vida es más una nebulosa que otra cosa.

- Hipatia murió a una edad mucho más avanzada de lo que se da a entender en la película. Como no se sabe el año exacto de su nacimiento, según que fecha se tome, murió entre los 45 y los 60 años. Probablemente más cerca de los 60 que de los 45.

- No se llevaba mal con los cristianos. Entre sus alumnos de filosofía había muchos cristianos importantes. El obispo de Ptolemaida, por ejemplo, en sus cartas la llamaba “madre, hermana, maestra, benefactora mía". Uno de sus problemas fue que era amiga del prefecto romano, y éste se llevaba muy mal con el obispo de Alejandría. Hipatia estaba entre ambos bandos, totalmente involucrada en la política y las luchas de poder de la época, y pagó el pato.

- La biblioteca de Alejandría no fue destruída por los fanáticos cristianos que presenta la película. La destrucción ocurrió siglos antes, cuando Julio César la incendió. Más tarde, en el año 273, fue saqueada por Aureliano y vuelta a saquear por Diocleciano en el 297. En la época de Hipatia ya no existía. Sólo algunos pequeños restos que se conservaban en el Serapeum llegaron a época de Hipatia.

- Hipatia nunca fue, por tanto, directora de la biblioteca de Alejandría. Ella daba clases de filosofía en su propia casa.

- Alejandría no estaba dominada por los cristianos en la época de Hipatia, ni estos tenían tanto poder. El paganismo siguió existiendo en la ciudad hasta la llegada de los árabes, siglos después. Y lo mismo la filosofía neoplatónica.

- Alejandría era parte del imperio romano, donde las mujeres eran consideradas, tambien en época de Hipatia, como eternas menores de edad, siempre sujetas a la autoridad de un padre o un marido. Y, por supuesto, los romanos no consideraban a las mujeres capacidad para dedicarse a la filosofía o a la ciencia, puesto que ni siquiera permitían que las niñas recibieran más que una educación primaria. Si las cosas hubieran sido como refleja la película, mujeres científicas hubieran florecido por todo el imperio romano, y no fue así.

- Se ha exagerado la faceta científica de Hipatia. No era más que una maestra de filosofía, como puede ser ahora un profesor de instituto. No era astrónoma ni matemática, sino simplemente aficionada porque su padre era matemático. No realizó ninguna contribución propia a estas ciencias ni tampoco a la filosofía, limitándose a la enseñanza de esta materia. No se conserva ningún escrito suyo y se ignoran la mayoría de los detalles de su vida, por lo que todo lo que aparezca en este sentido en la película es creación de los guionistas. Tampoco parece ser que fuera una persona exclusivamente dedicada a la ciencia, y sí bastante involucrada en las luchas del poder. Como tuvo muchos alumnos cristianos de familias importantes que luego ocuparon altos cargos, tenía muchas amistades en el campo político. Se sospechó que ella pudo instigar al prefecto romano para que ordenara asesinar a un monje que le había dado una pedrada al prefecto en medio de una algarada, lo que es verdad que enfureció a los cristianos.

De momento eso es todo lo que puedo decir. A lo mejor cuando vea la película puedo añadir algo más.

Besos mil.

Wolffo dijo...

No te disculpes, porque no ha lugar a eso: te digo lo que a Fants, salvo que la cosa sea muy ofensiva, ahorrémonos las disculpas y eso, porque, además, en este caso, no caben. Sólo me has dado información y eso no es algo por lo que uno deba disculparse. Miedo me da, Kotts, lo que puedas decirme cuando la veas. Otra cosa no, pero caray, menudo análisis. Bueno, espero a que la veas, pero ya sabes, tampoco es cuestión de ensañarse, sino de ver si alguna cosa de estas es divertida o un error de bulto. Es decir, exagerar un detalle, o cambiarlo de sitio para que la historia sea más divertida, pues vale, no tiene mayor importancia, sólo te preguntaba por si hay errores de bulto. Bueno, me piro el finde. Besos y nos leemos el lunes

fantasma paraíso dijo...

Jordi, el relato Borges al que aludí se llama «Pierre Menard, autor del Quijote», y forma parte de su libro «Ficciones».

Por lo demás, y ya que estoy, y al hilo no sólo de tus comentarios sino también de los tan eruditos (y de los que siempre se aprende) de Kotinussa, incidir en que la cuestión de las «licencias» en el cine histórico, en realidad siempre va más allá de lo obvio de que se trata de un espectáculo de entretenimiento, que hay que condensar una historia y que debe tener ritmo e interés. Todo esto por supuesto. Pero es que, además, inevitablemente se cambia el «así fueron las cosas» que tú dices que a veces se pretende. Y es que las cosas nunca, pero nunca, fueron «así».

Lo que quiero decir es que el cine histórico (como el que no lo es) es hijo de su tiempo (como lo somos todos). Y por su tiempo me refiero al tiempo en el que se rodó la película. De este modo, aunque se nos cuente un periodo determinado de la historia, basado en personajes y hechos reales, lo que se nos cuenta, cómo se nos cuenta, es siempre desde la perspectiva cultural e ideológica del momento.

En este sentido las pelis históricas lo son, sí, pero lo son más como reflejo de una época determinada: la época en la que se hizo la película. El rigor de los acontecimientos «históricos» no es tal, el verdadero rigor, lo que queda, es la visión de la sociedad que había al rodarla.

En ese sentido, lo que cuenta Kotts sobre cómo pintan a Hipatia, e incluso su ironía sobre el Ministerio de Igualdad (¿para cuándo el del Amor?), expresa exactamente esto. A Hipatia parece que nos la cuentan tal y cómo se ve a una mujer independiente hoy, en 2009 y además en España. Pero es que siempre es así, y ése es el «testimonio histórico» que dejará la película.

Bueno, esto al menos es lo que me parece a mí. Aunque eruditos del cine te leen (como tu amigo Clemence) y no sé que opinarán ellos. En cualquier caso, que tengas un buen fin de semana, que ya he visto que te vas fuera. Yo lo pasaré con mis obritas que, por cierto, aún no han terminado.

Fray dijo...

Libertus era tonto, pero Lorna no ha estado muy lista, que se hubiera tirado a Libertus y hubiese disparado despues, que el chico era un fenómeno.
Un Abrazo

mahomal dijo...

Muy bueno yorch, muy bueno. Es puro relato negro con comienzo un poco porno. Un género que, supongo, te acabas de inventar.
Y hemos podido ver otro registro de Lorna,más "humana" con su terror y su cara llena de efluvios varios.
Anda, no seas vaguín y sigue alimentándonos con cositas como esta
besos y hasta pronto (esta vez si!!!)

Buch dijo...

SI, es bueno. Eso es verdad. Y a mi me parece bastante gracioso, también, con cosas como "...absurdo como celebrar tu cumpleaños haciendo limnpieza general". La verdad es que ha sido llgear de vacaciones y sobrecogerme, porque ese disparo revientaglandes me ha parecido crudelísimo. Pero, mira, más que te quiero como eres te diré que te quiero como soy, que es un hallazgo de putamadre que se me acaba de ocurrir. No tan bueno como, meloculón, vale, pero nada malo.

Lo de la peli te lo resuelvo yo, que veo que no se te está ayudando nada. A ver la peli es entretenidísima y cuenta la historia que ya sabemos todos, con unos planos americanos de putísima madre. Por si te ayuda te adjunto la crítica de la revista "CineTop": "Espléndida".

Hale, a Parla.

Kotinussa dijo...

George, por si tienes ganas de leer un rato, aquí te dejo un enlace a un artículo documentadísimo que resalta los errores históricos y las invenciones de la película de Amenábar: http://fenix.blogia.com/2009/101601-concesion-del-premio-favila-el-osado-octubre-del-2009-.php

Pertenece a un blog del que no hay ninguna sospecha de defensa del cristianismo, por lo que sus afirmaciones acerca de los cristianos en la muerte de Hipatia son totalmente objetivos y creíbles, además de documentados.

Espero que tu fin de semana haya estado bien.

Besos.

Anónimo dijo...

Buenas, espero no llegar tarde para comentar pero últimente me parezco al conejo de Alicia. (A ese no, al que llega siempre corriendo y con prisas hombre).

Libertus, qué idita era ¿verdad?. Alguien capaz de hacer lo que todos quisíeramos, ganarse la vida con la polla, la caga de esa forma.

Todos sabemos que Lorna Cor es inalcanzable, que se entrega únicamente a Big Wolffus, pero parece que él no lo llegó a entender. Pero, en fin, cada uno se ahorca como quiere ¿no?.

Yo, en su lugar, hubiera preferido pasar mi vida en hoteles de lujo despertando cada día rodeado de tías cachondas.

Ahora, menos mal que acabo de desayunar, que a mi las referencia la coliflor me amargan el día. Creo que junto con las judías verdes y las acelgas hay pocas cosas que me den tanto asco.

Yo tampoco he visto Agora y me apetece. Claro, yo tampoco soy historiador, pero tiene buena pinta.

Y me sumo al grupo de los que no han visto mar adentro. Pero me cae bastante mal Bardén y la historia del que se suicidó también me aburre un cerro.

Y ahora, pongo panonsio en la verificación de la palabra, dejo abrazos a granel y empiezo a desperar a la tropa.

Wolffo dijo...

Wenas, ya de vuelta. Santander, Cantabria, como la llaman ahora, es una pasada, en serio. Qué sitio más bonito. ¡Y qué pimientos!
Sorry por el retraso en las contestaciones, pero va.

Fants, gracias por el dato. Y por la reflexión. Hombre, estoy de acuerdo contigo en que el cine, la literatura y el loquesea que lleve el sello de "histórico" es hijo de su tiempo. Y del pollo que dirija, escriba o lo que sea. pero es que, yendo más allá, la historia es una no ciencia gigantesca, sino la interpretación personal (claro) de unos hechos sobre cuya naturaleza, motivaciones, etc., no tenemos más remedio que resignarnos a no conocer jamás. Y las pelis son las recreaciones de un tercero, también personales, de esa interpretación caprichosa que alguien hizo de unos hechos no exactamente conocidos. ¿Crees que Lorna existe?

Hombre, Fray, Libertus era un esclavo de sus pasiones... y tonto también, tienes razón, ¡qué caramba! Y ahí has estado rápido, esta Lorna, debería pensar un poco más con la cabeza. Un abrazo a vos, hermano, y gracias.

¿Un nuevo gébnero? Le podríamos llamar Pornegro, o Negrorno y luego ver si triunfa. sobre esto de poner nombres, recuérdame que cuente una cosa que oí esta noche en el Rarito (José Luis Casado, Nos queda la música -http://www.telemadrid.es/telemadrid/programa.pag?codigo=147-, y Central de Sonidos -http://www.telemadrid.es/telemadrid/programa.pag?codigo=141-, en La Otra, segundo canal de Telemadrid, dos programas imprescindibles) acerca de una corriente llamada Shoegazing. Es curioso. Y sí,postearé, postearé. Un beso y hasta muy pronto.

Es bueno eso de te quiero tal y como soy, no cambies, hombre, que ya te conozco así. Sólo por eso no te atacaré por lo de adjuntarme una crítica tan despiadada. Te voy a decir algo, así, entre tú y yo: a mí Amenábar me la sopla en tres tiempos, y Ágora, en concreto, no te quiero contar... O sea que como si se queman todas las copias, que no me va a doler. A Parla que voy.

Oh, Kotts, creo que me acabas de pillar en un renuncio, cielos... no sé a dónde mirar... jajajajajaaa
Vale, si me entran ganas, le echaré un vistazo (que va a ser que sí), pero es que si esto ya está en estos términos, me da una pereza terrible. Es decir, esas cosas en las que los dos bandos de siempre se posicionan como todos sabemos que se van a posicionar es algo terriblemente asqueroso, ¿no te parece? La misma gente diciendo siempre las mismas cosas. Quita, quita...
Mi fin de semana ha estado bien, ha estado genial, vamos, Santander es fabulosa, la provincia entera, y me has dado ganas de quedarme una semana. Pero a los cántabros empezaba a atragantársele mi obesa presencia, y me echaron. Contaré algo sobre este finde, creo. Un beso, guapa.

Foss, alegría verte que me da, oyesss. Veo que a Libertus no se le entiende... es idiota, es verdad, pero la polla es como los personajes para los escritores, los controlas al principio, pero si son buenos, se te escapan y van por libre. Y ante Lorna, no hay polla que se resista, créeme. Me gustaría verte a ti delante de ella, a ver cómo te la sujetabas...
Yo tengo cosa con los guisantes y con el queso, pero las judías verdes, la coliflor y todo eso, me encanta. Yo sí vi mar adentro, y joder, qué pesadez de peli, por eso no me apetece del todo ver Ágora. Bueno, antes de este debatillo no sé si me apetecía, pero ahora, te digo la verdad, me apetece lo mismo que acostarme con Pepiño Blanco con Rajoy de miranda. Abrazos a ti y que se te despeje el panorama, hombre, que se te echa de menos. Mucho.

SAL dijo...

Mola este post, y la frase final... te lo dije, alguien iba a morir... jajajajajaja, eres bueno Wolff, lo eres.
Un beso.

Wolffo dijo...

Sí, Sal, es verdad, mola, por lo menos a ti y a mí... Tú sí que estás buena, ¡maremía...! Un quintal de besos. Y gracias, nena.

linmer dijo...

Estas historias agridulces que te sacas de debajo de la manga de vez en cuando me encantan. Los bucles, los finales esperados que ya hace rato que no esperas, la violencia descarnada de la verdad...

Y sin embargo, falto que la sangre llevase esa famosa leche, sería como un batido de grosella de esos de la infancia. Qué dolor, qué dolor.

Wolffo dijo...

Joder, lin, se te ha caído el ick del final del nick... ¿qué ha pasado? jeje...

Jaajajajajajajajaaaaa no se me había ocurrido, convertir el bloody libertus en batido de leche, jajajajajajaaaaa, eres mucho más guarro que yo, jajajajajajaaaa

¡Ay, mare mía...!