lunes, agosto 17, 2009

carta a una amiga

En Valdemorillo, a 17 de agosto de 2009
Mi querida amiga,
he sabido que sigues adelante, a pesar de todo, y que nunca dejas de sonreír, por más que cuando el sol declina y baja la cabeza como saludándote, a veces, te entran ganas de llorar. Y lloras, si delante hay alguien en quien confías, o si el momento no puede brindarte una vía de escape digna de ti.
¿Sabes? recuerdo, perfectamente, lo que pensé el día que te conocí: "¡Qué elgante es!" Eras una entre muchos, los 30 de rigor, más o menos, con algunas bajas, otras altas y añadidos, como siempre, y yo estaba aturdido por la cantidad de gente, costumbres, nombres, caras que asimilar en ese día en que me exponían por primera vez a la Hermandad Constructiva, Endogámica y Familiar. Estábamos en el local de la Hermandad, el antiguo y te recuerdo perfectamente bajo la luz incierta de la pérgola, algunos rayos filtrados, otros no, porque, en esa época del año, aún le faltaban unas semanas para estar completamente tupida; ibas de un lado a otro, cuidando de que a nadie le faltara nada, eso me parecía a mí que hacías, pero yo te recuerdo, según mi punto de vista, moviéndote de izquierda a derecha en mi cuadro visual, dejando un plato en la gran mesa y tu pelo brillando al sol, tu vestido claro y estampado (con motivos que, en mi recuerdo, son florales, de largos y sutiles tallos) ciñéndose a tu cintura y tus caderas; recuerdo que me fijé en eso, en tus piernas, que asomaban bajo el vuelo de la falda, y en que parecías moverte unos 30 centímetros por encima del suelo, como si flotaras, con una ingravidez, una majestad y una elgancia que siempre he atribuido a la leyenda de Jesús andando sobre las aguas. Andando, elegante y repartiendo paz, así te recuerdo yo. Bueno, así y pensando que estabas buenísima, todo hay que decirlo.
Porque a mí siempre, cuando no hablamos, cuando te miro de lejos entre la multitud de la Hermandad, me has parecido eso, majestuosa y me has transmitido paz: es como si, en medio de la tempestad (creo que ya sabes que esas reuniones masivas me causan enorme inquietud) tu imagen dulce, firme, amistosa, acogedora y maternal me dijera, "tranquilo, Wolffo, siempre te puedes refugiar aquí". Por eso, tú eres el otro pilar en el que me apoyo para pasar el mal trago que para mí son estas ocasiones.
Te vi convertirte en amiga. Me acostumbré a hablar contigo. ¡Qué placer! Y descubrí, lejos de lo que otros, o tú misma dices de ti, que eres una mujer dulce, cariñosa, sincera, más necesitada de amor (de hermano, de amigo, de amor verdadero) de lo que se atreve a traslucir y/o declarar. Todo esto me hizo darme cuenta de que eras aún más hermosa de lo que mis ojos me habían dicho. Es hermosa tu forma de plantarte en medio de la pista, o delante de la prole, cuadrarte, poner los brazos en jarras y retar a los bobos del mundo, haciéndoles creer que eres malvada, cuando, nena, eres puro encanto.
Te vi convertirte en madre. O, mejor dicho, vi como, de forma natural, la madre que estaba en ti se abría paso, no a codazos, sino a empujoncitos cariñosos, de entre la multitud de mujeres que te habitan: la profesional competente, la mujer tradicional de su casa, la hermana entregada, la esposa cómplice, la malhumorada, por tímida, pero cariñosa tía, la amiga leal… y la madre que eres pasó al primer plano de ese imbatible equipo y con la misma naturalidad que habías sido una profesional intachable, nos dejaste ver a la mamá con la que sueñan todos los niños.
Han pasado años y cosas, algunos años y muchas cosas, y algunas de las cosas que han pasado en los últimos meses han sido verdaderamente terribles. Pero todo lo que ha pasado y lo que no ha llegado a ocurrir, todo lo que va a suceder y todo aquello de lo que nos libraremos, conforman el cauce por donde los ríos de nuestras vidas transcurren, directos al mismo mar.
Hoy, sin aspavientos, quiero felicitarme por lo mucho que te quiero. Porque, aunque te cueste creerlo, has dejado de ser parte de mi familia, para empezar a formar parte de mí. Me cuesta pensar en los años venideros, mi preciosa amiga, sin pensar en ti y en tus niños revoloteando alrededor, conformando la misma y única escena. Bueno, correteando los niños, tú dejándome estar a tu lado, compartiendo un atardecer, cinco trasnoches, diez días de alegría y otro de llanto, fiestas preparadas e improvisadas y, ya lo sabes, regalándome mi más preciado tesoro: unas cuantas horas sentado a tu lado poniendo al mundo en su sitio, interesándonos por nuestras cosas, poniendo a caldo a quien le toque esa semana, planificando vacaciones, discutiendo y, en definitiva, dejándome llevar por el placer de vivir en el mismo mundo, la misma época, el mismo lugar y la misma vida que vives tú, mi queridísima parte de mí.
Bueno, se hace tarde y tengo que llamarte y desearte que este sea el primero de tus cumpleaños en los que, lejos de sentirte sola, te sientas más arropada que nunca, así que voy a dejar de enrollarme. A pesar de todo, mi querida amiga, mi querida luna alada, a pesar de todo lo que tienes que sujetar, ya sabes que esta canción tiene un significado especial, es de antes del terremoto y te va como anillo al dedo, así que, tuya es. Escúcuchala y léela y piensa en ella, en la Rana, en ti y en mí.
Te quiere,
J.

Sujetando nada


No temas nada
hoy no hay nada, nada que sujetar.
Quédate echada,
escucha nada y siente el ritmo nadar
entre tus venas, suena,
fluye el ruido dentro de ti.
Hoy llena el día
la alegría de la nada sin fin.

Hoy no hay caminos
ni destinos, nada que seguir.
Hoy solo date
el acicate caminar junto a mí;
veremos mundo juntos
tendremos ganas de sobrevivir.
Hoy descansada,
sujetando nada, para variar

Hoy vas a verte
suave y fuerte en mi mirada neutral.
Hoy, sincopada,
te vi moverte y eso me hizo callar.
Disfruta sola,
pilla la ola, déjate llevar.
Hoy, descarada,
sujetando nada, para variar.

Voy a contarte,
Niña grande, historias de mi ciudad.
Voy a cantarte
para pedirte que no me olvides jamás.
Renace en tu mirada
la leyenda de mis nadas
Hoy, luna alada,
Sujetando nada, nada más

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de llegar, llevo unas cuatros horas en la oficina y veo que tienes post nuevo.

Lo leo.

Digo, coño, este tío es bueno queriendo a la gente.

Y añado, es una suerte que haya gente como tú.

Y no digo más por que es demasiado íntimo y bien escrito como para que yo lo estropee.

La canción ... como siempre no puedo escucharla en el Divshare pero he vuelto a ver el youtube que publicaste tiempo atrás y sigue siendo igual de grande.


PD.
Siguiendo tu recomendación del post anterior, he visto / escuchado la versión de "Los Hermanos lual mtv à palo seco" (del link que decías).

Tremenda, cierto es, aunque tu versión no desmerece my friend. Ahora, ¿has visto la guitarra que lleva el cantante? Guau...

Te dejo unos abrazos para que te vayas sirviendo.

Anónimo dijo...

Obviamente, donde dice "por que" quiere decir "porque".

Si es que...

Kotinussa dijo...

Esta fue la primera canción tuya que escuché, cuando llegué a tu blog a través del blog de Wen.

Sólo puedo decir que me da pura envidia, con todas sus letras, que nadie me dedique canciones así, y que dentro de diez días, cuando cumpla años, nadie me vaya a escribir un post como ese.

Y es que debe ser que soy una mala persona y no me contento con lo que tengo, y me gustaría apropiarme de lo que tienen otras personas.

Pero, en fin, de todo tiene que haber en el mundo. Y que conste que hago esfuerzos por ser menos malvada.

Besos.

Buch dijo...

Bien, wolfillo, bien. Te digo que bien, que correcto. No seré yo quien desvele que, en realidad eres un ser perverso y afilado. Es más, me ha gustado mucho este post, y reconozco que tienes mucho arte para hacer y descubrir voces, y que esta canción me ha gustado mucho desde que la oí.
Pero no te hagas el buenecito ¿eh?

Wolffo dijo...

Hey, Foss, te equivocas, porque cuando se quiere bien a alguien normalmente es culpa de ese alguien, que es de los que se dejan querer. Hay gente incluso, a la que hay que querer, sí, o sí, porque no te queda otra.
Con respecto a lo otro, la guitarrita es chula, pero parece de juguete, ¿a que sí? UN abrazous, tío, y gracias.

Ah, Kotts, no lo sabía, sabía la época en la que más o menos entramos en contacto, pero no tenía una referencia de canción, ¿eh? Pensarías, seguramente, "este tipo es un genio" y no había nadie allí para decirte que no, mujer, no es un genio, es sólo un aprovechado, porque me salió de casualidad, o porque el objeto de la canción, igual que no puede evitar ser querido, no puede evitar inspirarme canciones así, algo así. Estoy convencido de que eso de ser mala es algo que te gusta cultivar, porque es más divertido eso que ser demasiado bueno, reconócelo. Es más divertido para uno mismo y para los que miramos la vida pasar, cuando sacamos la silla a la carretera que pasa justo por la puerta de casa. Así que no cambies, por favor, y sigue siendo tú, que lo otro sonaría raro. UN beso bastante grande, Kotts.

Oh, Buch, hija mía, y si no me hago el buenecito, ¿qué me queda? Con el tamaño que estoy cogiendo, el rollo bomba sexual ya no cuela, ¿qué quieres que haga?

Kotinussa dijo...

Bueno, pensándolo bien las malvadas, desde siempre, también han inspirado canciones. Piensa en ello, que a lo mejor no has aprovechado ese potencial que hay en mí.

¿Sólo "bastante grande" el beso? Ay, echo de menos aquellos tiempos en que tenías para todas en abundancia. No trabajes tanto que al final va a ser verdad lo que le dices a Buch, que no te va a quedar otra cosa que ser buenecito.

Por mi parte, besos enormes a mogollón.

maripampas dijo...

Hola Wollfis !!!! Que linda carta ! Te juro, otra vez me emocioné mucho. Que bonito es poder querer y dejarse querer así, manifestartarlo con esta carta y esta canción. Algo así como tocar el cielo con las manos.

Me ha tocado el cuore de verdad, ni me quiero imaginar lo que siente tu querida amiga.

Te mando un beso grande y te has merecido un abrazo muy fuerte también !

Wolffo dijo...

Más... y mejores, Kotts; y las mejores novelas, poemas y pelis. Tanto que hay una categoría de mujeres que, de puro malas, de ser lo peor, se han convertido en una referencia deseable: las mujeres fatales, ¿verdad?
En cuanto al tamaño, los tuyos no lo tenían asignado y parecían de esos que ni siquiera son besos, los que dan algunas señoras que se limitan ponerte el careto para que se lo roces. Yo, en esos casos, soy malo y doy beso baboso con chuuick! sacaespinillas y todo. PEro bueno, a donde voy es que el mío lo que quería dejar claro es que era un beso de tamaño considerable, no uno cualquiera de los que se dan a todo el mundo. Anyway, acepto la reprimenda y reparo mi error, mandándote ahora una docena de besos gordos y de esos de 10 minutos.

Pampix, cariño, muchas gracias por ser tan dulce siempre. En cuanto a lo que siente mi amiga... seguramente ni se ha enterado de que tiene esta carta aquí, es una maldad mía mandársela al mundo y no a ella. Ya me conoces.
En fin, guapa, que gracias por estar siempre ahí y te devuelvo ese beso y esos abrazos, multiplicados por 10.

Anónimo dijo...

Ya sabes cómo soy, me gusta más lo privado que lo público, pero tengo que decirte que entre tantas palabras maravillosas (aunque un poquito exageradas) la que más me gusta, la más importante, es la de "amiga". Porque ser amiga tuya es un privilegio, es sentirte siempre acompañada y querida.

Y no eres un amigo común de esos con los que sales, te ríes o comentas algún que otro tema importante. No, eres de esos que se implica, que está pendiente de las cosas pequeñas, que se ofrece por completo sin que nadie se lo pida y que quiere incondicionalmente.

Y eres así con mucha gente a la que conozco pero creo que conmigo lo eres un poquito más y me siento muy orgullosa.

Sabes que, fuera de la cocina, yo también te quiero y que te quieren mis niños y que Diego de O te considera su colega, su afín.

Creo que por mucho que escriba nada será suficiente por eso solo voy a darme
el acicate de caminar junto a ti para ver mundo juntos y tener ganas de sobrevivir.

Gracias por estar ahí.

linmer dijo...

Bueno leyendo este post debes pensar que me he equivocado y que el comentario anterior iba aquí. Pero no, este es un post de una sensibilidad exquisita y que rebosa amor por todas partes, eso no lo negaré, lo que pasa es que a cada cual le palpita la fibra que ha vivido...

Una suerte comprobar que aún queda gente capaz de sentir tanto y expresar tanto. Tanto por tu parte como por la suya, que estas cosas siempre han de ser recíprocas para ser auténticas.

Un par de abrazos, para que le hagas llegar uno a ella.

PD: Lo de la Hermandad endogámica es para enmarcar :D

Wolffo dijo...

Amiga,
ya sé que te gusta más lo privado que lo público, por eso te gusto tanto yo, ¿verdad? En fin la exageración, supongo, que te refieres a la frase que, en nuestras reuniones, continuamos con "... pero es una hijaputa, ¡código 7!", pero es que, ya sabes, los chistes privados tienen su gracia en eso, que son privados. NO voy a avergonzarte, pues, diciendo que es mentira, que no soy exagerado, sino infragerado, que eres para mí más de lo cuento, y para el resto del mundo, para la Ranilla, por ejemplo,ni me atrevo a decir lo que eres, porque te sacaría los colores.
Ese guiño final... eres un pedacito de cielo. Del mejor cielo que, lo siento, no está en Granada, sino en Madrid. Y tú eres un pedacito de ese cielo.
Y gracias a ti, claro, por dejarme estar, aunque ya no me des PepsiMax (pulla trapera, para que no sea todo tan dulce, ya sabes que la PepsiMax es máximo sabor, pero sin azúcar...)

Wolffo dijo...

Ya ves que mi amiga es especial, lee justo encima de ti y lo comprobarás, linmer.
Un abrazo y gracias por el atracón, insisto.

mahomal dijo...

Precioso, Wolff, y enhorabuena a los dos por tener a alguien así tan cerca.
Me ha parecido especialmente genial y maravilloso el párrafo de la madre abriéndose paso entre las demás mujeres. ¿Tú te das cuenta de que tu especial manera de ver a los que quieres es lo que les (nos) hace tan especiales? Pues reflexiona, porque es así.
Dos besos enormes, para tí y para anónimo (yo sé quien es,lalalala)

Wolffo dijo...

Mahomalilla, gracias, hija, y jajajjajajajajaa, ¿así que te has dao cuenta, eh?
Yo creo que lo genial no es el párrafo, sino el hecho: la capacidad de algunas (¿muchas, todas...?) de adaptarse y ser la mujer que tienen que ser en el momento preciso. Es algo que siempre me ha maravillado.
Weno, guapa, dos besos más grandes entoavía, uno de mis partes y otro de las de anónimo, porque yo no sólo sé qui8én es, sino que la conozco y le alegrará saber que os besáis.