San Jorge (1) y tal.
Consejos para una curiosa audición: estoy experimentando con el estéreo, así que, si eres de los que te gusta apreciar estas cosas, ponte unos buenos auriculares y escucha a buen volumen este tema y lo disfrutarás mucho más
Salir el sol y empezar a leer,
Tratar de ver en ver entre tus líneas
un mensaje que me haga creer
Que aún te acuerdas de esos días
En los que el sol no nos causaba sed.
Sin esperar,
Sonido alguno que marque el final
No terminar es tan valioso
Como abrirle la puerta a la paz
Verte llegar, mientras reposo,
Es más gustoso que oírme llorar
Escribes otro cuento
Ya el nuestro se acabó
Tal vez sea el momento
De hacerte otra canción
Sin intención
De hacer amigos o ser simplón
Yo ya no quiero convencerte
Tú ya no quieres tener razón
si el círculo se cierra en vano,
siempre nos queda el corazón.
Algo de ti
Se me ha colado en esta oración
La letanía de nuestros días
Se ha convertido en adicción
Soy adicto a tus poemas
Y tengo mono de tu voz
Háblame ya
no me limitaré a escuchar
te haré las voces sin reproches
y así ya sonarás a mar
y cada día, a medianoche
seré el fantoche que viene a rondar
Escríbeme otro cuento
Que estoy falto de ti
Abrázame más lento
Déjame entrar en ti
Sin intención
De hacer amigos o ser simplón
Yo ya no quiero convencerte
Tú ya no quieres tener razón
si el círculo se cierra en vano,
siempre nos queda el corazón.
si el círculo se cierra en vano,
siempre nos queda el corazón.
El día que June apareció en mi vida, supe que ya nada sería igual. Vale, hay quien piensa que en la vida se cambian las fotos que llevamos en la cartera y ya está, que todo sigue, y que un clavo saca otro clavo y listos. Pero resulta que no. Que algunas cosas quedan para siempre, clavadas con fuerza, como Excalibur y no hay Artús capaz de sacarla de la piedra, por muy rey del mambo que se crea.
Las cosas empiezan despacito, no sé si sabes de lo que hablo. Si oyes la canción, lo primero de todo, de donde salió todo lo demás, fue la primera figura del solo de guitarra (Sol-La-Si bemol- Si) que divide la canción, o que une la parte más tranqui de la marchosilla, que es una frase musical muy, muy corriente. Pero algo en su cadencia me sugirió que siguiera, que desarrollara eso y salió Nos queda el corazón.
Normalmente, escribo primero la música, con la melodía cantada en inglés de palo, palabras inconexas y tal, pero que me sirven para "armar" el tema. En esta ocasión, la canción, antes de tener letra, se llamaba "I gotta say" (aigarasey) porque es lo primero que decía, en lugar de "Amanecer..." .
El segundo paso es hacer la estructura básica: cuántas estrofas, estribillos, puentes, solos, paradas... esas cosas. Para hacer esto, armo la línea de percusión en un programita muy sencillo, pero muy eficaz, que edita archivos midi (Anvil Studio). Como no dispongo de conocimientos musicales, "pinto" la percusión en el editor. Hago un patrón de percusión básico de charles (el platillo doble que se abre y cierra con pedal), bombo y caja, al que, después, añado timbales y platillos y algo de percusión extra: pandereta, shakers (el clásico huevo), cencerro...
Ya tengo la percusión y, normalmente, en este momento, escribo la letra. Si estoy inspirado y la letra sale sin problemas, cojonudo; si veo que me atasco, hago una grabación en pachinglis en el móvil o en la cámara de fotos, para que no se me olvide el tema (una cosa más frecuente de lo que cabría pensar).
El proceso de grabación empieza pegando la percusión en la primera pista del editor de audio (utilizo Adobe Audition 3.0) y grabando una primera pista de referencia de guitarra y voz, que luego borraré, para ir grabando lo demás.
Suelo empezar a grabar las pistas buenas por el bajo. Para grabarlo, pongo lo que tengo de canción grabado (percusión y referencia guitarra y voz) en modo loop infinito y enchufo el bajo y repito la canción hasta que logro una línea de bajo que me convenza. Entonces hay que grabarla. Y eso me lleva mucho tiempo: no me gusta cortar y pegar, así que repito y repito hasta que hago de una toma el tema entero. No soy demasiado perfeccionista, ni paciente, por eso a veces se oyen esas chapucillas en mis temas.
Luego le añado las guitarras. Normalmente, tres. Una pista (o dos, a veces) de guitarra acústica y un par de ellas de guitarra eléctrica. Esto también me lleva tiempo y acaba con mi paciencia y suelo dejarlo no cuando lo he conseguido, sino cuando estoy harto, lo haya conseguido o no.
Luego pongo las voces, los coros. Esto me divierte mogollón. Aunque este tema solo tiene dos, cosa rara en mí, normalmente pongo, como mínimo, 4: una melodía principal y una línea de coro de armonía completa: las tres voces del acorde musical. Aunque, dependiendo de lo bien que me sienta, a veces pongo hasta cuatro y cinco voces de coros.
Lo último es la voz principal, que suelo grabar deprisa y corriendo, porque estoy hasta los huevos ya de la cancioncita. De hecho, si oís la letra cuidosamente, leyendo la letra, veréis que me equivoco un par de veces, pero es que carezco de la paciencia necesaria para hacer bien las cosas y me basta con hacerlas hasta el final, bien o mal.
Todo este proceso, si fuese un poco cuidadoso, debería llevarme no menos de una semana dedicando al asunto 3 o 4 horas diarias, pero lo resuelvo en dos ratitos, normalmente: uno para la composición y otro para la grabación. Soy así de desastroso.
En fin, esto es Wolffo Producciones, así trabajo un tema.
A ver si os gusta.
Y en tal caso, podéis bajarla pinchando el título, arriba, en la letra.
(1) Celebrando mi santo.
Johnny y los BiGudíes son una especie de institución en Madrid. Llevan 10 años haciendo buen rock&roll, todos los jueves, en el mismo escenario, el de Segundo Jazz, que ya puede considerarse "su" escenario. El de los BiGudíes, digo. Johnny y los Bigudíes son JuanMa (voz y guitarra), Javi Polo (voz y bajo), Francis (teclas, guitarras y voz), Nino (batería y voz) y el gran Arturo Marugán, guitarras y voz, que fue mi jefe y mi maestro (profesional, musical, de vida) durante unos años, y hoy es mi amigo. Bueno y sigue siendo mi magister, claro. Había quedado con Arturo en que tenía que ir a verles un jueves cualquiera, que llevaba un par de años sin disfrutar de su música, así que el día de mi santo, le llamé para avisarle de que iba (no por nada, sino porque teníamos que intercambiar cedeses y deuvedeses) y allí me presenté con mis amigos los Ciclones a verles tocar. Me invitaron a subir con ellos a hacer un número y eMail, guitarra solista de los Ciclones, que tiene un teléfono de esos atómico, grabó la actuación (la calidad es asombrosa si tenemos en cuenta que a) es un teléfono móvil y b) allí no había luz). Wilco, batería de los Ciclones, se había llevado su grabador de James Bond y recogió el sonido. Los coros vigorosos que se oyen son de eMail, también. Además de cantar sin complejos, el tío estaba al lado del teléfono, y del grabador, así que se le oye más a él a que la banda. Bueno, así es como celebré mi santo. Ojala se pudiera transmitir lo que disfruté allí arriba.