martes, marzo 17, 2009

tú solita

I won't back down (Tom Petty cover)


Tom Petty, casi nadie al aparato. Una de esas figuras que ha construido una sólida reputación sin concesiones. No es hombre de pelotazos, sino de grandes canciones que, poco a poco van calando. Una de esas super estrellas que no asientan su popularidad en nada que no sea tu talento y un prestigio que, tenaz, crece y agiganta su leyenda cada año un poco más. Esta canción es sencilla, esencial, pura. Una agridulce pastilla de rock contemporáneo y una declaración de intenciones. Está tocada con banda clásica: dos guitarras, bajo, batería y tres voces. Una pequeña gran obra de un gran músico de nuestros días. Dedicada a mi admirado y extrañado, por su vaguería, Yambra, maldito psi-psi, a quien no sé si le gusta Tom Petty, pero todo me pega que sí (y en ese caso, espero que me perdones el destrozo), y a Lorna Cor, claro, porque no puede, no puedes, Lorna, volver a caer.


El doctor Yambroid -circunspecto, hábil, gentil- hizo pasar a Lorna Cor -expresiva, teatral, tórrida- a su despacho y le ofreció asiento, consejo profesional y un zumo de naranjas recién exprimidas. Lorna pensaba aceptarlo todo, sobre todo porque el doctor era un hombre sumamente atractivo. Físicamente atractivo. O sea, no es que fuera guapo (puede que sí, pero esa no es la cuestión… ahora), sino que físicamente, por las leyes de la física, quiero decir, te atraía cuando entrabas a su despacho. Era un truco. Como ocurría en la Casa Encantada del Parque de Atracciones de Madrid, la estancia en la que se encontraba el despacho del doctor Yambroid, estaba diseñada para que sus pacientes (sólo admitía mujeres) se sintieran atraídas por él. Así que cuando Lorna entró y se vio, físicamente, obligada a abalanzarse sobre el magnético doctor, le abrazó sin saber muy bien a qué obedecía este raro comportamiento. “¿Estaré borracha?”, pensó, y desechó esa posibilidad, porque hacía 3 días que no se tomaba ni una cerveza.
Yambroid –comprensivo, tenaz, manoslargas- abrazó pues a la sobrevenida y sorprendida Lorna –asombrada, desubicada, divertida- y aprovechó el simpático achuchón para tocarle las tetas así, como de refilón, y comprobar que además de una sonrisa luminosa, unos ojos en los que merecía la pena perderse y una especie de halo terriblemente sensual que la envolvía de pleno, Lorna las tenía magníficamente puestas.
Al fin, sentada, Lorna cruzó su magnífica pierna izquierda sobre su preciosa pierna derecha y empezó a hablar. Si dejamos aparte el truco físico del despacho, que no tenemos porqué, el doctor Yambroid es un psicoanalista muy competente, pero la visión de las piernas cruzadas de Lorna perturbó su juicio y se fijó en cómo se insinuaban, bajo el pantalón –liviano, fresco, veraniego- las curvas de los muslos de Lorna. Quiso sentarse frente a ella y besarla larga y lentamente en los labios, mientras sus manos acariciaban, avariciosas, la cara externa de sus muslos. He aquí una mujer, se dijo, y he aquí que yo la deseo y no la puedo tener. Por no poder, ni escucharla puedo, porque en lugar de fijarme en los sonidos que emite su boca, sólo miro cómo sus labios se entreabren y cierran y quiero poseerlos y que ellos posean ese cachito de mí. Lorna es consciente de que el loquero no la escucha, y ella misma, mientras habla palabras que nadie escucha, deja pasar el rato hasta que se larga de allí.
No, el psicoanálisis no la va ayudar.

Lorna, sola, mira las paredes desnudas de su nuevo apartamento, pensando en qué poner en ellas. Si la vieras… Aunque no está alelada por ello, sí que sigue, un poco superficialmente, los principios del Feng Shui, y eso condiciona la decoración y el amueblaje de un apartamento a cuyo constructor le importan un bledo las corrientes y la luz, la armonía, la energía y todo lo demás.
Ya va por el tercer Ballantines con Cocacola y empieza a no fiarse de las líneas rectas de la pared. No es que no sean perfectas, que nunca lo son, sino que parecen moverse a voluntad mientras ella, imaginariamente, trata de decorar. En su imaginación, intenta colocar un enorme cuadro que le regalaron, una parodia de la última cena, con Bono en el papel de Jesucristo y otras estrellas del rock de los 80 pelmazas como apóstoles. El problema es que a la línea del techo no parece caerle bien Bono y, cada vez que, por sorpresa, el imaginario de Lorna coloca, de pensamiento, el cuadro allí, la línea del techo baja y le rompe la cabeza al plomizo profeta irlandés.
- ¡Serás p….puta…! - le dice Lorna a la línea del techo. No es que a Lorna le caiga demasiado bien Bono (ella misma le rompería la copa en la cabeza… por cierto, está casi terminada, voy a rellenarla), pero el cuadro se lo pintó especialmente un amigo un poco tonto a quien, una noche de pedo, le contó lo bien que se lo pasaba ella en los 80 y lo que le gustaba la música de entonces. El amigo no era demasiado especial, pero no era cuestión de desgraciar el cuadro, que, pesados aparte, tenía su gracia, y siempre lo había tenido colgado en sus casas anteriores. Además, siempre que tenía invitados de su quinta, trataban de adivinar quiénes eran los sustitutos de los apóstoles y, salvo Bono, no solían adivinar casi ninguno. Termina la copa, la cabeza le da vueltas y surge una nueva idea típicamente alcohólica: trata de engañar a la línea, pintándole bigotito y perilla gongorina a Bono, pero la línea del techo es astuta (y sobre todo, está sobria) y descubre la treta. Maldición.
No, el Ballantines tampoco sirve.

Lleva tres días seguidos sin ver la luz del sol, pegadas las cejas al ordenador, tratando de terminar el informe del departamento de física cuántica. Son sus vacaciones, pero eso no parece importarle lo más mínimo. Sigue trabajando sin descanso. Centrada, casi obsesivamente, en su trabajo, hace tres días que no le duele el corazón. También hace tres días que no habla con nadie. Que nadie la mira. Que no sonríe. Hace tres días que no se queja de lo mala que es la programación de la tele. Hace tres días que no corrige a los locutores de la radio, que no canta en la ducha, que no se tropieza con la maceta que hay junto al ascensor en el portal; hace tres días, en suma, que no vive.
Trabajar obsesivamente tampoco es una solución.

Se compra tres vestidos sin mirar el precio (y al firmar el ticket de la Visa casi se le para el corazón); llama a una amiga a la que no ve hace diez años, de la que ha oído que no le va muy bien, para ver si por comparación… Pero, al verla, la ve más vieja (pequeño triunfo 1), más gorda (pequeño triunfo 2), peor vestida (pequeño triunfo 3) y más pobre (pequeña derrota 1); la invita a comer un arroz en St. James y cuando comprueba que su amiga es mucho más infeliz que ella, no encuentra consuelo en eso, antes al contrario, y eso vuelve a deprimirla un poco.
No, ser gilipollas tampoco sirve para salir del bache.

Llama a Wolffo. Sabe que sólo tiene que llamarle para que éste, como un perrito faldero, acuda raudo a lamerle los pies. Aunque lleva varios días tratando de quitárselo de encima porque en primavera no hay quien le (me) aguante, siempre le sorprende lo fácil que es convencer a un hombre (salido) de que si viene, puede haber temita. Hacen el amor antes de cenar, cenan y de postre, se cenan el uno al otro antes de hacer el amor otra vez. Duermen abrazados y cuando, al alba, Wolffo se va y elude sus arrumacos matutinos, se siente más vacía e infeliz de lo que se ha sentido en su vida.
No, ser (aún más) gilipollas no la ayudará.

Se pone en pie.
Y se da cuenta, tal vez con una lágrima intentando no resbalar por su rostro de porcelana, de que no puede volver a caer. Busca dentro y encuentra a la niña saltarina y casi mala; a la adolescente teatrera, a la jovencita hiperpintada y con hombreras gigantescas; a la treintañera juerguista que no quiere dejar de ser una niña que sueña y a la mujer que, en realidad, es. La que yo amo.
Puedes tratar de ser así o de la otra manera. Pero las cosas no van a cambiar si no cambias tú, Lorna. Está el día soleado y tu ánimo empieza a despejarse.
¿Damos un paseo?

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas noches por ahí Wolffis!! Que buena canción !!!! Ya la escuché 2 veces.... :)Acá no hay nadie, deben de estar todos descansando :).. Bueno , que decirte, me he identificado bastante con Lorna esta vez.... :). Acá está de moda el psicoanalisis, es mas el 90 % de mis amigos, van o han pasado por el divan... es mas hasta yo hace un tiempo ( por recomendación de todo el mundo... ) fuí y solo duré 2 sesiones, mujer fugitiva nunca mas aparecí ante el psicologo... al menos en mí eso no funcionó... :). Y por otra parte, a mí no me gusta eso de salir de shopping, soy de ir y comprar cuando lo necesito y nada de vuelteretas.. pero hace un mes atrás en una fecha especial y ataque de no sé... agarré la tarjeta de crédito y Wolffito te juro... que el plastico quedó hecho de goma... Ropa de acá a dos años... me acompaño mi hermana y aún dice que no lo puede creer... :). Será esto un común denominador de las mujeres ???

Qué decirle a lorna... todo pasa, todo es cíclico y hay que agarrar las riendas del caballo antes de que se desboque... No lo digo por sabia, sino por propia experiencia... Y Uff Wolffo cómo la querés a esta mujer... :)Te ha vuelto loco, pero en serio :). Existe ese amor tan incondicional ? Quiero creer que sí :)

Bueno, te dejo descansar y no haré tanto ruido para no despertarte :)

Un beso grande y felices sueños :)

Y aguante U2 :) !

ana dijo...

Me estoy cuestionando quién me da más pena: si Lorna, Bono, o el doctor Yambroid.

Lorna no, que como ella a veces nos sentimos muchas y no hay que compadecerse de nosotras.

Bono tampoco, y encima en el papel de Jesucristo (menosssss).

Me quedo con ese doctor fisícamente atractivo, aunque lo de guapo no sea lo más importante. Precisamente por eso. Aunque no se si me sometería a sus terapias.

Bueno, como siempre, un placer visitarte y leerte. Por cierto te sigo cotilleando, no te creas que no. Y ya hasta he visto tus videos en el you tube.

La canción de hoy, buenísima. Aunque lo de eludir los arrumacos matinales, eso imperdonable ja ja ja ja ja ja.

Wolffo dijo...

Me alegra que te gustara la canción, amí me apsó algo parecido. Empiezas a oírla y dices; ah, no está mal, pero al terminar, dices, joder... voy a escucharla de nuevo, porque mola; y te va enganchando cada vez más.
Lo del psicoanálisis, imagino que viene bien en determinados casos, pero no me parece que sea una cosa que pueda hacerse tan alegremente como tomar un antibiótico que, por otra parte, no debe tomarse alegremente (no sea que fants me llame la atención). Debe tomarse tristemente. Los otros remedios... no sé, a mí nunca me han funcionado, aunque, claro, yo no soy mujer, y menos aún, tampoco soy Lorna Cor. El alcohol no me parece un remedio ni siquiera pasajero; el sexo... sólo temporal, claro, aunque nunca he disfrutado del sexo con Wolffo, que debe ser punto y aparte. Ahora bien, lo de las compras, que lo dicen muchísimas mujeres... eso sí que no me cabe en la cabeza. De todas formas, Lorna sabe muy bien lo que hacer, y se basta ella solita papra salir de lo que sea, y yo sé que en su infinita bondad, me perdona que me meta donde no me llaman y sabe que si le doy vueltas al molino (esta expresión es suya) es sólo porque la quiero.
Y ya puedes hacer ruido: estoy de nuevo entre los vivos.
Muchos besos pamperilla sonriente.

Yambroid no debe darte pena, ana, es atractivo y si vas a su consulta le abrazarás, quieras o no. Solo por eso está descartado para la pena: a mí lo que me da es envidia. Lorna tampoco, ana, que en serio que es buena tipa, aunque se acueste con Wolffo, que es un golfales. Y Bono... a mí Bono lo que me da es ganas de darle una hostia, a ver si despierta. A lo mejor te podría dar pena yo, pero descarta esa opción: sería una pena que te diera pena. Prefiero darte cosas que leer y que escuchar. En cuanto a lo de los arrumacos matinales, si una de mis múltiples amantes se decidiera a hablar, te dirían que eso es falso: soy propenso al cariño mañanero y al unorápidoantesdelevantarnos¿síi?, o sea que no sé quién ha escrito esa falsedad en el post: tendré que vigilar a mis negros.
¿Y qué...? ¿Qué te han parecido mis videos? UN monumento al cutre-kitsch, eso por lo menos, pero, dime, ¿te gustó alguno en aprticular? ¿alguna canción? venga, mójate. Un beso, annoushka.

Anónimo dijo...

¿CÓMO HABÍAS PODIDO OLVIDAR UNA HISTORIA ASÍ? Si a mí mi padre me hubiese llevado en coche apatrullando la ciudad y luego hubiese salido pistola en mano a por los malos, no lo olvidaría en la vida, coño.

Respecto a tu pregunta sobre si alguna vez he disparado con una pistola, la respuesta es que sí. Fue un verano hace tropecientos años y no sé muy bien cómo alguno de mis amigos consiguió una —un nueve largo, de eso sí me acuerdo—, que imagino que sería de su padre, y fuimos a tirar a una cantera. La verdad es que la cosa tenía su morbo. También te diré que me pareció más difícil de lo que pensaba, y lo de disparar a latas —y darles— es tela de complicado.

Por otra parte, y ya que las mencionas, las motosierras me dan mucho más miedo que cualquier otra cosa, y desde que vi «La matanza de Texas», no puedo evitar un sudor frío cada vez que veo una aunque sea en Leroy Merlin.

Y a ver, lo de Carmina Burana que te preguntaba no iba por la música clásica, que te has ofuscado con lo del Auditorio y tal. La versión en cuestión —y por eso te la sacaba a ti a cuento— era de Ray Manzarek. Ray Manzarek, el teclista de los Doors, coño, que no te fijas. En fin, tampoco es que la cosa valga mucho la pena, salvo como curiosidad, eso sí, pero el caso es que a Manzarek le dio la ventolera (mucho después de muerto Morrison) y grabó una versión completa de Carmina Burana adaptada al rock, aunque incluso conservando los coros en latín. Una rareza, vaya. Por cierto, y ahora que me acuerdo, creo que en la peli de Oliver Stone sobre los Doors hay un fragmento de Carmina Burana (la de Carl Orff) en su banda sonora; y sí, se trata de la parte inicial con el canto a la fortuna (que es como la luna, unas veces menguante y otras creciente).

Y todo esto es del post anterior, ya lo sé. Así que ahora paro y me voy a leer el nuevo.

Vale, ya lo he leído. Desgraciadamente no he podido escuchar la canción de Tom Petty, porque estoy en la consulta. Pero de acuerdo completamente contigo en lo que dices de él en la introducción. Grande, Tom Petty (y sus Heartbrakers).

Del post, que me ha gustado, lo primero que me llama la atención (claro) es la consulta del Dr. Yambroid y sus lascivos métodos. Como a los médicos siempre nos acusan de corporativistas, y además es cierto, tendré que salir al paso para defenderle y asegurar que tales pensamientos jamás pasaron por su mente (ni aun siendo psicoanalista). Y para reforzar mis argumentos te diré que yo mismo, y en una interrupción mientras escribía estas líneas, acabo de explorar a una encantadora y monísima azafata sin que por supuesto se me hayan ocurrido ninguna de esas cosas que atribuyes al pobre Dr. Yambroid. He dicho.

Lo otro que me hace mucha gracia del post es lo del cuadro de «La última cena» con Bono en el papel de Cristo... ¡Es que le viene al pelo! De las múltiples chorradas que se han hecho repintando el cuadro de Leonardo e incluso reinterpretando su significado (véase Dan Brown), ésta está pero que muy bien. Si se hubiera pintado unos años antes la versión del cuadro que dices, otro que podía haber hecho de Cristo hubiera sido Bob Geldof, ¿no te parece?

Bueno, a Lorna parece que le gusta el cuadro, pero ese detalle de jovencita con hombreras la delata como hija de los ochenta. Y es que cada época tiene sus peajes. Peor hubiera sido que la definieses como una jovencita con pantalones de campana, corriendo delante de los grises en los setenta...

Anónimo dijo...

Después de la introducción que has hecho casi me da vergüenza confesar que el nombre de Tom Petty sólo me sonaba. Y sus canciones, ni eso. Pero ya está arreglado. Canción metida en el iPod (en versión Wolffa) y ya puedo decir que no soy una ignorante total.

En cuanto a Lorna, pues decir que en parte coincidimos y en parte no. Me encanta redecorar la casa (o planear como redecorarla), aunque el feng shui me importa un rábano, no soporto el whisky, ni siquiera el de extraordinaria calidad (alguna vez contaré mi visita a una de las más exquisitas destilerías de Escocia y la desilusión que me llevé al probar algo de 20 años que se suponía que me debía hacer levitar). Trabajar obsesivamente lo hago a veces, pero porque no tengo más remedio, no como forma de llenar mi vida. Como tampoco tengo un Wolffo a mano, lo único que me queda es una combinación de peluquería con cambio drástico de aspecto y un día loco de compras (combinando la ropa con algún artilugio electrónico-informático). Pero eso es sólo una solución temporal.

En fin, yo creo que me decantaría por la solución "Wolffo". Eso sí, tratando de ingeniármelas para que no huyera al alba.

Besos.

Anónimo dijo...

Enorme versión amigo!!!

Tom Petty nada menos y cóme te ha quedado ladrón....

Ya volveré a comentar, ya. Que ahora como que no tengo tiempo.

Abrazos y tal.

Qué tema, insisto... ¿Seguro que no estaban los rompecorazones en tu casa?

Wolffo dijo...

Hi, Fants... el caso es que sí, tuvo su aquél, sin duda, pero ¿tú has sentido ese miedo alguna vez? Yo sí lo sentí. Es decir, una emoción extraña, por un lado, eso, papá justiciero, que mola y tal, pero por otra, te das cuenta de lo poco que costaría causar un daño terrible... Cuando mi padre murió, su pistola (nunca miré ni qué modelo ni marca era... era pistola, eso sí, no revólver) anduvo por casa, huérfana, al alcance mi hermano Mariano, primero, y luego a mi alcance, cuando me separé y por un año, volví a la casa de AdF. En fin, es un episodio que, seguramente, mi memoria aparcó porque de verdad que, en conjunto, no fue una experiencia agradable.
Gracias por las muy necesarias aclaraciones sobre CB y el teclista de los Doors de quien me gustaba más el aspecto, me resultaba simpático en general, que sus arreglos. Yo no soy demasiado fan de Jim Morrison y sus secuaces, pero... vale.
Yambroid es un sátiro, Fants, créeme. ¿Tú recuerdas la casa encantada? no sé si se llamaba a sí, o directamente, se llamaba La Casa Magnética. Era una casa que era una putada, entrabas y zas, una pared te atraía, era angustioso... bueno, no mucho, vale, pero llamaba la atención.
(entre tú y yo, si una azafata de esas te hace ojitos mientras la exploras... ¿eres inmune? A eso le llamo yo una profesión dura)
Y sí, tienes razón, Bob Geldoff, otro pesado de campeonato, que sigue viviendo de esa cancioncita, hubiera sido también un Jesucristo aceptable, pero mi pregunta es, ¿por qué derivarán algunas rock stars con tanta facilidad a la pedantería pelmaza?
Sí, Lorna exprimió los 80, claro, lo cual no es malo ni bueno, en sí, porque llevaba las hombreras y el cardado capilar con muchísima gracia, y es preferible, desde luego a la imagen de la jovencita con pantalones de campana, sin suje y las tetas caídas bajo una blusa nada femenina y el pelo liso y aplastado con la raya en medio. Los grises, dios mío, qué cosas. Abrazo, Fants.

jajajajaja, Kots, en plan, ¡glups...! ejem... pues yo, no tenía noticias... jajajajajaja qué guasa tienes, nena. Y gracias por el detalle de cargarme en tu iPod: se agradece infinito.
Yo lo de redecorar, nada, es un asunto bastante femenino, me temo. Como tú, no soporto el whisky, ni el bueno ni el malo (alguna vez contaré el sorprendente uso que le dio Buch a una botella de Dyc en un amanecer alcohólico que nos pilló hace unos cuantos años...) y en cuanto a lo de las compras... yo creo que ir a por una buena guitarra y cositas para música podría operar a modo de bálsamo, acaso temporal, para mí... no había pensado en eso. En cuanto a la solución W, qué quieres que te diga... es algo sencillamente extraordinario. Besos pa ti, guapa.

Caray, Foss, gracias! Parece que últimamente acierto contigo con la musiquilla, me alegra. Es curioso que hace poco tiempo alguien de mi mayor afecto me dijo que de los escritores de las peroratas (es inútil seguir fingiendo, esto lo hacemos entre todos, aunque yo tengo el privilegio de escoger tema) su preferido eras tú. Y como sigas por ese camino, también vas a sser el mío, ¡¡y que le den al memo del Wolffo!! Por cierto, que los rompecorazones soy yo, que estoy tan bueno, soy tan inteligente, talentudo y simpático que sromprocorazones como si fuera un grupo completo de conquistadores. Ea. Un abrazo y gracias, amigo.

Anónimo dijo...

Tom Petty, por supuesto, suscitó una interesante discusión, entre mi hermana Isa y quien te comenta. Resulta que sonaba en la radio (Si, una de esas vetustas radios de pizarra, un momento, de pizarra eran los comediscos ¿no?, no sé) el caso, como digo es que sonaba la bonita canción : Learning to fly (But I ain´t got wings), que es si recordáis muy sencillita, pero que llega. Y yo, aun alucinado por la reciente adquisición de un disco donde venía la acojonante “Blow Away” de George Harrison, le dije:
- Andá, George Harrison ¿no?
- ¡Qué dices, es Tom Petty!
- ¡Que no, coñio! Si conócere yo esa voz…

Y nada, pues que pasó, que me pasé de listillo, como con el affaire Nick Lowe-Meat Loaf, que ya nunca contaré por vergüenza. Y esta es un poco la moraleja. Que no hay que confundirlos.

En otro orden de cosas, y sin oír la canción aun por JVLC, tengo que decir que de todas las canciones que llevan la partícula lingüística won`t, las que más me gustan son You won`t see me, y It won`t be long. Esta ya veremos, aunque seré respetuoso.

Y el post, claro. Estás dando vueltas sobre las atracciones feriales últimamente. (He escrito “ultimamante”, por accidente, ¡Que hallazgo!) Aquí no es que sea con papel protagonista, pero si que tiene una importancia capital este concepto en la mágica atracción que se da en la consulta del doctor Y. A mi las movidas estas de tocar como por accidente no me molan, porque se siente uno, Martinez Soria, con lo de los muslos y eso. Aunque recuerdo que una vez, me hicisteis ejecutar un palmeo, a una desconocida, como resultado de un cruel juego de prendas y otras movidas.

Me voy de puente. Pero muchos besos.

Anónimo dijo...

Si, hombre, ¿Como vas a contar eso?

Wolffo dijo...

Enternecedora, la anécdota, de verdad, querido amigo. ¿Estás loco? ¡Perder una discusión DE MÚSICA con una hermana pequeña...! Y lo que es muchisísisisisisisimo peor; ¡contarlo! Además, ¿en qué coño ves tú parecido entre GH y TP? ¿En que los dos tocan la guitarra? Después de esto, imaginarás que me muero por conocer la anécdota Nick Lowe/Meat Loaf, por favor cuéntala. Te he enviado el original de este tema, para que veas que es buena, y te des en los huevos por que el JVLC no funcione, porque mi versión, es muchísimo mejor.
Eso del juego de prendas me lo tienes que refrescar, hombre, que seguro que tiene su gracia.
Contaré eso si a la vuelta del puente no has dejado contado:
- Cómo me salvaste
- Lo de Nick/Meat
- Lo del palmeo.

Pásalo bien, canalla.

Anónimo dijo...

Diosssss.

¿Yo, favorito, está buena o es simpático? No me dejes así por favor.

Aprovecho este momento comentaril para iniciar una petición popular:

Buch, nos cuentes lo del:
- JVLC. (Hago mío cierto ofrecimento de Wolffus sobre mi persona ayudando en la solución del problema).
- Cómo le salvaste
- Lo de Nick/Meat. Esto debe ser de traca...
- Lo del palmeo.

Y sigo currando, oiga.

Anónimo dijo...

Médicos, tías buenas, qué combinación ¿verdad?

Verás, si una mujer como Lorna entra en la consulta, accidentalmente rozas sus generosos pechos ("magníficamente puestas" según tu magnífica descripción), puf... Dura profesión, es cierto, incluso para un psicoanalista.

Lo cual, mira por dónde, me hace admirar más aún si cabe al bueno de Fant. Una azafata de las buenas, nada menos...

Eso sí, volviendo a Yambroid es de agradecer el muy elegante detalle del zumo de naranjas recién exprimidas. Los que estamos acostumbrados al Hacendado (podéis llamarme hortera pero el que más me gusta es el de melocotón y uva, he dicho) valoramos en su justa medida lo que es un zumo natural.

Respecto a Lorna, la decoración de su apartamento y tal. Pocas cosas han hecho tanto daño a la historia del arte como la desmedida afición del personal a copiar el cuadro de Leonardo adaptándolo a la estética del momento.

Para muestra, un botón: http://alx045.files.wordpress.com/2008/07/ultima-cena-stars-wars.jpg

Por otro lado, que la línea del techo le pega en la cabeza a Bono, pues que me alegro oiga. Por cierto, me gusta vuestra referencia a Geldoff. Ha sido de los pocos que han conseguido que me guste y odie una canción al mismo tiempo (por pesado).

Yambra es un sátiro, lo sabemos. Tú, gran Wolffo, siempre estás ahí por si hay "temita". Yo he dejado de salir a comer por no ponerme malo con el calor y las chicas que han empezado a salir con menos ropa que en invierno. La vida es así.

Es miércoles, llevo una temporada de locos, mañana es fiesta. Así que acabo de declarar oficialmente que voy a dedicar el resto de la tarde a tocarme los huevos. Ea.

Buen puente.

Wolffo dijo...

Foss, por dios, qué preguntas me haces... sabes que a mí sólo me interesa lo profundo, lo importante de las personas: en resumen y por decirlo en pocas palabras, está buenísima y, además, es simpatiquísima.
Fants es admirable, sí señor, pero no por ello vamos a dejar de perdonarle sus múltiples, masivos diría yo, errores vitales. Como por ejemplo, no meterle mano a la espléndida azafata. Eso no se puede perdonar... vamos a ver, y si no, pues no se cuenta. Es la típica anécdota que hombres y mujeres vemos de forma distinta. Si en la sala donde se cuenta (esta, por ejemplo) hay hombres y mujeres y uno no quiere quedar como un patán, comenta "naturalmente, amigo Fants, ¿cómo vas a aprovecharte de tu posición?"; pero si en la sala no hay mujeres, y si sabemos que nuestros comentarios no llegarán a oídos de mujer alguna, Fants no saldría tan bien parado. Creo que lo sabe y que por eso, lo ha contado aquí. Me gustaría oír esa misma historia después de unas cervecillas en un bar de rocanrol...
NO me gustan os lunes, no, y menos porque desde entonces un montón de lunes han puesto la misma cantinela, que hace muchos, muchos lunes que dejó de tener gracia.
Tocarse los huevos es algo bonito de ver en las personas humanas. Hacerlo francamente, digo, sin ambages, con las piernas abiertas porque los cojones tan enormes que tienes no te permiten cerrarlas... patatas fritas, unas cervezas y la música atronando, ¿qué más puede pedir un hombre?
Disfrútalo, Foss.

Anónimo dijo...

¿Te estás aficionando al travestismo literario o me lo parece?

Estaba pensando que contruyes tantas historias distintas sobre los mismos personajes, que cualquiera diría que estás esbozando un libro. ¿Nos sorprenderás con una novela? O, tal vez, ¿estás redibujando tu propia existencia en un bucle sin fin?

Ahí queda eso, sin que tenga nada que ver con tu fantastica narración de los hechos.

Un abrazo.

Wolffo dijo...

Hi, Lin, machote, come va? en fin, en esta ocasión no me estoy travistiendo, juraría yo, y en cuanto lo de m propia existencia.. no hombre, no. Me limito a escribir cuando siento la necesidad y Lorna se me cuela casi siempre. Y se me cuelan cosas que me pasan y cosas que me son contadas. Y, si hablamos de la temática, o lo que inspira algunos posts, usted y yo teníamos un proyecto juntos que ni siquiera llegamos a esbozar y que, sinceramente, me apetece muchísimo. Podríamos colgarlo en nuestras respectivas paginillas, o abrir un sitio nuevo para ello y, cuando pudiésemos, subir un postecito, sin presión, con tranquilidad, creo que podría ser algo realmente interesante. si es que sigues en ese punto.
Un abrazo, lin.

Anónimo dijo...

¿Y qué será lo próximo? ¿Julián Muñoz? ¿El estilista de Falete?

Citar en este blog a ese pederasta confeso, sodomita pasivo, onanista irredento y sibarita melifluo de Yambra es como darle un Óscar a Antonio Resines o reírle las gracias a Buenafuente. ¿Para cuándo las tías en bolas como en Interviú?

Jamás leería una bitácora en la que admitiesen a tipos como yo.

Wolffo dijo...

por eso lees esta, ¿verdad? porque sales, pero no se te admite tal y como eres y se te disfraza de lo peor... Y aun así, sales ganando. Eso sí, no digas esas cosas de Yambra, porque sus padres también leen esta bitácora...