lunes, marzo 02, 2009

ella está en la luna

Es sencillo de comprender: a ella le gustaba, después del trabajo, acercarse al Café Luna y abrir su libro, pedir un té rojo, y matar horas leyendo mientras escuchaba al simpático hombrecillo que tocaba la guitarra y cantaba sin molestar en una esquina del café. Nunca aplaudía (ya había gente educada que lo hacía), pero el hombre de la guitarra, el guitar man del local no se molestaba, porque sabía lo mucho que le apreciaba… y porque hacía para él una labor impagable: le ordenaba las letras.
En efecto, cuando Lorna empezó a ir por el café, el músico empezaba su carrera también en el mismo local. El hombre, observó Lorna, era casi competente como músico de fondo de un local, pero como gestor de sus cosas era un auténtico desastre. Llegaba al café, se hacía servir un vodka con naranja (de cualquier marca el licor, la naranja, si puede ser Mirinda…) y se iba a su rinconcillo a empezar su trabajo. Lo primero que hacía era desplegar el atril, tarea que siempre, y mira que llevaba años haciéndola, se le complicaba un poco más de lo deseable. Cuando, al fin, tenía el atril en condiciones, malas, empezaba el espectáculo lamentable de colocar su espantoso archivador con las letras (el clásico A-Z de oficina siniestra de 10 centímetros de lomo) en precario equilibrio en el enclenque bastidor del atril. Enchufaba la guitarra, siempre con algún incidente o ruidos no dañinos, pero casi siempre molestos para él o los parroquianos, y empezaba a cantar, tímidamente, al principio, con más confianza según avanzaba la tarde, pero siempre acababa liándose con las letras. Eran demasiadas y estaban demasiado mal ordenadas.
Lorna se sentaba muy cerca del músico, en una mesa situada a su derecha, y de vez en cuando, si se le caía una letra en plena interpretación, ella se la recogía y trataba de devolverla al atril. Esto, junto a la lectura involuntaria de algunas anotaciones hechas a mano por el músico, marginalmente, en las letras (“¡armónica!” “capo en 2” y, sobre todo “chica del libro” en rotulador rojo en el margen de Fly me to the moon) fue acercando al músico y la lectora a un final inevitable: él se sentaba con ella para hacer la selección de las canciones que tocaría esa tarde (unas 30 cada día, lo que, con las presentaciones y tal, suponía unas dos horas de música) y ella se las colocaba en una carpeta amarilla de fundas transparentes (dos canciones por funda) más o menos en el orden que él le iba diciendo, aunque se permitía hacer algunas variaciones, variaciones en las que el músico, a veces la hacía caso y otras no. Un día, Lorna le preguntó que porqué sabía que a ella le gustaba Fly me to the moon, si nunca aplaudía ni nada.
- Te observo por el rabillo del ojo. Me gusta la forma en que mueves el piececito, llevando el ritmo, mientras canto. Además, con esa canción, sueles levantar ligeramente la vista del libro y cerrar los ojos. Te encanta esa canción, lo sé.
- Entonces, ¿Por qué no la cantas casi nunca? Hace meses que no te la oigo… y mira que siempre la meto en la carpeta sin que te des cuenta…
- Claro que me doy cuenta, pero es de esas canciones que le causan a un músico malo, como yo, un temor casi reverencial. Todo el mundo recuerda a Sinatra cantándola y, en fin, es complicado meterse en un jardín así. El swing es para músicos de verdad, no sé si me entiendes…
A ella le gustaba cuando él empezaba a enrollarse con aspectos de la música que a ella le traían sin cuidado. Pero le gustaba la pasión con la que él hablaba de síncopas, progresiones y armonías, aunque a ella, aparte de no entender una palabra, le importaban un rábano. Y él, venga a darle vueltas al molino, que si este contratiempo es genial o que si no ves que la gracia está en los acordes menores o lo que fuera… y ella pensando, ¿no se cansa de hablar nunca, o es que lo de besar a las mujeres no se le da bien…?
Cuando la cosa iba bien, el músico era un espectáculo no por la música, sino por lo que se enrollaba. Lanzaba, con soltura, largas y didácticas peroratas sobre la canción que iba a tocar, su autor o lo que a él le gustaba o disgustaba de la canción, o sobre alguna anécdota relacionada con la canción o con lo que fuese. El caso es que, con frecuencia, el público del café celebraba más estas disertaciones, casi siempre interesantes, con frecuencia, divertidas, a veces, hilarantes, que las propias canciones. Este jueves era uno de esos días, el músico estaba en vena. El músico iba a decirle a Lorna que la amaba y que se dejaran de tontunas de música y que se fueran a vivir juntos. Las canciones fluían una detrás de otra sin fisuras, y las introducciones a éstas, a menudo más largas que la propia canción, eran acogidas y celebradas con calor por el público que, además, ese día era un poco más numeroso de lo habitual.

- Voy a hacer ahora un tema fabuloso, queridos amigos y amantes. Un tema que hace meses que no toco aquí en el Café Luna, un tema de esos hacen que los hombres os deis discretamente la vuelta mientras las mujeres se desnudan todas y hacen mover sus pechos al swing de la música… ¿no…? No os convence a los hombres, ¿verdad? Bueno, podéis quedaros y mirar, pero está prohibido tocar, que yo tengo las manos ocupadas y creo no podría resistirlo. Bueno, es un tema para alguien especial, muy especial para mí. Alguien cuyo amor no merezco y, sin embargo, tengo. Alguien capaz de traer el sol a la Luna y, lo que es más alucinante, es capaz de llevarnos volando hasta allí; una mujer capaz de enseñarte, sin moverse de tu lado, cómo es la primavera en Júpiter o en Marte; en fin, imagino que todos sabéis ya que voy a destrozar en este escenario Fly me to the Moon, conocida por la inmejorable versión del gran Sinatra. La canción la escribió Bart Howard, y originalmente, se llamó “In other words”, pero como la gente se empeñaba en llamarla por la letra del primer y magnífico verso, los editores acabaron cambiando el nombre en el registro y pasó a llamarse “Fly me to the moon”. En fin, esta joya suena a sí en mis torpes manos:
Fly me to the moon (*)


Según avanzaba la canción, la visión periférica del músico percibió una actividad no habitual a la derecha de su mini escenario, el lugar que, habitualmente, ocupaban Lorna Cor y su libro, y el tocho de las letras no seleccionadas esa tarde. En cuanto terminó la canción, algo más raro aún, notó aplausos entusiastas que venían de su mesa y miró: Lorna, aplaudía y junto a ella, un tipo con aspecto encantador (para el mundo en general) y doloroso (por encantador, para el músico). Algo en la actitud de ambos, Lorna y el hombre guapo, denotaba que eran el uno del otro, aunque ni siquiera se tocaban; pero algo a su alrededor, una especie de halo, de círculo sanitario invisible, que hacía imposible cualquier aproximación. No estaban en el programa de esa noche, pero el músico hizo que el público sintiera su tristeza cantando que las flores no se doblan por la lluvia, que, en realidad, los extraños rara vez coinciden en la noche y transmitió la melancolía del reflejo de la luna en el río de lágrimas que dejó escapar al ver a Lorna y a Wolffo besarse mientras él, un simple músico, le ponía la banda sonora a su propio fracaso.
- Yo toco y ella, coño, que parece estar en la luna, follando, ¿no es una ironía…?
Dijo el músico y, ante la sorpresa del público asistente, se levantó, le rompió la guitarra en la cabeza a un sorprendido Wolffo (que se joda, ¿no?), de un golpe certero y animal y se largó de allí.
Y nunca más se supo de él.

(*) Está tocada con mi completo equipo Epiphone: mi vieja guitarra acústica, mi querida Dot (de las buenas) y esta nueva maravilla, el increíble Blues Custom 30, que me tiene loco, porque, aparte de que es un ampli precioso ¿no suena de fábula?


27 comentarios:

Anónimo dijo...

te estaba escribiendo que no me salía la canción, cuando de pronto me sobresalta tu voz. Tarda un poquito.

Me encanta como suena eso de "kiss me" y lo de "I love you" y también me gusta mucho cuando carraspeas y dices un par de palabritas habladas. "lo de joder no" jajaja, lo otro.

Y por lo demás me suena a canto desesperado, me apetece besarte asi de seguido y dejándote sin respiración.

ok?


con permiso de la dama que te hace volar hasta la luna.

Wolffo dijo...

Uf, empezaba a pensar que las peroratas se habían tornado invisibles, y apareces tú, Vero, una mujer, seguramente hermosísima, que dice que le apetece besarme "así de seuido". No sé muy bien cómo de seguido será, pero suena genial, en serio. En cuanto al permiso... lo tienes, claro, pero el mío. El asunto de mis besos lo gestiono yo solito. De momento, te lanzo uno a vuelateclado, y ya te vas haciendo una idea. Un beso.

Anónimo dijo...

Ya estoy aquí el el instituto, con una voz cazallera a cuenta del catarro que podríamos formar un dúo fantástico. Parezco talmente Louis Armstrong.

En cuanto a la canción, qué decir. Me encanta, la adoro, es uno de mis puntos flacos. Y aunque no la cantes como Sinatra, tampoco él la cantó como los muchos que la cantaron antes que él. Cada uno tiene su estilo. Además, la presencia física también cuenta, y cuando te imagino cántándola, le ganas muy de largo al Sinatra joven, que era un canijo, y al Sinatra maduro, que parecía un abuelete.

Muchos besos.

Fray dijo...

Muy retro todo, mola tu Epiphone y sobre todo suena muy bien. He dejado continuar al Divshare y casi me da un ataque con tu Moonriver, pues por mucho que busque en la letra original no encuentro el cohone!! tan armónico que te ha salido.
Creo que un beso de Lorna bien vale un guitarrazo.
Un abrazo.
P.A. Perdona mi ignorancia, ¿que coño es una Dot? quizás una armónica.

Wolffo dijo...

Bueno, Kotts, habrás comprobado dos cosas: que el que persevera obtiene el premio de conseguir el objeto de su perseverancia... y que el que persevera, tiene el castigo de conseguir el objeto de su perseverancia. Ambas cosas son verdad en este caso y siendo tú la perseverante. Kisses.


Fray,
no me acordaba de que era tan parda la versión de Moonriver y, sobre todo, no me acordaba de que había dejado el comienzo en falso y las imprecaciones... bueno, podemos iniciar una recogida de firmas para que oficialmente, sea recogido el "cohoneh" como parte legítima de la letra de la canción.
Lo que hay que perdonar no es tu ignorancia, sino mi idiota presuncion de que todo el mundo está al cabo de la calle de lo que a mí me gusta. Dot es el modelo de Epiphone eléctrica (pero de caja) con que toco habitualmente. Es una preciosa guitarra, que puedes ver, por ejemplo, aquí: http://www.timrisbon.com/images/MVC-031S.JPG
Un abrazo y gracias.

Anónimo dijo...

Hay que echarle un par para hacer una versión de Sinatra. No porque te vayan a comparar con el viejo ojos azules, que nadie lo hará, sino porque te comparen con esos que van «amenizando» (ya comenté aquí mi opinión al respecto) al personal en terrazas veraniegas y similares. Esto es especialmente peligroso si además la versión que hagas de Sinatra incluyese teclados, porque entonces la comparación será mucho más probable.

Sin embargo, he de decir que pasas la difícil prueba con éxito, a lo que contribuye sin duda tu acertado acercamiento a la canción: «Señores, yo no soy Sinatra ni lo pretendo». Fray Barriga emplea la expresión retro para referirse a cómo suena, y creo que es un término bastante acertado. No retro en cuanto a la canción en sí misma (que también se podría considerar), sino al regustillo “sixties-rock” que desprende, que además le da originalidad.

La Epiphone y el ampli (los «culpables») suenan pero que muy bien. Y me gusta más cómo haces la primera parte de la canción, más sencilla y desnuda, que luego cuando le pones voces y tal... Pero bueno, ya sé que a ti te encantan los coros. En fin, que la versión está muy bien, y si te puntualizo esto es para que veas que la escucho con las orejas abiertas y no es que me limite a decirte «¡ay, qué bonita que es!».

No te comenté en los últimos postes aunque los leí, lo que pasa es que no ando de mucho humor por culpa de algo horrible que le pasó a una amiga y... Bueno, pues eso, que sigas dándole a Lorna.

Wolffo dijo...

Un par, sí señor, y no tener ningún respeto por uno mismo, jajajajajaaa.
En fin, gracias por el comentario "comprometido", sí señor, se agradece que se escuche el tema cons emejante nivel de atención. Te puntualizo una cosa, más que "la" epiphone, suenan "las" Epi's. La acústica, vieja y sabrosa como pocas guitarras (la que se ve -y oye- en el video ese de ya sin ti que colgué en el post inmediatamente anterior) y la eléctrica, modelo The Dot, que es el modelo que sale en el encabezamiento del blog y en casi todos los videoclips que perpetro.
Iba a comentar una cosa al hilo de tu comentario, epro voy a esperar a ver si hay algún comentario más y lo comento más tarde.
En cuanto al final de tu comentario, amigo Fants, siento lo de tu amiga, espero que no sea nada irremediable, y ya sabes que siempre se te espera y recibe con los brazos abiertos por aquí.
Ea.

Anónimo dijo...

Buenas Buenas Wolffus ! Me hiciste reír con tu final de la perorata, es que me imaginaba tu cara encastrada en la guitarra :), en serio si que me has hecho reír :).

Me gustó mucho la canción de Sinatra, en serio y le diste tu toque personal, en serio que me gusto. Papá tocaba mucho las canciones de el cuando era pequeña en piano, con mi hermana peleabamos a quien cantaba mas fuerte... se armaba cada tole-tole !!!!

Que descansen por allí y no puedo de dejar de mandarle un beso enorme

Wolffo dijo...

¡Ay, Pampix, qué imagen! Lo que hubiera disfrutado yo en tu casa, compitiendo con vosotras para cantar a voces... en serio, me has tocado el corazón con esa imagen de tu padre tocando canciones de Sinatra al piano.
Y tu beso por aquí, que lo sepas, se recibe con alborozo y aplausos entusiastas. Y se devuelven los besos con verdadero afán. ;)

Wolffo dijo...

Coño, quería decir algo, al hilo de tu comentario, Pampix y de lo que contesté ayer a Fants, eres la primera que menciona algo del post, lo que no sé muy bien cómo valorar.
Es curioso que, a veces, la gente se agarra a una anécdota de la historia y los comentarios van por ese lado, y la canción ni se escucha, ni se siente y otras, es la canción, y no la historia, la que suscita comentarios. siendo francos, lo primero, que os fijéis más en el post que en la canción, es lo más habitual, así que me ha llamado la atención que hasta el comentario de MariPampas nadie hubiera dicho una palabra de la historia.
Y tal.

Anónimo dijo...

Fíjate, y creo que te parecerá curioso, que reconociendo lo bonita que es la voz de Frank Sinatra, a mi aun me gusta más la de Dean Martin. LA encuentro más adornada, más sobrada, más dulce, más algo. Hay quien sostiene que le perjudicó hacer tantas películas con Jerry Lewis. Yo que sé, a mi me da igual.

Con repecto a la historia, me hubiera gustado que nos hubieras dicho de qué color llevaba las medias ella, porque a mi de un tiempo a esta parte eso me parece de crucial importancia.

Este viernes me voy a ver "El caso de la mujer asesinadita" que es una obra que siempre me pareció graciosísima.
De todas formas, "Puta manía tengo de contarte mi vida ¿no?".

Fray dijo...

Veo que no me lees con atención. Eso o que quieres pelotear a MariPampas, lo cual me parece muy bién.

Wolffo dijo...

Tienes razón, hermano, soy culpable sin paliativos... tú habías hecho referencia antes a la historia, pero entiéndeme, hermano, la carne es débil y tú, que tienes un montón de cosas buenas no tienes, ni de lejos, la sonrisa ni el sex-appeal de MariPampas.
Mis disculpas, fray.

Wolffo dijo...

Buch, mierda, que te me escapas... a mí me gusta Dean Martin, pero no es solo la voz, es que Frank Sinatra es un músico enorme, muy superior a sí mismo como cantante. Su gusto para cantar y arreglar, su sentido de3l ritmo.... para mí, sin ninguna duda, es el número uno indiscutible. Pasa como con los Beatles, él es un género en sí mismo, y luego hay otros que hacen cosas parecidas, pero nadie es capaz de hacerle sombra.
Ella no llevaba medias el día del guitarrazo en el que Fray se fijço y yo olvidé que él se había fijado, y la obra es divertida, pero ni de coña tan buen plan ir a verla el viernes como venir a verme a mí. Y lo sabes, ladrón...

Anónimo dijo...

pues yo pasaba por aqui y me dije voy a decirle a wolffo lo que tengo de cena, y así no le hablo ni de la canción ni de la historia a ver bomba chechual, mira que eres egolatra, hay que hablar de todo jajajaja.

de lo que cantas, de lo bien que cantas, de lo que escribes, de lo bien que escribes y rematar diciendo lo bueno que estás, lo bien que besas y que nos morimos todas por tí.

pos vale, si asi sonries y eres feliz, lo acepto.

por cierto se te ve el plumero con las chicas, asi que yo aunque soy chico voy a poner que soy chica, para que también me hagas la pelota.

Anónimo dijo...

Con respecto al comentario que hiciste después de Mari Pampas, creo que eso te puede indicar que la canción nos ha gustado muchísimo. Las historias son siempre igual de buenas (o casi siempre), por eso muchas veces oscurecen la canción. Pero esta vez todos nos hemos lanzado al mismo punto: nos gusta la canción, y nos gusta cómo la has cantado, con tu propio estilo, sin pretender ser ni parecerte al gran Frankie. A ver si así se disipan un poco esas reticencias que tenías al atreverte con una canción así.

Y es que nos gustas de todos modos. ¿Todavía no te habías dado cuenta?

Besos.

Wolffo dijo...

Irene, irene, irene... por irene no me vine nada, ¿estás seguro de que te llamas así? No caigo en quién eres, y mira que además de estar buenorro como pocos, de tenerla enorme y bonita, de ser una persona majísima y encantadora, soy listo como ni te imaginas.
Efectivamente, es fácil hacerme sonreír, basta con admirarme de rodillas, soy fácil de complacer, así que, ¿por qué no me dices lo que tienes de cena? Porque al final no me lo has dicho. ¿Sabes lo que tengo yo? Piña natural y yogur Sveltesse, ¿no es triste?
En cuanto al final de tu comentario, mi precioso irene, no se me el plumero, sino todo lo contrario, ¿no? Se me ve el no plumero, por la descarada forma en que persigo a las chicas porque, en serio, para perseguir a los chicos, soy mucho más discreto, y me basta con que sean listos y limpitos, porque para tío bueno, ya estoy yo.
Besos descarados, mi querido irene. ;)

Hablando en serio, sé que a veces suena fatuo si digo estas cosas, pero el decir si habláis de una cosa u otra no era, ni mucho menos, una queja, ni una crítica a nadie, por dios, sino una curiosidad que me apetecía señalar. Tenéis la posibilidad abierta de comentar lo que os venga en gana y yo, faltaría más, también de contestaros lo que considere oportuno. El juego que se establece aquí es más o menos ese... contando con que yo fanfarroneo, porque soy un cachondo mental y una peasso de bomba sersuá.

Kotts, dicho lo anterior, solo me resta decir que tengas claro, cristalino, níveo, que te libras de ser estrujada y besada por la distancia que nos separa. Eres un solete y no tengo nada más que decir sobre este luminoso asunto. Ea.

Anónimo dijo...

Buenas tardes!!! Es que siempre llego tarde aquí por la dif horaria. Wolffo es que verdad lo que dijo Kotts, es que todos los que pasan por acá les gustan tanto tus historietas, como tus canciones. Se puede dejar un comentario por las dos , o por una o por otro, pero eso no quiere decir que una opaque a la otra... Bue... es que ando charlatana ultimamente :). Solo eso.

Un beso enorme y por dios aquí no ha parado de llover por acá!!! ( está para.... :)). Mejor me voy a poner las zapatillas y al gimnasio!!! Mas besos !

Wolffo dijo...

Gracias, Pampix, hija, eres un solete y sí, te estoy haciendo la pelota clarísimamente, por si alguien lo dudaba. ¿Sabes lo que es hacer la pelota? Pues lo que yo te hago.
Y déjame darte un consejo: no hagas demasiado deporte, es malo para la salud a partir de cierta edad (a partir de los 14 años, más o menos).
Un beso, sonrisitas.

el_Vania dijo...

Mi querido hermano lobo, tu vanitoide incorregible ha vuelto por fin a la blogocosa.
Estoy poniéndome al día a marchas forzadas de todos los sitios a los que sigo... solo puedo decirte que te odio por ese peasso Epiphone, truhán... y que me alegra tenerte en el CaraLibro y en Twitter, que sí, que tienes cuenta, bandido.
Estamos en contacto. Creo que eres el único al que le voy a perdonar las faltas de asistencia a mi blog (excepto al planeto, ya te avisaré).
Un fuerte abrazo, man.
Se te quiere por estos lares y vos lo sabés.
Salud+OS, más que nunca.

el_Vania dijo...

Por cierto, ¿soy el único que sabe que Lorna Cor es el Rocanrol?
;D

Anónimo dijo...

Empiezo por el post no vaya a ser que la visión del ampli me nuble la razón...

No he podido evitar una sonrisa de "qué recuerdos ..." al leer lo de las partituras en un archivador (hace unos días encontré mi vieja carpeta azul de cartón), y el desorden de las letras... Real como la vidad misma y tan bien contado por tí como siempre!!!

Sigo por el ampli. Y tendrás que conformarte con un qué cab... vaya cacharro te has comprado amigo.

Y termino con la canción. No tengo ni idea de si ha gustado al resto ya que no he tenido tiempo de leer los comentarios (ahora lo hago en cuanto acabe de escribir esto), pero hay que ser muy valiente para versionar al jefe del rat pack, Y lo has hecho tío.

Y me gusta.

Y me gusta que no sea una copia de Sinatra sino una versión Wolffa (que agradecería apareciera en mi correo para guardarla en MP3, please). Tiene ritmo, swing.

MUY BUENA. Así en letras grandes.

Y me despido hasta la próxima doblando el espinazo a modo de saludo.

Wolffo dijo...

Hey, Van, so long! Me alegra verte de nuevo por aquí, tío, aunque sea, a la vez, odiándome y perdonándome, pero te equivocas, tío, eso del Twiter me es ajeno completamente, y en el caralibro duré cuatro días, creo, me he quitado, comno si vuera un vicio nocivo, pero eso de las "redes sociales" me producía náuseas en abstracto, antes de probarlo, y luego, una vez probado, me atacó tan fuerte el alipori que me desapunté rápidamente. Never more, never again. En cuanto a la identidad de Lorna Cor, no eres el primero que trata de desenmascararla declarando que su nombre es un burdo juego de palabras: Lorna Cor es todo lo que me gusta y todo lo que me gustaria tener, está en mí y me esquiva, me elude y me persigue pero un día de estos, Van, será tan mía que ya nadie, ni mucho menos a ella, tendrá ninguna duda. abrazos, tío.

Foss, my friend, preocupado me tenías, ya, jate tú. Lo de las letras es terrible, eh? no hay manera de que anden ordenadas. Yo me he planteado ir a dar conciertos, cuando sea yo solo, con un portátil de pantalla tocha y hacerme una especie de cutre autocue, con algúnprogramita que me haga avanzar en la letra al ritmo de la música... en fin, that's life!
El ampli suena de fábula, en serio, un sonido de guitarraza que te cagas y, lo que es mejor, hace que mi vieja Dot suene a gloria de los mares. Ahor atodo solo con una distorsión Ibanez, el pedal verde de toda la vida (el TS9 tubescreamer) y un Delay Boss, el DD-3 y no necesito más: a la basura el multiefectos y la guitarra sonando como si fuera un módulo lunar. A partir de ahora... ¡que suene la guitarra! Además, es bonito, el jodío, ¿no?
Me ha hecho tanta ilusión el final de tu coemntario que ya está, a estas alturas de texto, en tu servidor mi versión de Fly me... y se ha ido de lo más contenta. Como los niños esos de los que sus madres afirman que están enmadrados y que no van a ningún sitio sin ellas y luego estás deseando que sus madres se larguen y dormir alguna noche fuera; porque, en realidad, el 90% de los niñios enmadradosm, en realidad, sufren el "enhijamiento" de sus padres. Ea.
abrazo superlativo.

Anónimo dijo...

Lo del portátil es una buena idea pero yo me decantaría por uno enano.

Tengo un amigo que está en el club Land Rover y se pasa los fines de semana haciendo el cabra con el coche por el campo. Como no es muy fácil seguir un GPS con el coche pegando botes... se ha comprado un portátil pequeño en eBay, montado un módulo de GPS y lo lleva enganchado en el salpicadero.

No ocupan mucho y seguro que lo puedes montar en algún tipo de atril. Si algún día te decides y necesitas buscar algún programa te puedo echar una mano.

Cierro, abrazo y paso al nuevo post.

Wolffo dijo...

básicamente, Foss, necesito un programa que maneje una pequeña base de datos (las canciones)y que sea capaz de mostrar las letras en plan scroll, ¿se dice así? y que pueda variar la velocidad del scroll. Si me decido, te doy un keo, para que me ayudes.
¡Gracias!

Anónimo dijo...

Lo interesante del asunto es que las queridas y aplaudidas disertaciones del pobre músico no existirían sin esas canciones a las que según dices no les presta demasiada atención el público.

Habrá muchas lornas, que siguen el ritmo con la cabeza en lugar de con los pies, y que no ves. Digo yo, porque la música en el Café Luna suena a música de verdad, cosa que no pueden decir la mayoría de los que llenan estadios.

Un abrazo Wolffo.

PD: Muy buena versión, suena bien tu swing, aunque negra piel sea más de chupa que de zapatos de charol.

Wolffo dijo...

Sí, el asunto del espectador anónimo, claro... o el lector anónimo, desde luego. Es atractivo pensar en ello, ¿verdad? a veces me quedo largos ratos mirando el mapita ese que te dice de dónde vienen tus lectores, tratando de imaginar quiénes son, qué encontrarán y que es lo que piensan.
Me gusta, siempre, tu forma de verlo. En cuanto al tema, sí, soy más un hombre de rock'n'roll, pero qué gustito da explorar caminos nuevos. Es como irse de vacaciones. Se disfruta un huevo.