lunes, abril 21, 2008

ella, él y yo soy así

Parte del camino (la canción de Leticia y Borja)

Si no consigues oírla bien, bájatela aquí:
... y la oyes del tirón (la letra, abajo)

Llevo una semana dándole vueltas a la cosa de cómo presentar esta canción, y sigo en esas. He hecho un vídeo, con un precioso montaje de fotos de mis hijos desde que eran bebés, pero no creo que sea adecuado colgarlo aquí. Queda para ellos.
Todo empezó hace un mes, más o menos. Él cumplía 16 años, una cifra ya, y ella, en unos días cumple 18, una edad que, como padre, me da la medida de lo mayor que soy ya. No me consoléis, lo digo con orgullo, sin asomo de pena. Ella está estos días preocupada con la selectividad y él, con qué optativas coge el año que viene para enfocar sus estudios. En fin que, quiera yo o no, mis hijos se hacen mayores y eso me da... pavor.
Musicalmente, la canción es sencilla y, dejadme decirlo, bonita. Empieza con una frase simplona de guitarra acústica que acompaña a los dos primeros versos. Luego, se desencadena una sencilla progresión muy ¿dulce...? y el estribillo me estalla en mitad del corazón. Se van sumando los instrumentos poco a poco, las voces, y el follón en general.
Está grabada en tres sesiones con una pista de guitarra acústica, cuatro pistas de guitarra eléctrica, una de bajo y siete de voces. Y en todas y cada una de ellas, todo mi corazón.
Quiero darle las gracias a mi cuñada, Ángel, por su ayuda en un aspecto importante de esta canción. Eres un solete, Ángel.
Bueno, dejo de hablar, que la canción puede defenderse sola. Escuchadla, y ya me diréis qué tal.
Por mucho que me empeñe, señoras y señores, por muchas cosas que quiera ser, al final quedo reducido a esto: y ya. Puede que haya hecho muchas cosas, puede que me queden otras muchas por hacer pero soy consciente de la pequeñez de todo, al lado de lo que, casi sin querer, he contribuido a crear. No soy hombre especialmente orgulloso de lo que será mi huella, si es que queda alguna, mas hubo un par de días en los que debí estar inspirado, porque mirad por dónde, nacieron mis dos hijos.

No es algo que hiciera yo solo, por supuesto, ya que mi contribución fue la menor en importancia objetiva, pero sé que fue, en primer lugar, inconsciente, y en segundo lugar, lujuriosa: un impúlso atávico y natural me empujaba a dejar mi semilla y acabar con ese asunto. Un asunto realmente complicado, sobre todo durante los meses de gestación, en los que por mucho que nos empeñemos, tu contribución como hombre se limita a compartir penas, escuchar quejas sin poner mala cara, poner música de Vivaldi, y susurrar paridas a la barriga de la madre, acompañarla a los cursos de parto sin dolor (en los que cuesta muchísimo no reírse abiertamente de todo ese montaje) y, sobre todo, procurar que esté contenta, mimada y descansada. Quiero decir que el bombo lo lleva ella y eso no hay psicología barata que lo cambie.

Con todo y con eso, amigos, he aquí mi obra. No es que haber tenido hijos me distinga, no, que eso cualquier idiota con cojoncillos puede hacerlo (y de hecho, lo hace), pero por mucho que haga en esta vida, nada será igual a lo poquito que he hecho por tener los dos hijos que hoy tengo. Ahora no hablo solo de ese momento lujurioso y ciego, claro, sino de todo el proceso que les ha llevado a ser lo que hoy son.

Han sido muchos años hasta llegar hasta aquí, en los que no he luchado solo, por supuesto. En primer lugar, claro, su madre, que en los primeros años tuvo la responsabilidad mayor, y luego, en los últimos años, he contado con la contribución absolutamente desinteresada y amorosa de Susana, cuya entrega nunca podré pagar, aunque es verdad que ella tampoco ha esperado jamás cobrarla.

Mis hijos se hacen mayores, amigos, y eso no es que me haga especial, porque les pasa a todos los padres de la tierra, pero para mí está siendo un trago difícil de digerir. Siempre pensé... siempre, no, pero muchas veces pensé que cuando mis hijos fueran mayores, dejaría de pelear y aun hoy, a veces, lo pienso. No me interesa demasiado el mundo, este mundo, quiero decir, tan superficial, tan ignorante, tan poco parecido a mí. No me interesan la deriva del pensamiento ni del comportamiento humanos, no me gustan los peajes que la vida me exige, no me gustan las reacciones de las personas a las que quiero y, lo que es peor, en muchas ocasiones no me gusto yo. No me gusta demasiado la persona en la que me estoy convirtiendo. Pero este es otro asunto.

El hecho es que siento (y este verbo, sentir, está muy bien aplicado aquí, polisémicamente, quiero decir) que mis hijos empiezan a irse y no sé qué carajo va a ser de mi vida si ellos se van. Y ellos se van a ir.

Entonces es cuando pienso: me queda mi trabajo, que en realidad, os lo juro, me la sopla, si no es porque me permite obtener los recursos que necesito para que ellos vivan... y se vayan.

Me queda la música y escribir. Sí, ambas actividades son muy bonitas y muy... nada. Pero eso es lo que soy. Mis hijos se hacen mayores y yo, ¿qué hago? Escribir una canción. No es que sea gran cosa, pero es lo que yo sé hacer. Mi especialidad es darle vueltas, filosofar pardamente con las cosas inevitables, y acabar ofreciendo un fruto perfectamente inútil tanto para ellos como para mí: una canción.

Porque además, es una canción sincera. Asisto, con las manos atadas, al paso a la edad adulta de mis hijos y sólo se me ocurre decirles que procuraré ayudarles un poquito, pero que es su camino, no el mío. Bueno, se me ocurren muchas más cosas, pero ése es el nódulo, el busilis de este asunto. Es decir, me gustaría ser un padre que les deja el camino expedito y el zurrón lleno de dinero, y un carruaje cómodo y untuoso para el camino, pero me temo que no. Habrám de conformarse un par de sandalias, un bocadillo y, espero, instrucciones para que sepan valerse por sí mismos. Eso sí, les doy una canción para que la metan en su mp3.

No sé cómo se sienten los padres en general en esta tesitura, pero yo me encuentro perdido, no sé muy bien cuál es mi papel en todo esto, pero mucho me temo que es, sobre todo, no estropear demasiado las cosas. Me siento así. Cuando ellos eran pequeños, yo era un superhéroe cuyas palabras iban hasta el final del mundo. Hoy, que soy el mismo idiota que entonces, creo que ya no soy ese tipo infalible que todo lo sabe, me han desenmascarado, podríamos decir, y se disponen a hacer su camino, por su cuenta. Eso sí, saben, o más bien espero que sepan, que cuentan conmigo en todo aquello en lo que yo pueda ayudarles.

Bueno, esta es la canción para esta ocasión. Mis hijos se hacen mayores y yo escribo esto. Ojalá un día entiendan, y este es ahora mi único deseo, todo lo que les quiero, y lo que les quiero decir, cuando les escribo, y les canto, desde lo más profundo de mi corazón, esta canción.

Wolffo - Parte del camino (la canción de Leticia y Borja)
por Jorge Duret. Abril de 2008.

Un día, en abril, empezaste a llenar
el odre que late en mí por azar;
quizá no sepas que aún sueño con ser el héroe de azul
que te rescata, de noche, cuando se ha ido la luz.

Pasaron los meses, hasta 23,
y a media tarde, viniste a nacer;
no te pareces a mí...
y eres igual al niño que fui,
me veo en ti cuando lloras y al oírte reír

Hoy no es importante lo que pueda yo decir
nada es como antes, os estoy viendo venir
os espero en el camino y escondido os seguiré
os vigilo con sigilo
nada os puede hacer caer

Y andando el camino, tendréis que elegir
por dónde demonios habrá que seguir;
nadie os lo puede decir
¿Cómo acertar y cuándo fingir?
no importa el camino,
lo que importa es seguir

Hoy no es importante lo que pueda yo decir
nada es como antes, os estoy viendo venir
os espero en el camino y escondido os seguiré
os vigilo, con sigilo nada os puede hacer caer

Quizá no sepa deciros adiós
no me lo tengáis en cuenta, que yo,
tal vez la cague al callar,
pero daría la vida, sin más...
por ser parte del camino del camino que vais a pisar.
.....
...
.

----------------
Listening to: Dakota Moon - Another Day Goes By
via FoxyTunes

29 comentarios:

Cati dijo...

Que regalo mas bonito para tus hijos!
Eres un cielo.
Un besazo.

La de la ventana dijo...

Qué preciosidad de canción y de post, Wolffo.

Tus hijos tienen mucha suerte de tener un padre así. De verdad.

Anónimo dijo...

Pues, Wolfillo, sólo te quedan dos posibilidades:

- Seguir como si nada hubiera cambiado, empeñándote en ser la pieza que ya no encaja en el puzzle, desorientado porque lo que ha sido tu meta en los últimos años, y que veías muy clarita ahí delante, ha desaparecido de pronto.

- Reinventarte un poco como persona y ajustarte al nuevo papel que te ha tocado representar, sin descuidar lo que tú quieres y tú necesitas.

Tampoco olvides que por mi boca habla la total inexperiencia, aunque por mis manos hayan pasado brevemente algunos miles de niños en 19 años y haya vivido muy de cerca las vidas de algunos. También hice el papel de casi madre de tres, que ahora tienen 19, 20 y 22 años, y reconozco que me costó mucho ver que se convertían en personas independientes de mí. En fin, que lo que te digo puede ser una solemne estupidez o tener cierto sentido. Ya me contarás qué tal sale y si tengo razón en algo.

Besos.

el_Vania dijo...

No creo que pueda añadir mucho más a lo que ya te dije tú ya sabes donde, en el club privé donde las primicias están a la orden del día.
Es una canción magnífica, llena de sentimiento, que está en lo más alto del podio de temas Wolffescos.
Amigo, tus hijos, fijo que entienden todo esto que tú te preguntas sobre si lo comprenderán.
Para algo son hijos de Jorge Duret, hombre.
Felicidades a los tres... y créeme, deja de preocuparte. Como diría Homer Simpson: "Dejen que sus hijos crezcan salvajes y libres.
Salud y Saludos para vos y los tuyos.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Coincido con Koti. Y te digo más, dos cosas.

Una: mi hija me preguntó hace poco que "cómo supe qué hacer para ser mamá". Le dije la verdad, que ni supe ni sé, que voy inventando mientras lo hago, que no hay manual que enseñe a ser madre o padre. Y como ella crece, cada tanto quedo desconcertada y hala, a inventar otra vez.

Dos: algo sé, y es que importa lo que le digo, pero también es muy importante lo que hago. Ella ve y tiene en cuenta (no diría que copia, tiene su forma de ser propia) Y si quiero que mi hija sea feliz, es mi obligación ser feliz también cuando ella crezca y se vaya. No quiero imaginármela triste porque sus propios hijos crecen, quiero verla siempre feliz, abundante, alegre, aprendiendo, viviendo.

Tonces, Wolfito, a romperse el culete para que tus hijos tengan ese "modelo", no para imitar sino para mirar, claro. Que te está saliendo muy bien eso de "ser padre"! Siga así, siga así, hombre!

=)
Besitos, ternurito (la canción es bella...)

PD: Siempre te leo aunque no deje comentario. Ya sabés eso.

Anónimo dijo...

La verdad es que lo dices es tremendamente cierto.

Yo estoy en esa época en que soy "un héroe" para las mías pero siempre me pregunto cómo evolucionará esto, qué cosas tendré que ir haciendo para que mi imagen ante ellas no caiga en picado más de lo necesario,.... Y al final, creo que si te esfuerzas en hacer las cosas bien, haces saber a tu prole que estarás siempre ahí y les enseñas a "buscarse la vida", todo irá yendo por el camino que debe.

Y eso, estoy seguro, es lo que has conseguido tú.

Y después de ponerme solemne, solo me queda un "magnífica canción".

Como dijo un sabio ..no importa el camino, lo que importa es seguir.

Un abrazo amigo.

Anónimo dijo...

Solo te voy a decir una cosa, majo, porque yo soy solo de decir una cosa; Y es que lo de los hijos lo has hecho de puta madre. Eso te lo digo en serio.

Wolffo dijo...

Cati
Yo no sé si es un regalo bonito para mis hijos, Cati, solo sé que necesitaba hacerlo. Y tú sí que eres un cielo.
Besos enormes, guapa.

MariFenestra
Jajajajajaja... ¡sagerá que eres, compañera ventanera...! Soy yo el afortunado, en serio, y no lo digo porque sí-.

Kotinussa
Ay, corazón de hierro, ¡cuánta razón seguramente tienes! Vaya, ayer no puede al final volver a conectar para chatear, conlas ganas que tenía de tener una charleta con vos.
Con respecto a lo que dices, mi querida Kotts, aparte de que tú nunca dices estupideces, quisiera decirte algo.
Espero que tenga más opciones que las dos que me das, Kotts, porque no creo que me apetezca en absoluto reinventarme como persona que, la verdad, me suena un poco a solución de manual de "El psicólogo en casa", a no ser que quiera empezar no ya a sospechar, como ahora, sino a tener la certeza de que soy un despistado vital incorregible. Y sin conciencia de ello, además. Con respecto a la otra opción, en realidad la angustia que refleja el texto es más abstracta que real. Es decir mis prédicas son más retóricas que otra cosa. Es verdad que a veces me siento perdido, pero no es algo que me atenace ni que piense que es algo que tengo que cambiar o me muero. Es una sensación ligeramente desconcertante que a veces me da escalofríos, nada más. De modo que el ser la pieza que no encaja, es una sensación que me encaja perfectamente, y no se refiere a mis hijos ni a mí con respecto a ellos, sino a mí con respecto al mundo en general. Y me gusta esa sensación, no creas, por mucho que a veces me deje colgado de la brocha y con cara de bobo en medio de la nada.
No te gustó la canción, ¿eh? en fin, a ver si la próxima...

Un beso, guapetona.

Vanitas
ya he leído tu cariñoso comentario sobre la canción, amigo, y te lo agradezco. Y espero que tengas razón (creo que sí, entre tú y yo) en cuanto a lo que se dan cuenta y lo que no.
Y eso es lo que hago, dejarles el lazo un poco suelto, pero asomando constantemente el huevo para que sepan que ando por ahí. Pero lo que es inútil, completamente inútil, es intentar no preocuparse. Eso va incluido en el papel de padre, incluso en el de mal padre. Ya verás, en cuanto los pequeños vanitoides estén correteamdo entre tus piernas, como lo de las preocupaciones es algo que no puedes evitar.
Abrazos grandes y gracias, amigo.

Rayas
¿Ves? aunque seguro que tienes razón en todo lo que dices, y suena como si todo tuviese muchísimo sentido, yo no comparto esa visión optimista y sensacional de la vida. Lo veo todo un poco más "crudo", en sentido original de la palabra. No creo que las cosas se expliquen así de fácilmente. Por eso creo que no es importante lo que pueda yo decir, aunque sí lo que pueda hacer. No para servirles de ejemplo, pero sí como experiencia acumulada, casi en la despensa de las experiencias propias.
Creo que ellos aprenden de algo más que de lo que les decimos y lo que ven en nosotros, aprenden, sobre todo, de su propia experiencia y convencimiento.
En fin, vaya lío...
P.D.: si tú me lo dices, yo te creo, pero solo hay dos formas de que yo me entere. O un comentario o que me digas, te leo aunque no deje comentarios. Y si no fuera así, mi bella pamperilla, mi corazón ya lo tienes ganado. Que lo sepas.

Muchos besos.

Foss
Mola cuando eres un héroe, ¿eh? Pero también mola saber que después de la etapa crítica, cuiando eres un pesado que no se entera de nada, vuelven a quererte sin pedir demasiado a cambio. Y luego, eso lo sabemos por nosotros mismos, cuando tengan sus propios hijos, se darán ciuenta de un montón de cosas que les harán elevarnos de nuevo, casi, a la categoría de héroes cotidianos.
M'alegra que te guste la canción, apañero, gracias.
Un abrazo bastante bueno.

Buch
a veces, solo a veces, llegas a mi corazoncito con tus comentarios, Buch. Y esto te lo digo en serio.

Anónimo dijo...

Me siento terriblemente ofendida por esa insinuación de que doy soluciones de manual de psicólogo en casa. Es más, yo diría que terriblemente ofendida es poco, se aproxima más a espantosamente, desmesuradamente, atrozmente, horriblemente ofendida.

Estoy tan ofendida que te has quedado sin el regalo de tu santo. Mañana recibirás una felicitación y punto. Aunque, pensándolo bien, voy a ser total y despiadadamente cruel contigo por una vez en la vida y te voy a enviar un libro electrónico titulado "¿Qué hacer con la vida?", de un psicólogo argentino. Para que te vayas haciendo una idea, el índice es:

Principio: Nos estamos yendo
Capítulo 1: El deseo de cambiar y el miedo a cambiar
Capítulo 2: Saber qué me pasa
Capítulo 3: La ley del amo
Capítulo 4: Estrategia para fracasar; estrategia para triunfar
Capítulo 5: Ordenando tu persona
Capítulo 6: Con el ojo de la mente
Capítulo 7: La sal de la vida: las emociones
Capítulo 8: Hablando, ¿se entiende la gente?
Capítulo 9: La evidencia final
Capítulo 10: Piedras en el sendero

Lo siento. Nunca había hecho nada tan malvado, pero prácticamente me has obligado.

Ahora algo más en serio, si lo que escribí suena a manual de esos, olvida el sonido y quédate con el concepto, que no es algo que me haya dicho ningún psicólogo de manual (jamás he leído un libro de ese tipo), sino algo que hacemos constantemente a lo largo de nuestra vida, lo llamemos como lo llamemos.

Wolffo dijo...

¡¡KOTTS!!
JAJAJAAJAJAJAJAAAAAAAAA
JAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAAAAA
JJAJAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAA
JAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAAAAA....!!!
Es tan genial la respuesta, me la merecía tanto, que estoy por borrar la insinuación (vamos, Kotts, no era insinuación, sino acusación cruel). Lo haría, en serio, si no fuera porque al hacerlo perdería sentido tu respuesta y quiero que los que leen los comentarios, que son los mejores, disfruten del todo de esta respuesta tuya.
Eres genial, en serio.
Y, hablando en serio, sé lo que me querías decir, y lo aprecio, pero es que con eso de "reinvéntate" me lo ponías tan a huevo...
Venga besos, Kotts y gracias por este comentario tan bueno, bueno... Estaba trabajando, liadísimo y todo eso, pero el ver tu comentario en el correo me ha hecho dejarlo todo y contestarte.
Más besos.

Wolffo dijo...

Quiero que quede claro, Kotts, que tengo en cuenta lo que me dices, siempre, aunque a veces te suelte una pullita.
T'aprecio sista'.

Anónimo dijo...

¿y no has pensado en congelar el semen? ¿o ya has olvidado cómo se hace?

Pues es muy sencillo: simplemente se pone en el conge y ya.

Anónimo dijo...

Ñam Ñam...
sí, sí, tendrá gusto a jabón, pero es queso, es queso...
ñam ñam...

=D

Besos, preciosura!

Anónimo dijo...

Feliz Santo majete.

Binche dijo...

Ante todo, como hoy es San Wolffo, muchas felicidades, guapo!

Y que decirte de post. Me ha encantado, y la canción es preciosa.
Los que tenemos hijos, sabemos que es lo mejor que nos ha pasado. Sufrimos con ellos, nos alegramos con ellos y mataríamos por ellos. No valoramos lo suficiente el trabajo y el amor que nos han dado nuestros padres hasta que no hemos tenido hijos y lo hemos "sufrido" en nuestras propias carnes.
Un hijo es lo más. Pero es una personalidad propia, y no una prolongación nuestra, aunque a veces lo pensamos.
Todavía les toca lidiar con todo eso que nosotros ya hemos batallado, y los veremos equivocarse y tendremos que estar ahí para apoyarlos. ¡No nos queda nada!

Besos, seguro que eres un padre estupendo!!

Wolffo dijo...

Yambra
La verdad, no lo había pensado, pero me surge una duda, dime, ¿lo hago en algún recipiente específico, o me la meneo directamente ante la puerta y ya?

Rayas
jajajajajajaaaaa... ¿Sabes? tienes razón.
Molas, beibi.
Besos a ti.

The Foss
¡Gracias, amiguete! Detalle acordarse...

MariBinchis
gracias, preciosa, es un detalle que os acordéis, en serio.
Gracias, también, por todo lo que dices del post, de la canción de ser padres y de todo lo que has escrito, has estado especialmente inspirada, tulipancilla mía.
Tienes muchísima razón.
Pero me convencerías más si me lo dijeses bailando con un minibikini de esos de lechuga.
Lo dejo en el aire...


Anónimo dijo...

Soy Manana (pongo anónimo, porque me lo dijo Michi, y no se si puedo poner otra cosa, soy asi de burra).

Por casualidad, antes de ponerme a planchar, he mirado la perorata sobre tus hijos. Pues mira, esta estupendamente. Jordiloco, sin angustias, ni penas, a los hijos hay que darles lo que buenamente uno puede, eso si, con honradez, amor y humor. Uno es como es, y los hijos no vienen como se dice con libro de instrucciones. Sobre todo se trata de darles alas para que vuelen solos, y no hay nada mejor que en un momento no te necesiten (madre mia, estoy soñando) solo te quieran y te acepten tal como has sido y eres. Y uno (o una) a intentar tener unos añitos mas relajados. He dicho, bonito. Un beso. MANANA

Anónimo dijo...

¿Ves como hay que follar más?

Es obvio que cuando digo ya es ya con vocecilla, faltaría más.

Wolffo dijo...

Manana,
es un imenso honor y un placer tremendo tenerte aquí, en serio, no tienes ni idea de la ilusión que me hacen tus comentarios.
En cuanto a o que dices, ojalá fuera yo la mitad de buen padre de lo que fuiste tú (porque eres madre, sí, pero bastante padre también) y que mis hijos aprendan a valerse como los tuyos han hecho. Y no dejes de soñar, Manana, que Michi aprenderá un día a cuajar una tortilla y dejará de llamarte para preguntarte si el jamón se pone por dentro o por fuera del pan, en la complicada receta del bocadillo.
Relájate, nena, que te lo has ganado.
Un beso enorme, Manana.

Yambra,
pues claro que hay que follar más, hombre... porque menos, te lo juro, es imposible.
Dime algo que no sepa, anda.

Pelo dijo...

Bueno

Wolffo dijo...

Srta. Pelo,
¿...?

Venga, di algo...

Wolffo dijo...

¡SRTA. pELO!
Tienes que decir algo, sobre todo si te gustan las cábalas, porque tu comentario es el número 6.666 de Las Peroratas.
¿No te anima eso un poquito?

Anónimo dijo...

Un gesto precioso el tuyo querido Wolfferas. Ya me gustaría que mi padre supiera decir de alguna forma, cualquiera, que me quiere. Es importante hacerlo, no temas por parecer ñoño.

De la entrada anterior, tienes toda la razón del mundo, ya me está bien por idiota :P Sin duda me refería a enviar un correo y no a por.

Y lo de tu voz, pues no sé, siempre he pensado que las canciones que te quedan mejor son las moviditas, creo que el rock canalla te va mucho, y no digo "con perdón" porque lo digo con todo el cariño del mundo.

Un abrazo amigo

Anónimo dijo...

Claro, que a ti no te gusta Sabina...

Wolffo dijo...

Yambra, tío, odio esta sensación: está pasando algo, es evidente, y todo el mundo puede ver lo que está pasando menos yo, y eso que ese algo tiene que ver conmigo.
Pues bien, compañero, a veces consigues que esta sensación me embargue.
Vamos, que no m'entero de ná.

Y además, no es que no me guste Sabina, es que si un día lo tengo a tiro...

Wolffo dijo...

linmerick,
bueno, mi padre lo decía con bastante torpeza, también y quiero pensar que, desde entonces, hemos avanzado un tanto. Tú sabrás decírselo a tuis hijos, también, cuando llegue el momento.
Y gracias por todo lo demás. Por supuesto que sobraría el "con perdón", hombre. Me has dicho tantas veces lo que te gustaban algunas cosas que cuando dices una que no te gusta, la miro bien a ver qué es lo que ha pasado. Y simplemente pasa, a veces, que no te gusta y eso, qué caramba, está muy bien.
Venga, colega, un abrazo.

Anónimo dijo...

No me he explicado bien, hablaba de que me dijeras que no te iba la de Tony Sheridan con los Beatles. La canción de este post sale del corazón, y eso nunca sale mal ;)

Wolffo dijo...

Releyendo, lin, me doy cuenta de que soy yo el que ha leído mal. Incluso el que se ha explicado mal. No es que no me vaya, es que no me atrevo con ella. Tiene unas cosillas vocales esa canción que es para cantantes de verdad, no para los que yo, nos gusta cantar, pero carecemos de técnica vocal.

En cualquier caso, gracias, amigo.

Anónimo dijo...

me he acordado de la canción de "se van" de pimpinela. cuando mi hijo mayor se fue, la escuchaba una y otra vez y lloraba.

http://www.youtube.com/watch?v=jHzV0rttSvM

Después me consolaba pensando que aún me queda el pequeño. Y ahora pienso que solo son unos años y que tengo que disfrutar de él el máximo posible.

Un abrazo.