miércoles, febrero 20, 2008

el mensaje de karl

Put the message in the box

Un día, en 1990, estaba viendo un programa musical en TVE, uno cualquiera, de esos que había antes, y presentaron a World Party. Desde antes de que empezaran a tocar, cuando vi la pinta que tenía Karl Wallinger, esperando a que la gente dejase de aplaudir y empezara a sonar el play-back, pensé que me iba a gustar ese grupo. Era feo, tenía colgada una acústica y tocaba con la mano izquierda. Entonces empezó a sonar esta canción y me enamoré de ella. Siempre estuvo rondando mi cabeza, tanto que, creo que fue cuatro o cinco años después, el disco que la contenía, Goodbye Jumbo, fue mi primera compra por internet en Amazon.com, 25 dólares costaba, más 10 de envío. Me encanta la la melodía, el ritmo, la letra y el festival de coros haciendo "Aaahhh..." que hay en la canción. Y los Uuhh del final, también son divertidos. Es la segunda vez que grabo este tema, pero ahora lo he hecho con guitarras acústicas porque me apetecía ver cómo sonaba. El primer solo, el de la intro, suena raro, pero luego ese mismo riff, en la mitad y al final de la canción suena mejor. Bueno, si te gusta, y te diera por ahí, aquí puedes bajártelo:

No digo que sea la inquietud más importante de vuestras vidas, pero quizá os guste saber, acaso someramente, porqué Karl empezó a difundir el mensaje. Si así es, debéis seguir leyendo esta historia asombrosa sobre LA VERDAD.

En la radio del coche suena Put the message in the box, del Ciclón de Valdemorillo, un tema adecuado, piensa Karl. Como representante comercial de Nueva Revelación, Karl Ahvvera es un hombre pegado a la carretera. Conoce sus curvas, sus requiebros, sus baches y sus trampas aun antes de pasar por cada uno de sus accidentes y eventos. Karl se pasa el día al volante y la caja de madera que lleva en el asiento del copiloto contiene el mensaje que él, y nadie mejor que él, está difundiendo por el ancho mundo.

Desde sus días de carnicero en Hamburgo, a su actual status de viajante espiritual, el camino recorrido por Karl no ha sido precisamente uno de rosas. Llegó a Benidorm en agosto de 1980, a bordo del Audi de su padre, en compañía de otros dos teutones amigos, dispuestos a pasar unos días anegados en sangría, sol de mediodía, el baile de los pajaritos y toda la carne femenina que fueran capaces de conquistar. Y la paga extra de un carnicero en Hamburgo en 1980 daba para un tren de vida considerable en Benidorm. Habían oído historias extraordinarias a otros compatriotas sobre lo increíblemente barata que era una vida a base de alcohol, salchichas, sol y mujeres en España. Poco imaginaba el bueno de Karl que su viaje sería el más caro que alemán alguno pagó jamás por su estancia en España. Y es que al tercer día de pedo constante en Benidorm, a la salida de una discoteca, se cruzó con la sonrisa encantadora de una chica mediterránea de senos privativos, y se quedaron ambos mirándose. La chica se llamaba June y no lo sabía, pero estaba a punto de dejar de sufrir, para siempre los agobiantes celos de su novio, un italiano intolerable llamado Salvatore.

Salvatore había entrado en la discoteca a comprar tabaco en el guardarropa y le dijo a June que en seguida salía, que no se moviera de allí. Cuando salió vio que, en efecto, June no se había movido, pero hacía ojitos con un tipo absurdamente rubio. Salvatore se enfadó y, sin más ceremonias, cogió por los pelos a June y trató de llevársela de allí. Karl, pedo, pero digno, se puso en medio y le gritaba en alemán a un sorprendido Salvatore que soltara a la chica.

Salvatore, poco amigo de sutilezas, sacó una navaja y la empalmó de un movimiento sabio, rápido y atemorizador para cualquiera que no fuera un alemán estúpido, borracho, inmortal y enamorado. A Karl, efectivamente, la navaja súbitamente abierta delante de su nariz no le atemorizó, sino que aleteó sus letales y latentes conocimientos de artes marciales y encadenó, con inusitada rapidez, una serie combinada de golpes con pies y manos que acabó en menos de medio minuto con la vida fanfarrona y prescindible de Salvatore Puccini.

Karl cumplió 20 años de condena en el penal de North Wallinger (Albacete) y allí aprendió, además de hablar un español bastante potable, lo mucho que al español le gustan las supersticiones y los mensajes trascendentes. Vio que cualquiera estaba dispuesto a creer lo que fuera con tal de que: 1) le quitara problemas interpretativos sobre la vida en general, 2) halagara su ego de alguna forma, haciéndole sentirse especial y 3) diese la impresión de que para ello se necesitaba mucho dinero, aunque no le costara gran cosa, en realidad.

No referiré aquí las circunstancias de su vida a la sombra, pero bastará a saber que no murió, claro, y que las visicitudes que allí pasó, transformaron su cabecita forever (si a alguien, por alguna oscura razón, le gustan los dramas carcelarios, les aconsejo la sección Penitenciarios de Alto Consuelo, el blog en el que Buch trata de redimirse de su maldad esencial y de la envidia que le da que yo sea mejor que él en todo) y pasó, de ser un alemanote simplón, brutal y ceporrín, a ser un alemanillo fino y sinvergüenza, con una capacidad ilimitada para timar al personal. La cárcel cumplió su cometido: se regeneró y ya no había miedo de que te partiera las piernas: ahora sencillamente, te vaciaba la cuenta corriente.

Karl era grandote. Y la cárcel, Buch lo sabe, enfatiza y remarca los rasgos de la gente; el que entra pareciendo un pillo, sale con pinta de hijoputa y el que, como Karl, entra pareciendo un alemán bobote, sale con pinta de pirado, como de iluminado. Karl era grandote, decía hace unas líneas, y con ese aspecto, no le fue fácil encontrar trabajo. Ni fácil ni difícil: no lo encontró.

No se desanimó. Al contrario: se desanimó. Porque, como todo el mundo sabe, “se desanimó” es lo contrario de “no se desanimó”. Parece un sofisma, pero no lo es, queridos alevines de genios, aprendices de seres iluminados, protosabios, es matemática pura, filosofía cartesiana elemental, vamos hombre, no me hagan explicarlo, que cada curso que pasa, ustedes, mis queridos alumnos, son más inmaduros que los del año anterior.

Desanimado, pues, como un alemán al que eso de estar animado o no estarlo le afecta de manera esencialmente anímica, un día cualquiera entró en un bar de un pueblo pequeñito de Albacete; allí, escuchando los acordes perezosos del jazz de Lérida, un jazz bastante mierdoso, en realidad, un camarero se aburría mirando a sus escasos clientes: tres viejos que jugaban al dominó y un hombre lleno de esperanzas que tomaba un anís en la barra; Karl entró, estaba diciendo, y, al ver el otrora alegre Buzón de Sugerencias (una vieja idea del dueño para animar el cotarro en su local que, como tantas otras, no funcionó) bastante oxidado y lleno de polvo, formuló al barman la pregunta que cambiaría su vida:

- ¿Me da la llave, por favor? Me gustaría ver si hay alguna sugerencia para mí... – dijo con ingenuidad teutona

- No, hombre – respondió el barman -, es usted el que tiene que sugerir...

Esto sorprendió a Karl. Su limitada comprensión del español no incluía los matices ni el habla especulativa. Al oír de labios del barman (el jefe de ese sitio), que era él “el que tiene que sugerir” interpretó, exacta y literalmente, que él tenía esa obligación. Como si fuera una especie de peaje: en lugar de pagar entrada, haces una sugerencia; eso es lo que interpretó el bueno (tonto) de Karl.

- ¿Hay que sugerir sobre algún tema en particular? – inquirió, lleno de una enternecedora buena voluntad

- Sí, claro – le respondió el barman -, sobre el funcionamiento del bar, sobre lo que a usted le gustaría que cambiara aquí para que esto funcionase mejor...

Karl se sentó en un taburete de la barra, y pidió un boli y un café con hielo. Con caligrafía clara escribió en un papelito “Les sugiero que me contraten” y le dio el papelito al camarero. Éste lo leyó en voz alta y miró a Karl con dudas. Dudaba entre si le estaban tomando por idiota o por gilipollas y ninguna de las dos cosas le gustaba demasiado.

- Puedo trabajar en la barra, limpiar, en la cocina... hacer recados... acabo de salir de la cárcel y puedo hacer casi cualquier cosa...

Pero no funcionó. El barman pensó que trataba de tomarle el pelo y dijo que a él, Hervé Longfellow, un español de los de siempre, no le tomaba el pelo un francés ni de coña. Karl no se molestó en explicarle que no era francés, sino alemán, y salió del local pensando que a lo mejor, si vivía tres vidas era capaz de entender cómo funcionaba la cabeza de los españoles. Cogió la carretera que iba hacia el sur. A finales de septiembre, pensó, si vas andando, cuanto más al sur, tanto mejor. Apenas había salido del pueblo cuando un coche se detuvo a su lado: era el señor lleno de esperanzas que tomaba un anís en el bar, para quien la conversación de Karl y su peculiar entendimiento de la vida no habían pasado desapercibidos.

- ¿Busca trabajo?

- Claro... ¿se le ha pasado el enfado al camarero?

- ¿El camarero...? Qué va... yo le hablo de otra cosa, una verdadera oportunidad para labrarse un futuro, amigo. Por cierto, ¿sabe conducir...? Llevo unos cuantos anises encima...

Y así fue como Karl Ahvvera conoció a Fastidioso Florín, dueño de Nueva Revelación, y empezó a trabajar para él. El señor Florín le proporcionó la caja de madera donde estaban las biblias de su creencia, un coche de empresa y le dijo: ancha es Castilla.

Karl miró alrededor y, siendo consciente de la importancia y el peso que la historia haría recaer sobre su respuesta y la misma mirada que ahora estaba teniendo lugar, ratificó el pensamiento de don Fastidioso:

- Coño... es ancha de verdad...

Karl durmió esa primera noche en casa de Fastidioso Florín y se leyó la biblia de Nueva Revelación. La biblia era, en realidad, un folleto de 16 páginas. En él, de forma críptica, se advertía al lector de los oscuros tiempos de corrupción moral que se avecinaban. Nadie estaría a salvo de la serpiente malvada, de la ola infecta y supurante de mala baba que envolvería al mundo en poco tiempo. El señor Florín, inspirador de la biblia, sin embargo, no lo daba todo por perdido y abogaba por una salvación a través de la cocina. La verdad le había sido revelada entre fogones y él quería transmitir al mundo este insólito saber. En realidad, todo conducía a la última página del folleto-biblia, donde, en forma de número de teléfono, página web y cupón respuesta, se revelaba esa verdad. La gran verdad de la vida: comprar el robot de cocina Magic Kitchen, el electrodoméstico de moda en Estados Unidos, que en toda Europa se vendía por 259€, pero, asómbrense, Nueva Revelación le ofrece por tan solo 149€, regalando, además, accesorios, libros de recetas y regalos varios por valor de más de 200€ en total. Una especie de epifanía a través de la preparación de alimentos es lo que Nueva Revelación ofrecía al desnortado cliente.

- Usted quiere que venda Magic Kitchen – le dijo Karl a la mañana siguiente a Fastidioso Florín – y yo no soy buen vendedor; la gente no se fía de mí... ya vio lo que pasó en el bar.

Pero Fastidioso Forín lo sabía todo acerca de la televenta.

- No te preocupes. Tú sólo tienes que hacer que eres mudo y entregar el folleto a las amas de casa cuando sus maridos no estén en casa. La biblia se encargará de lo demás. Ten en cuenta que la ha escrito Wolffo, que es el mejor creativo de televenta que hay en Europa, ¿Sabes? En Estados Unidos le pagarían el triple que yo, pero trabaja para mí porque es así de bobo, como tú. Limítate, Karl, a llevar mi mensaje. El mensaje habla por sí solo.

Y Karl, simplemente, puso el mensaje en la caja. Metió la caja en el coche y condujo y condujo alrededor del mundo hasta que fue oído.

Esta es la historia del mensaje que Karl está transmitiendo al mundo. Si llama a tu puerta y no le reconoces, no seas borde, June. No te molestará ni un minuto. Déjale que no hable y que te enseñe las páginas de la biblia. Tienen bonitos colores , llamativas ilustraciones, esquemas clarificadores y alegres fotografías. Simplemente, sonríele un poco.

Karl encaja las sonrisas de forma formidable.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que cyualquiera, la borde June incluso, reconocería a Karl.

Es el de The Waterboys.

Morgana dijo...

No conocía la canción. Suena bien, no? Bueno, tú que vas a decir si ya has dicho que te encanta. La buscaré para ver como "suena" en el otro... Pero seguro, que me quedo con la tuya, me suele pasar siempre...

Si eso, luego te leo... ;)

Un besote

Anónimo dijo...

Yo también comparto la teoría de que la Thermomix es una secta, y además la relaciono con el Opus. No sé por qué, quizá por una tía mía que es del Opus. Además, es una cocina estupenda para geriátricos y desdentados en general. Aunque, vale, para algunas cosas es muy útil. También me recuerda a las reuniones de Tupperware que hacían las madres en las casas cuando yo era pequeño.

Me ha gustado la historia, aunque no imaginé que la Revelación que iba difundiendo Karl fuera a resultar tan prosaica, la verdad. De hecho, cuando empecé a leerla creí que no ibas a desvelar qué es lo que el tipo llevaba dentro de la caja de madera que se bambolea en el asiento del copiloto. Pero supongo que eso es lo que se me hubiera ocurrido contar a mí, y el giro humorístico que tú le das es divertido.

No he escuchado la canción pero tengo ganas de hacerlo porque no conozco al tipo ese que te enamoró por ser zurdo y feo. A mí los zurdos que me gustan son mi hijo Jaime, Fernando Márquez y Billy el Niño. Y de los feos, Andrea, que es el marido de una de mis primas italianas (e italiano él, como tu colega Salvatore Puccini), y que aunque debe ser el tipo más feo de todo Milán estoy seguro de que también es el más simpático y encantador.

No te llegué a comentar lo de los teloneros, y no está mal tu propuesta de que los Stones telonearan a los Pretenders. Y es que el oficio de telonero es muy duro, aunque por supuesto hay honrosísimas excepciones, como los citados Pretenders en la gira de los Stones, o cuando los Clash telonearon a lo Who en su gira americana. Pero en general los pobres tienen que aguantar por lo menos el desinterés, si no cosas peores.

Recuerdo un concierto de los Ramones —quizá la primera vez que tocaron en Madrid— en el Pabellón del Madrid (qué recuerdos, ¿eh?), que trajeron unos teloneros que no pegaban nada. Unos tipos como vestidos de country o algo así, y la gente sin parar de abuchearlos. Les tiraron de todo y al pobre cantante le dieron con una moneda, creo, y no le hizo mucha gracia, la verdad. Fue una actuación breve.

Claro que para monedas, una que le tiraron a Ted Nugent (también en el Pabellón) y le dio en los piños (¿qué hacía yo en un concierto de Ted Nugent?, pues no sé, supongo que me gustaba la canción aquella del «Wango Tango»... y bueno, por ir). El tío puso cara de mosqueo, dejó de tocar, se quedó mirando fijamente a alguien de las primeras filas (es de suponer que al lanzador), se quitó la guitarra, y sin pensárselo dos veces se tiró de cabeza al público para atizar a su agresor. Se montó un pequeño follón, con los roadies corriendo a rescatarle, y al final le volvieron a subir. Nos llamó motherfuckers y dijo que nada de tirarle cosas, pero la gente le aplaudió y el tío continuó tocando.

Y no quiero dejar el asunto de los teloneros sin mencionar a Nash the Slash. Quizá no sepas quien es, y yo desde luego no lo sabía cuando actuó de telonero. Sin embargo, fíjate, hoy recuerdo su nombre y no el del grupo “importante” que tocó después (y a quien yo había ido a ver). El caso es que este tío, al que no conocía ni el Tato y que creo que era canadiense, salió a escena vestido de negro (con algo tipo chaqué), con la cabeza completamente vendada (tipo «El hombre invisible»), y un violín. El violín iba enchufado, y cuando el tipo empezó a tocar su música todo el mundo flipó. Cómo sería que al terminar le pedimos un bis insistentemente, que no concedió, porque los teloneros no están para esas cosas.

Wolffo dijo...

Yambra
ya sé que a ti no te pillo ni de cogna... si fuiste tú el que me reveló su presencia en los chicos de agua. Pero un día de estos, me voy a poner coplero y entonces sí que te vas a enterar.
Y June no es borde, tío: es puro amor.

Morgana
Claro que me encanta. Mira, en el texto que habla de la canción hay un enlace (donde dice "esta canción") con el videoclip de Youtube. Además, está versión de hace algo más de un año, tocada por un Karl Wallinger ya mayorcete y con una instrumentación de solo guitarra y violín, encantadora; esta aquí:
http://es.youtube.com/watch?v=b-gor3_YSg8
Y otra, en directo, supermarchosa, aquí:
http://es.youtube.com/watch?v=lJ8Wo07Bmsg
Y tú dirás, ¿qué le hecho yo a Wolffo para que sea tan pesado? Y es que ya sabes, Morganilla querida, que esto de la música a veces me vuelve loco. Bueno si resulta que "eso" y vas y me lees, ya me dirás qué te parece el relato. A mí me ha encantado escribirlo. Pero una cosa cierta es que lo que me gusta escribir a mí no es lo que suele gustarle al respetable. Bueno, ya me dirás "si eso". Miles de besos.

Fantie
bueno, vale, pero decís eso porque vuestras amistades con Thermomix son pesadísimas, pero yo solo conozco a una persona con ThermoMix y es tan encantadora que hasta tú le pedirías por favor, por favor, por favor, que te enseñara cómo va eso.
La revelación es prosaica, amigo mío, la verdad es sencilla y sólo le damos vueltas a las cosas para esquivar nuestro vértigo a las cosas como son. Pero te digo una cosa: magic Kitchen es anything else but not prosaicus. Esta forma de hablar en inglés de palo mola, porque el que no sepa inglés cree que sé hablarlo y el que lo sepa puede creer que es fino humor inglés.
Tu hijo Jaime... quiero conocer a ese muchacho, y más siendo zurdo. Los zurdos tienen una plasticidad especial para algunas cosas como: jugar al tenis, tocar la guitarra, escribir en la pizarra o jugar al fútbol. Fernando Márquez también me gusta a mí, y Billy el niño... bueno, la verdad es que nunca he pensado si me gusta o me disgusta. Si le ponemos como Roberte Redford, debeo decir que sí me gusta. Pero seguro que tienes es la cabeza otro actor que es más adecuado.
La vida del telonero es dura, coño. Y la del artista despreciado, en realidad, también. Yo he sentido alguna que otra vez el desprecio del público y es duro seguir tocando cuando ves que, en realidad, pareces estar molestando a la gente, que preferirían que les pusiesen un disco o algo así.
No conozco a Nash, pero creo que debería haberos concedido el bis. Hombre, a no ser que sólo se supiera las piezas que tocó. ¿Te imaginas? Lo siento, señores, pero no me sé más canciones. Para la próxima me aprendo unas cuantas...
En fin, Fantie, a ver qué me dices de los World Party. En la contestación a Morgana hay dos enlaces interesantes a versiones distiontas de la misma canción. Un abrazo, amic.

Morgana dijo...

Pues mira... al final, eso... te he leído ;)

Una duda. June es viuda. El italiano del otro post es el que se ha cargado el alemanote éste? O ahora tiene otro maromo italiano? Aishh... ultimamente ando algo espesa.

Otra cosita. Estás muy, pero que muy equivocado. Lo que te gusta escribir a ti, a nosotros nos encanta leerlo. O que te piensas que hacemos aquí???
Y yo, como no podría ser de otra manera, te leo SIEMPRE.

Besos, tontet!

Ah, si eso... luego escucho los enlaces. ;)

Anónimo dijo...

Yo estaba dispuesto, como siempre, a leer este post de manera profesional y sin ambigüedades, utilizando todos los recursos, y dejando caer aquí y allá, unas escamas crujientes de ingenio, puliendo tus chistes de muchos quilates, pero sin tallar, cuando de repente he visto mi nombre en negrita, y, mi vanidad me ha podido. ¡Como me gusta verme en los posts de los grandes! Ahí estaba mi nick, con su bonita y práctica ligazón a mi blog. Claro que el post me ha encantado, es muy fino, y está traído todo desde el principio, lo cual impide perder el hilo. Pero ¿ves? Cuando intento volver a ser profesional, veo mi nick otra vez, tan fluorescente...
Ahora mismo te cogería de tus orejas imperfectas, y te daría de besditos en la frente, por decirles a todo lo guay que soy y todo eso. ¡Que majete eres cuando quieres, coño!
La consecuencia de esto, es inmediata. A partir de ahora en vez de incidir en lo que nos separa, trataré de hacer hincapié en lo que nos une, que no es poco. ¿Que el cabrales nos molesta? hablemos del chorizo ahumado de Salas. ¿Que tú lennon y yo mccartney? hablemos de George.
Eso si, no te dejo de reconocer que eres un mosntruo rematando con esas frases que dejan tan buen sabor: "Karl encaja las sonrisas..."

Guiss dijo...

Si te digo la verdad, hay dos cosas que me interesan verdaderamente en la vida, cosas por las que me pregunto cuando me propongo pensar, y reflexiono sobre ellas:
1ª) Los creadores de consignas en los mítines ¿son profesionales o voluntarios entusiastas?
2ª) ¿por qué Karl empezó a difundir el mensaje?
Y no lo digo por parecer una intelectual ni nada parecido ¿eh? estoy siendo sincera, aunque como lo hago sin ofender a nadie (a sabiendas) igual no es la verdadera sinceridad, esa de la gente que dice «mira, te voy a ser sincero». Pero como es la única que tengo y me aprecias, tiene que servir.
Confieso que siendo Karl un carnicero de Hamburgo, yo esperaba que la caja del asiento del copiloto contuviese carne, quizá picada, así que he empezado a leer con verdadero reparo, esperando casi un guión de «Dexter».
En consideración a ti, no voy a reparar en el gafe de June. Y además nunca he sabido las clasificaciones de gafe, por lo cual no sé de qué tipo es el que tiene suerte pero cuando va a ver una final de baloncesto hace que pierda el equipo favorito, o apoya siempre al candidato que pierde. Como es June, diré que tiene una belleza que provoca la fatalidad o algo así, que el poeta de guardia no está ahora. Pero seguro que Karl lo aprendió durante sus veinte años de reeducación, mucho más siendo el único preso en España que ha durado tanto tiempo dentro de una cárcel desde que democratizamos las leyes penales y penitenciarias. Hablando de penitenciarios, a mí también me gusta el blog de Buch, y a él le gusta verse en negrita en los post, según hemos descubierto esta semana por partida doble.
Para tu tranquilidad te diré que he entendido el párrafo del desánimo a la primera, y me alegra que no lo expliques, porque no hay nada que moleste más que tener que explicar o leer una explicación a algo que tú ves claro.
Supongo que Karl tendrá una porquería de comisión repartiendo las magic kitchen por ahí, pero sobre las magic kitchen no me voy a explayar porque ya sabes lo que opino de esos artefactos y de sus exhibicionistas poseedores (menos tu amiga, por supuesto).
Imagino que si Karl llega a llamar a la puerta de June, saldrá corriendo despavorido en cuanto vea que es ella quien abre, olvidando quizá a sus pies el aparato (de cocina) y el folleto. Y June aprenderá a usar la magic kitchen porque el mensaje habla por sí solo.
Besos

Anónimo dijo...

Wolffillo, a pesar del lamentable estado en el que me hallo (un malvado virus me atacó, y estoy muy malita), tu relato ha conseguido sacarme una sonrisa que espero que se mantenga a pesar de mis ojeras y mi aspecto de zombie en general.

Realmente este post tiene muchas cosas que comentar. Espero que me dé tiempo a recuperarme para entrar en la rueda de comentarios y contracomentarios de siempre. Sólo diré por ahora que cada vez mi imagen de June se hace más nítida y ahora le añado la característica de tener muy mal gusto para los hombres. Un tipo que se llama Salvatore sólo puede ser un empleado de refino. Y ¿qué vida le espera a una con un fulano que se pasa el día ordenando bobinas de hilos por colores o aconsejando a las clientas tipo foca cuáles son los corchetes más resistentes para una faja?

Siento decirte, sin embargo, que no me encuentro en condiciones de oir la canción. La cabeza me duele terriblemente. Llevo más de 24 horas en la cama, y por lo visto no tengo bastante, pues quiero todavía más, así que me vuelvo a ella. Mañana será otro día.

Pensé que me encontraba mejor, y me levanté dispuesta a cumplir con mis obligaciones blogueras. Entré en el blog de la Princesa para dejar un comentario y ahora en el tuyo. Y esto ha acabado con todas mis energías.

Buch, si lees esto no te enfades. Te prometo que mañana voy al tuyo, aunque me cueste la vida.

Esta vez no te envío besos que no te quiero contagiar nada asqueroso.

Anónimo dijo...

Vaya, tus canciones cada día suenan mejor ;) (Y ahora que lo pienso, no sé por qué digo "vaya")

De esos folletos que tu escribes, a los dos mil años les llaman libros, los juntan y crean el manual de la religión corteinglesista.

El mundo es un lugar mejor cuando alguien aprende a cocinar, aunque sea con un Magic Kitchen.

linmer dijo...

El último comment era mio, a blogger se le ha ido la pluma y no me ha dejado poner nombre.

linmer

Wolffo dijo...

Morganilla
pues eso, guapa, que qué gustito...;-)
Si no recuerdo mal, el otro italiano era el novio de otra chica, mi amiga la que vive en Nápoles. En cuanto a Salvatore, era un hombre de importancia menor en la vicisitud vital de June. Karl le hizo un favor, créeme.
Lo que digo, y es un debate que me sonroja un poquito (sólo un poquito, me encanta hablar de mí), es que cuando yo pienso, hosti, este me ha salido redondo, no tiene la misma respuesta entre los lectores. Por ejemplo, si el texto es triste o de inspiración o contenido romántico es más fácil que alguien diga: qué bien escrito está (cuando lo está, claro, pero es que yo, Morganilla, ya sabes lo fenomenal, fenomenal que escribo) y, sin en cambio, cuando es de naturaleza humorística, nadie lo advierte. Y a mí me parece mucho más difícil escribir bien y hacer sonreír que lo otro. A eso me refiero.
Lo de los enlaces, en realidad, tú no tienes la culpa. Es que cuando voy a hacer una versión, a veces, como en esta ocasión, miro a ver qué encuentro. Pero podrás seguir viviendo sin escucharlos.
Muchos besos, bella.

Buch
Vamos al lío. Siempre dices que está "traido" y en realidad, el traido eres tú. Este post ha nacido en este lugar y eres tú el que viene a leer. Así que, en aras de una exactitud que yo sé que anhelas, podrías decir, "este post me trae muy bien" o incluso, para saciar un poco de tu aterradora vanidad, "estoy muy bien traído a este post".
Bueno, ya me dirás something in the way you move, cara pajarito, y a ver si solucionas lo del javaloscojones porque te pierdes algunas que te gustarían, en serio. Esta es de las buenas-buenas.

Guiss
Te voy a decir algo que, quizá, te sorprenda pero que, si lo piensas despacio, verás como una consecuencia natural de mi brillantez y mi magnetismo sexual.
De las dos cosas que te inquietan, que te hacen preguntarte por las circunstancias que importan en la vida, yo he hecho las dos.
Es decir, me he inventado a Karl y su mensaje (tiene cojones, ¿eh? una cosa tan importante, a lo mejor, como el sentido de la muerte, o de la vida, y me la he inventao yo...) y he sido requerido, en más de una ocasión, para escribir pareados y consignas de mítin. Y yo soy ambas cosas: profesional del lema y voluntario entusiasta de lo que viene siendo tu persona, desde el culo al esternón, pasando por las axilas, la parte trasera de las rodillas, la naricilla valiente y, por encima de todo, tu cerebro deslumbrante y resoplón.
En cuanto a lo "mira, te voy a ser sincero" tienes toda la razón. Qué incordio, ¿eh? la verdad es una lata. Demasiado buena prensa ha tenido la sinceridad, la verdad y todas esas zarandajas. ¿Qué me dices de los que "dicen lo que piensan"? Eso es otro engorro sentimental, porque te dan ganas de matarlos, pero en realidad eres bueno y les dejas vivir.
June, June... June no es gafe. Al contrario, es sensata. Se vio atrapada por el acento de Salvatore como, seamos francos, mujer, el 99% de las mujeres, que oyen hablar a un macarroni y (por ser gráficos y poéticos) puedes oír sus bragas mojadas deslizándose piernas abajo. No sé qué tienen los italianos, pero se llevan a las españolas con sólo chasquear los dedos. Incluso a las de juicio más venerado. ¿Incluso a ti, que lamentas su pérdida aun sin conocerle, solo por la sonoridad de su nombre?
Como te he dicho, le dejaba a Buch la parte de la cárcel (no se atreverá, claro, es cobarde esencialmente, aunque le guste verse en negrita); te bastará con saber que un toledano tralará, dejó caer distraídamente una pastilla de jabón en las duchas y trató de enchufarse a Karl, como si jugaran al trenecito o algo, pero la locomotora se volvió y dejó al toledano abrazaalmohadas como si le hubiera pasado una locomotora por encima. Tuvo un par de incidentes de este tipo y, como todas sus peleas, acabaron en la muerte del idiota que se le ocurría acercarse a dar por culo (figuradamente... bueno, y literalmente, a un alemanote grandullón), bueno, fue sumando condenas.
Si Karl llama a su puerta... no sé, lo más probable es que, habiendo pasado el tiempo, June se la abra, aunque sea venciendo su impulso de darle con ella en las narices. June es puro amor, ¿es que no lo sabes? Y yo diría que June no necesita Magic Kitchen, aunque es cierto que el mensaje habla (y se vende) por sí solo.
Besos pa ti, mi adorada princesa del Guisante. En serio, muchos besos y muchas gracias.

Kotts...
¿Malita? ya decía yo que se te veía poco. Pobrina... pero que sepas que todo lo tuyo yo lo recibo con júbilo en mi corazón y albricias en mis ojos, aunque sean virus. Y no me creo lo de aspecto de zombie.
¿June no podrá librarse de ese odio que despierta en ti nunca? En serio, Kotts, es buena, es bella y tiene un corazón confortable. En fin...
No creo que hubieran durado mucho Salvatore y June, Kotts, en serio y te repito lo que le he dicho a Guiss, sin ser tan ordinario, sino más poético: a las mujeres, cuando véis que un macarroni os hace ojitos, se os ponen los pezones de tan en punta que los sostenes saltan por los aires con los broches destrozados. Bonita imagen, ¿verdad?
No me pasa inadvertida la palabreja de hoy, que es realmente bonita... empleado de refino. Eso es decir algo con sentido, de verdad, precioso...


(vaya, he de largarme, me espera Ikea y un duro día de seguir flechitas en el suelo. Luego sigo)

Guiss dijo...

Pues sí que me sorprende, Wolffo, es verdad, porque te confieso que soy incapaz de pensar despacio: o lo hago rápido, o no lo hago. Ya me maliciaba yo que no todas las consignas podían salir de mentes como la de pepiño blanco...
Respondiendo a tu curiosidad sobre los italianos y yo, te digo: salvatore no me gusta como nombre, pienso en alguien medio calvo y más bien redondo, sin gracia, cantando algo como «colegiala, colegiala, colegiala lita colegiala» y eso, por raro que parezca, no es que no me ponga nada, es que me pone enferma. Y el acento tampoco me emociona especialmente. Antes me gustaba el acento argentino, de ahí mi devoción (que tú tanto me recriminas) por Calamaro, pero ahora, desde la invasión de las teleoperadoras, me fastidia bastante, claro que no tanto como el abuso que hacen algunos sudamericanos del gerundio, que te dicen «estamos solucionándolo» cuando ni siquiera han empezado.
Kotinussa, espero que te mejores pronto.

Cati dijo...

Hola tesorito, sabes que leo leo y leo todo lo que escribes aunque apenas te comente, ahora leyendo los comentarios he leido la expresion:
" Tiene un corazon confortable"
Y me dan ganas de pellizcarte los mofletes.
Que bonito!

Un beso tesoro.

Wolffo dijo...

Ya estoy de vuelta., Vamos, volví ayer, pero ya sabéis o que pasa cuando vas a Ikea: luego tienes que montar los muebles. Y ene so se me fue la tarde. En fin, sigo donde ayer me quedé...
Kotts,
te estaba diciendo lo mucho que me gusta lo de refino, en serio, tu contribución a la riqueza de Las Peroratas se valora y se aplaude. Por otra parte, te diría que escuches la canción aunque te duela la fresa, porque es tan bonita que te puede hacer zumo de sueños el cerebro... aunque es marchosilla. Pero eso es lo que yo entiendo por una canción bonita: cuando te hace mover los pies y las meninges, ¿sabes? Especialmente la parte esa en la que dice:
"Give a little bit,
give a little bit of your love to me...
'cos I'm waiting right here with my opened arms..."
Te dará gustito, ya verás.
Por otra parte, no leer a Buch, sin embargo, es una juiciosa decisión, porque tu cabeza lo notaría negativamente. Tiene esa clase de escritura dañina para los cerebros sensibles.
Y me da rabia que no quieras besarme, que lo sepas. Como te decía al principio, me mola todo lo tuyo.

Linmerick!
hombre, me alegra que te guste el tema; y me guste que empiece tu comentario con "vaya", porque es una palabra bonita para empezar. Si no te importa, a lo mejor empiezo uno de estos próximos posts con vaya.
No estaría mal esa idea del libro, pero molaría más si fuese a dos o tres años vista: así me da tiempo a verlo, a forrarme y a comprarme la guitarra que me mola y el ampli de mis sueños.
En cuanto a la linea final de tu comentario, amigo, no podría estar más de acuerdo: tienes razón. Todo el mundo debería saber cocinar.
Un abrazo muy fuerte, amigo.

Guiss
jeje, no me creo que no seas capaz de desacelerar tus conexiones cerebrales... con lo mona que tú eres...
Ya, ya, eso decís todas en abstracto, pero en cuanto aparece un macca, os olvidáis de la dignidad española y eso me hace sentirme desgraciado en este mundo absurdo y cruel.
Tu devoción por Calamaro es recriminable no por manía mía, mi princesa, sino por que es un hombre con evidente falta de higiene elemental e intelectual (da auténtico pavor pensar en qué especies animales encontraríamos viviendo asentadas y libres en su ensortijada cabellera), un poco ripioso y bastante pelmazo: ámame a mí, que soy más accesible y deslumbrón, mujer y olvida esas personas tan nocivas...
Y en cuanto a lo que dices de las teleoperatrices, jajajajajajajaaaaa, te sales, como siempre. Un beso gigantesco, mujer y me uno a ti en tus oraciones por la pronta recuperación de la magistral Kotts.

Cati...
¡Qué ganas de achucharte, ladronzuela!
es bonita la expresión, es verdad y podría aplicarse a ti con soltura.
No creas...

¡Muchísimos besos, Cats!

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu música, me gusta mucho.
Ya podías tocar en el Paraiso en agosto, nuestros conciertos no pasan de versiones de los Planetas.
Como he visto, un buen creativo no debe preguntar:¿"Tú que dirías"? Como no soy nada buena, y además, espero que no estes mediatizado te pregunto:
¿has oido hablar del Programa AGUA?
Nació en una servilleta y no ha tenido mucho éxito, fue el intento de dejar de lado el Trasvase del Ebro, y decir hola a las desalinizadoras.
Mi misión es hacer Publicidad Institucional:un eslogan un anuncio de lo buena que va a ser la desalinizadora de Torrevieja.
¡Tendré que echarle imaginación!

Un saludo!

Anónimo dijo...

Qué gusto volver a pasear por aquí, leerte, escucharte, y oh¡ descubrir que tienes un canal en YouTube con tus cositas, ya te visitaré más tranquilamente, seguro que está hace mil años, pero soy una despistada...
He pasado un buen rato intentando ponerme al día, siguen tan frescas tus historias, creciendo como escritor, como músico y como persona, joe, os echaba de menos...

Andaya dijo...

Karl encaja las sonrisas de forma formidable...
Yo diría que se salen demasiado caras.

Anónimo dijo...

Vale, confieso que en el día de hoy me he leído en una sala de espera unos cuantos posts tuyos que previamente me había imprimido (una a veces tiene que hacer este tipo de cosas para poder leer con tranquilidad los posts más extensos). En fin, que me he puesto al día y debo decir que he tomado cierta ojeriza a la tal June. Pero vaya... está todo tan bien escrito y es tan genial, y la sala de espera me pareció un lugar tan maravilloso leyéndote, que mira, incluso June se merece algo de indulgencia.
Besossssss.

Binche dijo...

Así que era Karl el que tocó el timbre de mi puerta el otro día! Vaya, si lo hubiera sabido le habría abierto, pero como soy desconfiada por naturaleza, ahí se quedó!

Bonita canción, muy bien interpretada!

Besosss

Wolffo dijo...

Perdón, perdón y perdón por tan lamentable retraso en contestar, en serio, espero que no me lo tengan en cuenta; no voy a dar excusas, simplemente, no me ha sido posible contestar antes.


Nany,
gracias por tu visita y tus palabras sobre la música, y por ver ese video.
En cuanto a lo otro, no he oído hablar del programa AGUA, o no si lo he oído no me ha parecido sustancialmente distinto de otros programas parecidos.
La publicidad institucional es muy agradecida, pero cuando está despolitizada. Cuando persigue un fin social exclusivamente. Si entran otros factores, no puede evitarse que el mensaje esté distorsionado y "ensuciado" por aspectos ideológicos. Si te sirve de algo lo que pueda decirte, me centraría en los aspectos positivos y dejaría para la mente del consumidor (el votante, al final) el descartar lo demás. Sé elegante y positiva y verás como el asunto respira mucho mejor.
Y por saupuesto, tienes que echarle imaginación, pero estoy seguro de que de eso no te falta ni u gramo. Seguro que haces un buen trabajo. ¡Ánimo!
Abrazos.

¡Malanilla
bueno, mil años no, pero un año sí que tiene la cosa. Lo que es relativamente nuevo es el link, así que no eres tan despistated. Y también es new el MySpace, pero la verdad es que lo cuido poco, lo tengo abandonado.
Venga, pues más encantado estoy yo de verte de nuevo por aquí.
Muchos besos.

Andie
jajajjaajajaaa, ¡qué aguda, amiga mía!
Pero, a pesar de eso, créeme: las encaja de forma formidable. ¿No te pasa a ti también? A mí, sí y, a veces, me salen caras, también.

Un beso gordo, Andie.


Cris
De verdad, Cris: no sabes lo que me enternece eso. Imaginarte en una sala de espera leyéndome... es como cuando alguien dice que lleva en su iPod o mp3. Me vuelve loco de contento.
Vale, parece, no solo por tu comentario, sino por lo que despierta, en general, que nadie ve a June como yo la veo. Quizá, seguramente, soy yo el equivocado, pero te advierto una cosa: me he equivocado al describirla, no he sabido hacerlo, porque todos y todas adoraríais a June. Te lo aseguro.
Gracias, de verdad, Cris, por estas palabras que me dan más alimento del que imaginas, porque aparte de todo, llevaba unos días pensando en abandonar por un tiempecito todo esto, alejarme un poco y pensar. Pero bueno, creo que ya se me ha pasado.
Muchísimos besos, Cris y mil gracias otra vez.

Binche
jajajajjaaa... debía ser Karl, sí, y tú sin hacerle caso... Un ex convicto alemanote no es de fiar así, de primeras... Es natural tu desconfianza, pero, por si vuelve, ábrele, Tuli, ya verás que ratito más agradable echáis.
La canción es genial, sí, gracias por dec´rimelo, guapa.
Muchísimos besos

Anónimo dijo...

Llevo dos semanas al borde del colapso y no he tenido tiempo de nada. Además, con el portátil en revisión y sin poder conectarme en casa.

El post intentaré leerlo este fin de semana aunque, con la cantidad de comentarios que estoy viendo, me temo que voy a necesitar un puente...

Hoy parece que vuelvo a la normalidad y acabo de escuchar la canción. Sin palabras me he quedado ¿te parece comentario suficiente?

Espectacular. No conozco la versión original pero la tuya es un tiro.

A Guiss acabo de dejarle unos besos nada castos (ya sabes, de los guarrillos). A ti te dejo un abrazo enorme.

Wolffo dijo...

Fossman
Bueno, como ya he colgado un post nuevo -y ya te he visto en él-, imagino que te pierdes este que, dicho sea ahora que ya no lo leerá nadie, es de los que más contento me han dejado, después de escribirlo. Me gusta esta historia y, si caes por aquí y tienes moral para leerte estas letras, dime qué te ha parecido. Porque, como pergeñador de historias que sé que eres, me interesa tu opinión.
Gracias por el mucho más que suficiente comentario. Te mando la original para que la disfrutes.
Un abrazo enorme, amigo, y te agradezco que los besos guarrillos se los dejes a Guiss, que a mí me sientan no del todo bien.

Anónimo dijo...

A mí no me ha gustado mucho. Por el contrario, me ha gustado mucho.
Y he tardado en escribir no por no saber qué decir. Por el contrario, ha sido por no saber qué decir. Y asó podría seguir durante un buen rato, con uno de los piazos que más me han gustado de todo el post. Y voy a tener que acabar aceptando que estoy en una especie de pseudo-secta que actúa a nivel incosciente y transforma al personal en potenciales anfitriones.. Pero a Karl no le voy a abrir la puerta, que estoy fatal de pelas.
Ya he leido el nuevo post, pero te dejo allí el comentario.
Por cierto, te llame el otro dia (jueves, creo) y no te pillé. Estaba mosqueada por tu silencio en el blog: supongo que todo va bien, no?

Muchos besos, ciclonillo

Anónimo dijo...

cómo pongo mi nombre ahora? Ha cambiado o se me ha olvidado cómo era? Soy mahomal

Wolffo dijo...

Mahomalilla
jajajajajajaaaa me había asustado el principio de tu comentario...
Ábrele la puerta, Mal, y olvida lo de la secta, es lo que pensamos todos de los que son, tienen, hacen y comen cosas diferentes a nosotros.
No he visto el comentario en el otro post, así que me imagino que estoy ciego y santas pascuas.
En cuanto a mí, el jueves tuve un día fantástico, pero fuera de casa, y el caso es que todo vabien, pero el silencio se debía, más que nada a esa excusa repulsiva que es "tengo mucho lío".
Muchos besos a ti y yo creo que es solo cuestión de que te identifiques al entrar en blogger.