martes, enero 22, 2008

en una isla

Living on an island

Este tema de Status Quo, los reyes del tachán-tachán, siempre me fascinó. Habla de la soledad del artista, del número uno... pedazo de cabrones, no sabéis la pena que me dáis. En fin, fuera de eso, la canción es extraordinaria y tiene esas dos partes, la primera melódica, calmada y obvia y esa segunda gritando skyyyyyyyyyy que es la pera, la verdad. Tocar esto en directo debe ser increíble. ¿O no? El sonido de guitarra acústica tan apagado y bonito que tiene esta canción, lo conseguí tocando la guitarra eléctrica, desenchufada, frente al micrófono, con una púa blanda, para que el golpeo se oyera bien. Debo decir que el resultado es magnífico. Y que yo, qué caramba, también soy magnífico. ¿Me ama el mundo? Eso es lo que yo me pregunto. Y basta.
Bájatelo aquí:


Tengo sed de ti. De tu risa y de tus besos. De tu cielo abierto y franco, de tu alma venturera esperando lo que yo te diga. Necesito tus besos, Bella. Calibrar tus labios con los míos, sentir tu aliento, apagado e implorante sofocado por mi ansia besadora. Tengo sed de ti.

Y yo tengo sed de ti, caballero andante, cómico frágil y soldado improbable; juglar que cuentas y cantas historias que me hacen pensar que piensas en mí más de lo que piensas, pero que me ensanchan el alma y me airean el corazón. Quiero beberte yo también.

Cuentas hasta diez y eres una burbuja que me aísla del mundo. Soy consciente de ti en toda tu extensión de mujer enamorada. Noto tus labios, claro, abriéndose a mí y tu lengua escapando de la mía; noto tus manos en mi espalda, tus uñas marcando tu territorio de gata de ciudad, flexible, elegante y peligrosa, si me descuido o si doy un paso en falso. Noto tu vientre ansioso y tu pecho dúctil, y el temblor de tus piernas-nave, porque estás a punto de despegar.

Te recibo con los brazos abiertos y vienes a mí como un hombre: decidido y tembloroso, valiente y muerto de miedo, adulto e infantil. Deseoso y deseable. Tus dedos fuertes y musicales juegan con mi espalda y su redondo final, y tu boca de Lucky Strike parece querer devorarme. Y te noto crecer, niño grande, contra mi vientre mientras me besas como nadie me ha besado jamás.

Nadie tiene derecho a entrar en esta isla.

No. Nadie lo tiene.

Después de hacer el amor, te gusta estar sola y yo no acabo de entenderlo, pero como no quiero parecer un idiota, pongo cara de que lo entiendo perfectamente, somos adultos, ¿no?, y te dejo sola. A otras mujeres, a todas las que yo conocí, les gustaba que les diera besitos y esas cosas, pero tú... oh, tú, incomprendida sirena, quieres estar sola.

A ver si me deja que haga mis cosas...

¿Sola? Para qué quieres estar sola, me pregunto y no hallo respuesta. ¿Hallo? ¿Hayo? incluso, ¿haio?. O, ya puestos, ¿ayo? ¿allo? ¿aio? O con la famosa hache intercalada, que de verdad, no sé para qué sirve intercalar una hache: ¿ahyo? ¿ahllo? ¿ahio? Pero estos desbarros no me vienen bien... mejor me voy a pescar. Claro, tendré que ir solo, porque a la marquesita de Rarolandia, a la princesita de los cojones, le apetece estar sola después de follar. Sola, ya ves, como si yo necesitara estar con ella para algo...

A ver, ahora va a resultar que es que si no estamos juntos a mí me va a pasar algo. Pues no, bonita, no, no me pasa nada, menudo soy. Sí, te quiero y eso, y me gusta cuando estamos juntos, pero no lo necesito. Para nada. Soy autosuficiente. Mira ese pez... mira esta lanza que me he fabricado yo con el fémur del oso que maté con mis propias manos (vamos, el que me encontré muerto) ... la lanza está doblada, el fémur de oso no es como el mío, rectilíneo y elegante, pero es tremendamente eficaz... si quieres pincharte un pie, en vez de al puto pescao. ¡Ay... su puta madre...! Duele, te lo juro. Joder, ella me lo ha dicho mil veces: con esa lanza no vas a pescar nada... claro, ella, quedándose sola después de fornicar, lo arregla todo. La posturita fácil. Me quedo sola y tú te vas y... ¿qué coño imaginará que hago yo cuando la dejo sola? Sé que ella no siente curiosidad, porque yo sí la siento, y a veces me escondo para mirar porqué quiere estar sola, qué es lo que hace, pero siempre me pilla. Me percibe, la cabrona. “Atticus, que te estoy viendo, déjame sola un ratito, anda...”

Y yo, Atticus Finch, ex-abogado, ex-persona respetada, ex-prota de libro y película, una persona con criterio, caché y nivelazo, me quedo sin palabras y me voy con el rabo entre las piernas solo porque la muy puta quiere estar sola después de que me haya exprimido para su placer. Sí, cuando estoy ahí, bien que grita, bien que me dice más, más y todo eso, pero es irse y hala, ya le estoy sobrando.

Otro pescao. A ver si es de los memos, de los que se pueden cazar a guantazos, porque con esta lanza (ahora que ella no me oye) no se pesca ni a un calamar gigante muerto. Será un fémur de oso, pero como caña, una mierda, ya te lo digo yo. Se ha escapado el muy capullo... me gustaría que los peces crecieran en los árboles. O de algas o algo así. Que estuvieran ataditos y así cuando llegase un buen salvaje como yo, al que su chica, después de follarle, le echa a la puta calle, y aunque estuviese, por esa circunstancia, sin ánimo macho, sin orgullo de cazador, pudiera así llevar alimento a su cabaña.

Hay una táctica buenísima para el mero. Nunca falla, pero es una putada tener que hacerlo ahora. Pero se me va a hacer de noche, así que voy a ello, que follar me deja hambriento. Tengo que hacer un esfuerzo por olvidar todo lo malo que pienso de ella y volver a imaginarla sexy y no sola, sino conmigo. Necesito verte.

El acto (resumen)

Estás aquí, reina de la morería, desnuda y plena a mis ojos, a mi alcance y a mi placer. Qué distinto es este mar de tu Mediterráneo

flops... ... ... ... flops... ... ...

y qué distintos son tus ojos cuando duermes, de cuando yo te voy a poseer

flops... flops... flops...

qué distinta es tu piel, suave y lisa cuando descansas y erizada cuando sabes que estoy en ti

flops, flops, flops...

y qué distinto es el mundo cuando todo es aire y cuando tú, en tu boca milagrera acoges mi dulce y abultada victoria y me llevas hasta

flopsflopsflopsflops

el final...

¡ay....!

Siempre, cuando llega este momento de flotamiento torpe, de dinámica de fluidos desigual, pienso en las vidas sublimes que se pierden en el mar... o en si, tal vez, algún pescaíllo avispado es capaz de ser fertilizado por mis espermatozoides derramados en la playa y surja alguna nueva raza de peces machotes; seres inteligentes que, por ejemplo, no permitan que su chica les expulse ignominiosamente después de tirárselos y tengan que ir a la playa a meneársela para que su semen haga de un sorprendentemente eficaz cebo para meros. Un cebo que, además los deja agilipollados nada más probarlos y puedo pescarlos sin violencia, sin fastidiar su rica y jugosa carne.

Ya vuelvo a casa, solitaria amante, ya vuelvo junto a ti con el sustento para nuestros cuerpos. Para coger fuerzas renovadas que nos permitan seguir viviendo y follando y que tú sigas echándome después... no puedo odiarte porque eres hermosa

Ya viene mi caballero andante, ya se divisa su inmenso perfil en lontananza, ya se recorta su cuerpo fuerte y masculino contra el sol de poniente y la playa... y con un mero gigante... me gustaría saber cómo se las apaña. En fin, si no quiero que me pille fumando después de hacerlo, porque entonces el tabaco que tengo me duraría exactamente la mitad de tiempo, tendré que seguir disimulando, pero un día, por estas, le sigo, a ver cómo coño se las apaña para atraer semejantes peces...



----------------
Listening to: Pearl Jam - Black
via FoxyTunes

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que no voy a comer mero en mi vida, para empezar. Aunque lo haya pescado un guaperas como Atticus Finch, que siempre me encantó.

¿Como se pasa de ser un respetado abogado, que además está como un cañón, a ser un pobre desgraciadillo que intenta pescar peces atontados para subir su autoestima? Ahí está la verdadera historia. Espero conocerla algún día.

(La canción no puedo escucharla ahora, porque estoy en clase y no tengo auriculares)

Besos.

Wolffo dijo...

Mujer, en adobo y luego frito... está riquísimo, además, creo que es como lo preparan los cañaíllas, ¿no? tú debes saberlo mejor que nadie. Atticus Finch es un mito erótico, Kotts, hasta para mí. Lo era, en serio, al leer el libro, pero cuando vi la peli y vi que nada menos que era Gregorio el Pecas quien lo encarnaba... en fin, me callo, para no desanimar al personal. O para no animarlo, que viene a ser lo mismo.
Finch estaba como un queso, sí, pero ya sabes lo que ocurre cuando abocas a un individuo a una situación límite... sale a relucir su verdadero yo, su auténtica personalidad y la de Finch era... un calzonazos enamorado, pero no le culpes, Kotts, déjale vivir con ello, que bastante tiene con aguantar a esa egoísta que le echa para fumarse el truja de después, no le cargues con la responsabilidad de volver a ser atractivo para ti.
¿Es que no puedes amar al que fue?

Enga, colegui, besos a lo burro. si tus alumnos vieran que blogueas en clase seguro que se quedaban con la boca abierta.

Un besote.

Anónimo dijo...

Living on an Island!!!

Esa canción es de las primeras canciones que aprendí a tocar. En A si no recuerdo mal...

Buena versión si señor. Lo de no enchufar la eléctrica es algo que no se me hubiera ocurrido... pero te ha quedado de coña. Igual que las voces colega.

Lo del post se merece un capítulo aparte. Esta vez sí que se te ha ido la pinza... y te lo digo con la admiración que solo podría tener alguien con la cabeza en tal mal estado como yo.

Un abrazo.

Wolffo dijo...

Claro que sí, Fosfous, es en A, pero en la tercera estrofa, que ya se toca con batería, hace una subidita de dos semitonos y se toca en B, y es genial, aunque un poco jodido para la segunda voz, que es totalmente castrati ya a esas alturas. ¿Nunca has tocado sin enchufar? Seguro que sí, y te ha molado lo poquito que suena, pero el buen sonido que se saca, si está la guitarra bien afinada, cosa que no siempre consigo (Vanitas puede corroborar este extremo). En fin, como tenía ese sonido en la cabeza, simplemente, puse mi micro pegado a las cuerdas y luego ecualicé un poco el resultado y... voilá!
Me gusta ese efecto. Lo he hecho otras veces, que quiero que se oiga la púa más que las cuerdas y es cojonudo, la verdad.
El post... ¿de verdad crees que se me ha ido la pinza? No lo creo, es solo que no has dormido bien, seguramente. ¿Qué hiciste anoche, truhán?
En fin, my friend, abrazos agradecidos, como siempre.

Anónimo dijo...

¿Y si no existo? ¿Y si sólo estoy dentro de vuestras lindas cabezas? ¿Y si no hay nadie detrás de estos mensajes? ¿Y si no soy más que el propio Wolffo cuya doble personalidad le atormenta sin que él mismo lo sepa? ¿Y si soy un sueño? ¿Y si una pesadilla?

Quizá, en una ciudad olvidada, haya una luz que nunca se apaga. Es una luz mortecina, pero constante, que no alumbra a nadie. Una baliza de señalización. Allí, en esa pequeña habitación que se adivina tras la ventana iluminada, no hay más que una mesa desvencijada cuya única misión es servir de apoyo a un ordenador. El ordenador tampoco se apaga. El monitor y la bombilla del techo parecen pugnar por ver quién ilumina menos, y entre ambos tan sólo logran un grotesco juego de sombras y penumbra. Pero no descansan jamás.

Con ritmo cansino y aparentemente anárquico, van surgiendo letras en la pantalla y forman palabras, textos —muchas veces carentes de sentido— que nadie parece escribir. Sin embargo, los mensajes son enviados a destinos ignotos y un chisporroteo en los cables anuncia su salida de cuando en cuando. Y el sonido se pierde en el aire, porque la triste y angosta habitación siempre está vacía.

La ciudad olvidada va modificando su fisonomía, y surgen nuevos rascacielos que miran con desdén al vetusto edificio cuya apariencia de abandono desdice una sempiterna luz. Y nada cambia entre las cuatro paredes que hay tras la ventana. Aunque nadie se asome a comprobarlo jamás.

Un día, no sabrías decir exactamente cuándo, comienzas a recibir los mensajes. No tienes ni idea de quién es el remitente, pero siguen llegando con pertinaz obstinación. Y entonces, de algún modo que no eres capaz de expresar, intuyes la pequeña habitación y la luz incansable. Dejas de preguntarte quién escribe aquello y comienza a inquietarte el porqué. ¿Por qué a ti? Desearías no volver a recibirlos y te juras que no abrirás ninguno más. Sin embargo, ahora mismo, te encuentras sentado frente a la pantalla, leyendo, leyendo...

Es de noche, apagas el ordenador y tiras con fuerza del enchufe de la pared porque no te fías. Cierras las ventanas, atrancas la puerta, desconectas el teléfono y apagas la luz. Al meterte en la cama te sientes seguro al calor del edredón. Y en ese momento, en la oscuridad de tu casa, lo percibes con total nitidez. Casi puedes ver a tus neuronas estableciendo conexiones que no has ordenado, enviando letras, dando forma a palabras, dictándote frases ajenas a ti. Y en ese preciso instante final, lo sabes. He llegado.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Wolffo dijo...

Fantie
Bien, vale, pero... ¿qué hay de los meros?

(soberbio, amigo)

Anónimo dijo...

Esto... iba a odiar a tu formosa compañera por echarte de la cama, mas su excusa es tan estúpida que se le perdona.

Cada día suenas mejor, amigo.

Tengo una duda por eso: lo de los meros... ¿sirve para salmones? aunque claro, en ese caso se lo echaría enlatado, porque como los salmones suben rio arriba, no vaya a ser que salten a buscar la fuente del alimento y me dentelleen lo que tu y yo sabemos...

Un abrazo Wolfferas.

Anónimo dijo...

Como poder, poder, puedes adobar casi lo que quieras, pero lo suyo es que adobes el cazón y el mero lo hagas guisadito en amarillo con guisantes, con una salsa hecha con vino oloroso o bien en salsa verde. Es un pescado que queda bien de cualquier forma: empanado, en brocheta..., pero al mismo tiempo se presta como pocos a esos guisitos salseros.

De todas formas, de ahora en adelante, cada vez que vea mero me acordaré de esto. Y eso no te lo voy a perdonar nunca, Wolffo.

En cuanto a Atticus, cuando recobre su ser normal recuperará mi cariño y mi devoción. Cuando vuelva a su pueblecito sureño a defender a inocentes. Mientras tanto, que se apañe pescando meros.

Anónimo dijo...

Un verano, al terminar el curso en la Facultad, yo tenía bastante prisa por irme de viaje y dejé encargado a un amigo que fuese a recogerme las papeletas con las notas. Cuando volví a Madrid no le llamé, ya que creía saber mis resultados y me estudié como pude las que tenía para septiembre. Al ir a matricularme del siguiente año, en secretaría me dijeron que era obligatorio hacerlo de todas las asignaturas pendientes. Como no sabía a qué se referían, me aclararon que tenía suspendida la asignatura X, con la que yo no contaba y no me había presentado en septiembre. Llamé a mi amigo y, en efecto, entre las papeletas que me recogió estaba ese flamante y sorprendente suspenso. Me dijo que como yo no le había llamado dio por supuesto que sabía todos los resultados.

De ese modo, comencé el último curso de la carrera arrastrando dos asignaturas, la citada X y la Y-2. Lo malo de Y-2, es que era llave para Y-3, es decir que tenías que tener aprobada Y-2 para el siguiente año pasar a Y-3 (y lógicamente Y-1 para Y-2, aunque esta sí la tenía). Cuando sucedía esto, te dejaban hacer las dos a la vez, pero era obligatorio que aprobases ambas en el mismo curso, ya que si no aprobabas la 2 no te contaba la 3 por más que la pasaras.

Terminó el curso (y los exámenes de septiembre), y yo tenía aprobadas todas las del último año (incluida Y-3), y creía que Y-2 me había salido bien. Sin embargo, cuando salieron las notas de X volví a suspenderla. Fui a hablar con el catedrático y traté de convencerle por todos los medios de que me aprobara, le dije que pese a ser una asignatura del penúltimo curso era la única que me quedaba para terminar la carrera, y que además me suponía un problema añadido: nunca dije en casa que la tuviera pendiente, porque me hubiese sido muy difícil explicar que me quedó por no haber ido a recoger las notas... Como era de esperar, al catedrático le trajeron al fresco mis problemas.

Para terminar de empeorar las cosas, cuando salieron las notas de Y-2 aparecí como suspenso. Esto, que no me lo esperaba, suponía que me suspendían automáticamente Y-3 aunque la había aprobado. Corrí al departamento de Y y hablé con uno de los profesores. Me dijo que me estaba esperando (malo). Al parecer, el catedrático de X se había tomado la molestia de hablar con el resto de sus colegas para comprobar que en efecto su asignatura era la única que me separaba del título. Todo fue bien hasta llegar a Y-2, donde el catedrático se mosqueó porque aún no había publicado las listas, así que pidió revisar mi examen —que estaba aprobado— y me suspendió “por listo”: y más me valía no protestar más.

Así, de haber terminado la carrera, pasé a tener tres asignaturas para el siguiente año (que ya acabé en junio). Lo peor era tener que explicárselo a mi padre. ¿Y cómo lo hice? Bueno, pensé que mejor sería ganarme primero a mi madre y que se lo fuera contando ella. En aquellos días se estrenaba una película en la que actuaba el hijo de Gregory Peck —amor platónico de toda la vida de mi madre— y leí en la prensa que el propio Gregory acudiría en Madrid al estreno en un pase especial. Lo organicé y llevé a mi madre, que tuvo su momento de gloria y pudo estar junto a su héroe. Luego fuimos a tomar algo y se lo conté, y después ella se lo contó a mi padre. Creo que mi padre estuvo más de un mes sin hablarme.

Todo esto viene a cuento, claro, de Atticus Finch, para siempre Gregory Peck. Es curioso, pero por más que el citado actor sea el mito erótico que dices, en «Matar a un ruiseñor», yo creo que a quien atrae de verdad es a los hombres, y más concretamente a los padres, porque al verle uno quisiera ser un padre así, como Atticus. Respetuoso, tierno, educado..., un hombre de una sola pieza capaz de mantener sus principios, cuidar con el mayor cariño de sus hijos el solo, y echarse un rifle al hombro para matar a un perro rabioso.

El libro «Matar a un ruiseñor» también está muy bien, aunque quizá leído con ojos actuales quede algo ingenuo. Lo cual viene a confirmar que el ruiseñor de la infancia, de la inocencia, quizá esté definitivamente muerto. Además, hay una serie de circunstancias curiosas alrededor de esta obra, quizá las sepas. La primera es que pese a que fue todo un éxito, se llevó al cine, y ganó un Pulitzer, su autora, Harper Lee, no volvió a publicar nada más. Harper Lee fue amiga desde la infancia de Truman Capote, y el personaje de uno de los niños —Dill, el amigo de los hijos de Atticus— está basado en el mismísimo Truman cuando era pequeño. Al parecer el libro tiene bastante de autobiográfico y el personaje de Atticus del padre de la autora. Además, y enlazando con otro libro que comentaste que te gustó, Harper Lee fue la amiga que acompañó a Capote en su viaje a Kansas para documentarse sobre el crimen de los Clutter, del que luego saldría «A sangre fría».

Y corto que me estoy extendiendo demasiado. Sólo un apunte respecto a los meros: Atticus nunca hubiera hecho algo así. Aunque supongo que está bien ser iconoclasta y tal.

el_Vania dijo...

Joder, Wolffo. Es que me matas!!
Todo tan romántico, tan bucólico, tan perfecto... para, tras el orgasmo, darle un giro a la historia brutal!!
:D
La verdad es que con los Flops, me he partido de risa... porque... y cito textualmente de la wikipedia:
En informática, FLOPS es el acrónimo de Floating point Operations Per Second (operaciones en coma flotante por segundo). Se usa como una medida del rendimiento de una computadora, especialmente en cálculos científicos que requieren un gran uso de operaciones de punto flotante. FLOPS, al ser un acrónimo, no debe nombrarse en singular como FLOP, ya que la S final alude a second (o segundo) y no al plural.
Así que ya se sabe... a SUPERCOMPUTAR!!
Salud/OS!

Guiss dijo...

Las princesas, te lo digo yo, son raras, y si son princesitas más porque todavía no les han limado las aristas. Algunas no se dejan (limar las aristas, digo), y siguen siendo princesitas como algunas nonagenarias siguen siendo Cuqui o Tita, por ejemplo. Y aunque tú digas que eres autosuficiente como parálisis permanente, ella sabe que sí la necesitas, pequeño ruiseñor :P. Y, tal vez, la única forma de no querer quedarse sola después es que tú no te vayas con el rabo entre las piernas, porque digo yo que ahí ya sí que no hay remedio en un ratito. Aunque si tú no hubieras dado la solución al final yo hubiese pensado que ella te seguiría echando de su lado hasta el día en que te dejase tan exhausto (¿a que también te gusta esta palabra?) que no pudieses tenerte en pie después, porque ese día ya habría ganado y tendría que buscar otro juego, con el mismo principio pero distinto final.
Hay un párrafo que me ha desconcertado ("Siempre, cuando llega este momento de flotamiento torpe, de dinámica de fluidos desigual, pienso en las vidas sublimes que se pierden en el mar..."), pero después de releer he visto que es una especie de técnica zen de retardo o algo así, y me parece mucho mejor pensar en eso que, por ejemplo, en marujita díaz comiendo paella en un barco. Tiene que ser duro lo de tenerse que dosificar y reponer fuerzas.
La canción la escucharé en cuanto pueda, los besos te los envío ahora mismo.

Wolffo dijo...

linmer
en rigor, no me echa de la cama, sino que, de hecho, me echa de un lecho hecho con helechos. Atención a la frase llena de echs: "de hecho, me echa de un lecho hecho con helechos" es bastante buena, ¿o no?
Yo creo que sí, que sirve para los salmones, pero, ¿imaginas lo fría que debe estar el agua allá arriba? A no ser, claro, que me estés hablando del salmón tropìcal, célebre por su querencia a las aguas tropicales, de ahí su nombre, claro ("tropical", no "salmón"). Linmerick, amigo mío, muchas gracias y un abrazo para ti, con viriles palmoteos en la espalda.

Kotts!!!
tienes toda, toda, pero toda la razón, hermosura... ¿en qué estaría yo pensando? Cazón, claro, que es una especie de tiburoncillo, ¿no? El mero a mí me gusta de casi todas las formas que lo he probado, pero es verdad que quería decir cazón. De hecho me aficioné a él tomando cucuruchos de adobo en San Fernando a donde unas cuitas curiosas me llevaron ciertos veranos de mi juvenil vida.
Atticus no ha cambiado, Kotts, no seas estrecha de miras, como Fantie, solo han cambiado sus circunstancias, en serio. Desde luego, cómo sois algunas personas que no perdonáis desliz alguno en vida ajena...
Y lo del mero, Kotts, solo pasa en las playas tropicales del Canadá, playas en las que no te veo a ti paseando...
Venga, besos.

Fantous
estás en vena, sin duda. Pero lo que más me asombra de todo tu comentario es la historia en sí. hay varios items incomprensibles para mí. El primero es que no llamaras en seguida para confirmar tus notas, ¿en qué estabas pensando, macho? El segundo es que fueras a tratar de convencer al de X sin saber si Y estaba solucionado. El tercero es el horror a tu padre. De las posibilidades que barajo de que seas quien seas, ninguno de los padres de esos duolces infantes era como para temerle, creo. Por último, que montes ese numerito para "ganarte" a tu madre, como si fuera una tía lejana de la que tenías que heredar. De verdad, estas cosas ocurren, porque las cuentas y yo te creo, pero te juro que me pareces de otro planeta cuando las cuentas como si fueran normales.
Por último, y con respecto a Atticus, para terminar de sembrar la semilla de la discordia: no dejaré que me abrumes con datos enciclopédicos porque sólo hay una verdad evidente en todo esto. Tú no conoces a Atticus Finch. Ni siquiera la autora del libro, que se imaginaba a su padre como un santón agilipollado en ocasiones, conoce a AF. Yo sí, Fantie, le conozco desde dentro, no con sus gafitas ni con su mierda de castigos y peroratas de buen padre pelmazo, no, sino con sus dudas y sus miserias. Y sé algo, positivamente: era un masturbador nato, lo que viene conociéndose en los ambientes como pajillero. Eso no lo iban a contar en el libro ni en la peli, pero es mi obligación para con la sociedad ser portador de amargas noticias como estas, y para eso se creó Las Peroratas. Para dar malas nuevas. Lo siento, pero no tengo otra salida que actuar así. No es que sea iconoclasta, es que sencillamente, no puedo callar.
Y es todo lo que tengo que decir sobre este enojoso asunto.

Anónimo dijo...

Sí, honey, una especie de tiburoncillo. Advierte a Atticus, por si él también confunde mero y tiburón, no vaya a ser que estando ahí, al acecho del mero, llegue un tiburón, y el cuajón de Atticus le diga "hola, qué tal, mira qué cebo más bueno". Y el tiburón lo deje un poco perjudicado.

Wolffo dijo...

Vanitas
No es mi intención, Van, herirte, ni mucho menos matarte, te lo juro.
Caray, flops es eso... En cierto modo, tiene sentido. Es como un orgasmo en coma flotante. De modo, que llevado a nuestro terreno, sería el número sacudidas necesarias para alcanzar el orgasmo. "Ha sido un trucho de 500 flops", diría un fanfarrón. Y cuando a uno le meten prisa en un baño le dicen: "vamos, vamos, que más de tres flops se considera paja..."
Fíjate por donde, no es solo una tontada: es un hallazgo.
¡vivan los flops!
Abrazo sin flops, amic!

Guis...
Me alegra muchísimo verte, princesa. Un beso muy fuerte.

Veamos.
Esa no es una verdadera princesa, como tú. Es una princesita los cojones, que es distinto, como bien sabes. Por otro lado, el del relato es Atticus, no yo, y aunque nos parecemos ciertamente, él no tiene ni mi sinceridad avasalladora ni la fuerza magnética de mi carácter.
En cuanto al párrafo que te desconcierta y a la técnica zen... puede ser una buena idea, y prometo aplicarla la próxima vez que te vea sonreír de esa manera en que tú sonríes cuando... en fin, no voy a dar detalles pero no era eso a lo que me refería, vamos, a lo que se refería Atticus, es que me.. le viene a la cabeza, a Atticus, que menudo desperdicio de ADN de primera. Porque él, Atticus, piensa que es tan genuino como, por ejemplo, yo, un gran tipo, puedes creerme.
Sí, mi princesa, debe ser duro tener que dosificarse... y lo digo por toda esa gente que se dosifica porque yo, como bien sabes, ladrona, soy una especie de máquina de no parar y satisfago las más altas expectativas sin solución de coninuidad. Hm...
Bueno, milady, yo también te dejo besos y te digo que tampoco te pierdes nada por no escuchar la canción. Aunque si la escuchas, ya sabes, yo soy como Frangelico: si me pruebas, estás perdida...

Wolffo dijo...

jajajajajajajajajaja Kotts, estás que te sales, jajajajajajajaaaaaaa

Binche dijo...

Ay Wolffo, qué historia más buena con un final buenísimo! Yo a mitad del relato pensé que la moza iba a lo que los Serrano llaman recenar, o sea, que al no quedarse satisfecho con su mozo, ella sola llegaría al ansiado orgasmo. Pero lo del cigarrito después de ha sido una solución mucha mejor, dónde va a parar!

Lo de flops, flops, sin comentario. (Así que ese es la onomatopeya del onanismo?)

Besos, y muchas gracias! ;)

Wolffo dijo...

MariBinchi's...,
qué bonito verte así... Un beso a ti y muchísimas gracias a ti, mi tulipancilla cariñosa y queredora.
Es una gran razón el pitillito para decirle a tu amante que se largue, y menos misterios, que se nos hace tarde.
Flops, flops es onomatopeya de eso, vale, pero sólo si estás en una playa tropical con el agua a altura de los testículos, de forma que cuando estás, digamos, tocando la zambomba, el dorso de tu mano golpea el agua rítmicamente. En la bañera, si juegas al submarino, o a la ballena rosa, es más chof-chof, creo yo.
En fin, más detalles en hacerseuntrucho.com y todo eso.

Un beso, guapa.

Ma dijo...

Disculpa que responda aca, pero Sabes, aunque no lo creas tu comentario me agrado mucho y hasta me sacó una sonrisa pero del corazon, me he sentido alagada, hace ya tiempo que no escuchaba de alguien que era maravillosa, ojalá algun día sea como tu lo dices, y alguien llegue a valorar el amor que doy.
Abrazos

Anónimo dijo...

Lo que yo quiero decir aquí es que, aunque esta historia tiene menos pasas dulces que otras tuyas (por ejemplo; otras ) es muy compacta, es toda una historia. Si tu empezases una cuarta novela la empezarías exactamente así. No lo estoy preguntando, te lo estoy diciendo y no admito debate sobre eso.Me reclaman del trabajo. Iba a ser brillante y concreto, todo a la vez. Otra vez será. Besos.

Anónimo dijo...

Ya sabes que la realidad suele superar a la ficci�n. Yo no corr� a mirar mis notas supongo que porque ten�a otras cosas m�s interesantes tras las que correr, y por el atolondramiento propio de la edad. Y ya s� que t� a esa misma edad deb�as estar casado y procreando (como t� dices), pero debe ser que los fantasmas maduramos m�s tarde (es comprensible, ten en cuenta que nuestro horizonte es la vida eterna y no tenemos prisa en pasar de etapa. Por otra parte... �qu� otra cosa cabe esperar de tipos que se pasan las noches arrastrando cadenas, quit�ndose y poni�ndose la cabeza, y atemorizando al personal?).

Siguiendo con tus dudas, fui a hablar con X antes de saber nada seguro de Y, porque sab�a que Y-3 estaba aprobada y contaba con que el examen de Y-2 me hab�a salido aceptablemente bien (te recuerdo que el profesor que lo corrigi� lo hab�a aprobado y fue el cabr�n del catedr�tico quien me suspendi� a posteriori �siempre pueden encontrar motivos para bajar la nota�). En cualquier caso, ten�a que intentar convencer a X. Y lo de mis padres... A ver, que no es horror y que no mont� todo aquello s�lo por eso. De no haber tenido el problema habr�a llevado igual a mi madre a ver a Gregory Peck; lo que hice fue aprovechar la coyuntura para contarle mi historia en un momento propicio. Y en cuanto a mi padre, es que estaba pesad�simo con que terminaba la carrera y haciendo no s� cu�ntos planes, y era un papel�n decirle que nanay y que adem�s llevaba un a�o minti�ndole. Es un buen padre y todo eso, pero mira, tu padre tambi�n ten�a todo el aspecto de ser un hombre entra�able, pac�fico y cari�oso, y eso no quita que una noche que �con otros� tuve que subirte a casa en lamentable estado et�lico, el careto que puso era para haberlo visto. Y me ca�a muy bien tu padre.

Respecto a Atticus, no pretend�a abrumarte ni mucho menos resultar enciclop�dico, tan s�lo contarte un par de curiosidades (del tipo de curiosidades que a m� s� me gusta saber). Y bueno, si dices que le conoces tan bien y que se convirti� en heterodoxo pescador de meros, pues as� ser� lo que pasa es que me cuesta creerlo. No porque a �l le faltaran ganas, no, sino porque le hab�an escrito as�. Es como la voluptuosa chica (dibu) de ��Qui�n enga� a Roger Rabbit?�, cuando dice que ella �no tiene la culpa de que la hayan dibujado as�. Pues eso, que antes ten�an sentido personajes de una pieza como el bueno de Atticus y, en definitiva, el propio Gregory Peck. No s� si por suerte o por desgracia, hoy no resultan cre�bles.

He visto el video de los Ciclones, y me ha gustado mucho. �Para cu�ndo una actuaci�n? Me llama la atenci�n que todos os denomin�is con seud�nimos (menci�n especial a Wilco, una por lo bien que toca la bater�a, y otra por el nombre en s� con ecos de Wilco Johnson que me ponen nost�lgico recordando su guitarra con los Dr. Feelgood). Esto, por cierto, me lleva al ligero revuelo respecto a mi identidad. �C�mo puede nadie sorprenderse en un entorno en el que ni el Tato se identifica con su nombre? Si hasta a los ausentes se les cita en plan esp�a (v�ase nuestro querido BAC). Y con esto aprovecho para agradecer �al otro de C�i� sus amables palabras; adem�s, ahora que se ha decidido a hablar, parece que tiene mucho que decir.

En cualquier caso, convendr�s conmigo en que pese a no firmar aqu� con mi nombre, sin embargo s� cuento bastantes cosas personales. Adem�s, he confesado ser una eternamente joven Mar�a Victoria, y tambi�n he apuntado que quiz� no haya nadie detr�s de los mensajes. Por no mencionar la err�nea convicci�n que tienen muchos de que los fantasmas no existen: pero yo estoy aqu� para demostrar lo contrario. Por otra parte, y entre t� y yo, no hay m�s salida que una escalofriante cita a ciegas.

Wolffo dijo...

maferito
venga, no seas boba, empieza a sonreír más a menudo y no te preocupes, que todo llega. Deja de esperarlo y ya verás. Un beso muy fuerte, mujer maravillosa.

Buch
Es posible que fuera algo así... pero entonces lo que estoy escribiendo ahora no es una cuarta novela, es... un libro, solo, o un relato largo. No sé a qué te refieres, no obstante con la expresión "pasas dulces", aclárame ese término, por favor. ¡Ah...! y no me creo lo del curro. Ni que fueras a ser brillante.

Fant
¿Qué demonios ha pasado con tus acentos? Dios, qué pesadilla...
Vamos allá.
No sé de qué edad hablas. Yo me casé y empecé a procrear a los 24, que es una edad ya como para ser persona, y no para estar haciendo el lila, por muy fantasma que se sea...
Lo de los X e Y, aunque me he perdido un poco, más o menos me queda claro, aunque tampoco eso te hace ganar puntos en mi exigente ranking, no te creas.Y lo del regalo a tu madre, en realidad, me parece un detalle hermosísimo, pero no puedo dejar pasar ciertas oportunidades para hacer el gilipollas, espero que no te hayas molestado. Mi padre, para ser justos, en aquellos años (recuerdo ese día, o esos días, porque fueron dos las ocasiones en que me llevaron mis amigos a casa en lamentable estado, o sea que vuelves a poder ser, al menos, media docena de personas) era bastante ogro.
Yo no sé si tú conociste, imagino que sí, a mi hermana Montse; pues bien, ella necesitaba absorber todo el cariño que mi padre era capaz de dar... Empecé a apreciar a mi padre cuando... en fin, cuando Montse ya no estaba, ya sabes. pero en aquellos días, no es que fuera ogro, pero estaba poco, sabes, y cuando estaba repartía con gran soltura y eficacia. No puedo decir si me caía bien o no tu padre, así que no lo digo. Aunque no creo que me cayera mal, porque, salvo Darío, que era gilipollas, creo que me caían bien todos los padres y todo eso.
Atticus. ¡Ay, Atticus! Lo que dices de la dibu es tan genial que no pienso rebatirlo, aunque no por falta de ganas, sino porque veo que no te ha hecho gracia que pesque de esa manera y ya está. A mí tampoco me mata de risa, no creas, pero me gusta coger a personajes así y moldearlos un poco y no creo que Gregory, el viejo Greg, como yo le digo, se mosquease. Pero yo creo que, en realidad, es una cuestión de detalle, Fantie, de dónde sitúas la cámara.
Es decir, Atticus seguramente se masturbaba, hacía caca y se metía el dedo en la nariz. Es posible que su aliento matutino fuese fétido y a lo mejor se reía como un bobo con los payasos tirándose tartas. Lo que ocurre es que, entonces, en aquel cine, no se enseñaban esas cosas. Hoy hay personajes como Atticus, pero les vemos eructar, o defraudar mínimamente a la hacienda
pública, o... lo que sea. ¿No te parece? Es decir, el cine, la literatura, el todo de hoy incide en los rasgos que humanizan, casi los que miserabilizan, y no en los que divinizan como antes. Pero yo creo que es solo una cuestión de puntos de vista. De desde qué habitación nos enseñan al héroe.

El video de los Ciclones, al fin hablamos de algo serio. Pronto, pronto, nos lanzamos a la carretera y a tocar rocanrol por todas partes. Lo de los seudónimos es mi manía de no llamar a la gente (ni a los fantasmas) por el nombre que ellos eligen para ser llamados. Así eMailes, evidentemente, Emilio; Mississippi Joe es Jose, pero este sobrenombre no es mío, lo saqué de su MySpace personal y me gustó; Wilco es Bienve, pero germanizado y Wolffo, en fin, tú ya me conoces.
El asunto de tu identidad, querido, quisiera zanjarlo con la siguiente declaración solemne. Bueno, solemne, no, pero, yo estoy dispuesto a dejarlo estar; estoy empezando a parecer imbécil preguntando tanto y no me gusta mi papel. La cita a ciegas es inviable por cuanto juegas con ventaja; queda en tu mano, Fant, si cuando anuncie un concierto en solitario, o con los ciclones, quieres hacer acto de presencia, quitarte la careta y dejarme que te invite a una copa y me cague mil veces en tu habilidad para esconderte.
¿Te parece?
Venga.

Anónimo dijo...

Entre comentar las onomatopeyas y la deriva personal de Atticus Finch se nos había pasado un aspecto fundamental de la historia, que quiero traer a primer plano. Y es el aspecto mitológico del asunto.

Pienso que Atticus estaba ya un poco cansado de su legítima y estaba buscando una alternativa; lo de pescar meros era lo de menos. En realidad quiere ser un nuevo Urano creando a una nueva Afrodita. Lo que ocurre es que todavía, a pesar de las muchas pruebas, no le ha salido bien.

A mi parecer, el escenario es fundamental. Yo estuve en la calita de Chipre donde ocurrió todo, y dudo que la playa de Atticus se parezca mucho. Posiblemente la temperatura del agua no es la misma, el agua quizás tenga menos concentración de sal que la del Mediterráneo..., vaya usted a saber. Recomiendo a Atticus que se repase el mito, porque hay algo que no está haciendo bien.

Guiss dijo...

Kotinussa, si esa es la razón, yo quiero ver la cara de Atticus cuando repase el mito. Y lo que no es la cara también.

Anónimo dijo...

Esta canción, por otro lado, me gusta bastante, pero aun me gusta más(por cierto Ana Diosdado es infollable), ota que tienen que se llama Rock'n'Roll, ¿A ti Rock'n'Roll, qué te parece? Respuesta corta, por favor.

Wolffo dijo...

Kotts
Vaya por dios... resulta que he publicado otro post antes de mirar si había comentarios en este (creí que estaba ya muerto... -el post, digo-) y ahora, me temo que me voy a quedar sin saber qué mito es ese del que hablas... Bueno, si por casualidad vinieras aquí te agradecería me lo resumieras, mi dulce KotiMari. Aunque una cosa te digo: Atticus no merece el poco respeto con el que le trata todo el mundo, menos yo, que le sé hasta el fondo.

Guiss
Vaya, no sé qué decir, no conozco el mito, soy demasiado perezoso como para buscar info y me pierdo la agudeza del chiste. Te digo lo que a Kotts: si lees esto y vuelves... eso. Me lo expliques, please. UN beso, guapa.

Buch
que te operes.

Anónimo dijo...

Pero ¿qué te parece?

Wolffo dijo...

Me parece una canción de Status Quo.

Anónimo dijo...

Este es el mito, Wolffo:

Gea (la Tierra) y Urano habían procreado numerosos hijos, sin embargo, cada vez que nacía uno de ellos Urano lo ocultaba dentro de Gea, sin dejarle salir al exterior. Gea, enojada, se confabuló con su hijo Cronos (el Tiempo) para acabar con Urano, a tal fin fabricó una gran hoz y cuando Urano estaba sobre ella, su hijo cogió los genitales de su padre con una mano y con la otra blandió la hoz y cercenó los órganos de su padre y después los arrojó al mar.

Cuando allí cayeron fueron llevados por las corrientes mientras a su alrededor se formaba una blanca espuma de la que surgió Afrodita. El lugar en el que Afrodita apareció fue una playa de la isla de Chipre.

Yo apunto la posibilidad de que Atticus esté intentando crear una nueva Afrodita, o un sucedáneo de ella. Como no hace exactamente lo mismo, pues en lugar de una Afrodita se encuentra con un mero gigante, que no es lo mismo, evidentemente. Su frustración tiene que ser enorme, como se aprecia perfectamente en el relato.

Wolffo dijo...

Absolutamente, pero absoluta y totalmente maravillosa, Kottie, eres un solete.

Y estás más, pero mucho más loca que yo, puedes estar segura.

Y sí, la frustración del gran Atticus es enorme, como bien dices, como puede apreciarse en el relato.

Gracias, KotiMary, muchas gracias. Besos a lo burro.