lunes, noviembre 05, 2007

amor sin red; el drama -en dos actos- de conocer a Julio Robledales.

Antes de que tú me veas

Repito esta canción porque, en su día, estuvo colgada apenas unas horas. Me dio un ataque de intimidad y la descolgué. Creo que es una canción que muy poca gente puede soportar, pero es magnífica. Es una canción sincera hasta la desnudez, muy inspirada y con enormes valores poéticos y musicales. A mí me parecen seis minutos y pico de poesía sonora. Es de las mejores piezas que he escrito y, dejadme decirlo, porque nadie más que yo diría una melonada así, me parece una de las mejores canciones escritas en 2007.
Aquí, en WolffoMusic, encontraréis más info de la canción, la letra, en enlace para bajarla y todo eso. Disfrutadla, por favor.

acto primero

Georgina Rubio dejó escrito, el doce de enero de 2005 este comentario en el blog de Julio Robledales: “Precioso gatito. Si no habías tenido gatos antes, bienvenido al club y, si sí los habías tenido, parece mentira que te dejes embaucar así!! La música está muy chula. Besos

Porque Julio Robledales escribía un blog pasable (el post en el que apareció Georgina era uno sobre su gato) en el que colgaba versiones regularcillas tirando a malas de canciones magníficas interpretadas por él mismo.

A Julio no le importó que la frase “... parece mentira que te dejes embaucar así!!” no tuviese admiraciones de apertura, porque supo, desde el primer momento, que Georgina era distinta de todos los demás que escribían en internet. Georgina era una escritora de primera línea. El hecho de escribir “... y si sí los habías tenido...”, y usar el verbo embaucar eran pruebas suficientes para Julio.

Además, claro, Julio visitó el entretetenidísimo blog de Georgina y quedó asombrado de lo que leyó. En el año y pico que llevaba en el mundillo este de las bitácoras, había leído cosas graciosas, otras interesantes, cosas sorprendentes y todo eso, pero no había leído a ninguna verdadera escritora hasta que leyó a Georgina. Julio esperó al siguiente comentario de su recién descubierta escritora y éste no tardó en llegar.

El día 24 de ese mismo mes, 12 días después, dejaba escrito Georgina el siguiente comentario:

“A veces escribes tan jodidamente bien que me dejas de piedra. Eres desgarrador… a veces.
Besos envidiosos.”

Por entonces, Julio ya conocía, ya sabía de lo que Georgina Rubio era capaz y claro, quedó encantado. Siguieron así durante meses, leyéndose y comentándose abiertamente, pero amándose en sus fantasías secretas.

Julio Robledales estaba casado. Tenía tres hijos exigentes y una mujer despegada y desconcertante, un trabajo inestable y mal pagado y muchas, muchísimas ganas de amar y de lo otro: me refiero a ser amado, no a follar. Aunque, también, seamos francos, tenía unas ganas tremendas de follar. Casi, casi, tantas como de amar y ser amado.

Llegado un momento determinado, y dado que los comentarios de ambos en el blog del otro iban subiendo de temperatura, Julio escribió un primer e-mail a Georgina,, en el que le confesaba, con sinceridad, cursilería y en privado, lo muchísimo que le gustaba leerla (traducción: lo mucho que le gustaría tirársela) y la de veces que se quedaba imaginando ensoñaciones (otros le llaman pajas) al leer sus textos.

A pesar de lo bestialmente cursis que eran algunos pasajes de la carta (... tienes una fuerza desgarradora y un lirismo muy potente, y se adivina una gran mujer detrás de tanto talento...), Georgina le contestó con una encantadora, dulce, picante y talentosa carta que desarmó completamente a Julio.

Así, a los comentarios en los blogs, se sumaron pronto unos largos, dulces y procaces y malintencionados e-mails que fueron marcando un territorio nuevo entre ambos. Así fue como Julio se enteró de que Georgina tenía un marido y dos hijas preciosas (preciosas las hijas, el marido no era preciosa, sino gilipollas), de que necesitaba amar y ser amada tanto como él y bueno, también estaba necesitando, desde hacía años, un buen meneo.

Un día, ella le dio su teléfono y le dijo que la llamara, sólo por las mañanas, cuando quisiera.

Como puede imaginar cualquiera, llamadas largas, diarias y apasionadas se sumaron a los comentarios y mensajes de correo electrónico, además de ingeniosos, a veces, y otras veces sucintos sms’s de amor. Se daban las buenas noches y los buenos días por sms, se escribían un largo e-mail cada día y de una a dos hablaban por teléfono y, a veces, hacían el amor a 600 kilómetros de distancia.

Lo siguiente, para que el guión se cumpliera, era una cita. Una primera cita. Entre ambos, convinieron en que debía ser a la luz del día, en un sitio con gente y a horas poco peligrosas, por si alguno de los dos quería salir corriendo. Se habían mandado multitud de fotos, habían hablado de lo divino y lo humano, se habían escrito más que cualquier otra amante pareja en la historia.

- ¿Cómo puedes decir que me quieres, antes de verme, si quiera? – le dijo un día Georgina.

- No me lo preguntes, cariño – le respondió Julio-. Sé que suena absurdo, a programa de testimonios de la tele, pero yo lo siento así: te quiero antes de mirarte, antes de que tú me veas.

acto segundo

Inocencia Disculpas no era fan, precisamente, de su marido, Julio Robledales, cantante frustrado, escritor frustrado e ilustrador mediocre y con poco trabajo. Inocencia solo pensaba en llegar a fin de mes, en ahorrar un poco de dinero para arreglar la casa y tener así un verdadero hogar para Julio, los niños y ella misma. No era fan del Julio cantante y escritor, es verdad, pero quería al Julio trabajador y cariñoso con los niños y con ella misma. Le quería, pero trabajaba tanto, tenía tantas preocupaciones en la cabeza que atender a las necesidades físicas de su marido no eran su prioridad número uno. Ni la diez, si vamos a eso.

Inocencia rechazaba los torpes avances de su marido cada vez con menos argumentos, pero siempre con la misma frialdad. Se había acostumbrado a decir que no. Julio la acosaba en los pasillos, se acercaba a ella mientras cocinaba y se pegaba a ella por detrás, sujetando sus pechos en sus manos ávidas, empujando entre sus nalgas con su polla impaciente, impaciencia que Inocencia advertía a pesar de la ropa que la salvaguardaba. Empujaba y babeaba su cuello con palabras cariñosas que a Inocencia, sintiéndose acosada, no le parecían cariñosas, sino tretas burdas para llevarla a la cama con las piernas abiertas. Eso, claro, vaciaba de romanticismo la situación, para volverla sórdida y rechazable. Asquerosa.

Un día, Inocencia se dio cuenta de que ya no necesitaba acostarse con su marido. Que le quería, pero que esa parte tan incómoda, tan sucia, podía ahorrársela. Era cuestión de tiempo, que Julio se diese cuenta de que ella no le deseaba ya. Que su contacto le resultaba enojoso. Que pensar en él penetrándola le revolvía las tripas. Que ese torrente blanco y caliente que antes la llenaba, figurada y efectivamente, ahora le producía ganas de vomitar. Que nunca más le dejaría hablarle a su sexo en susurros, ni mucho menos besarlo hasta el orgasmo y que nunca más ella tomaría su dulce polla entre sus labios, porque ya no era dulce: era repulsiva. Que ya no quería verle perder los estribos cuando se sentaba a horcajadas sobre él, ni ver cómo su mirada se fijaba en sus pezones bailarines y acababa por perderse en el horizonte, bizqueando, cuando sus caderas sabias le hacían correrse cuantas veces ella quisiera. Ya no le deseaba. Ya no.

Otro día, se dio cuenta de que Julio no la acosaba. Que poco a poco, había dejado de intentar excitarla. Que por las noches no se pegaba a su espalda, empalmado, y ya no le decía las dulzuras que en otro tiempo la hicieron enloquecer de amor y deseo. Que ya no intentaba hacerla estallar de risa para, luego, callar sus carcajadas con un beso voraz y profundo.

Que él ya no la deseaba. Ya no.

Una noche, borracha, le hizo el amor. Se lo tiró, podíamos decir. Primero trató de besarle como en otro tiempo. Pero a Julio le repelía el sabor a alcohol y no quiso saber nada de eso. Nada de besos, nada de besos, le dijo, como un puto cualquiera. Se sentó sobre él y no sintió la espada caliente que esperaba y recordaba, sino un pingajillo retraído. De modo que se agachó y aplicó sus labios y su entusiasmo a la polla fofa de Julio, hasta que le dio cierta consistencia a una esquiva erección. Se sentó, empalada de aquella manera y cabalgó a un poco entusiasta Julio durante largo rato, hasta que se corrió. Hasta que se corrió él, porque ella ni se enteró. El ron había anestesiado su sexo.

epílogo

Inocencia Disculpas le dio la patada y se largó, porque nunca le perdonó que ya no la deseara, aunque ella, en realidad, no quería que la deseara.

Sus hijos se cansaron de que su padre, en otro tiempo un papá con sus fallos, pero divertido, se pasara el día lloriqueando y amargándoles la existencia.

Georgina Rubio se hartó de esperar al hombre que ella imaginó y nunca conoció.

Julio Robledales está solo. Pero, a veces, sonríe cuando recuerda algunas de las cosas que las mujeres le dicen cuando creen que le conocen.

Todas creen amarle, antes siquiera, de conocerle.

Y Julio sabe, porque el, lamentablemente, sí se conoce, que sólo aciertan cuando le intuyen y se equivocan, estrepitosamente, cuando creen conocerle. en eso, mira, se parece a mí.

¿Quién conoce a Julio Robledales? ¿ Y a mí?



----------------
Listening to: Wolffo, el ciclón de Valdemorillo - Aint she sweet
via FoxyTunes

37 comentarios:

el_Vania dijo...

Me pido prime!!
Buenoººoºoº
Pensé llamarte Robledales, pero al final me has dejado con la duda... la historia parece casar con vos, pero el final me despista, sin duda.
Por cierto, ese tema me encanta, truhán... esa guitarrita a lo Summers (AKA Dios) me ha encantado. Y la línea melódica y la letra, es soberbia.
Cojea el sonido de bataca, pero eso recuerda que te lo solucionará el tito Vania.
Recibe un enorme abrazo.
Hablamos muy pronto.
Salud/OS!

Wolffo dijo...

Primero y único, me temo, Vanitas, porque no creo que mucha gente aguante los seis minutos y pico de canción y las tres páginas del post. Este va a ser uno de esos posts con comentarios del tipo "luego te leo con más atención".
En fin...
Debes saber que además de la mía, otras vidas me inspiran y otras anécdotas también. Realidad vivida, escuchada e imaginada se mezclan en las cosas que escribo, como en las de todo el mundo, me parece.
Es una canción muy guitarrera, en contra de lo que pueda parecer. Hay tres guitarras dándole todo el rato, a veces hasta cinco, y a mí, como supondrás me gusta muchísimo.
Lo del regalito del tito Vania lo espero como agua de mayo, porque a vuelta de correo, éste recibirá un arreglo, no floral, sino rítmico hecho con ese regalito, precisamente.
Venga, compañero, un abrazo fuerte y gracias, amigo.

Anónimo dijo...

¿Alguien conoce a Julio?

Yo. Yo le conozco, sí.

Y es un tipo curioso.

Era vecino mío de la época en que vivía en Doctor Fleming, cerca del Knight y de ahí le conocía. Bueno, todos le conocíamos.

Y eso era lo peor, se pasaba las horas colgado del móvil (bueno, yo también), enviando un SMS tras otro (bueno, yo también), pero siempre con la misma cara (yo no, yo tengo muchas). Con esa cara que te hace pensar "¡qué guarro el tío, seguro que está diciendo cosas sexuales a alguna señorita!".

Aunque, si he de decir la verdad, no pensábamos en eso sólo por la cara que ponía. Julio tenía una peculiaridad sin par, era el único del barrio que iba por la calle con la cola fuera del pantalón.

Los que vivíamos por allí hacíamos caso omiso de esa peculiaridad, pero siempre había alguien que iba a visitar a algún hijo, a comprar algo al Sánchez Romero o simplemente de putas (que las había muy hacendosas por la zona), y siempre le preguntaban "¿pero qué haces insensato con eso al aire?".

Fíjate que no preguntaban "¿pero qué haces insensato con eso al aire colgando?". Y es sencillo adivinarlo, la mayoría de las veces iba completamente trempado, fruto de su calenturienta imaginación y de las conversaciones que tenía con Georgina Rubio.

Pero eso fue hace mucho tiempo, mientras duró la emoción entre ellos. Vamos, hasta que se conocieron y ella se dio cuenta de que no era oro todo lo que relucía, que no la tenía tan grande ni tan dura como él aseguraba, que no era "tan rey del cunilingus" (ese título me lo había copiado a mi) y que prácticamente era torpe como un amante púber.

Después del desafortunado encuentro pseudoamatorio con su mujer, la buena y trabajadora Inocencia, todo acabó como ya sabes.

- Julio se pasa las horas llorando y dando la lata a sus hijos y a las tradicionales calentorras del Gayarre.
- Georgina se ha echado un amante cubano. No tanto por cómo se lo monta con ella, eso le da igual, sino porque ha descubierto un lado bisexual en su marido y hacen unos tríos divertidísimos (según ella, claro) mientras se ponen morados de mojitos.
- Inocencia, ¿qué pasó con Inocencia?. Esa es otra historia. Se hizo las ingles brasileñas y quedó tan encantadas que aprovecha cualquier excusa para enseñarte cómo le quedaron.
Hombre, tengo que reconocer que la primera vez que me pasó estuvo bien. Coincidimos en el ascensor y se me hizo bastante agradable el trayecto, pero después se ha puesto muy pesada.
Pesada y comprometida, claro. Imagínate tú estando en una comida de trabajo en un carísimo restaurante con tu jefe, que se acerque una señora y te enseñe su depilado pubis para que veas (tú y todos) lo bien que le queda...

Y así es la vida amigo.

La canción, hablando de cosas serias, me gusta. Y ya la había escuchado cuando la colgaste la otra vez, o en WolffoMusic. Y es guitarrera, tal vez no se aprecie a la primera pero las guitarras están ahí. Y me gusta mucho el solo.

Como siempre, un placer.

Abrazos.

Wolffo dijo...

Fosfus,
se te ha olvidado poner, al principio detu comentario, "Acto tercero"... Genial, muchacho, gracias por desvelar lo que fue de Georgina, Julio e Inocencia, para que nadie se confunda con Julius.
Sé comprensivo con Ino, ya que con Julius nadie puede serlo, o solo se puede ser comprensivo hasta ciertopunto, porque, al final, las ingles brasileñas le quedan ciertamente bien.
Gracias, tío.
En cuanto a la canción, me encanta que señales el solo, tío, porque a mí también me gusta especialmente. Me gusta, en realidad la guitarra solista en toda la canción, que no para de hacer dibujos, a mi entender, acertadísimos, aunque, claro, qué voy a decir yo...
El placer, con comentarios así, es mío, amigo mío.

Un abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

Fíjate si te conozco que estaba seguro de que si hacía una mención a Halloween ibas a saltar. Supongo que por eso la he hecho. Esto, de todos modos, no es porque nos conociésemos de pequeños, sino por lo que voy adivinando ahora. En fin, quizá estemos obligados a la polémica a través de los siglos y esa sea la maldición que me ha tocado hacerte padecer. No importa: me gusta mi trabajo.

En primer lugar, la aclaración fundamental, y es que Halloween no es una tradición de origen americano sino celta. Hace más de 2000 años para los celtas esa noche era la última del año, y por serlo, durante la misma los muertos podían mezclarse con los vivos. Posteriormente la historia la adaptaron los romanos a sus fiestas de la cosecha, y más adelante los cristianos la «santificaron». Los emigrantes irlandeses (esos mismos que construyeron América como canta Bono y tal, y nos enseña Scorsese) exportaron la costumbre a EE.UU. y Hollywood nos la rebotó a Europa.

En pueblos de España hay tradiciones similares previas al advenimiento del cine, y es también muy característica la versión mejicana del asunto («Calaveras y diablitos»), con sus innumerables dulces con forma de esqueletos, etc.

Por lo que a mí respecta, me apunto más a la tradición fantasmagórica romántica a la que aludes, no sé si tanto de Becquer —que las leyendas están bien, pero las poesías a veces me resultan algo ñoñas— como quizá de Byron. Y de Shelley. Y de la mujer de Shelley, Mary, que nos dejó esa historia tan entrañable del moderno Prometeo que acabó pasando a la posteridad con el nombre de su creador.

No obstante lo anterior, yo mantengo la máxima de que cualquier excusa es buena para la fiesta. En este caso, Halloween nos llega más como jolgorio para niños, pero si se divierten... ¡pues muy bien! Siguiendo con Irlanda —pueblo al que tengo gran cariño—, no me importa nada admitir que me encanta tomarme una buena pinta de Guinness el día de San Patricio.

Veo que tú tampoco andas mal de memoria, y en cuanto a felicitarme una semana antes de tu cumpleaños —concretamente el día que colgaste la magnífica canción con el Vania— no resulta determinante que me ataña o no, ya que quizá recuerdes que en tal fecha celebran su cumpleaños dos de tus antiguos amigos.

Wolffo dijo...

Phantom...
ya, ya, y los perritos y las hamburguesas, son alemanas... tal vez, solo tal vez, te dé la razón por tratarse de vos, pero no creas que me convence ni un poquito esa disertación acerca de Halloween. Lo que ahora celebramos (¿lo hacemos realmente?) aquí es una burda importación y no de los niños solo, sino de los mayorzotes, también. De todos modos, as a phantom, tienes licencia, imagino, para ciertas atrocidades.
En cuanto a la tradición romántica, me refería obviamente a las leyendas, aunque hay también algunas rimas soberbias, de verdad. Tal vez las vemos ñoñas porque lo son, ciertamente, y un poco también por la repetición. Pero para mí, y para la historia del arte, creo, el romanticismo es más ese mundo que las cursilerías tipo te mando una flor por cada año que me has hecho feliz. Byron mola y Frankie, primo tuyo, en cierto modo, es un buenazo, no me fastidies, y me cae de cine también.
Yo la guinness no creas, pero alzaría mi copa gustoso a tu lado si te dejaras de misterios y, de una vez, de una santa vez, me dijeras quién eres. O me lo confirmaras.
Efectivamente, el 24 de octubre cumplían años mis amigos Luis y Coti, pero no los mismos años, que uno, si no recuerdo mal era un año mayor que el otro. Sospecho, abiertamente, que tú eres el más joven, y que , por tanto, eres un año y 8 días mayor que yo.
Y si me dices que no, que no eres ninguno de los dos, me retiro de las cábalas y esperaré pacientemente a que un día, tal vez colgado de Guiness, te decidas y me escribes y me confiesas que, en realidad, eres Maria Victoria y que tenemos una signatura pendiente.
Yo la tengo, desde luego...
Bueno, Fant, lo dejo, que llevo dos días trabajando sin gafas y apenas veo lo que escribo y he desarrollado un dolor de cabeza gigantesco.
Solo, antes de cortar, decirte que no sabes la ilusión que me hace tenerte por aquí de nuevo, en plena forma, y que hayas mencionado lo de la canción. Me gusta cuando me dicen esas cosas.
Y a quién no...

Anónimo dijo...

Pues sí, no me extraña que Julio Robledales y Georgina Rubio se encontraran gracias a un blog, porque así se conoce a gente muy rarita (mejorando lo presente). Pero así es la vida, ligando en una barra no creas que los resultados son mejores.

Pero vamos, que Georgina se merecía todo lo que le pasara, porque sólo con el detalle de que Julio tuviera un gato ya estaba todo dicho sobre él. A ver qué se puede esperar de un individuo así.

"No creo que mucha gente aguante los seis minutos y pico de canción y las tres páginas del post." ¿Qué quiere decir eso? Espero que no signifique nos consideras incapaces de leer textos de algo más de cuatro párrafos... Porque te advierto que la que suscribe se ha metido entre pecho y espalda de una sentada tomos enteros del Ars Hispaniae para un examen, por ejemplo. Y cosas peores.

A ver si te aplicas el cuento de una cosa que me dices frecuentemente y dejas de poner el parche antes de que salga el grano. (Te estoy riñendo, por si no se nota)

Y nada más que por eso, hoy no te voy a decir nada de la canción. Nunca sabrás si me gustó o no....

Wolffo dijo...

KotiMari,
a mí el blog me ha hecho conocer personas maravillosas. A mí pareja la conocí en internet. He hecho una canción a medias (y estamos preparando otra) con un tipo al que solo conozco del blog: nadie tiene que convencerme que esto es tan normal como lo otro.
No me regañes, mujer, que no estoy dudando de nadie. A mí me gustan algunos novelones que superan las 1000 páginas... pero en blogs, es difícil aguantar los artículos largos. Sólo constato una cosa: normalmente, a estas alturas habría unos 15 comentarios, y solo 2 o 3 serían míos. Sólo cuatro personas habéis comentado este escrito, bueno, tres, porque Fantie va por libre, y ya me dirá algo dentro de un mes, imagino; la canción la han comentado solo dos, porque tú me castigas sin tu comentario...
Y otra cosa: soy pobre. Mis canciones interesan a unas diez personas en el mundo, y mis escritos, más o menos, a unas 20. Mucha gente tiene un problema real de tiempo: y mis escritos y canciones, normalmente, no se lo ponen fácil, son más largos/as de lo normal y no siempre gustarán a todos, eso está claro.
Por todo lo dicho, no me estoy poniendo una venda, sino, creo, constatando una realidad y viendo a ver si recolecto una ración de cariñitos, que tampoco vienen mal de vez en cuando.
Venga, no seas mala y dime qué te ha parecido la canción, pero sin rollos de esos de "yo no entienddo de música". Te pregunto que qué te parece esta canción, no qué estudios tienes en musicología. ¿Te atreves, maestra?
Besos y gracias, porque sé que tu regañina es hija del cariño.

Anónimo dijo...

Qué mal te ha sentado el puente, jomío, tomándote pequeñas venganzas en mi blog. No he contestado porque ayer tuve un día muy malito. Desde que llegué del Instituto estuve prácticamente todo el día en la cama. Según como me encuentre esta tarde ya veremos si estoy para contestar.

En cuanto a la canción, me sorprendió que dijeras que la habías quitado inmediatamente por un ataque de intimidad, pues la letra no me había parecido de ese tipo, aunque claro, es a ti a quien le debía parecer y no a mí, pero yo te digo lo que pensé. Lo que me confirma qué subjetivo es todo esto. Y la música, muy bien, muy fácil de escuchar. ¿Por qué dices que muy poca gente puede soportarla? ¿Estamos hablando de la misma canción?

Besos con cariño regañón.

Guiss dijo...

No es por nada, pero Georgina era muy lista, porque llamar desgarrador a un señor enseguida le dimensiona y en casos le sobredimensiona, por lo menos en mi mente. Como Julio se lo llamaba también a Georgina, debemos concluir que la pareja en sí era desgarradora (aunque no sé yo, a mí que me lo llamen no me emocionaría mucho, la verdad). También imaginativa, claro, porque para hacer el amor a 600 kilómetros de distancia hará falta mucha imaginación, que eso no hay tamaño que lo salve, ni con exageraciones de cantina.
Inocencia había perdido la perspectiva de Julio mientras le iba encuadrando Georgina, y es fácil perder la perspectiva cuando te asaltan en la cocina cuando es rutinaria, uno de esos misterios masculinos que yo nunca he logrado desentrañar, porque es fácil perder la concentración delante de una sartén llena de aceite hirviendo, o ante un grifo abierto después de ver tantos mensajitos del ministerio correspondiente sobre lo que derrochamos. Un poco de sensibilidad con el medio ambiente, caramba.
Pero no "creen amarle", le aman. Yo creo que cuando amamos, amamos lo que se nos muestra y lo que se nos hace intuir.

Ah, y me encanta leer teatro, fíjate si seré rara, y aunque esto en realidad no lo sea y sólo tenga los actos, me ha gustado también.

Besos.

Anónimo dijo...

Princesa.

Lo de atacar en la cocina tiene su aquel. Pero no es un aquel distinto del de atacar en el baño, mientras se está ella (o él en algunos casos que no quiero Zapatero se enfade) atusando delante del espejo.

Lo importante es atacar y más que el resultado del ataque es el ímpetu que uno le ponga. Que se note ahí el macho español que uno lleva dentro.

Luego, puede ocurrir cualquier cosa, cualquier cosa menos que culmine el encuentro claro porque los ataques deben ser siempre en momentos inoportunos.

Un saludo Princesa con desusada admiración.

Anónimo dijo...

Definitivamente, yo prefiero las barras de los bares. Al hilo de tu post, el comentario que me viene a la cabeza es acerca de esto de las ciber-relaciones. Vaya por delante que, como en lo de las fiestas, cualquier excusa me parece buena, pero no deja de sorprenderme como tanta gente se engancha a hablar y hablar con personas que no conoce y luego no es capaz de contar nada a quien tiene al lado… Aunque es evidente que todo es compatible.

No se si leíste hace no mucho en el periódico una historia buenísima acerca de una pareja que se conocieron por Internet, fueron intimando más y más y al final decidieron quedar para pasar de las palabras a los hechos. Ambos estaban casados. Llegado el gran día su sorpresa fue mayúscula al descubrir que su supuesta nueva pareja era su actual cónyuge. Lo peor fue que decidieron separarse al darse cuenta ambos de su infidelidad, y supongo que de las cosas que se debían haber estado contando el uno del otro.

Digo que lo malo es que se separaran, porque en realidad las inconfesables confesiones que se hicieran en Internet, sus deseos, anhelos y puntos de vista, eran los que no mostraban en casa pero estaban ahí y les gustaban… Somos la mar de raros, y está clara la atracción y el morbo de la novedad y lo desconocido, pero…

Este blog es una pequeña muestra de compartir cosas con “extraños” y aquí estoy yo, así que no te lo tomes como una crítica. Veo, además, que a tu pareja la conociste en Internet, lo cual me parece estupendo. Yo a la mía la conocí en la barra de un bar. De un bar irlandés, por cierto, ahora que han salido a colación. Pero es que yo soy un espíritu anticuado y gregario y aún prefiero el contacto con la gente. Los fantasmas ligamos, claro, pero nos gusta más el contacto directo, la charla fluida, las respuestas agudas y rápidas, la música, el ruido, el humo, el tintineo de los vasos, y mirar al fondo de los ojos de las mujeres para ver su alma.

La canción de los seis minutos me ha gustado. No es tan larga, hombre, al menos a mí no se me ha hecho larga. Si la sacaras en un single de los de antes creo que cabría en una cara. No como «American Pie» de Don McLean, ¿te acuerdas?, que venía media canción por cada cara. Lo mismo pasaba con el «Hurricane» de Dylan. ¡Hay que ver que chunga era la tecnología antes! Por cierto, me ha gustado en la web de tu colega virtual Vania el botoncito para bajar directamente las canciones a i-tunes, ¿por qué no lo añades a tu blog?, es una manera cómoda de ir almacenando tus canciones. Que me tienen gratamente sorprendido.

Y en agradecimiento y por hacerte un poco feliz te diré que sí, en efecto, soy Maria Victoria, y en este momento mis ojos azules me contemplan desde el espejo y mi melena rubia sigue ondeando al viento. Finas arrugas comienzan a perfilar mis ojos, pero yo me mantengo radiante y estupenda con esas pequillas que siguen dándome un aire infantil. Me asomo desde las alturas de mi casa y creo veros mirando hacia arriba. Acaricio mis pechos —lasciva— y sé que todos me deseáis, pero yo no tengo la culpa de ser así. Antes de desaparecer, os hago un guiño y os dedico un travieso mohín. Recordadme así, perfecta, gélida, por siempre joven y reinando en vuestros sueños y anhelos de adolescencia sin fin.

Anónimo dijo...

Hala pues a mi éste me ha gustado mucho Wolfi, es más cuando gusta algo cuanto más largo mejor. Y has clavado ese sentido posesivo que tiene la mujer del deseo. Una cosa es que a nosotras ya no nos apetezca sexualmente el marido, pero vamos que no nos deseen es imperdonable.

Wolffo dijo...

Koti...
no, mujer, no, creo que no he transmitido bien lo que quería decirte. No hay nada en ti ni en tu comentario que me haya sentado mal. Noada, perdona si he estado torpe, en serio, con soliviantar a Buch o a Fantie me conformo.
¿Estás bien?
Di que sí, anda...
Besos y disculpas, si hicieran falta. Y gracias por tu comentario sobre mi canción. Un día, quizá te cuente la historia de la canción y entenderás no porqué la quité, que es bastante incomprensible, sino porqué lo he contado. Al decir que no es fácil, me refiero a que no se baila, no dice tonterías, no es pegajosa o pegadiza y ni siquiera se repite la letra del estribillo.
Venga, más besos, maestra.

Guiss,
Te aseguro, Guiss, que si a mí me llaman desgarrador, teniendo en cuenta lo bien dotado que estoy, actuaría con mucha dulzura y mucho cuidado, para no hacer justicia a mi nombre. Y recuerda que he escrito "hacer el amor" y no "follar". Se puede hacer el amor estando no solo en distintos lugares, príncipa, sino en distintos momentos, también.
En cuanto a lo de la cocina, me parece que no te acuerdas de cuando intentabas prepararte unas tostadas y se me ocurrió un nuevo uso para la salsa del pollo y la cocina fue testigo de que la risa, el equilibrismo, el ridículo y el sexo no están en absoluto reñidos... Si descontamos los besos, el penúltimo párrafo de tu comentario es el que me ha hecho imaginar la escena de la salsa del pollo, lo sepas ;-)

En cuanto al drama, ya sabes, a algunos, conocerlos es amarlos; en el caso de Julio es un drama pero, salta a la vista, no es dramaturgia. Pero no pude resistirme a capitular así.

Guapa.

Fosfus,
jajajajajajaja.... macho español? jajajajajajaaa
En una cosa estoy contigo: en la admiración por ella. Es única, ¿verdad?

Fantastic,
y yo también prefiero la barra de una bar... bueno, soy poco urbanita, pero prefiero el tetatet. Yo prefiero los cocktaiuls de presentación de las exposiciones (¿alguien lo cree?).
Pero a pesar de estar, enparte, de acuerdo contigo, sigo polemizando un poco, ¿te hace?
A mi pareja la conocí por internet, pero eso es todo. No vivimos ciber-amor alguno. El primer día que hablamos, y me dijo, voy a... ¿cómo se llama? sí hombre la cervecería esa... algoblanca, creo, en Alonso Martínez, una famosa, hombre, que tiran la cerveza con cremita... como debe ser. Bueno, eso, que no ciberligamos, simplemente, nos conocimos, supimos el uno del otro en un chat de esos del pleistoceno y a las pocas horas estábamos tomando unas cervecitas la mar de apañadas.
He grabado y grabo con el_Vania, pero tengo mi grupito de rocanrol, con los que toco todos los domingos... Hago amigos por internet, a través del blog y tal, pero eso no me convierte en un bicho raro que no sepa mirarle las tetas, digo los ojos, a una señora. No leí eso que cuentas, pero lo esciché en la radio, y en fin... pobrecitos, ¿no?
Vaya dos temas, los dos que mencionas. A mí con Hurricane me pasa algo: no sé cómo le sonará a un anglosajón que sepa distinguir lo bueno, literariamente, de lo malo, pero a mí me parece una letra excelsa. Es decir,no sé si a Dylan puede considerársele un buen escritor, no lo sé, no soy capaz de juzgarlo, pero sí sé que es un gran escritor de canciones.
A raíz de mi colaboración con Vanitas, quise adoptar su mismo sistema de cuelgue de canciones pero, como pasa con muchos de esos sistemas, ya no admiten nuevos socios, están petaos. Así qie sigo fiel a mi poco espectacular, pero efectivo, créeme divshare, que me ofrece almacenamiento ilimitado en espacio y tiempo. Es más incómodo, pero siempre hay un enlace en mis canciones para bajarlas. No es tan cómodo como el iTunes/iPod, pero sirve, si te empeñas un poco.
Maritoria, ¡qué poco sabes de hombres! Si crees que para hacerme feliz me puedes mezclar con todos esos que te miraban Coti, Luis, Jose, Tito y todos los demás, tas equivocada... Me da igual que te toquetees: me da igual que no me desees. Dame media hora, y en media hora hablándote cara a cara, estarás deseando desnudar, sin saber por qué, a ese hombre canosete y gordito que te está haciendo reir.
Y vale, te recuerdo como quieras, pero te advierto que en mis sueños, no sé porqué, siempre salías de la ducha...

Wolffo dijo...

Amy,
jajajajaja, así que eso no le pasa solo a Inocencia, ¿eh...?
Gracias por tu amabilidad, Amy, en serio, y por tu agudeza, también.
Un beso.

Anónimo dijo...

Hola guapo!, aquí estoy en ratitos robados intentando recuperar la normalidad y si no se puede,se intenta que en el intento puede haber algo de disfrute y mientras pasan los minutos frente al ordenador y leyéndote no soy solo madre, que ahora el tiempo solo habla de pañales, bibes, pediatras y noches en blanco. no me quejo, tengo dos nenas fantásticas pero necesito algo de aire fresco y por aquí corre buena brisa. No encuentro tu canción, es posible que porque mi conexión es un desastre. Pero si he leido tu relato y me ha gustado, creo que es fácil querer a quien no se conoce y solo muestra unas líneas de sí mismo en un ordenador, ya le adorna la imaginación con las cualidades que uno desea en el otro. De todos modos, te diré que a ti es fácil quererte, eres tan adorable aunque seguro que esto te lo dirán todas ;-p.
Y es totalmente cierto lo que dice Amy. jajajajjaa.
Besitos amigo.
Mons

Wolffo dijo...

¡Mi monstruosa preciosidad!
¡Qué ilusión verte por aquí! ¿Cómo va todo? Me alegra que esto te sirva, aunque sea un poco, para relajarte, Mons. Sé lo bonito, y lo duro que es la etapa que estás pasando y tú sabes lo mucho que vale la pena, ¿verdad?
En cuanto a lo de ser adorable, de eso, de oírlo, nunca se tiene demasiado, créeme, y cuando lo dice una monstrua de la belleza, de la inteligencia y de los buenos sentimientos, suena como mejor. Y que sepas que por muy mamá que seas, o precisamente or eso, por mucha conversación de bibes y de cacas y de pediatras que tengas, yo aún te deseo, ¿eh...?
¿Sabes una cosa? Yo tenía una hermana que se llamaba Montse, que murió hace un montón deaños ya, pero que sigue viniendo a visitarme de vez en vez. Bien, pues cuando vi tu nick por primera vez, me caíste bien, porque pensaba que tu alias era una transformación de Montse. Y eso. Luego, cuando te conocí, créeme, me caíste aún mejor.
Un beso, Monstruita mía.

Morgana dijo...

Me ha gustado muchísimo tu relato, wolffo... magnífico. Bueno, ya sabes, no soy nada original, casi siempre te digo lo mismo. Pero es que tus letras siempre llegan... por lo menos a mí.

Te escucho luego...

Besos a través de la red

Anónimo dijo...

Ya lo creo que vale la pena, no voy a ponerme profunda pero es una etapa preciosa de la vida, solo hay que intentar sobrevivir a tanta felicidad ;-p jajajaja.
Te enviaré una fotito si mi conexión me lo permite para que conozcas a mi otro bichejo.
Algún día te contaré la historia del nick de monstrua, con tiempo que ahora voy justa.
Un beso enorme amigo, y dale otro a Montse en su proxima visita. Muassssssss
Mons

Anónimo dijo...

¿Quién, quién....quien?
Prefiero intuir.
Besitos wolferas.

el_Vania dijo...

Oye, Wolffillo de mi coraçao...!
¿cómo es que no has venido al Telehuevo a ver la receta de esta semana...?
Además la ha hecho mi cuñada Susa... que sí que sabe!!
Abrazos!
y... Salud/OS!

Anónimo dijo...

Hoy por partes...

En primer lugar, siento darte el gustazo de tener razón en que la gente tardaría más en comentar. Mira, la gente no sé, pero a mi desde luego, siendo así de largo me obliga a leerlo en tiempo puro de ocio (que ese es más bien poco...). Pero de hacer asociaciones entre la rapidez de los comentarios y la satisfacción obtenida nada, ¿eh?

Bueno, después de haber bajado esta canción, como hago con todas, debo confesarte que es la segunda vez que la escucho. La primera vez fue cuando la colgaste, a principios de año (ya no me acordaba que hiciera tanto que nos leemos, esto de medir el tiempo en posts...) y tras tu decisión de descolgarla, hice lo propio borrándola. Evidentemente no soy quién para cuestionar tus decisiones, pero me dolió perder esta canción. Porque la verdad es que, aunque me haga mucha gracia el desparpajo y la caradura que le pones a echarte flores, tienes razón, para mí esta es tu mejor canción.

Del post, ya sabes que admiro tu facilidad para contar historias, ese arte tan tuyo de ser más narrador que escritor, de impregnar de ritmo la escena y de vida los personajes... Así que no se que más decirte. De la moraleja de la historia, desgraciadamente, algo bastante común: a veces, por intentar salvar algo que ya no tenemos, dejamos pasar lo que de verdad nos conviene.

Un abrazo, amigo.

linmer

P.D.: que casualidad lo del ultimo post, posteando a la vez... q sepa Vd. q me llego al alma con eso de no olvidarme...

el_Vania dijo...

Tío... "Es por MI" ha sido reproducida 132 veces desde que fue colgada en internet... me voy al catre con el pecho henchido de orgullo golfo y vanidoso...!
Salud/OS!

Wolffo dijo...

Morganilla,
en casos como el tuyo, Morganilla, la originalidad no es un valor considerable: prefiero que sigas diciéndome esto mismo mucho tiempo. Escucha cuando quieras, guapa, que la canción no caduca, te esteará esperando siempre. Y no sabes lo bien que llegan esos besos a través de la red...
Un trillón para ti.

Mons,
espero con verdaderas ansias, tanto la foto como esa historia de tu alias. Y seguro que Montse ya ha recibido ese beso tuyo. IIgual que yo, exactamente. Un beso enorme para ti, monstruita mía.

white,
pues nada, si prefieres intuir, intuye, que muchas veces es mejor, o al menos menos complicado, que saber.
Besos a ti y gracias por la visitilla, blanca dama.

linmer,
he mirado, por curiosidad de cuándo databa tu primer comentario en Las peroratas, y es de septiembre de 2006. Del día 5 de septiembre, concretamente, y me dabas ánimos para seguir. O sea que ya llevas más de un año comentándome, compañero.
Me alucina que, si te habías bajado la canción, la borrases porque yo la quitara de las Peroratas, es como si fueras un príncipe de la honestidad o algo así. Un caballero andante, o navegante, vamos. Una rara avis, en cualquier caso. Rara y agaradabilísimus avis.
Me encanta que te guste la canción, linmer, es muy especial para mí y en fin, es muy mía. Y a partir de ahora, me acordaré de ti cuando la cante. Un abrazo fuerte.

Vanitas,
en cuanto tenga tiempo, no te preocupes, que pasaré por TeleHuevo a ver qué se cocina por ahí... Y para que tu orgullo se infle un poco más, te diré que en enlace que puse a posteriori, para bajarse el tema, me dicen que hay 62 downloads de Es por mi. Somos unas máquinas, tío. Acabo de escuchar la canción ahora otra vez, después de un tiempecito sin oírla, y la verdad, nos quedó cojonuda.

Un abrazo fuerte, campeón.

Anónimo dijo...

un fosforo, lo del baño me parece mucho mejor, teniendo en cuenta que sólo se deja accesible cuando uno no se dedica a menesteres escatológicos, y que lo más que puede ocurrir es que se ahorre agua con una ducha a medias o se derroche un poco de crema o aceite corporal. Lo de la cocina no, lo mire como lo mire, ni siquiera con la evocadora escena que ha creado Wolffo con su salsa de pollo. Y no es que a mí me moleste mancharme en esas situaciones... pero claro, no con salsa de pollo, ni siquiera con nocilla o leche condensada. Pero mayormente porque la fascinación por «nueve semanas y media» la pasé en su momento y poco después no lograba entenderla (mi fascinación, digo) :P
Y eso de que no culmine... no ¿eh? no. Yo soy de las que ya que juegan, prefieren ganar :P

Wolffo, haces bien en aclarármelo, porque como sé que no te gusta (decirlo), al leer «hacer el amor» yo había traducido mentalmente «follar». Pero como yo soy tradicional, ambas cosas prefiero hacerlas en el mismo sitio y en el mismo momento que mi pareja. Una materialista, que se llama :P
Sin embargo, te doy toda la razón en que la risa, el equilibrismo y el sexo son compatibles, incluso es necesario que vayan juntos (vale, el equilibrismo no siempre, que los años no pasan en balde); de lo del ridículo no estoy segura porque en estas cosas soy muy mía y cuando deseo, ni me da tiempo a pensar si hay situaciones ridículas. Ni me da tiempo a pensar, en realidad.

Millones de besos para cada uno

Ah, y por henchir, hinchar y lo que sea menester... yo la he descargado una vez, pero la he reproducido un montón ;)

Wolffo dijo...

Guiss, es gracioso, porque, con las little blacks, parece como si fuera un post tuyo o algo así. Dios, qué gilipollez acabo de escribir, debería acostumbrarme a borrar las paridas...
Bueno, que no sé qué contestar a tu comentario, me he quedado out total.
Más besos pa ti.

Anónimo dijo...

pero tú me lo perdonas ¿verdad? es que no sé qué me pasa hoy, estoy verborreica, voy a ver si me controlo un poco y dejo de escribir sermones de la montaña por todos los lados, voy a parecer la fidel castro de los comentarios. Pero no contestar me hacía un poco de estirada, y no lo soy ¿eh?
ayssss

Fugaz dijo...

Un beso, hace poco desde allí, hoy, desde aquí.

Sueña lindo.


S

Wolffo dijo...

Guiss,
como sabes, no hay nada que perdonar... o si lo hay, es por tu parte, vamos, que me perdones tú. Y no se te escurra ser más sucinta, que t'arreo. Lo sepas. Besos a lo burro. Por cierto, como sé que te gusta saberlo, a ti te lo digo: suena Para bien y para mal, de Antonio Vega, y me parece maravillosa.

Fuggie!!
dios mío, qué alegría más grande verte otra vez. Me acabas de alegrar el fin de semana, ¿sabes? Y a ver si puede ser otra vez desde aquí, más pronto que tarde, y de verdad y no figurado. Te he echado de menos. Muchos besos y ten un precioso fin de semana.

Anónimo dijo...

que bien suenas en "golfa vanidad" espero más

Anónimo dijo...

Esta historia sí que me parece triste: que algo haya acabado y nos empeñemos en vivir como si no...Ay, qué pena
La canción me la conozco muy bien, ni sabía que la habías quitado en su día. La tengo en mi MP3, ¿puede ser que no la quitaras del blog de las canciones? Nu sé, pero yo, en absoluto caballera andante, la he estado escuchando todos estos meses y me parece genial. Y sin ningún cargo de conciencia, mira.
Muchos besos, Montaña

Anónimo dijo...

Jajaja, y decías que iba a haber poquitos comentarios... Lo tuyo como profeta no tiene precio. Por cierto, dime en qué cifra NO va a acabar el gordo de Navidad, hombre. Besos.

Anónimo dijo...

Yo es que no pensaba comentar, para no desilusionarte, porque esperabas pocos comentarios...
O será una estrategia de dar penita para que todos te digamos lo bonito que escribís aunque la historia NO TERMINE BIEN (qué manía tienen algunos de que las historias terminen tan tristes, joer) y lo gran tipo que sos, y que la canción qué bien que volviste a colgarla porque es muy bonita, y cómo que no es pegadiza? Si la recordaba ya es que es pegadiza, hombre...

=)

Pues eso.

Ah, y que como dijo alguien en los comentarios (ya no sé quién, es que me confundo con los nicks porque soy distraída): un escrito cortito lo lee uno de un tirón, sin necesitar tomarse su tiempo. Tu escrito es más largo, nos tomamos nuestro tiempo para leerlo, y bien leído a fondo, que no es cuestión de leerlo rapidito "pa cumplir"...

Ahora sí "pues eso"
Y por supuesto: besos.

Anónimo dijo...

Julio Robledales me parece un nombre triste, gris. Aunque bueno, tal vez la vaya que ni pintado para la historia. Pues yo si que me he leído esta vez de un tirón la historia, mientras escuchaba la peacho canción, una peacho canción para un peacho texto. Esta historia debe resultar tan familiar a tanta gente, por experiencia propia o por saber de gente cercana que ha vivido algo así..

La canción me gustó, que lo sepas.

Un abrazo.

Wolffo dijo...

White,
yo también espero más, pero llevo un par de semanas que no puedo hacer caso a algo grande que me ha mandado mi partenaire por problemas de trabajo, que no me deja tiempo para las cosas importantes. Si sigues asomando el güito por aquí, de vez en cuando, tendrás nuevas ediciones de Golfa Vanidad.

Mahomal,
bueno, tiene cierta 6tristeza intrínseca, sí, pero eso, en sí, ni es bueno ni malo, no te parece? Es así. A veces estoy triste y otras, exultante. La mayoría de las veces estoy, sin embargo, irresistible, como tú misma has comprobado en más de una ocasión.
La canción, efectivamente, la quité sólo de aquí, y no de WolffoMusic, porque allí solo entran cuatro locos, yo incluido, de vez en cuando. Y cuando no es de vez en cuando, no entra nadie. Así que si tú la has pillado de allí, allí sigue, y allí está la letra puesta y todo lo demás. Me encanta pensar en Mahomalilla paseando por Madrid y que, de repente, en sus orejillas aparezca esta canción, o cualquier otra, y que te estoy cantando al oído. Es una idea muy sugerente, que lo sepas. Así que los cargos de conciencia están descartados, Mahomalilla querida, y solo resta el placer de conocerte.
Más besos, mi dulce amiga.

KotiMari,
cierto es, cierto es.... como también es cierto que si no actualizzo hasta después de navidades el número de comentarios de musltiplique, pero eso quiere decir poco.-.. solo que se multiplican. Vaya, acabo de liarme, de meterme en un jardín inglés de esos con laberinto de los que no sabes cómo salir. Bueno, tú sabrías, seguro, pero yo... ni de cogna.
Besos to you, Kott.

Rayitas,
¿y por qué no pensabas comentar, eh? ¿Es que he empezado a caerte mal? Desde luego, era una estrategia para dar penita para que todo el mundo me eche azúcares y mieles, pero también, un cachito de mí estaba convencido de lo que decía. No sé qué más decir sobre si termina bien o mal la historia o sobre si es triste o no. Este tipo de cosas, de verdad, no son estrategia de mada. Es que ni me las planteo. Las historias son como son, y salen como salen, como las canciones, no intento decir nada ni transmitirnada: me salen así y ya está. A veces alegres y otras no. A veces bonitas y a veces horrendas, pero no puedo hacer nada para evitarlo.
La canción, que quede claro, a mí me encanta. Me parece enorme, inspirada y sólida. Pero no sé, no la veo sonando por la radio o cuando me imagino tocándola en un concierto, no es de las que la gente se muere por escuchar, no sé si me explico.
Pues eso, Rayitas, mi preciosa corresponsal argentina; que cada comentario tuyo en Las Peroratas es un regalo para mis ojos... y para mi alma, claro.
Muchos besos.

Burdon,
Julio Robledales es igual a tanta gente... No todos son tan brillantes como tú y yo, amigo, hm... Hoy día, de todas formas, no es nada raro conocer a alguien por internet. Quiero decir, tú y yo no nos conocemos, y a lo mejor un día si uno va donde está el otro, le avisa y nos vemos y no digo que surja el amor entre nosotros (soy un hombre difícl, que lo sepas...), pero igual que . a lo mejor, nos hacemos amiguetes, podría pasar lo otro, ¿no?
Y que sepas que, viniendo del crítico más crítico de mis cancioncillas, el que la llames peacho canción me hace muy feliz, amigo mío.
Un abrazo y ya sabes, entre tú y yo nada está descartado... jajajajajaja!

Taluego, Burdon!

Anónimo dijo...

Wolffo, tengo una teoría que desmonta siempre ese prejuicio por las relaciones por internet. Y cuando digo relaciones me refiero en el sentido más amplio de la palabra.

La gente suele decir cuando conocen a alguien por internet que les da reparo conocerse por ese medio, por aquello de que los que campan por internet están todos medio taraos. Lo gracioso de todo es que no se dan cuenta que al estar comunicándose con otra persona por este medio, se convierten automáticamente en esa "gente de internet". Es decir, que hay mucha tonteria suelta, que si uno tiene dos dedos de frente, no debería temer tanto estas relaciones, es simplemente un medio, que puede llevarte hasta donde tú quieras llegar.

Conozco a bastante gente que se han conocido por aquí, y han acabado casándose. Aunque también debo decir que conozco culebrones de cuidado de gente que se conoció por aquí y acabaron teniendo una relación tormentosa, mezclando churros con merinas. Pero al fin y al cabo, ¿esto mismo no pasa sin la señora Internet de por medio?


A mi me han abierto sus casas, algunos sin apenas conocerme (será que se me ve a la legua la cara de buenín) y yo he hecho lo mismo cuando encartaba. Hace años tenía un foro (de música, of course) y más de una vez decía a la parroquia que iba a acercarme tal puente o tal día a Madrid. Y la gente de Madrid y alrededores se llamaban unos a otros y acabábamos quedando un puñadito de gente sólo porque se me ocurrió acercarme por allí. Estas kedadas son las mejores, las improvisadas. ¿A todo esto, me está usted tirando los tejos?, jies!

Y sí, si me pides tu opinión, como sé que te interesa, pues te la digo siempre. Me gusta por esto, o no me gusta por esto otro.. esto mismo se lo hago a la Cathy y a otros amiguetes músicos, y aunque coinciden en que soy muy crítico, cuando digo que me gusta tal o cual cosa, les sabe a gloria, jeje..


Ta luegor!

Wolffo dijo...

Burdon,
estoy completamente de acuerdo contigo en esto de los prejuicios. Es como tener prejuicios hacia conocerse en la playa... no sé es absurdo.
Las kedadas espontáneas no están mal, pero las otras las de tipo superkedada en Logroño de mil y pico, me dan horror auténtico.

Ya que me lo preguntas, no te estoy tirando los tejos, pero no digo que no a nada, amigo mío, porque soy persona prudente, y sé que lo mejor, siempre, está por venir, y uno nunca sabe cuándo ni de dónde va a venir.

Justo por eso que dices en el último párrafo es por lo que me ha sabido a gloria pura tu "me gusta". Un abrazo fuerte y ya sabes... nunca, nunca se sabe...