miércoles, octubre 03, 2007

chan-ta-ta cháaaan...!

I started a joke


Eran los primeros días de Antena 3 TV. En esa época en que una cadena nueva tiene dificultades no ya por tener audiencia, sino por llenar la parrilla con algo, lo que sea, de programación. En esos tiempos, José Ramón Pardo (periodista musical, hermano del genial, primero, y más tarde insoportable Juan Pardo) tenía un programa de conciertillos. Puso el de Simon & Garfunkel en Hyde Park, magnífico, el de Supertramp en París... cosas de ese estilo. Una semana, cuando se le acabaron los buenos, buenos, puso uno de homenaje a Les Paul (Lester Polfus era su nombre real), el creador de la mítica guitarra Gibson Les Paul. Este post no tiene nada que ver con esto, pero es mi guitarra favorita, ¿a que es bonita?. Cuando tenga pasta, me compraré una Les Paul de las buenas-buenas, no de las de probretón. En el concierto tocó una chica, no recuerdo quién, una versión, bastante mala de esta canción. Bien, yo no conocía esta canción, pero como hubo una época en que leía todo lo que tenía que ver con la música, sabía que existía y que había tenido cierta relevancia. Lo único raro es que en mi cabeza, vaya usted a saber porqué, el título era "It started as a joke", Empezó como un chiste, y era la historia de una rotura amorosa porque una chica entendió mal una broma de su chico, o algo así. Cuando escuché este tema, busqué el original, de Bee Gees, en la época en que aún no les apretaban los calzoncillos y cantaban normal. Me gustó mucho y empecé a tocarlo de forma recurrente. Me gustaba la verdadera historia, la del cómico que no tenía ni puta gracia, que nadie se reía de sus chistes y sólo se reían de cuando el tipo la cagaba. Poco después escuché la versión de Wallflowers, el fantástico grupo de Jacob Dylan, el hijo del mito, y me enamoró esa revisita. Así que yo la reinvento de nuevo, añadiéndole mucha guitarra, mucho teclado, un riff pegajoso y sincopado de bajo y un millón de voces, y dando con soltura un agudo final que, creedme, antes de dejar de fumar no lo daba ni de coña. Es todo lo contrario a los temas acústicos que vengo subiendo ultimamente. Aquí hay una orquestación pesada soportando el tema. A mí me gusta, claro, pero a ver qué te parece a ti.
Si te hace, bájatela aquí:


¿Y si no lo hago? ¿Y si cojo la puerta y me marcho? ¿Sabes lo que pasaría si me planto? Nada. No pasaría nada, sencillamente, me darían una patada en el culo, y eso si se lo pongo a tiro, que tampoco se iban a molestar demasiado en perseguirme, y mañana habría otro infeliz recorriendo las caravanas que hacen el papel de camerinos de este teatro sin sede y sin magia. Limpiando, llevando comida y bebidas, avisando de que faltan 3 minutos y sobre todo, escuchando quejas. Soy el hombre prescindible que no puede prescindir de pensarlo. La ficha que todos pueden desechar, porque nadie viene a este teatro ambulante a verme a mí. ¿Te imaginas? Los neones anunciando:

Qué va, qué va... le llevo un café con 3 aspirinas a Pancracio, el humorista tamborilero, y no me disgusta hacerlo, porque me cae bien Pan, es un buen hombre. Me pregunto cómo se las arregló para que el empresario que perpetró el cartel infame de este espanto errante le confiara el número de apertura del chou. Su número, inexplicablemente malo, consiste en contar chistes sobadísimos, una concienzuda selección de lo peor del museo de los horrores de los chistes mundiales, y dar redobles en un tambor entre chiste y chiste. La gracia, se supone, está en que lleva 30 años tocando el tambor, pero sigue asustándole su sonido porque no se acostumbra a él. En sus propias palabras, “cuento un chiste bastante bueno, doy un redoble, me asusto y me caigo de culo. La gente se descojona, en serio”, dice él a modo de sinopsis. Lo cierto es que con esta síntesis bastaría para que cualquier empresario juicioso le diera con un palo en la cabeza y le mandara a freir espárragos, mas él consiguió un contrato para llevar su aburridísimo número a girar por la España rural.

A las Sopranos Bikineras, Herminia, Brígida y Asumpteta les llevo cerveza, coca zero y bitter kas, respectivamente. Herminia es nimia, Brígida, rígida y Asumpteta es la única persona que conozco que bebe bitter kas. El día que fui a ver su espectáculo en Valdemorillo, me hizo muchísima gracia lo mal que cantaban, pero se lo perdonaba porque, de lejos, con las luces, la magia del escenario y el maquillaje, parecían estar realmente macizas. Nada más lejos de la realidad, podéis creerme. Son, por ser francos, feas. Además, unen a su fealdad insuperable, una grosería oceánica. Yo, no creáis, no frecuento marquesas, ciertamente, pero no me acostumbro a que me llamen Pollalinda, cuando están de buenas. El primer día que fui a preguntarles si necesitaban algo, me dijeron que les enseñara el dedo índice. Yo accedí, con cara confusa. Pero, al ver mi dedo tembloroso y limpio, empezaron a valorar otras posibilidades.

- Ni de coña...

- Ni de puta coña.

- Mejor la lengua...

- Sí, mejor, mejor...

Y me pidieron, en plan bromita de amigas, literalmente, que les “limpiara el ojete con la lengua, que se les había terminado el papel y acababan de atascar la taza con tres tordos del tamaño de México”. Su número es malísimo, cantan pasajes se supone que operísticos (Toreador, de Carmen, una versión alucinante y cantada del Bolero de Ravel, el Himno de la Alegría y cosas así) medio en bolas, mientras se lo hacen en escena con barras verticales de esas que usan las strippers. Un espectáculo inenarrable.

El Gran Mago Felipe es, sencillamente, un idota mayúsculo. En su honor hay que decir que su número es único mínimamente profesional. O sea, te preguntas de dónde coño saca el conejo y las palomas y todo eso. Tiene barbita, un esmóquin con vergonzosos brillos y una ayudante, América, que está de buena que se rompe. ¡Qué mujer! Felipe no la hace ni caso fuera del escenario y Pancracio babea por las esquinas cada vez que América sale a dar un pingüi. “Os va a matar a pajas” es el diagnóstico de la situación, según la Bikinera Brígida.

Mi trabajo es darles cosas a los artistas, pero la verdad es que ni es trabajo ni es nada. Cuando llegamos a un pueblo, voy a comprar cosas y las reparto y voy a dar la tabarra a la gente que monta el escenario y tal y me pagan y me dan de comer. Si estos espectáculos son deprimentes si los ves desde el patio de butacas, no te imaginas lo que machacan el espíritu cuando los ves entre bambalinas.

La gente empieza, cuando es un buen día, ignorando completamente a Pancracio; sus chistes no pueden hacer gracia ni a los más tontos del mundo; luego, la primera vez que se asusta por su propio redoble, hay un ligero ¡hm...! levemente sonreído. La tercera vez empieza a ser repetitivo, pero a la décima consigue irritar hasta al público mejor dispuesto. Sencillamente, no tiene ninguna gracia, bajo ningún punto de vista.

Luego la temperatura sube con las Bikineras Groseras, expertas en el arte del calientapollismo rural. Me dan ganas de decirles a todos, no os lo creáis, son un asco, de verdad. A mí me engañaron, que conste, y me uní a esta descerebrada trouppe pensando en tirármelas, pero después de la invitación escatológica con la que me recibieron, el amor murió para siempre en mi corazón de piedra.

Con el público salido, sale Felipe, el Mago y hace unos truquillos la mar de vistosos con pañuelos, conejos, chisteras, palomas y corta por la mitad a américa. Ese es el momento cumbre, porque ninguno queremos que semejante mujer sufra daño alguno y cuando descubrimos que está entera damos gracias al cielo y aplaudimos a rabiar.

Luego, cuando las luces se apagan, me gusta escuchar el sonido de las sillas de tijera al plegarse y ser el que merodea a los merodeadores de los artistas, por si puedo aprovecharme de alguna merodeadora y ayudarla a merodear pero con fundamento, desde dentro, como si dijéramos.

No tengo muchas cosas que hacer salvo pensar en estas cosas, así que olvida lo que te preguntaba al principio. Claro que lo haré. Claro que le llevaré la cena al Gran Mago Felipe, aunque sé que no me va a dar las gracias, y les llevaré sus bebidas a las Marranas Bikineras y dejaré que me digan cuatro burradas. Luego iré a charlar un rato con Pancracio. ¿Sabes? Él cree que tiene gracia y todas, absolutamente todas las noches, me pregunta, con las mismas exactas palabras: ¿qué tal he estado hoy, figura? Y yo, todas, todas las noches le contesto lo mismo: Aún mejor que ayer, maestro... y mañana, saldrá mejor, ya lo verás.

Me preguntaste un día si hacía esto porque me gusta ver sonreír a la gente. Bueno, en cierto modo, es así, cielo, pero sobre todo, la razón verdadera, y última, es que hago estas cosas porque, al contártelas, al escribirlas, sé que vas a sonreír tú y qué quieres, amor, no hay nada que me guste más que imaginarte sonriendo. Nada.

25 comentarios:

Morgana dijo...

Psicodélico y delirante... eres un crack para estas cosas.

No puede ser de otro modo. Eres un genuino provocador de sonrisas.

Luego te escucho.

Un besazo wolffo.

Anónimo dijo...

Eres un cochino Wolfferas, tanto como esas sopranos bikineras que ha inventado tu deformada imaginación. Te salva el que estas cosas las vomitas de corrido, en un pispás, con un talento desbordarte y francamente sensual que si no... bueno, te salva tu talento, y que me haces reír, ya lo sabes tú, "cielo".
Y para no variar, no se te escucha esa voz de miel con la porquería de divshare esa que utilizas, no puedes encontrar otro modo de enlazar tus canciones que funcione y no martirice a tus sufridos lectores ¿eh?

Besos resignados.

Anónimo dijo...

¿Esta es de los Bee Gees? No me lo puedo creer.

O son unos génios que yo nunca supe valorar o tu versión es tan buena que acabas de salvar su imagen para siempre.

Me gusta mucho cómo van entrando las guitarras, el ritmo repetitivo que se mantiente durante toda la canció y cómo se dibuja el bajo. Y, de nuevo, el encaje de voces.
No tengo ni idea de cómo era la original pero te ha quedado de aplauso el tono de voz que has utilizado.

Y hasta aquí puedo leer... Cuando tenga otro rato echo un vistazo al post y escribo alguna parida.

Un abrazo de alguien que tuvo una Les Paul de pobres (marca Frister) como su primera guitarra eléctrica. Y era la roja, como la de la foto.

Wolffo dijo...

Morganilla,
¿para qué cosas, exactamente? venga, venga, suéltate que estoy con ganas de oír (leer) cosas agradables. Cuando me oigas ya me dirás, que esta es muy distinta de las últimas. UN beso, Morganilla querida.

Tatuina
No me difames, mujer, no me difames, poetisa. Soy concienzudo en mis escritos tanto como el que más. Escribir un post de estos me lleva una semana de trabajo y doy por buena una mañana cuando consigo escribir tan sólo una buena frase, como por ejemplo la de "doy por buena una mañana cuando consigo escribir tan sólo una buena frase". Lo único que hay que hacer con el divshare es darle su tiempecito y no exigirle demasiado. Si eres impaciente, debes seguir el enlace y bajarte la canción y escrucharla de corrido en tu ordenador, que estoy seguro de que te mira con ojos golosos. Inténtalo, anda, que quiero que me escuches, "cielo".
Besos esperanzados.

Fosfos
Los Bee Gees tuvieron unos comienzos geniales. Luego, eso los calzoncillos empezaron a apretarles muchísimo y sólo cantaban en falsete, pero Massachussets, New York Minning disaster 1941, To love somebody... son joyas tremendas. Te he mandado la canción de hoy que es, creo, de una época un poco posterior a la de estos temas, pero anterior a Fiebre... Seguro que al oír la original sabes de canción estamos hablando. Esta versión es un poco rara.
Un abrazo y que sea leve el curro, rey.

Anónimo dijo...

No tenía idea de que los Bee Gees hubieran tenido una época pre-castrati. Hay que ver lo que estoy aprendiendo en este blog. Y la canción me ha gustado un montón.

En cuanto al post, es una lástima que yo me haya retirado ya de los escenarios, porque se hubiera podido completar el cartel con un numerito flamenco de los míos, para darle el punto racial al espectáculo. Y si el empresario se estiraba, a lo mejor hubiera podido convencer a mi hermano para que participara con su show de hormigas amaestradas. De todas formas, si me consigues un buen contrato, a lo mejor me lo pienso y vuelvo. Tú búscame algo y te prometo un porcentaje.

el_Vania dijo...

Tiene mérito. Porque es más difícil hoy en día hacer sonreir que hacer llorar. Ya lo sabes amigo. Hard days, mad world... en fin.
A mí siempre me arrancas una sonrisa.
Por eso vengo a verte siempre.
Somos distintos, lo sé... pero eres parte de mí.
Un abrazo.
Salud/OS!

Bigmaud dijo...

Debo decirte que a pesar de que de fondo sonaba tu muy buena versión de I started de Joke mientras leía tu post la canción que me venía a la mente era Being for the Benefit of Mr. Kite!, lo cual me hizo disfrutar tu post al doble o al triple más bien.

La parte de las Sopranos Bikineras me pareció de lo más genial e incluso me la imaginé en alguna escena de una película Japonesa friki.

.

Un abrazo Wolffo

Anónimo dijo...

Hay algo que siempre hago al leerte, y es poner tu canción de fondo mientras leo, posiblemente tenga que ponerla varias veces luego para acabar de cogerla, porque de oído musical diós se quedó mi parte y los intereses, pero creo que la obra completa es la conjunción de las dos cosas, de otro modo, las colgarías por separado...

Te preguntarás a que viene todo este rollo, supongo que ganas de hacerte perder el tiempo, porque como me da rabia que tengas tantos lectores/fans y que tengas los huevos de leer y responder cada uno de los comentarios (vamos, que yo también lo hago, pero no llegáis a diez en el mejor de los casos, y encima si no contesto me pueden soltar dos sopapos en persona...).

Perdón lo he vuelto a hacer. El caso es que esta vez he parado de leer, porque la canción me ha parecido soberbia y quería dedicarle toda la atención posible.

La historia de hoy, imaginativa como ya nos tienes acostumbrados (no por ello menos importante) pero hay un detalle que la hace realmente especial, sobre todo después de que confirmases mi sospecha de que escondes patrones para los rusos en tus posts. Y es el último párrafo, tiene eso que hace que un mensaje con palabras ordinarias te llegue del estómago a los pies con alas de mariposa perdida. Espero que lo hayas conseguido.

Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Tierno personaje, Wolffo.
Estás tiernito últimamente, eh? Es lindo eso.

Esta vez no pude escuchar la canción. En cuanto leí Gibson Les Paul se me vino a la mente una canción y esa canción me pedía que la escuchara, así que te leí mientras sonaba "Rueda Mágica", de Fito Páez. Preciosa, acompañó muy bien al escrito.

Besotes, rey.

Wolffo dijo...

MariKoti
Pos sí, tuvieron una época muy buena, además, te mandaré mi favorita de esa época (que seguro que conoces) para que, si te gusta, la cargues en tu iPod y la pasees por la bahía, que le sentará muy bien.
Es verdad, tú podías haber aportado ese toque racial y apasionado imprescindible en todo espectáculo español. Lo de las hormigas es más de sala pequeña, sin embargo... No veo a tu hermano girando con nosotros, lo siento (además, si el hermano no está, hay muchas más posibilidades de acostarse con la artista).
Bueno, te aviso cuando giremos de nuevo, ¿sí?
Besos, Koti.

Vanitas
Caray, me alegra saber que te arranco una sonrisilla. Pero no debería ser así de difícil, Van the Man, deberías dejarlas sueltas, que hubiera que arrancártelas.
Una cosa, colega; me gustaría saber, en este post en concreto, o en otro cualquiera anterior, qué es lo que te ha molestado. Porque noto un algo de te perdono que no pillo del todo. Me gustaría saber por qué cosa tengo que disculparme, Vanitas, en serio.
Un abrazo.

Joyrider
Claro, es el mismo mundo, ¿no? el circo ambulante, de espectáculos imposibles. Adoro esa canción, especialmente algunos pasajes de la letra, que me suenan especialmente poéticos. Algo del tipo "Mrs. K and H assure the public their production will be second to none, and of course, Henry the Horse dances the waltz". Me encanta, desde luego.
Dame más detalles de eso de la peli japofriki. Eso sí me parece genial.
Un abrazo, Joy. Y gracias.

linmer
Gracias por el comentario, linmer, me ha encantado leerlo.
En primer lugar, por supuesto que leo y contesto todos los comentarios. Tampoco sois tantos y mostráis, normalmente una amabilidad tremenda con mis escritos y mi música. Tendría cojones no hacerlo, no agradeceros a todos y cada uno vuestra atención. Es para mí la parte más divertida de esto, además.
Lo que he dejado de hacer, y pido disculpas por ello, es lo de "me comentas, te comento", porque... bueno, porque sí. Os leo a todos los que venís, si bien menos de lo que debería, es verdad, pero no porque vengáis, sino porque me gusta leeros. Son menos de los que parece, una veintena, como mucho. Lo que ocurre es que a veces nos replicamos y contrarreplicamos unas cuantas veces y por eso hay posts con más comentarios, pero no es este un blog muy visitado. Mira, hay una media de (espera que lo miro) unas 90-100 visitas; un poco más los días en que cuelgo el post y un poco menos cuando me pongo vago y me tiro una semana sin postear. Pero creo que lo mejor de los posts es el juego coral de contestaciones que se establece de repente. A veces, lo habrás visto, me sienta mal un comentario y me revuelvo, pero luego se me pasa.
Hay una cosa que es verdad, y es que me derrito cuando me habláis, bien, claro, de la música. La música es media vida mía y nunca ha tenido el eco que me hubiera gustado, así que cuando alguien le hace un poquito de caso, me corro, por ser un poco bruto y claro.
Y no, amigo mío, creí que sí, al principio, pero no lo he conseguido.
La vida es más complicada que un post entrañable.
Gracias por interesarte.
Un abrazo fuerte y gracias.

Rayas
¿Estoy tierno? Estoy hecho un ceporro y tengo un resfriado del 90, es así como estoy. No conozco esa canción que dices, la buscaré, aunque Fito Páez me da un poco de alipori... ah, no, coño, el que me da alipori es el de los Fitipaldis, que no le soporto. Buscaré la canción, en serio.
Besos a ti, reina, que he leído que te han premiado, ¿eh?

Anónimo dijo...

Resulta que los fantasmas tenemos abuela. Y no es inmortal. La mía ha muerto hace pocos días y aún no me puedo acostumbrar. Yo trabajo literalmente al lado de su casa y cuando la chica que la cuida me llamó porque estaba mal, ya se estaba muriendo y no hubo nada que hacer. Llorar. Supongo que cuento esto aquí porque compartir las penas ayuda a superarlas. Hoy no estoy para comentarios ni discusiones. Mañana es su funeral y escribí estas líeas para decirlas allí:

«Todo en la vida de mi abuela eran cifras apabullantes: noventa y dos años, trece hijos, treinta nietos, treinta y siete bisnietos (y tres más que están en camino), y una tataranieta. Era más madre, más abuela y más bisabuela que nadie —que nadie que yo haya conocido, al menos—. Sin embargo, creo que su mayor mérito no radica en ser la responsable —junto con mi abuelo— de haber puesto a tantas personas en el mundo. No ha sido tampoco criar a tantos bebés, educar a tantos niños, aconsejar a tantos jóvenes, y en definitiva vernos crecer a todos y compartir alegrías y penas. Su verdadero éxito, el triunfo de su vida, es que toda esta gran familia se mantenga unida. Que nos queramos, que nos guste saber los unos de los otros, reunirnos con frecuencia, y hacer viajes para recorrer los kilómetros que inevitablemente nos separan a muchos.

A mí de pequeño no me extrañaba ver que las familias de los demás eran menos numerosas, porque me daba cuenta de que la mía era algo bastante inusual. Lo que verdaderamente me sorprendía, era cuando alguien me contaba que tenía primos o tíos a los que no veía nunca y ni siquiera conocía. Eso es lo que me parecía de otro planeta. Y con el paso del tiempo me he ido dando cuenta de que ser el generoso punto de encuentro de familia y amigos, es lo que hacía que mis abuelos fueran admirables. Y muy especialmente, en los últimos veinticuatro años y ya sin su marido, lo que hacía de mi abuela una mujer excepcional.

Ella ha dejado una huella imborrable en todos nosotros, y ha dejado un legado vivo que es nuestra responsabilidad mantener. Nadie se muere del todo mientras quede alguien que le recuerde. Y somos muchos los que nunca olvidaremos a la abuela».

Wolffo dijo...

Fant,
fíjate, al leer el principio de tu comentario, pensé que ibas a hablar de ti mismo en tono elogioso. Creí que era una especie de antexcusa, de una justificación a priori porque te ibas a poner en plan aquí estoy yo.
Amigo, sólo puedo decirte que siento muchísimo que estés pasando lo que estás pasando, pero que te aferres a la idea de tu excelente discurso de mañana: vive en vuestro recuerdo. En el tuyo, con seguridad y en el del resto de sus hijos y nietos, también.

Un abrazo fuerte y cuando quieras, amigo, cuando tú quieras.

Anónimo dijo...

Me sumo a la propuesta de Kotinussa, eso sí, no sé bailar ni cantar ni dar palmas ni nada, sólo sé tocar con la flauta y a piano el Oh Susana y la Guerra de las Galaxias.
Que esté tan mal dotado para el artisteo no quita para que le eche a todo mucha pasión y ganas.

Abracitos rey

Ah! y lo de limpiar el "ojete" con la lengua es asqueroso

Anónimo dijo...

Hago mío un poco del dolor de "fant". Eso lo primero.
Lo segundo, que tu post me ha dejado pensando, sobre todo en cosas como hacer un concepto como el "calientapollismo", en el que me permito decir que siempre es mejor un poco de "calientapollismo" que un poco de nada. Me ha gustado eso, y también me ha recordado como a alguien que te ha comentado más arriba, a "For the benefit...", que en "For the benefit..." prefiero "I'm fixing a hole", y no sé porque las relaciono, ni porque relaciono entre si "Good day sunshine" y "And your bord can sing" que hacemos tan bien.

Aparte de esta disgresión, que se que te ha encantado me queda por decir que eres un puto maestro en los finales, esas frases de los finales me encantan, y si yo fuera un bloggero piratón, me las cogería para ir titulando mis siguientes posts. Pero no soy piratón, por ahora. "Merodeador", ya la palabra mismo es tan encantadora como "liturgia" por ejemplo, pero es que el concepto de "MErodeador de merodeadores" me parece todo un descubrimiento. Bueno, a lo que tengas que hacer en Parla, machote.
A mais ver.

Anónimo dijo...

Llego tarde del trabajo y toca hacer la cena, preparar la colada y dar las buenas noches a las peques... y aún así, consigues arrancarme esa sonrisa.

Gracias Wolffo, eres fantabuloso (como dice mi leona pequeña).

Besos de una maia.

(La canción me la bajo y la escucho mañana, a todo volumen, que ahora las despierto y no la disfruto igual)

Anónimo dijo...

Dios, creo que esto no me dará tiempo a leerlo a estas horas, ni apenas el cover de los Wallflowers. Pero tengo que volver con más calma.

Un abrazo

Wolffo dijo...

Ararat
Vamos a hacer una trouppe de lo más pintona. Me inclino por la flauta. aunque tu versión de La Guerra de las Galaxias me llama mucho, no creas...
Siento herir la sensibilidad de os lectores con mejor gusto, pero me debo a la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Soy solo un notario de la actualidad. Lo siento, en serio, pero no puedo hacer nada más.

Un abrazo, rey moro.

Buch
Eso es verdad, mejor que, al menos, te enseñen la chocolatina y podder soñar con hincarle el diente, pero tiene su revés, reconócelo: el escozor.
En lo de Mr.Kite, lo que pasa es que el sonido de de todo el Pepper es fabuloso y muy característico. Y sí, en cierto modo, Hole y Kite están en el mismo mundo, yo creo que sí. A mí, de ese disco, además, me encantan Getting better, She's leaving home, Lovely Rita y A day in the life. Bueno y Lucy... me gusta entero, excepto la de Harrison que me parece un pedete mal tirado, dicho sea con todos los respetos hacia el mundo hindú, claro, claro...
Me ha encantado tu viaje por los Cerros de Úbeda, en serio, y tus comentarios elogiosos también, faltaría más. Y a mí, en Parla, la verdad...

Wen
Me identifico contigo y no sabes de qué manera, maia querida. Bueno, y con tu pequeña leona, que me cae de cine.
Espero que te guste la canción, Wen. Un beso, maia.

Burdon
Pues nada, ya yabes cómo llegar. Cuando tengas un ratito, esto está siempre abierto, ya sabes, como los 7-11.
Abrazos.

Anónimo dijo...

La canción: también te la había escuchado ya. No sé cuándo ni dónde, pero la recuerdo relacionada contigo. Me gusta mucho y me parece una versión preciosa. Y ya verás qué pronto te haces con la Les Paul esa, que te va a empezar a salir el dinero por las orejas, que te lo digo yo..
Y el post muy bueno: creas un ambiente cutrecillo-deprimente con tres pinceladas. Y me encanta el final, que todo quede compensado por una sonrisa imaginada. Precioso
¡¡¡¡ESTOY AL DIA!!!!

Anónimo dijo...

Lo primero: un abrazo para Fanti y toda mi admiración para su abuela.
Como ves, he optado por comentar el post y los comentarios por separado. No es que tenga mucho que decir y no me quepa en uno: la verdadera razón es que hay mucho talento aquí reunido y, después de leerlo, me vengo abajo a la hora de dejar mi opinión. Normalmente ya te lo han dicho todo, y mucho mejor dicho.
En esta ocasión vuelve a ser Linner (y tb Bush) los que expresan que te cagas lo de tus finales. A eso me refería tb yo, mismamente. Y siento que esta vez no lo hayas conseguido
Besos varios

Anónimo dijo...

Ay Wolffinguis, que no tengo tiempo pa ná, a ver si me termino de liar y me deslío de una vez, que esto es un sinviví en mí. Ohjú que pechá, como dicen aquí, estoy adaptándome a la nueva situación de curranta, con todo lo que eso conlleva, pero con muchísima ilusión, cada día más, jatetú que ni me importa madrugar...

Quería mandarte un beso y que no me olvido de nadie, simplemente es que estoy entre despistada y sorprendida, con una cara de novata que me encanta, por otra parte, es un nuevo reto, y hasta ahora, muy iusionante.

Pues eso, que besos :D

Wolffo dijo...

Mahomalilla
eso de comentar los comentarios es todo un hallazgo, además de necesario. Alguien tenía que darse cuenta de que lo mejor de este sitio son los comentarios. Bien por tiu, Mahomalilla.
Es asombroso que me hubieras escuchado esta canción, porque... en fin, que no, colega. ¿Sabes de dónde te puede sonar, relacionada conmigo? Recuerdas "La Licenciada Clemente"? pues de ahí. Había un capitulito titulado así. Imagino que será de eso.
Besos, guapa.

Malanilla
Jo, coleguilla, no sabes cómo me alegro. UN beso muy fuerte y mucho ánimo. Y ya sabes, cuando les muerdas el tobillo, pase lo que pase, no sueltes tu presa.
Felicidades y muchos besos.

Guiss dijo...

cuando escribes relatos como estos, siempre haces que sea consciente de la existencia de gente que no sé si existe.
No había pensado hasta ahora que hay gente a quien le gustan las sonrisas tristes, no sé si a ti; a mí a veces. Creo que son las que se dibujan cuando la gracia está en quién y en cómo cuenta, pero el qué, despojado de eso, resultaría sórdido, desolador y terrible para quien lo mira desde fuera.
Me ha gustado mucho (incluso las frases que leo arrugando la nariz y diciéndome ¿pero cómo se le puede ocurrir a nadie eso?), y la canción es perfecta para leerte ahora.
¿has hecho alguna vez one headlight, por cierto?
Miles de besos

Wolffo dijo...

¡Guiss!
qué manera más poética de decirlo, príncipa.
Yo no sé si me gustan las sonrisas tristes, pero me gusta la gente que las practica, como, seguramente, tú, cuando estás triste y alguien (pongamos que yo, desnudo, con dos copas de vino sobre la cabeza, en precario equilibrio y dos clavelones entre los dientes) es capaz de sacarte una sonrisa del fondo del alma. One headlight es maravillosa y resume lo que pienso yo de una buena canción y un artista competente. Jacob Dylan es un tío al que me gustaría encontrarme y decirle que se vieniera a tomar una cerveza y luego no sabría qué decirle y él intentaría escapar, pero no podría, porque yo le habria atado a una farola y se quedaría para siempre en esa farola y tú y yo podríamos ir a verle los martes a mediodía y llevarle víveres y un par de buenas noticias.
Y una sonrisa triste, claro.

Un beso enorme y gracias por este precioso comentario.

Guiss dijo...

esto... reconozco que a Jacob Dylan no me importaría nada atarle, pero no a una farola :P
Yo tengo la impresión de que tú lograrías arrancarme carcajadas, que es como a mí me gusta reírme, toda yo entera.

Wolffo dijo...

Guiss,
cuando te pones en ese plan... ay, príncipa, ¡cómo te pones!

Un día de estos, te doy la sorpresa y te hago de reí. Mientras tanto, me confromo con enviarte besos y esperar que te los imagines en plan buen rollito.

(Se me olvidó decirte que hacer una versión de One headlight queda, por el momento, fuera de mi alcance. Pero no lo descarto. Si me atreví a hacer el ridi con Strangers in the night, es que mi estupidez no tiene medida.)