jueves, septiembre 27, 2007

muéstrame el camino

The blindman


Estábamos en el jardín. Debíamos ser cuatro o cinco, no más gente. Subimos a casa de Carlos, porque tenía que coger algo. Estaba Willie, seguro, y Gabino. Y Carlos y Gabino cantaron esta canción. No la había oído en la vida. Me fastidiaba que Carlos y Gabino se supieran una canción tan chula y que yo no la hubiera oído en la vida. La cantaron genial y cuando me preguntaron que si la conocía, yo les dije que claro, hombre... Naturalmente, al llegar a casa, le pregunté a mi hermano que de quién era una canción que se llamaba Show me the way. De Peter Framptom, me dijo y me la puso. Le dije que esa no era la canción que yo quería escuchar. Entonces se la canté. Y buscó una cinta (BASF C-60) que tenía grabada con canciones sueltas y me la puso y me dijo todo lo que sé de ella hoy mismo. Es de finales de los 60, de un grupo que se llama Big Brother and the Holding Company, ¿no te suena la voz alta, la de la chica? me preguntó. Porque en ese grupo, la chica que hacía los coros, sin más protagonismo, se llamaba, nada más y nada menos, que Janis Joplin. He grabado la canción con la pandereta de la batería de Wilco (el batería de The Perros), mi inseparable guitarrita acústica, la eléctrica, el bajo de mi hermano Mariano y mi propia garganta por triplicado. El original es solo a dos voces, pero claro, una de ellas era de Janis Joplin y así cualquiera. Este tema me encanta y agradezco, 25 años después, a Carlos Espinosa y Gabino Diego que me la cantaran aquella mañana. Si se enteraran, a lo mejor les hace ilusión que hoy, pasado el ataque de rabia por mi ignorancia, les dedique esta canción por habérmela descubierto.

Como siempre, si te hace, bájatela aquí:



He escrito 3 novelas. Un libro de viajes, una guía de Toledo sin visitarla, un manual de usuario de un sistema de bases de datos sin saber lo que es una base de datos ni haber trabajado nunca con ellas; he escrito un libro de cocina, el guión de un cómic (malísimo), un cuento regularcillo y los guiones de unos 10 videos corporativos; he grabado dos álbumes magníficos llenos de magníficas canciones; he escrito el guión de una serie de dibujos animados para niños y he fundado y colaborado en dos revistas humorísticas; he debido crear unos 30 comerciales de TV (algunos, creedme, para matarme) y unas 200 cuñas de radio; además, infinidad de anuncios de prensa, revistas, folletos de todos los tamaños y colores... Me han pedido que escribiera lemas para gritar en las manifestaciones, cartas para convencer a unos cientos de trabajadores que echaban de una fábrica de que quedarse sin trabajo era lo mejor que podía pasarles; escribo infomerciales (anuncios de televenta) a patadas; he escrito, grabado e interpretado música para cinco anuncios de televisión; he escrito “discursos” (guiones para que hablaran en videos electorales) para Aznar, Álvarez del Manzano, Mayor Oreja, Javier Arenas... en fin, toda la panda, y a más de uno de ellos, tuve que corregirles ciertos defectillos de lenguaje... En fin que he escrito unas cuantas cosas. De todas ellas, desde luego, la que más me gusta, es el guión de una serie americana de ficción para adultos. Digo americana porque tiene varios personajes; si fuera una serie española serían solo tres personajes, el facha, el pusilánime y el guay, disfrazados de muchos personajes de ambos sexos.

En cuanto a leer, no creas, no es que sea un campeón, ni que presuma de leer más que nadie, porque no es verdad, pero nunca meha faltado, desde hace unos 35 años, un librito en la mesilla de noche. Ni en la estantería del cuarto de baño. Soy de esos, sí, pero en mi descargo diré que sólo obro en casa (bueno y en cierta oficina...) y que siempre enciendo una vela a san Odorono para purificar el ambiente.

Mi cerebro, si descontamos los olvidos (frecuentes y, a veces, catastróficos, es cierto, joder, hoy mismo se me ha quemado el cocido), no funciona del todo mal porque es inquieto e inseguro y siempre se pregunta. Aunque no se me daban demasiado bien las matemáticas, nunca tuve problemas para comprender los rudimentos básicos de ciencia alguna. Bueno, siendo sinceros, los límites fueron el límite de mi competencia en matemáticas. Y sin embargo, la música, que es pura matemática, se me da medianamente.

Pero soy desatroso, un inútil total, un recordman de la estupidez, cuando se trata de orientarse. Sí, he leído y escrito un huevo, pero soy incapaz de leer un mapa. Suéltame en medio de cualquier sitio y me verás con cara de terror mirando a todos lados sin saber a dónde dar un paso.

Te llevo a tu casa, en mi coche, y tú me vas diciendo por aquí, por aquí, veechándote a la derecha, que es la próxima... pero como voy pensando en quitarte el sujetador, en pedirte dinero, o en comerme todo lo que tengas en la nevera, cuando llegue la hora de volver, me meteré la perdida padre. Puede que no te lo cuente, pero si el trayecto es de 3 kilómetros, recorreré 300 y todavía, cuando llegue a casa, de madrugada, diré satisfecho, “al final, lo has logrado, cabrón, has vuelto a casa”, como si lo normal fuera perderse y desaparecer de la civilización.

Subo a casa satisfecho, intentando convencer a Mericolasín (era el amigo imaginario de mi hermano Mariano, pero se cansó de él –demasiado perfecto, mi hermano- y ahora él y yo somos colegas, dos desastres unidos por la imperfección), y a mí mismo, de que ha sido un viajecito encantador y necesario para nuestra formación como personas integrales y futuras.

- Al hilo de eso, una vez Julio Salinas, al acabar un partido del Barça, que perdió, dijo que el árbitro no había visto un “futuro penalty”, fue super gracioso – me dice Mericolasín, y yo no entiendo porqué los amigos imaginarios, aunque no sean los propios, no pueden encontrar graciosas las cosas normales, como caerse de culo, o una tarta en tu cara, o un chiste contado con acento andaluz de palo que empiece : “ese pedasso de maricón...”, en vez de encontrar “super gracioso” que Julio Salinas se equivocara.

Has de saber, oh, lector, que Julio Salinas no fue un gran jugador. Pero era mucho mejor como jugador que como comentarista deportivo, de eso puedes estar seguro.

Mericolasín se está preparando un colacao (se los prepara con poquísimo colacao) y me ofrece, pero él no sabe nada de mí, porque yo lo que quiero, lo único que quiero, pedazo de bruto ignorante que toma colacaos nada apetitosos, es tenerla entre mis brazos, quiero apretujarla y besar las comisuras de sus labios, porque sé que le gusta el juego, y ella entreabre los labios y cierra los ojos (aprovecho para sacarle la lengua) y beso el límite de su boca eterna y la estrecho más y entonces, lo que me gustaría es hacer algún chiste subido de tono, pero ingenioso (lo del móvil o te alegras de verme no, claro) sobre eso que ella siente en su vientre cuando mi abrazo se hace posesión, y cuando su carcajada estalle, morder sus labios y hacerle el amor antes de que se dé cuenta de que soy gracioso, vale, pero soy muy poco atractivo, en realidad... Entonces, miro alrededor y me doy cuenta de que esta cocina es rarísima y de que yo nunca tengo colacao, ni siquiera nevera, ni nada.

- Oye, Mericolasín – le digo al chavalote del colacao- te vas a reír, pero resulta que me he perdido, porque esta no es mi casa, ¿no?

Y el tío ni se ríe ni nada. Ni para eso sirve, el gilipollas. Ya me ves, perdido. Sí, vale, he escrito muchas cosas, pero se me olvidó escribirme en la mano cómo coño se vuelve a casa.

Muéstrame el camino, anda.



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Listening to: Billy Ray Cyrus - Achy Breaky Heart
via FoxyTunes

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que por primera vez voy a ser el primero. Y si no lo soy que sepa el que me quite el puesto que va a tener siete años de mal sexo.

Has vuelto a recuperar el tono en la escritura. Me gusta. Ahora que lo pienso... nunca te he dicho que es lo que me gusta exactamente y hoy, por haberse conjugado Platón con Sócrates, te lo voy a decir(tp es q sea importante pero me tenia q vender no?).

Lo que más me gusta son tus digresiones y regresiones sobre el hilo argumentativo que impiden que puedas llegar a conocer el final... Que se resuelva el desenlace en una porción tan minúscula comparada con cualquiera de tus meandros narrativos haciendo más intensa todavía la sensación de que no importa lo que cuentes, lo que importa es cómo lo cuentas, que tus letras se hagan compañía.

Un abrazo, amigo


P.D.:(si no te importa yo me pido ser virtual, q a los imaginarios los insultas mucho :P)

Anónimo dijo...

¡La tengo, la tengo! Me refiero a la original, la de Big Brother y Janis Joplin. La he escuchado junto con la tuya y me parece que tu versión no desmerece nada.

Y, bueno, ¿por qué tienes un amigo imaginario heredado de un hermano y no uno propio? Mi hermano tenía uno (Paco se llamaba) y yo tenía una llamada Melu. Los amigos imaginarios tienen que ser propios, y no de segunda mano, porque de lo contrario resultan más bien inútiles.

Besos imaginarios y reales.

Bigmaud dijo...

Mis problemas para socializar son tantos que ni siquiera he tenido un amigo imaginario, he intentado conseguir uno, y están conmigo un día o dos pero luego se marchan a buscar a alguien más, es terrible.

Me gustó mucho tu post, y me pasa algo similar a ti en cuanto a al sentido orientación (no sexual), y es que, más allá de 500 metros a la redonda de mi casa no sé moverme más, me pierdo. Es increíble toda esa gente que puede orientarse con la posición del sol o de las estrella. Otros que compartían este problema eran Hanzel y Gretel.


Te mando saludos.

Anónimo dijo...

Te dije que me gusta mucho cómo escribís?
Me gusta mucho como escribís.

Besos, rey, que no es que te pierdas, es que el mundo entero es tu casa.

Wolffo dijo...

linmer, amigo,
¿Qué se siente ante tamaña responsabilité? Ser el primero no es baladí, amigo mío, vas, de algún modo, a marcar el tono de los comentarios, así que te agradezco mucho que hayas puesto el listón a semejante altura.
Sabes, linmer, lo que dices está tan bien escrito que, aunque no tuvieras razón, dan ganas de aplaudir.
Sólo te diré una cosa: sí importa lo que cuento, vamos, a mí me importa. Bueno, no es que importe, es que suele haber un mensaje, o un recado, vamos, para alguien. A veces está clarísimo, claro, pero otras veces está tan oculto que ni siquiera yo recuerdo dónde está el mensaje, pero eso no es lo curioso. Lo curioso es que a veces sólo escribo para rodear y esconder una frase que quiero decirle a alguien; y nunca aviso a ese alguien, claro, porque a veces me dirijo a gente que ni siquiera sabe que escribo o que tengo una bitacorilla.
En cuanto a la amistad, querido amigo, a mis amigos imaginarios no les trato tan mal, sólo a los ajenos. Mericolasín, concretamente, es bastante insoportable y no tiene, ni de lejos, tu cultura ni la amplitud de tu visión general de las cosas.
Por otra parte, vos no podríais ser imaginario, porque mi imaginación no escribiría comentarios tan sagaces. Ni tan cariñosos, claro. Un abrazo y gracias, amigo.

KotiMari
¿La tienes? yo la conseguí hace poquito, llevaba años sin escucharla y grabarla ha sido un placer. En cuanto a eso, mi versión, ya sabes, es más caserilla, más de andar por casa, y la he grabado en un peo, como quien dice.
Yo no elijo a mis amigos, KotiMar, ni siquiera a los imaginarios, o debería decir que a los imaginarios, menos que a ninguno. Yo de pequeño no tenía amigos imaginarios, tenía amantes imaginarias, la reina de las cuales era, claro, Maritoria, la hermana rubia y mayor de BetaLizz, que no era nada imaginaria, pero a mí me tenía loco y no me hacía ni caso (el fantasma, Fantie, ya sabes, que también la conocía, sí que era su amigo), lo que era imaginario era que me invitara a compartir con ella la ducha, por ejemplo y lo mucho que le gustaba que le besara los piececitos mientras veía la tele en el sofá, en el cuarto de estar de mi imaginación.
Háblame de Melu, me interesa el tema. En serio, y si está buena y tiene un poquito de conversación, quién sabe... yo me apropio de los imaginarios ajenos con sorprendente destreza.
Besos, besos y besos, KotiMar.

Joyrider
¿problemas para socializar alguien de tu nivelillo? déjame decirte que no me sorprende, amigo: los más valiosos son, a menudo, los menos afortunados en la colmena. El enjambre es cruel e ignorante, te lo digo por propia experiencia. Por lo menos, has tenido algunos amigos imaginarios que te aguantaban un par de días: yo me tengo que conformar con los ajenos.
Yo no me oriento nada bien, eso es verdad, pero me deprime muchísimo lo que señalas de Hanzel y Gretel, macho. Siempre me han caído de culo esa parejita de memos a los que sus padres echan de casa. ¿Te imaginas? Me parece que el análisis primero que uno hace espontáneamente (padres cabrones, abandonadores), es demasiado elemental para ser cierto. Lo cierto es que debían ser bastante insoportables esos dos, ¿no te parece?
Un abrazo y gracias, Joy.

Rayoides
Yo creo que sí, que me lo has dicho unas cuantas veces, cielo, pero cada vez que lo dices suena mejor. De modo que, bueno, continúa, si no te importa, y alcanzarás la perfección en decirlo. Y eso es bueno, créeme.
Un beso y mil gracias por siempre tan cariñosa, MaryLines.

Anónimo dijo...

Este post tuyo es delicioso, wolffo, mucho más que el colacao de Mericolasín, que también lo es por lo que tiene de casero. Por cierto, ¿cómo vuelve Mericolasín a casa cuando está solo? ¿o no tiene vida propia, no sé, sus propios amigos imaginarios, por ejemplo? (ains, es que me ha intrigado mucho este personaje). Yo no tenía amigos imaginarios, bueno sí, pero no les ponía nombres, y además nunca eran los mismos, así que amigos amigos, lo que se dice amigos... pues no. En cambio bautizaba piedras, caracoles y cochinillas (esos bichetes que se convierten en bola cuando los tocas), y éstos sí eran mis amigos. Y claro, esto demuestra que a mí se me dan tan mal las matemáticas como a ti volver a casa...

Lo dicho, wolffo, ha sido el colacao más delicioso que me he tomado en años. Gracias.

Besos mil

Anónimo dijo...

Cuando Brubaker se pira de la cárcel, como obligado a dimitir o algo así, que no lo recuerdo bien, los presos apiñados tras la valla de seguridad, le decican una ovación, pero no una ovación vulgar, sino que es una de esas que empìeza uno aplaudiendo muy despacio, y luego dos y mas deprisa,y luego diez y más deprisa y luego once y más deprisa....mil a toda leche. Si yo fuera mil te dedicaría esa ovación. Y, créelo o no, mejor sí, a mi me parece que alguna vez he oído ahbalr de mericolasín, o si no no me extraña nada, porque tinene esa chispa de la familia tuya para poner nombres y remoquetes.
La conversación y los detalles con Mericolasín son geniales. Tambi´çen esa característica tuya de perderse, que comparto contigo, y ahí estaríamos en un campeonato de gilipollez al volante.
Un pellizco en los mofletes, majo.

Anónimo dijo...

No te puedo presentar a Melu porque desapareció hace muchos años. Creo que se fugó con Paco. Debía estar un poco fastidiada porque como Koti y su hermano se estaban peleando todo el tiempo, Paco y ella, o bien estaban tratando de que hiciéramos las paces, o metiéndose también en la pelea. Todo muy agotador.

Melu te hubiera gustado porque era parecida a mí, pero con todo lo mío mejorado hasta el extremo. La versión perfecta de Kotinussa, vamos.

Si algún día tengo noticias de ella, ya le digo que quieres conocerla.

Wolffo dijo...

sabelilla
Mericolasín, sus motivaciones y sus métodos de transporte, son arcanos para mí, sab, no sé como se lo monta en absoluto para volver a casa.
Entre tú y yo, es bastante pelma, y sólo le soporto porque es el típico al que le puedes echar la culpa de todo sin que pase nada.
Yo a esos bichitos bola les llamaba así bichobola, y me hubiera gustado tener de pequeñajo una amiga que le pusiera nombre a las piedras... pero me hubiese dado muchísima vergüenza hablar contigo, era extremadamente tímido conlas chicas entonces... Pero a ti no te habría dado vergüenza y me hubieras presentado a las mejores piedras, seguro.
UN beso y gracias por ser tan genial, sabelilla.

Buch
Recuerdo esa ovación, tío. Es un crescendo habitual en ciertas pelis, pero en esa está hecho con maestría, es verdad.
Remoquete es una palabra bestial, ahora que lo escribes. Y antes de que lo escribieras también, pero hasta que no lo has hecho, no había caído en la cuenta.
Es cierto que tú tienes un sentido de la orientación casi tan nefasto como el mío, podríamos hacer un París-Dakar juntos y en las etapas esas de navegación nos lo íbamos a pasar pirata buscando el camino...

Wolffo dijo...

KotiMari
hm... parece interesante Melu, ya me la estoy imaginando desnuda, a mis pies, pidiéndome, por favor, que no la ignore y que dedique cinco minutos de mi vida a amarla sin ceremonias...
Es de esas, ¿a que sí?


Besos, KotiMari.

Morgana dijo...

aissss, amigo Wolffo... no hay nadie en el mundo peor que yo para eso. Como bien saben los que me conocen, mi sentido de la orientación es nulo. Un verdadero desastre...

Ya sabes, lo único que puedo ofrecerte... es perderte conmigo.

Me encanta la canción, magnífica!

Besitos

Anónimo dijo...

¿Cinco minutos? Me temo que así no la convences.

Anónimo dijo...

A mí me gusta discutir. En buen plan, ya sabes, por el mero placer intelectual de argumentar lo que sea. Esto en parte viene dado por mi propia naturaleza inmortal: los fantasmas, aburridos viendo pasar los siglos tras los muros de nuestros castillos, tendemos a enzarzarnos en discusiones bizantinas. También es un modo de atormentar a los mortales, no creas. Un antepasado mío, sin ir más lejos, acabó con tres generaciones de duques de Clarence tras mantener noche tras noche la misma discusión acerca del significado alegórico de un cuadro que representaba una escena de caza, y que colgaba en la pared de una de las estancias del castillo. El cuarto duque de Clarence, avisado de la maldición familiar, mandó destruir el cuadro y optó por ser atormentado al modo tradicional: cadenas que se arrastran, apariciones sin cabeza y cosas así. Fue mucho más feliz.

Dicho lo anterior, no te enfades porque te haya llamado reaccionario, hombre. Como tú mismo apuntas, exageras en tus opiniones, y yo en las mías. De todos modos, es divertido que se cree algo de polémica y que los demás participen, aunque supongo que a quien le debe parecer oportuno es a ti, que eres el blogmaster y tal. Por otra parte, es inevitable que al “discutir” por escrito a veces se entiendan cosas diferentes a las que uno quiere decir... Tampoco podemos vivir en un blog y estar conectados por videoconferencia las 24 horas; además para eso ya se han inventado los bares, que son un sitio más agradable para quedar y hablar de lo que sea.

Warhol, Lichtenstein, Pollock, Picasso y Goya, están todos muertos y les da exactamente igual lo que opinemos de ellos. Es más, me atrevería a decir que aunque estuviesen vivos también les traería al fresco. ¿Que a ti lo que te gusta es la pintura figurativa?, pues muy bien, que la disfrutes. A mí también me gustan muchos pintores figurativos, claro, y otros que no lo son.

Leí el post, y digo que no estoy de acuerdo con el tópico (sin comillas) de volver a tiempos más jóvenes sabiendo lo que sabemos, y añado la reflexión de no estar de vuelta de nada, pero eso no implica que tú hayas dicho lo contrario. Que ya lo sé.

De Clint, en efecto, hasta yo puedo reconocer que ha hecho pelis prescindibles. Sobre todo como actor, ya que de hecho lo que dije es que me gusta más como director. Las de Harry el Sucio tienen su gracia, siempre que no te lo tomes muy en serio. Por cierto, fósforo, el pistolón no era un colt 45 (esa debía emplearla en las que rodó con Sergio Leone en Almería) sino un Magnum 44 (que da el título a la segunda película de la serie, «Magnum Force», aquí «Harry el Fuerte»).

Yo también he estado en el restaurante de Eastwood, en Carmel. El pueblo casi parece un decorado de lo cuidado que está, y el propio Clint fue alcalde unos años. El restaurante creo que se llamaba «The hog’s breath» (el aliento del cerdo), aunque yo no tuve ocasión de oir a su famoso propietario al piano...

Ese viaje que cuenta fósforo yo lo hice parecido, y más o menos en las mismas fechas. En lugar de con un amigo fue con compañía femenina, pero también recorrimos California en coche. Fue un viaje como los que ya hablamos y como me gusta hacerlos a mí: nos plantamos en San Francisco habiendo reservado sólo hotel para la primera noche, con la idea de buscar allí un coche e ir haciéndonos el itinerario sobre la marcha. Contarlo todo daría para mucho, claro, pero bajamos Big Sur y llegamos hasta cruzar la frontera mejicana, luego atravesamos el desierto Mojave para entrar en Nevada y llegar a Las Vegas, y vuelta a California a través del Valle de la Muerte (que dio en esos días la temperatura más alta del planeta), Yosemite, y Frisco de nuevo. Al final hicieron falta dos coches porque el primero cascó en San Diego y aunque me lo repararon en un taller no me fiaba mucho, ya que la avería fue en el radiador y yo tenía aún que atravesar un desierto bastante chungo, así que tras discusiones varias por teléfono con el tipo del Rentacar en San Francisco, acordé que al llegar a Las Vegas me lo cambiaba en otra oficina que tenían allí.

Llevo retraso en los comentarios (por no querer acaparar), así que ya te diré de este último. No quiero dejar pasar tus proposiciones de menage a trois con Kotinussa: intelectualmente sería un inmejorable placer, y físicamente quizá sólo mejoraría siendo dos (en fin, no te ofendas Wolfie, aunque siempre sería ella quien tuviese la última palabra).

Necesaria puntualización final: Joyrider comentó que sus comentarios podrían resultar demasiado breves, a lo que ya respondiste lo evidente: más largo no significa mejor ni peor. En mi caso, además, consciente de la extensión, quiero aclarar que ya en los exámenes de la Facultad tenía el peor índice nº de folios/nota obtenida. Y desde entonces no he hecho más que empeorar.

Anónimo dijo...

Intervengo de nuevo por alusiones. Estoy de acuerdo con que el menage a trois intelectual es un fantástico plan. En cuanto a la posibilidad de mejora que mencionas, y puesto que me concedes la última palabra, estoy de acuerdo. Al contrario que en anuncio de las naranjas, dos mejor que tres. En cuanto a qué dos, pues no os voy a negar la posibilidad de ese reencuentro y me retiro graciosamente. Y si no queréis aprovechar esa posibilidad e insistís en mi presencia, así, de entrada, hay que reconocer que la antigüedad es un grado, Fantasma, y contigo apenas he cruzado unas frases. Ahí Wolffo te lleva ventaja.

el_Vania dijo...

Niño, la guía de Toledo sin publicarla, mailéamela pero YA!!
Yo te voy a mostrar otro camino, el de estar una noche en barcelona, en una comisaría atestada con 60.000 almas en el estadio olímpico frente a The Police.
En bereberes, lo cuelgo en el blog!!
Un abrazo!!
Salud/OS!

el_Vania dijo...

Perdón, quería decir la guía de Toledo sin VISITARLA, evidentemente.
Salud - SaludOS!

Anónimo dijo...

Vaya canción.

Qué pasada el juego de voces que has hecho, amigo.

La verdad es que no la conocía, ni la canción ni el grupo. Pero me parece una pasada.

Bueno, dos pasadas, la canción y cómo te ha quedado.

Acabo de llegar de un curso en Rascafría desde el jueves y solo he tenido tiempo de escucharte. Cuando consiga leer el post te comento algo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ya estoy de vuelta y con el post leído.

Estos compendios de cosas están bien, pero yo no podría hacerlos porque soy un desastre.

Los sujetadores (aunque a veces piense en desabrocharlos) se me dan mal, francamente mal. Ahora, quito las medias con una habilidad que me ha hecho famoso en ambos lados del Manzanares.

Julio Salinas. Me suena, pero dejó de gustarme el futbol a los 11 años (y tengo 43...).

Y mi sentido de la orientación es un don que la naturaleza se negó a darme. Si giro en una calle a la derecha y rodeo una casa para cambiar de sentido, no soy capaz de saber qué sentido tomar y aparezco a kilómetros de mi destino.

Con respecto a lo que dice el amigo fantasma, efectivamente ese es el nombre del restaurante de Carmel. Pero el sitio del que hablo, donde hay un piano que toca Clint es el Mission Ranch Inn. Es un hotel.
Lo de la pistola, reconozco mi desconocimiento total en ese tema.
Hice la mili de ordenanza, para que os hagáis una idea.

Y vuelvo a la canción. La he escuchado de nuevo y flipo.

Buen domingo y un abrazo.

Wolffo dijo...

Morgana
Hm... qué encanto, Morgana, ¿perdernos juntos? ¿Es que quieres perderlo todo, Morggie?
Acepto, por supuesto. Me encanta que te guste la canción, Morganilla, muchas gracias.
Y muchos besos.

Fantomas
Bueno, te propongo una cosilla, como nota previa, digamos: a mí me pasa exactamente lo mismo. En realidad, me da igual el arte abstracto o el figurativo, Clint Eastwood o Ana Obregón. Como tú, adoro el contraste de pareceres, el tensar un poco la cuerda solo por ver "por dónde sale este ahora" y, como tú, hundido en este placer de discutir exagero, soy más vehemente de lo que debería y todo eso; eso puede hacerte pensar que me enfado, cuando no es así. A veces (¿quién no?), me pico y saco mi aguijón para pinchar un poco también, pero en este contexto, ambos debemos dejar de pedirnos excusas y darnos explicaciones, ¿te parece?
Discutamos sin más, si te parece y punto. Ni a ti ni a mí nos va la vida, ni el honor, ni la salud ni nada en ello. Sólo la honrilla que, además, en tu caso, al ser anónimo, no te afecta.
Estoy bastante harto, la verdad, del señor Eastwood, además de comprobar que estoy en franca minoría, así que si te parece, le dejamos reinar y santas pascuas.
En cuanto a lo de KotiMari, no puedo estar más deascuerdo con lo que dices: por mucho que insistas y quieras homenajear el pasado, no pienso acostarme contigo, fantasma, y aunque el sexo con fantasmas pudiera resultar de lo más estimulante intelectualmente, no dejaré de tomarme un café con Koti porque tú te pongas nostálgico y cariñoso.
En cuanto a lo de la extensión. Como puede apreciarse por mis escritos, soy de la escuela de te jodes y lees. Sigo dos límeas de pensamiento: ¿Por qué decir en dos palabraslo que puede decirse mucho mejor en 2 páginas? y luego, cuando alguien me dice "una imagen vale más que mil palabras" suelo contestarle: ¿Ah, sí? entonces, ¿cómo se dice eso en imágenes?
Un placer leerte siempre, Fantie, y esperando estoy a que discrepes de nuevo. Un abrazo. Por cierto, a poco que te esfuerces, encontrarás en esta página mi emilio, ya sabes, pa lo que quieras.
Enga, tío.

Koti
Creo que ese a línea de discusión se agota ya. Sé que al fantasma, que es un tío inteligente y sensible (sin ritintín) le encantará conocerte y, si es quien yo creo que es, a ti también te encantará conocerle a él.
Sencillamente, avisa si vienes a Madrid y lo pasaremos genial.
Un beso, Koti.

Vanitas
Fue de antes de los tiempos del emilio, colega, y aunque lo fuera, no es un trabajo del que esté especialmente orgulloso. Es algo que cualquiera puede hacer con cuatro o cinco guías solventes y un poco de soltura (y caradura).
En serio, no vale la pena ni siquiera decirte cuál es. Esperando estoy a leer esa crónica policíaca.
Un abrazo, fiera.

Fosforus
Qué alegría que alguien lo note, porque es verdad: he disfrutado como un enano poniéndole las voces a este tema que es, efectivamente, una pasada. Ya verás... De todos modos, gracias por tus palabras, eres muy amable. De verdad, gracias.
Julio Salinas es un tío simpaticote y tal, pero ya era bruto jugando al fútbol así que hablando es peor.
Los sujes están bien. Yo tengo uno de recuerdo, colgado en mi soporte triple de guitarras, que una desconocida me tiró en un concierto. Es una cosa curiosa. Cuando alguien te tira un sujetador de repente esa prensa adquiere un carácter casi mágico. Reconozco que lo olí y fue una cosa muy agradable. Las medias son, efectivamente, más sexys, pero creo que están en el mismo totémico y mágico mundo.
Yo fui excelente de cupo, ¿qué te parece?

Un abrazo, Fos.

LuNegra dijo...

Hola corazón, ya te echaba de menos. Eso de que no puedes leer un mapa y que más allá de 300 metros no sabéis por dónde vais....es algo que me suena jajajajaja, es curioso pero siémpre llegáis. Este despiste tuyo...mira que meterte en casa de la vecina, si es que no para de intentar ligar jajajajaja, anda vuelve a casa ;-P.

Un besote wapetón.

Wolffo dijo...

¿Y por qué me echabas de menos? ¿He tardado mucho en publicar?
Pues sí, soy un desastre, acabo llegando pero dando grandes rodeos. Ello podría servirme para conocer mejor el mundo que me rodea, pro abdo tan agobiado intentando encontrar el camino bueno, que no me fijo...

En fin, lunilla, tú ya sabes...

Besos, hija.

Anónimo dijo...

Aquí estoy. Me ha gustado mucho: se lee de un tirón y, como casi siempre me sorprendes con los quiebros. "¿Pero qué quiebros?", pues el de Mericolasín (mola el nombre) y el del beso subido de tono, por ejemplo.
Y tu versión guay, aunque ignoro por completo la original ¿Y Gabino Diego es Gabino Diego?, ¿sois colegas?
Ya no me queda ná para ponerme al día.. Un besazo

Wolffo dijo...

Mahomalilla,
me gusta muchísimo, de verdad, que te gusten los quiebros, me hace ilusión cuando alguien se da cuenta de las cosas verdaderamente importantes de la vida, como Mericolasín.
Gabino Diego es él, sí, pero no éramos colegas; éramos sólo conocidos (él no se acordará de mí, seguro). Él era muy amigo de un medio colega mío que era el Carlos que ahí aparece, con el que cantaba la canción.
¿Ves? es fácil ponerse al día, Mal, sobre todo si no te contesto mal, que a veces soy un poco gilipollas.
Bueno, guapa, un besote grande y buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Lo de los quiebros lo explica cientos de veces mejor Linner. A él te remito.

Wolffo dijo...

Pero te prometo que lo había entendido.
Y tampoco es que sean cientos de veces...
Enga, besos