martes, septiembre 04, 2007

Extraños

Strangers in the night



Ustedes disculparán el atrevimiento, pero hoy me lanzo al ruedo, nada más y nada menos, que con un clásico de Sinatra. Para disimular las kilométricas, oceánicas, siderales, distancias que nos separan, he hecho mi propio arreglo. Todo gira alrededor de un rasgueo de guitarra acústica con síncopa, al que se le van sumando una batería, un bajo y, consecutivamente, van añadiéndose una, dos, tres, cuatro, cinco y seis guitarras. Como no tenía orquesta, sino un pedal multiefectos para la guitarra, al final de la canción hay siete guitarras sonando a la vez, con siete sonidos distintos; es lo más parecido a una orquesta que puedo conseguir con estas manitas. La canción es maravillosa, desde luego. Tiene ese toque chulesco y canalla que tenían las canciones que a Sinatra le gustaba cantar (y hacer suyas, porque una canción que canta Sinatra, da igual quien la haya escrito, es de Sinatra); esa cosa hipermasculina que tiene este italoamericano genial y que envidiamos todos los hombres. No se trata de su voz, sino de lo supermachote que le hace parecer al cantar. Dedico esta canción a mi amiga Alicia Clemente, tal vez mi más antigua amiga, y una de las personas a las que más quiero en el mundo. Porque una vez, tú y yo, Alicia, fuimos dos extraños, no en la noche, precisamente, sino en la Gran Planicie; a mí me desenmascararon rápido, claro, pero tú te las arreglaste para hacerles creer durante mucho más tiempo, que eras una de ellos.

Yo siempre supe que de eso nada, monada. De toda la vida, tú eres de los míos, ¿que no...?
A ti, Mal, con cariño infinito.

Si quieres, bájala aquí:

Foto fija.

Gäastad se mira en el espejo del restaurante donde está cenando con June. Ha perdido algo de peso, tiene el pelo completamente gris y reconoce que no tiene mal aspecto para tener 50 añazos. No es que tenga aspecto de ser más joven, es que tiene un gran aspecto de cincuentón. Está apoyado, de manos, sobre la encimera de mármol del lavabo; tiene el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante, como si quisiera ver algo de su cara con detalle en el espejo. La cabeza está ladeada sobre el lado izquierdo y una especie de boceto de sonrisa asoma a su rostro imberbe. Gäastad cree que esta vez, al fin, conseguirá convencer a June de que es el hombre de su vida. Adora a esa mujer de gran personalidad (nariguda, vamos) y cabellos rubios recogidos, aunque hoy los lleve sueltos. Y con un poco de suerte, después de diez años...

June, aprovechando que el pelma de Gäastad está en el baño, ha llamado a una amiga y la sorprendemos en el momento justo en que le da instrucciones para que la llame como en media hora, para así librarse de la incómoda cita. Quiere librarse cuanto antes de Gäastad. Lleva un vestido de punto ceñido, de color gris claro, que parece lamerle los muslos y caderas, y sujetar su pecho sin ceremonias. La rubia melena, suelta y brillante, le tapa la mitad de la cara y entonces la gente no se entera de nada y piensan que es guapísima, que es sólo la mitad de lo guapa que, en realidad, es. Pero ella lleva el pelo suelto para fastidiar a Gäastad, porque a él le gusta más cuando se lo recoge, inexplicablemente, porque le gusta su enorme nariz; y con el pelo recogido, se le nota más.

El camarero díscolo se retrasa en el pasillo de entrada porque acaba de recoger de la mesa de Gäastad y June la casi intacta “algarabía de crujientitos rellenos de sorpresas diversas” ...

(...
- ¿qué es esto de la aaalgar...algarb, algarabía?
- (con gesto cansado) una especie de croquetas, señor
- ¿Una especie...?
(June quiere meterse bajo la mesa)
- (haciendo acopio de paciencia) Croquetas, señor, solo que el cocinero las empana con ruffles machacadas para que estén más crujientes. Y los tropezones son distintos en cada una.
- Ahá... ¿Y por qué no las llaman croquetas?
- ¿Y por qué, sabiendo yo más que usted, y siendo bastante más inteligente, atractivo y joven que usted, soy yo el que le sirve la cena y usted el que disfruta de la compañía de esta diosa? Créame que a mí también me gustaría tener todas las respuestas, señor...
June sonríe y a Gäastad se le quitaron las ganas de seguir haciendo preguntas lelas...)

... y quiere, antes de devolverlo a cocina, tomarse un aperitivo. Gäastad sólo pudo probar la primera algarabía porque el chef, en una aberración típica de los restaurantes ignominiosos, hace la masa de las croquetas con una apestosa mezcla de quesos aromáticos. Y Gäastad no soporta el queso. El camarero díscolo tiene, pues, ante sí, en número de 5, un supuestamente delicioso, si bien nada sustancioso (los crujientitos son realmente itos), aperitivo.

En el resto de la sala está todo el mundo en su sitio. Todos sentados y tranquilitos.

El hombre que detiene el tiempo ha sacado del montón la tarjeta que dice “Amnesia” y lee la explicación: Cuando grite “¡ACCIÓN!”todas las fichas despertarán y no recordarán qué estaba haciendo cada una de ellas y el jefe de camareros, que es el único que no estará afectado por la amnesia, repartirá los papeles. Vaya una mierda de carta, se dice a sí mismo el hombre que detiene el tiempo. En fin...
- ¡Acción!

Hay un pequeño follón en la sala. En total había unas siete mesas ocupadas. Pero al jefe de camareros no le fue difícil convencer a todo el mundo de que permaneciera en sus mesas, con un argumento irreprochable:
- Por favor, amigos, créanme. Todos ustedes han sido cambiados de sitio (mentira, no había cambiado a nadie). Se trata de que intenten entablar amistad, o lo que sea, con las personas que están sentadas en su mesa, a ver qué pasa.

- Perdone –dijo una señora huesuda y antipática a quien le había tocado en suerte su marido, un tipo grasiento y bastante repulsivo que en ese momento se hurgaba la nariz- cuando dice “amistad, o lo que sea”, ¿se refiere al sexo casual?
- ¡Claro...!
- Ah...

Gäastad vuelve del baño y se queda mirando la sala sin saber a qué mesa acoplarse. Hay dos posibles candidatas: en una está sentada June, una mujer que, ahora, le parece insoportablemente cursi. En la otra, un jovencito delgado y pálido, de aspecto inequívocamente gay. Por favor, que no sea en la mesa de la que parece un loro... piensa desesperado un amnésico Gäastad mientras mira al jefe de camareros para que le asigne un sitio.

June despierta y lo primero que hace es recogerse el pelo. Se pincha una especie de palo étnico en un inverosímil recogido y respira más tranquila. Es insoportable el calor que da una melena larga... Ve salir a Gäastad del baño y dudar entre su mesa y la de un joven efebo al que June le dan ganas de invitarle a unos garbanzos, a ver si engorda un poco, el pobre. A June le vuelve loca ese cincuentón de pelo gris y barriga cultivada; algo en su porte le habla de su masculinidad y desea, rápidamente que se siente a su lado en su sofá de casa y ponerle los pies en su regazo mientras ven una peli de Robin Williams.

- Caballero, esa es su mesa, con la dama de la nar... del vestido gris.
- (mierda) Oh, sí... claro.

June juega un juego de despistes y lamentos al que Gäastad, sencillamente, no puede resistir. Diez minutos le sobran a June a hacer que Gäastad le suplique que vayan a un hotel porque quiere, según sus propias palabras, que se pruebe “un vestido ceñido, hecho de besos y lametones que te cubruirá del cuello a los pies”

En el hotel, Gäastad besa hasta el aire que respira June.

La desnuda con premura, besando cada pedacito de piel que sus dedos, torpes y nerviosos, van dejando al descuierto.

No puede evitar decir payasadas y June se entrega feliz a este juego de chistes procaces y mordiscos sensibles, tan poco esperable de un hombre tan sorprendentemente ardoroso.

June está riendo cuando Gäastad muerde el nacimiento de su seno izquierdo, junto a su axila. Entonces, de repente, olvida los chistes y se sienta a horcajadas sobre Gäastad y con sus manos, generosas, ofrece sus generosos pechos y sus pícaros pezones a la boca del hombre que, nota ella entre sus piernas, empieza también a tomarse las cosas un poco más en serio.

Cuando ella le siente tan dentro que casi están confundidos, cuando él se siente tan en el paraíso que olvida hasta su polla, cuando parece que el objetivo de toda la existencia (creación, evolución y progreso de la humanidad) era, sencillamente, ese momento, justo en ese momento, en el momento en que él entra en ella, sintiendo ella como su ariete le penetra y sientiendo él sus paredes cálidas y húmedas acogerle de forma tierna y familiar... justo en ese momento, el hombre que detiene el tiempo asoma por la puerta y rompe el hechizo.

De hecho, era verdad. Sólo que partían de no conocerse. De creer que no se conocían, en realidad.
- No sé que decir, June – dice Gäastad, cortadísimo y deteniéndose.
- No digas nada, ya lo discutimos luego – dice June con la respiración aun afectada -, pero no te pares ahora...

Pero Gäastad no puede. Se le viene encima la historia, su historia común; sus anhelos, sus vaivenes, sus sueños, toda la verdad de un mundo extraño que avanza a un ritmo diferente del suyo, sin importarle nada que Gäastad se quede atrás, sin tener en cuenta su íntimo yo, su natural complaciente y su mente firme y solemne (vamos, que no se le levanta).
- Después de todo, ¿eso es todo?
- Podría cantarte una canción...
- Ahórratela, guapo, a no ser que tenga forma de pepino...

Esas fueron las últimas palabras, ciertamente poco poéticas, de June a Gäastad. ¿Raro?

Y es que resulta extraño pensar que, sólo siendo extraños, estuvieron más unidos que nunca. Sólo al desconocerse, llegaron a conocerse de verdad. Sólo siendo salvajes, fueron más civilizados que nunca. Es todo muy extraño.

35 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo tantas cosas que decir que mejor las numero, aunque quede un poco prosaico.

1. Sinatra. Wowww. Una de las voces que tengo en mi iPod, que si alguien lo curioseara sin saber a quién pertenece, pensaría que es el de una cincuentona a punto de dejar de serlo (por la época a la que pertenecen muchas de las canciones almacenadas).

2. El cincuentón apuesto. Menos mal que el paso del tiempo trae una especie de justicia. Los que eran muy guapos de jóvenes envejecen bastante mal casi siempre (será porque inevitablemente los comparamos con lo que fueron), mientras que los que fueron veinteañeros corrientes y molientes suelen convertirse en cincuentones de buen ver.

3. Ella. ¿Fuiste mujer en una vida anterior, Wolffo? ¿O quizás llevabas melena de joven? Porque tienes toda la razón acerca de el insoportable calor que da una melena larga. Lo último que había hecho segundos antes de leer este post fue recogerme la melena en la nuca con una pinza de esas super-marujil.

4. El final de la historia. ¡Ohhhh! Me ha dado un poco de pena, pero pensándolo bien acaba como tenía que acabar.

5. Tu versión de la canción. Como me ha hecho ilusión ser la primera en dejar comentario (¿hay premio?), he preferido comentar primero para que no se me adelante nadie. Ahora la bajaré y la oiré, y ya en otro momento comentaré. Pero que conste que de entrada no me creo que lo hayas hecho tú solito. Confiesa que tienes por ahí escondidos a seis o siete en un sótano, y que los pones a tocar la guitarra para luego tirarte el farol de que lo has hecho tú.

Besos.

el_Vania dijo...

Final extraño e inesperado, como inesperado y extraño fue el encuentro. Estas cosas pasan, gatillazo incluído.
El tema, por otra parte, es una versión totalmente anarka del original, pero que a medida que avanza va respetando más al clásico, con la orquestación de guitarras a lo Brian May en sus buenos y gloriosos tiempos.
Una vez mas me quedo con tu voz. No sé si odiarte, admirarte o ambas a la vez. Me flipa como cantas. Y esa colaboración, aunque suene a típico y tópico ya en mis comments... se ha de hacer.
Un abrazo, hermano lobo.
Salud y SALUDOS!

Anónimo dijo...

Gracias amigo.

Yo siempre quise ser Frank, cantar como él, tener esa pinta de chulo simpático, ese éxito con las mujeres...

Pero parece que me equivoqué de familia y época al nacer.

La versión es magnífica. Me encanta cómo vas dibujando la melodía con esa eléctrica.

Y el post podía haber sido escrito, por ejemplo, por Paul Auster. Seguro que lo hubiera incluído en Trilogía de Nueva York.

Un abrazo.

Wolffo dijo...

MariKoti's,
Sinatra es más que una voz, ¿verdad? es una especie de mundo aparte, desconocido y familiar al tiempo, del que es realmente difícil sustraerse. Sinatra, además, está bien visto por todo el mundo, debe ser una de las ventajas de estar muerto. Lo que comentas de la justicia y la edad es cierto. Bueno, yo matizaría. Está el caso de las mujeres (salvo las barbies y esas cosas): no conozco a ninguna que fuera más guapa a los veinte que a los treinta; o a los cuarenta. De verdad, os ponéis de guapas que da gusto miraros. Y luego está mi caso: a los veinte años era un cañón sexual. Un tío buenorro, de flequillo ingobernable y frescura juvenil... y cada día estoy más apetitoso. No sabes lo que me cuesta deciros que sólo una, todas queréis más...
No fui mujer en una vida anterior, y jamás he llevado melena, Koti, pero soy una más. No voy a insistir en ello demasiado, porque no me creerías, pero soy una más.
Escucha la canción y me dices algo, que me interesa tu opinión, Gadeirana mía.
Muchos, muchos besos.

Vanitas,
ya es bastante atrevido hacer una canción de O'Rey como para que saques a relucir tú al mago de Ibanez...
Lo de la colaboración no suena a tópico, sólo suena a hay que ver qué ganas tengo. Por cierto, ¿puede funcionar al revés? Es decir, si tengo una idea, puedo enviártela yo a ti, ¿verdad? Me encantaría ver cómo suena una canción con un buen guitarrista y bien mezclada...
Un abrazo, my friend.


UnFos,
es que es una especie de super-hombre, pero como alcanzable, ¿verdad? Es algo curioso.
Hala... Paul Auster... alguien va a leer esto y va a llamarlo "Las ensoñaciones de Wolffo"
Sinatra, Brian May, Paul Auster...

Un abrazo fuerte, amigo, y gracias.

Anónimo dijo...

Me pasa como al Fósforo, yo también quise ser como Blue eyes, bueno, en mi caso sería Green eyes, pero lo importante, la voz no la tengo, la mia es poca, ronca y desagradable así que nada...

Oye el final me ha impresionado
"sólo siendo extraños, estuvieron más unidos que nunca. Sólo al desconocerse, llegaron a conocerse de verdad. Sólo siendo salvajes, fueron más civilizados que nunca. Es todo muy extraño"

¿Es tuyo?
Abrazos

Wolffo dijo...

Ararat,
bueno, comparados con Sinatra, todos quedamos igual de mal, eso es así... Es un capullo egoísta que se quedó con la parte buena cuando se repartió el talento.
El final, ya que lo preguntas, se lo debo a ZP. Lo he copiado de su obra poética. ¡Maldición, me has pillado!

Abrazos, prenda.

Morgana dijo...

vuelvo y que encuentro... una fantástica versión de ese pedazo de canción!!
Tu voz suena genial... cómo me gusta oirte wolffo!!

En cuanto a tu post... hubiera preferido otro final, pero en fin. Por lo que no paso es por la escena de "me recojo la melena con un palito"... que no, que no funciona, eso sólo vale para las pelis y los anuncios. Inverosímil.

Ahora en serio, me ha encantado tu relato... con un poquito de todo, como los buenos ágapes.
Besos guapo.

el_Vania dijo...

Envíame en mp3 cada pista que tengas y veremos qué se puede hacer. Recuerda que querría cantar y corear contigo... y otra cosa más, Wolff.. si programas una batería en un secuenciador MIDI, envíame el archivo MIDI con la batería... que la pasaré por el módulo de batacas que tengo y lo fliparaaaax!!
Salud/OS
Ya tienes mi eMail, imagino.

Anónimo dijo...

Sencillamente acojonante esta historia, los cortes las acciones, todo. Tío, este es de estrellitas, te lo digo en serio. Es que es atmosférica, pero no gastas ni tres palabras en descripciones, es graciosa, sin hacer chistes, y te lleva de la mano hasta el final. Y te digo una cosa, es de tanta categoría que el final me daba igual. uff!
La he leído de un tirón, un par de veces, y es que es muy sólida, coño. Me parece muy Benni.

Anónimo dijo...

Ya la oí. Espectacular.

Anónimo dijo...

La pregunta es: ¿se ponen los fantasmas morenos en verano? Yo no puedo hablar por boca de otros espectros (de hecho, algunos ni siquiera tienen), sino más bien por mi propia experiencia. Recuerdo, por ejemplo, un verano que pasé en Madrid trabajando (entonces no era más que un simple mortal y tenía que ocuparme de cuestiones tan prosaicas). La ciudad en agosto, en contra de lo que pudiera parecer, era un hervidero de marcha (además de un hervidero literal durante el día) siempre que uno supiera dónde buscar, y yo, que aunque mortal ya amaba la noche, no tenía problemas para encontrarla. Dispuesto a pasarlo bien a pesar de que aquí no hubiese playa y demás zarandajas, me organicé un horario de trabajo vespertino (de cuatro a siete o algo así, que tampoco me mataba) y establecí un minucioso plan de actividades.

Todos los días al salir de trabajar iba a casa, me duchaba y me arreglaba para salir. Me iba de marcha hasta las siete más menos, compraba el periódico antes de subir a casa, y me acostaba poniéndome el despertador a las tres de la tarde. Luego me levantaba, me duchaba, desayunaba y me iba a trabajar. A mí me parecía la mar de sano y ordenado, con mis ocho horitas de sueño, mi trabajo y mi ocio. Sin embargo, cuando en septiembre me vieron mis familiares y amigos (los que no habían estado en agosto, claro), se quedaron horrorizados. Todo el mundo decía que me había vuelto de color verde, y que si me pasaba algo… Resultaba bastante confuso, porque yo consideraba muy elegante la palidez de mi epidermis y replicaba llamando horteras a los que habían aprovechado el estío para tostarse vuelta y vuelta al sol de Benidorm, pero lamentablemente se impuso la teoría de mi precario estado de salud. En fin, no negaré la existencia de ciertas sustancias tóxicas, pero lo cierto era que me encontraba estupendamente aunque, eso sí, no había visto la luz del sol en un mes.

Y volviendo a la cuestión que nos ocupa, la respuesta es que sí, que los fantasmas se pueden poner morenos. Y conste que lo digo mientras miro mi vetusta piel teñida de melanina. Me avergüenza un poco tener que reconocerlo, pero si nos ponemos al sol parece que no hay remedio. Así las cosas, la conclusión es clara aunque lamentable: soy un fantasma hortera y me he tostado al sol contraviniendo las más elementales normas del buen comportamiento en ultratumba. ¡Asco me doy! Mis inmortales colegas me miran por encima del hombro y las vampiresas no quieren saber nada de mí.

Wolffo dijo...

Morganilla querida,
ya de vuelta, según veo. Bienvenida otra vez.
No sabes lo contento que me pongo cuando dices esas cosas: me derrito, oiga.
Lo malo de los finales es que no soy yo el que los decide; como todo el mundo sabe, somos aquí dentro una pequeña multitud y el de los finales es un contratado externo al que llamamos porque los de dentro nunca nos ponemos de acuerdo sobre cómo acabar, así que si quieres protestarle por los finales, dimelo y te paso su teléfono y su e.mail
Lo que sí que es verdad es lo del palito. Conozco a una mujer, extraordinaria en todos los aspectos, que hace lo del palo. O lo del lápiz, que lo he visto yo: tiene una enorme y preciosa melena rubia y se mete un palito y sujeta el moño con cantidad de gracia. De veras.
Un buen ágape... no podías haber encontrado una comparación mejor. Un beso muy fuerte, Morganilla querida, y muchas gracias.

Vanitas,
eh, eh, eh... para, para... que no tengo nada. Sólo digo que si me escurre algo, si es posible mandártelo, ya sabes.
Hombre espero que ambos cantemos y ambos toquemos la guitarra. El bajo, creo que se te da mejor a ti, pero a lo mejor... En cuanto a la programación, ya sabes que no es mi fuerte, pero oído: te mando el original en midi.
Venga monstruo, un abrazo.

Buch,
¿Benni Hill? ¿Te refieres a él?
Me descoloca un poco que hables tan bien y que no digas cosas ingeniosas, a no ser que lo de Benni sea ingenioso y yo no lo pille, que me parece que sí... Venga, hermano, un abrazo (pero sin cariño, que te pones tonta en seguida) y gracias.

MariKoti,
casi te llamo hoy. Gracias.
Besos.

Wolffo dijo...

¡Fantie, colega!
A tu aire, tío, como si estuvieses en tu castillo... Si no fuera porque me diviertes un huevo (el otro no acaba de pillarte el puntito, no sé si me explico) te diría cuatro cosas.
Me alegra tu vuelta, macho, aunque, para vergüenza de los de tu especie, estés morenito. Ayer, no más, hablaba con alguien querido de ti. Estaba deseando volver a leer tus fantasmadas, me dijo sin pudor alguno. ¿Sabes como te digo? En plan sí, leo tu blog, pero a ver si viene el Fantie, que sin él, la verdad, es un poco coñazo. No le colgué porque la quiero y porque a mí me pasaba lo mismo, hijo, deseando estaba leerte.
Welcome back, FP, encantado de saludarte de nuevo, morenito y tó.

Anónimo dijo...

Pues tienes mucha razón, retomando el último post, la canción de Berry "Come On" está estupendísima, creo recordar que no la oí porque andaba a tirones el server, algo así.
Espero que te lleguen los comentarios por email, porque me estoy poniendo al día y he sembrado perlitas de las mías por aquí y por allá.

Peeeero, quería ponerle un marco a El Viaje, yo diría que tiene una entidad que se sale, la interpretación es, no se, sublime? muy sentimental, y ese guitarreo.. uuuuuufffffff a mi me puede, me destroza y me deja por los suelos, ahora, al caer la tarde, con este cielo que empieza a ser naranja para terminar rojo fuego, este mar que del plata está pasando al gris, bordado de buenas olas... gracias por ponerle fondo a mi marco, guapo.

Vaya un porrón de besos en La bemol aunque suene un poco pijo, qué digo un poco¡ ya me has ablandado el curasao y me pongo cursi y eso :D

Oye, otro día te comento este escrito, pero es que no me da la cabeza para más, entre leer y escuchar, y que lo escucho todo dos veces por lo menos, y a veces también lo leo dos veces.. que aún estamos de verano, cerebralmente por lo menos :D

Anónimo dijo...

Eres la isla que nunca cambia.
Petons, Lola

Wolffo dijo...

Malanilla
sí que me llegan, sí, ya he visto que te has dado un atracón wolffiano; ten cuidado, que fuera de las dosis normales, puedo resultar letal.
Ostrás, lo que dices de El viaje me emociona un huevo. Caray, es genial causar ese efecto. Aunque fuera mentira, gracias, Malanilla, porque sería una preciosa mentira.
Y recuerda, que a mí se me aprecia de poco en poco, que si no, puedo ser como la crema pastelera: empacho.
Muchos besos y muchas gracias, Malena, en serio.

Lolilla
¡qué alegría, después de tanto tiempo, verte de nuevo por aquí...!
Ya he pasado por tu casa, porque he sospechado que habías publicado algo. A ver si escribes más a menudo, Lola, en serio, sabes lo que me gustaba leerte.
En cuanto a lo de cambiar, esta isla tiene ahora un poco más de prímetro, pero bueno... más playa, ¿no?
Un besazo.

Anónimo dijo...

Benni, Stéfano, gilorio.

Wolffo dijo...

Buch,
jajajajajaaaaa, claro, claro. En realidad, me has acusado en alguna otra ocasión de ser Benni, claro.
Bueno, vale, uno no puede estar a todo...

Anónimo dijo...

Wolverine, ya te dije anteriormente que no andaba muy fino con el protocolo este de los blogs, así que supongo que por eso voy a mi aire. Creo que no te importa, ¿no? De todos modos, y para que veas que soy un aplicado lector de tus cosas, te resumo algunas de las ideas que me vienen a la cabeza tras leer los atrasos:

Lo primero es que yo quiero ser Sergio. Y tener un amigo que me quiera tanto. Está muy bien lo que cuentas y, de verdad, da envidia de Sergio. Lo que resulta perfecto para la historia. También me han gustado las aventuras del Sopas y sus colegas. Aquí tenias algo (bastante) ganado, porque yo, claro, también estaba en RockOla en el 82 y las historias que nos retrotraen a nuestro propio pasado siempre se acompañan de ese punto de nostalgia que nos hace esbozar una sonrisa bobalicona. Dicho sea esto sin exagerar, porque los fantasmas —como las mujeres interesantes— siempre tenemos un pasado.

Creo que el pasado no es en realidad un parámetro temporal, sino más bien físico o, como mucho, un estado mental. Me refiero a que se puede viajar al pasado —sin ser H.G. Wells— y tan sólo es necesaria la llave para ir a un determinado lugar. Esa llave la tienen ciertas cosas y ciertas personas, ¿no crees? Bueno, esto no es más que una pequeña digresión, pero las digresiones suelen ser lo más interesante de las historias.

Volviendo a lo que tu cuentas: estupendo el final, aunque he leído opiniones contradictorias. Los finales abiertos me parecen geniales, ¿qué es eso de que el escritor tenga que dejarlo todo atado y bien atado?, ¿y qué dejamos a nuestra imaginación?, y los personajes…¿se mueren al final de cada libro? Por cierto, he visto que haces una comparación con el final de la peli de Scorsese «¡Jo, qué noche!» y no puedo por menos que estar de acuerdo en que es un peliculón (recuerdo la primera vez que la vi, en los Alphaville), a pesar de la gran cagada del título en español (en lugar del claramente superior —y en cualquier caso original— «Afterhours»). Pero lo mejor, lo mejor de la película (y eso que estaba Rosana Arquette), fue sin duda el descubrimiento de Linda Fiorentino (ya para siempre en ropa interior negra y despertando anhelos sadomaso).

Al hilo de esto de los finales también he leído una comparación con Paul Auster. Bueno, lo que es innegable es que él es experto en terminar de modo abrupto, enigmático y desconcertante. Y no sólo en la «Trilogía de Nueva York» (que debe ser una historia y no tres, pero…). Aunque a veces se pasa: a mí me dejo hecho polvo con una subtrama que se queda a medias en «La noche del Oráculo».

Siguiendo con los parecidos razonables, siento no poder opinar respecto a Sinatra, pero por algún motivo no se carga el archivo en mi ordenador. Y tienes razón con que Sinatra parece que le gusta a todo el mundo, pero te recuerdo que cuando vino a Madrid en los ochenta no llenó el Bernabeu. Bueno, hay que tener en cuenta que estábamos en plena era Reagan y con ese sentimiento antiamericano tan progre a flor de piel (¡). No creo que a ol’ blue eyes le importase demasiado, la verdad.

De tus versiones musicales te diré que me ha gustado mucho el Better Things de los Kinks. Por último y para no enrollarme más (¿qué otra cosa que antiguas batallitas se puede esperar de un viejo fantasma?), respecto a lo del futbolista…, ¿qué quieres que te diga? Te tienes merecido asistir al lamentable espectáculo habitual por ver la tele. Eso es lo que tiene. En cuanto a Umbral, a mí también me caía bien pese a ser un borde. Y escribía de lujo. No obstante, me gustaba más como articulista que como novelista. Y eso a pesar de sus negritas.

Vale, ya me he portado como un fantasma ortodoxo. Pero —si me dejas— volveré a transgredir.

Wolffo dijo...

Fantie, viejo melón...
Eso de Wolverine es bastante... en fin, merecido, imagino. Empecemos por el oxímoron de tu final: ¿qué clase de transgresión es la que está permitida? Vamos a ver, escribe lo que te plazca, esa es la única regla, Fantie, en serio, si te pareció que te regañaba por ir a tu aire es porque lo hacía, pero con la esperanza no de que recularas, sino de que hicieras caso omiso e insistieras en escribir lo que se te ponga en la punta del boli, o de los dedos, dejándome con cara de bobo quejándome de que no me haces caso, como si fuéramos una pareja cómica imposible.
Es verdad lo que cuentas del pasado, aunque no entiendo ni una palabra, pero es verdad porque suena a sincero, tío, te lo juro y todo eso, así que debe ser verdad y porque no estoy seguro de que los fantasmas sepáis mentir. Es algo que queda (el arte de las buenas mentiras) para gente como yo, brillante y simpática en grado sumo. Di que no, hombre, que sí lo entiendo... (ni de coña)
A mí de Afterhours me quedó una frase que le suelto a todo bicho raro que conozco, especialmente las féminas, cuando son raritas: ¿Te gustan los Monkees? dime que la recuerdas y tómate una copa a mi salud, porque es una frase genial... en el contexto de la peli, claro, fuera, parece una gilipollez. Y Linda Fiorentino me pone muchísimo. Y la voz de la actriz que la dobla (Marta Angelat, dobladora habitual también de Emma Thompson, otra diosa, para mí), es lo más calentorro del mundo mundial. Me provoca erecciones sólo evocarla...
Para opinar sobre Sinatra, o sobre mi versión, más bien, espera a mañana, que hoy ha estado Divshare (el servidor musical que uso) dando por culo todo lo que ha podido. Pero me gustaría decirte una cosa: a mí no me gustan los conciertos a lo burro. No me gustan nada. Si no voy a poder ver la cara del tipo (o los dedos del guitarra), la verdad, prefiero no ir. Y yo soy, puedo jurarlo, creo, el único español que simpatiza abiertamente con los estadounidenses. Me caen bien espontáneamente, aunque a veces (o, precisamente por ello) se an más raros que la hostia, y disculpe la vulgaridad. Pero si mañana puedes escucharla, me agradaría conocer tu opinión, en serio. En tu apreciación sobre UImbral, lo he dejado dicho yo también. No me gusta cuando escribe más de tres folios, el tío. Ni siquiera Mortal y Rosa. Pero es que yo, la literatura española contemporánea... uf, no puedo con ella, la verdad. Lo que me parece brillante es lo de "a pesar de sus negritas". Tienes toda la razón, eran bastante cargantes.
Y que escribas lo que te salga de ahí. Joder.
Anda que menudos fantasmas que tenemos hoy, hay que decírselo todo...

Guiss dijo...

June me gusta mucho, es de esos personajes que me caen simpáticos desde el principio hasta el final, incluso aunque sea un poco ordinaria porque hay momentos en los que una podría ponerse a buscar palabras pero es mejor que gane, excepcionalmente, la espontaneidad; Gäastad me gustaba mucho hasta que ha sido incapaz de seguir a lo suyo (de los dos) en lugar de hacer caso a un señor que entra de repente :P aunque, hablando casi en serio, tiene que ser terrible que justo sea lo común lo que dificulte todo, que sean los recuerdos compartidos, lo que gustó tanto pero ya no, lo que se ha dicho y lo que no se ha dicho, pesando todo en el ánimo (y en la carne).
La versión de strangers me ha gustado muchísimo, ahora voy a ponerla de nuevo, en cuanto termine de escuchar "el viaje", que suena mientras escribo (¿a ti ya no te suena música cuando nos contestas o sólo has dejado de contárnoslo?); ya están las dos en la carpetita wolffo para el mp3 que grabaré para el coche. El viaje me encanta, por cierto; en ésta haré los uhuh cuando esté sola.
Muchísimos besos pero todos castos y tal :P

Wolffo dijo...

Guisantilla, guapa,
sí suena música, pero he dejado de contarlo, a ver si alguien se daba cuenta, o si lo decía, y hasta ti, nadie ha dicho nada... Eres mi guisantilla por algo, claro. No se te escapa detalle. Sólo dime que te gustaba que pusiera qué estaba sonando y volveré a ponerlo.
No culpes a June por elegir semejantes palabras, porque su situación es... esa, no sé si eres cpaz deimaginarlo, pero lo único que no le importaba era elegir las palabras. Aunque no te digo que no tengas razón. La tienes, príncipa, pero...
Gäastad es un buen tipo, en serio, pero joer, te digo yo que cuando llevas mucho tiempo deseando a la mujer más maravillosa del mundo y esa mujer va y te concede un baile, como algo salga mal, se te corta el rollo y los nervios te atenazan. Y si estás pensando que cómo lo sé, pues porque me lo contó un amigo que le pasó una vez.
No sabes la ilusión que me hacen estas cosas. Imaginarte en el coche oyéndome es genial, en serio. Y todo un honor tener una carpetita en tu ordenador, en serio. Me encanta.
Y tú me encantas aún más.
Lo único que, en fin, no me ha encantado es que todos los besos sean castos. ¿No habíamos hablado de sexo salvaje? En fin, princesa, a ver si te defines...

Anónimo dijo...

Algún día quiero despertarme y saber escribir como tú. Te odio.

Un abrazo.

P.S.: Cantando tu tb tienes ese puntito de sex-appeal q te hace duro aunque sea bebiendo leche.

P.S.2: De pequeño, tenía un órgano eléctrico, no de los casio de ahora, sino uno de esos eléctricos y no electrónicos, con estructura de madera y todo... El caso es que la única canción que llegué a aprenderme de memoria fue precisamente esta. Casualidades...

Wolffo dijo...

linmer,
qué exagerado eres, bribonzuelo... (¿?)
Un órgano eléctrico, montado sobre una estructura de madera, como el que tenía el Mortadelo en el aula de música del colegio... ¿Y tocabas Strangers... en el órgano? Si yo hubiera renido un teclado en condiciones, hubiera hecho la intro como en la de Sinatra, por lo que agradezco no haberlo tenido.
Un abrazo y gracias, amigo.

Guiss dijo...

1) A mí me gustaba, pero podemos si quieres dar aquella etapa por concluida.
2) No soy capaz de imaginarlo, pero seguro que yo tampoco elegiría las palabras. Eso es eximente completa, seguro.
3) Pero Wolffo, si yo me había definido, pero luego leí «lo hablamos y tal, que esto de tener citas carnales on line no está bien. ¡mis hijos podrían leerlo!», y claro... ;))

Wolffo dijo...

Guiss,
tienes razón, tienes razón y tienes razón.
Toda la razón. Triple razón.
No puedo decir más...

LuNegra dijo...

Bon dia! Uis me ha salido la vena levantina...Sábado y las ocho de la mañana... jopeta toy ya mayor, y eso que hubo resopón nocturno...Bueno... lo primer de todo es que he recordado esos "marranitos" con sus rufles crujientes machacaditas... eso si, con queso ;-P, mira que están ricos.

Lo de Sinatra...aparte de un voz que creo que no se puede mejorar es que el señor vocalizaba como los dioses... recuerdo que cuando estudiaba "einglis" lo oíamos mucho y realmente creo que era al único que yo podía entender jajajaja. Supongo que tu versión por lo que puedo leer será como siempre magnífica, no puedo escucharte, esto dice que no puede encontrar el archivo, ni abre la página para poder descargárlo, asín que esperaremos a mañana.

...Aunque los gatillazos suceden y siempre se dice que no pasa nada pero que putada no? Y justo en el momento más más más...no sé como decirlo...difícil y vulnerable ;-P, y cierto no hay nada como un "polvo" desconocido, uno deja de ser lo queaparenta para ser lo que es. ¡Tomoa ya!

Weno una que se pira que ya he puesto demasiada letra por hoy. Un muaks muy muy grande.

Wolffo dijo...

Luna,
Bon día, Valencianilla, bon día: lunes a las 7 y pacha. YA sabía que alguien tenía que recordar el berenjenal y claro, habías de ser tú, ¿quién si no?
Las dos cosas que dices de sinatra son verdad: la voz y el uso de la voz. Pero para escuchar a un norteamericano vocalizando de manera que los que sólo hemos estudiado inglés en el cole le entendamos, escucha, leyendo la letra, American Pie de Don McLean (esa tendría que grabarla, también, pero no hay huevos, creo). Si tienes la paciencia de venir a leer si te he contestado, escúchala hoy, que creo que ya se han arreglado los problemas de DivShare.
Yo creo que debemos ser comprensivos con el pobre Gäastad, el tío estaba nerviosísimo y encima se le presenta un visitante inesperado...
Y tus letras, Lunilla querida, nunca son demasiadas. Un beso, guapa.

Anónimo dijo...

Precioso. Surrealista. Me gustó muchísimo. La canción no la había escuchado antes, la estoy escuchando recién ahora... (ah, es que te estuve leyendo sin comentar)Está muy linda... me gusta, te salió fresca. =)

Wolffo dijo...

Mari
Gracias, Rayoides, cielo. Muchas gracias. La canción es muy buena, aunque no estoy descubriendo la pólvora, ¿verdad?
Venga, guapa, un beso grande y gracias.

Anónimo dijo...

Gracias otra vez. El otro día fui derecha a lo que me interesaba. Hoy lo he leído y escuchado.
La historia es genial y me encanta lo de la tarjeta del hombre que detiene el tiempo. Genial, genial y genial. Y la versión es muy buena, da gusto oirte.
Y nada más abrir el blog he comprendido que esta vez, definitivamente, lo has dejado ¡¡¡TENGO 4 PENDIENTES!!!
Y yo tb me alegro de la reaparición de fantie: es como un dos en uno blogueramente hablando.
Voy a por otra. Besos, montaña

Wolffo dijo...

Mahomalilla
jjajajajaa, es verdad, ¡lo he dejado! ¿Ya estás de vuelta, o es una conexión paréntesis desde tu retiro? A ti, precisamente, me refería cuando decía que había hablado de él con alguien querido. Ese alguien eras tú. Pero que sepas que me alegra que estés de nuevo alrededor. A ver si me das un toque, Mal.
Besos.

LuNegra dijo...

Ya ves que si que vuelvo a leerte ;-) aunque pasen dias más tarde o más temprano pero siempre soy de las que vuelven ;-P

Un besazo grande... je yo tengo un limonero y naranjo enano ... valen también? A ver si conseguimos hacerlos bonsais ;-P. Muaksssssssssssssssssssssss.Por cierto yo no como mandarinas por las "puñeteras" pepitas, no puedo con ellas.

LuNegra dijo...

por cierto... domingo y las 9 de la mañana y yo estudiando!!! Bueno haciendo un alto en el camino... pero jope... toy ya demasiado mayor????? Ufff...;-))))

Wolffo dijo...

Ay, Lunilla...
y yo soy de los que agradecen que vengas, y ¡más a estas horas! Aunque te equivoques de post. Porque el temita de los cítricos está siendo tratado 4 posts más adelante. O sea que ¡tienes 3 sin leer, todavía!
di que no, que es broma.
Acabas de pasar por aquí, menuda sensación...


Muchos besos.