jueves, agosto 09, 2007

Sergio y cosas mejores

Better things


Si hay una canción que puede hacer que se me salten las lágrimas es esta. Ya, la oiréis y diréis: ¿de qué vas tío? Esto es una cancioncita pop que no emociona ni a mi abuela, que llora hasta con Belen Esteban. Bueno, puede que tengáis razón, pero esta es una canción de los Kinks. Y los Kinks, son en mi olimpo, aparte de los Beatles, que juegan en otra liga, los más grandes. Esta canción cierra el que, en mi opinión, es uno de sus últimos grandes discos, Give the people what they want, que contenía, además, joyas como Destroyer o Yo-yo.

Better things habla de lo bueno que tiene que pasarte todavía: “sé que mañana van a pasarte cosas mejores”, se repite en fade out al final de la canción. Es un tema muy de su genial líder, Ray Davies; una melodía consistente que va arriba y abajo, como una montaña rusa, y el sonido es muy de los últimos Kinks, algo pesado, con una batería contundente y las guitarras deliberadamente sucias. El disco es de los primeros ochenta y recuerdo que la primera vez que lo escuché fue en una especie de premier que pusieron, con video, en Rock-Ola, y en cuanto escuché esta canción supe que me acompañaría toda la vida, porque su letra (lo que mi paupérrimo inglés me permite entender, más bien) me cautivó:

Cosas mejores (traducción libérrima)

Aquí estoy, deseándote el más azul de los cielos,
Y esperando que algo mejor suceda mañana;
Rezando para que los versos rimen
Y que el mejor de los mejores estribillos
siga a lo oscuro y a lo triste;
sé que hay cosas mejores que ya están en camino.

Aquí estoy deseándote que los días que están por venir
no sean tan amargos como los que has dejado atrás;
olvida lo que sucedió ayer,
sé que hay cosas mejores que ya están en camino,

Es genial verte tan en forma y divirtiéndote,
viviendo como si acabaras de empezar
aceptar la vida
y lo que ésta te traiga
espero que mañana te sucedan cosas mejores.

...

Sé que hay un montón de cosas buenas que han de sucederte,
el pasado se ha ido, ya está todo dicho
así que escucha lo que el futuro te trae
Sé que mañana van a sucederte cosas mejores.
Espero que mañana te sucedan cosas mejores

La primera vez que oí hablar a Sergio fue por boca de mi ex-jefe y hoy amigo, Arturo. Me dijo: tengo un amigo que trabaja en la NASA. Y yo, que estaba acostumbrado a las cosas de Artie, le dije “oh...” y ahí quedó la cosa.

La segunda vez, también fue Arturo. Me dijo que su amigo de la NASA le había propuesto que montaran una banda que hiciera versiones de rock americano, cosas de Eagles, Lynrd Skynrd, Creedence y ese rollo. Yo le dije, en esa ocasión “ah...”

La tercera vez me dijo que si yo tocaba el bajo y que si me apuntaba esa tarde a ir con él a casa de su amigo de la NASA, que enchufábamos las guitarras y que a ver qué pasaba.

Y lo que pasó fue que lo pasamos genial y quedamos ahí mismo en que nos volvíamos a ver para empezar a montar un repertorio y tal y cual...

La siguiente cita fue en casa de Arturo. Tiene un pisito en el centro de Madrid y unas trescientas guitarras, así que fuimos, empezamos a repartir papeles, voces, temas y tal. Yo estaba contentísimo. Estaba formando una banda con Sergio y Arturo, dos musicazos de primera. Arturo se cansó después del tercer ensayo y Sergio me llamó y me dijo que si me apetecía seguir. Claro que sí, le dije, y empezó entonces una historia acojonante.

En aquella época, yo acababa de separarme y pasé mi penosa época de travesía en el desierto: diez meses viviendo solo y echando de menos, a cada minuto, a mis hijos como jamás he echado de menos a nadie. Mi vida, hasta enconces, tenía sentido en función de mis hijos, pero el llegar de currar a una casa sin nadie que me esperara, sin nadie a quien bañar, hacer la cena o contar un cuento; sin nadie a quien regañar o enseñar, sin nadie con quien equivocarme, con quien reírme, era la vida más desoladora que podía imaginar. De modo que me agarré a la música y a Sergio, como una tabla de salvación.

Ensayar con Sergio era genial. El equipo con el que tocábamos lo construía él mismo. Es una especie de genio con acento sevillano que tiene metido en su cabeza todo lo que el hombre ha inventado. Así, construyó con sus propias manos altavoces, amplificadores, soportes, generadores... todo lo que necesitábamos. Pero lo genial no era eso, que era bastante bueno. Era que conectamos enseguida. Musicalmente, digo. Las canciones de Creedence, Beatles, Kinks, Stones, America, Eagles... salían solas y empastábamos a la primera.

La primera vez que tocamos juntos fue en el Plaza Mayor, de Villanueva de la Cañada, en una fiesta Far West y fue genial... Hasta que hubo que recoger. Desde entonces lo sé: cuando toques por ahí, cobras no por cantar, sino por montar y desmontar el equipo.

Para coger soltura, pasamos unos fines de semana tocando en el Retiro, en Madrid, pasando la gorra a cada rato y ahí aprendimos las dos caras del artista desconocido. Pueden hacerte un corro inmenso y aplaudirte a rabiar, o ignorarte durante dos horas. Pero Sergio me enseñó que debes permanecer ahí, de pie, dándolo todo por la tonadilla.

Tocamos en infinidad de sitios. A veces, tocábamos en algunos locales donde no les importábamos una mierda a nadie, y nos pasábamos nuestras dos horitas de show siendo ignorados por un público masculino e indolente. Las chicas, mal que bien, son las que saben ser público. Los tíos somos una mierda de audiencia. Si un sitio hay tres chicas y quieren divertirse, el concierto es un éxito, con toda seguridad.

Un día tocamos para nadie: cero personas. Fue en un centro comercial del sur de Madrid, no recuerdo su nombre. Los comerciantes de hostelería del centro nos contrataron para que la gente que se tomaba una copa en sus terrazas, que daban a la plaza central del centro comercial, escuchara música en directo. Lo malo es que no acudió nadie ese lunes por la noche al centro comercial. Nadie quiere decir nadie: ni una persona. Pero Sergio había empeñado su palabra en que ese lunes íbamos a tocar. Así que dimos el concierto de dos horas para nadie, pero lo dimos, en plan súper-profesional.

Yo cada vez tenía menos tiempo y empezaba a agobiarme eso de la música, porque me llevaba más tiempo del que me gustaría, pero no podía permitirme dejarlo. La verdad es que ganábamos pasta. No digo para vivir, pero nos daba para tener dinero de bolsillo para el mes y comprar las cuerdas y todo eso. Poco a poco, fui haciéndome con un equipillo majete. Una noche, después de un concierto cualquiera, al llegar a casa, hacia las 4 de la mañana, dejé el coche en el garaje de casa con el equipo dentro, porque me daba muchísima pereza subirlo todo en el ascensor (entonces vivía en Madrid). A la mañana siguiente, al bajar con Leticia y Borja para ir a no sé dónde, me encontré con la sorpresa: me habían robado el equipo. Alguien que sabía que en mi coche había guitarras y más cosas (estaba todo en el maletero), rompió una luna y me levantó más de medio millón de pesetas en equipo.

Aproveché la desolación para decirle a Sergio que lo dejaba. Que no me apetecía seguir. Sergio intentó convencerme de que siguiéramos a toda costa, pero no quise escucharle. Y me costó lo mío, porque Sergio puede ser realmente persuasivo cuando se lo propone. Pero lo dejé.

Sergio encontró un guitarrista genial para sustituirme y estuvo unos años con él, hasta el año pasado. Un día, le llamé para ver cómo le iba. Me dijo que bien, pero que se estaba dando un descansillo con lo de la música, que estaba cansado. Le propuse que volviéramos a tocar y reverdeciéramos laureles y él, después de cierta resistencia, aceptó. Empezamos a ensayar otra vez. Yo sabía que tenía que mimar a Sergio para que no se quemara, así que asumí más responsabilidades, como preparar las bases de bajo y batería y currar más con la guitarra para que él pudiese cantar más tranqui.

La cosa iba bien, ensayábamos una vez a la semana y no nos agobiábamos, pero a Sergio no se le veía demasiado emocionado.

Tocamos una vez, ya os acordaréis, y fue un atronador éxito (la gente del bar sigue preguntándome cuándo volvemos), pero Sergio no quiso seguir.

Pocos días después del concierto, su hija Carolina, y su marido el gran Paco, le convirtieron en abuelo de una preciosa criatura y creo que eso fue lo que le convenció. Me dio largas durante un par de meses y, al final, me llamó para decirme que no le divertía ya nada la música y que lo dejaba.

Hace poco, le llamé para que me ayudara con un par de cosas. Me hizo ir a su casa y me arregló una guitarra que Buch le regaló a mi hijo Borja y mi pedal multiefectos. Estuve un rato con él y con su maravillosa mujer, Pastora, en su cocina, con una cervecita y unos taquitos de jamón, y luego con él, solos los dos en su taller, mientras reparaba con una habilidad asombrosa, mi pedal multiefectos de la guitarra, reconstruyendo el circuito impreso con una naturalidad increíble.

Allí una hora los dos, solos, hablando, me hicieron comprender una cosa, muy sencilla y muy evidente. Por más tiempo y cosas que pasen, Sergio es mi excompañero de correrías rockeras, pero nunca será mi ex-amigo. Siempre, para toda la eternidad, le consideraré uno de mis mejores amigos.

Y esta cancioncita, es para ti, amigo amío.

Mi amigo Sergio.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Qué temazo!!!

Sin duda el que más me ha gustado de todos los que has colgado aquí. Bueno , las composiciones tuyas también me gustan pero esta tiene un sonido redondo.

El post no me lo he leído aún.

Sigo de vacaciones, en casa, y esperando a la hija que no termina de decidirse a nacer. Creo que sabe que hasta el 25 no sale de cuentas.

Un abrazo.

Wolffo dijo...

UnFos, my friend,
(suena el del post)
he cambiado la forma de hacer la batería y sí, me parece que suena mejor. Además, los Uh-uhs me han salido muy empastados, parecen casi teclados. El tema es genial, si no lo conoces, dímelo y te paso el original que es realmente bueno.
Ya me dirás cuando leas el post. Un abrazo y tranquilo con la espera. Es el segundo, ¿verdad? Es la mejor del mundo, porque tiene regalo al final, Un abrazo fuerte a ti y un beso a la mamá, que con estos calores lo estará pasando medianamente...

Anónimo dijo...

Desde luego que no os hubiera imaginado tocando en el Retiro, y menos aún en esa actuación para 0 personas.

Si a mí me hubiera pasado algo así, llego a un sitio para dar una conferencia o un curso, y me encuentro todo vacío, creo que no hubiera sido capaz de hacerlo sin soltar la carcajada. Y, por supuesto, no hubiera aguantado al final.

Está claro que os lo pasábais bien.

Anónimo dijo...

Menuda dedicatoria le has dejado a tu amigo Sergio, ¿seguro que no te hace favores sexuales además de arreglar pedales? ;)

El tema es... un temazo. Suena auténtico. La verdad, a veces no sé qué decirte. Igual que tampoco sé si tus posts me inspiran en plan musa y todo eso, o me desaniman pensando que si hay cupo de escritores mejor que seas tú y no yo el que ocupe el escaño.

Un abrazo amigo.

Wolffo dijo...

MariKoti's
(suena Come on, por el Gran Wolffo, que será la próxima)
Pues sí, en el Retiro, tocando gracias a un generador que fabricó Sergio a partir de una batería de coche y cargando todo el equipo en un carrito diseñado por él a partir de dos carritos de la copra... es un genio, el tío.
En lo de la carcajada, ¿ves tú? estoy contigo. Tocamos para nadie, pero nos reímos a modo, que lo cortés no quita lo valiente.
Y sí, Kot querida, lo pasábamos realmente bien.
Muchos besos, seño.

linmer, amigo,
pues mira, no, no es que esté en contra ni nada, pero que ni Sergio ni yo nos encontramos demasiado atractivos el uno al otro, me temo. La canción es verdad, es soberbia.
Y amigo mío, para no saber qué decirme, te apañas bastante bien; el día que se ocurra algo...
Pero creo que hay sitio para muchos como tú o yo. Haz un ejercicio: escucha las noticias de cualquier televisión o emisora y comprueba lo mal redactadas que están el 95% de las noticias. Hoy, en realidad, muy poca gente sabe escribir, pero la mala noticia es que al respetable se la sopla leer que estén bien o mal escritas. Les basta con que puedan reírse. Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Hola.

Efectivamente, es la segunda. Y mi chica lo está pasando francamente con el calor, el peso,... ya sabes.

Me leí el post. Demuestra que sabes ser un buen amigo.

Y me ha traído recuerdos de cuando quedábamos para tocar en las casas porque no teníamos otro sitio donde hacerlo. Tuve un compañero de trabajo que había sido músico profesional y tenía una habitación que parecía un estudio.

Abrazos again.

Anónimo dijo...

Chico, esto me ha parecido más tierno que la hostia, y sin dejarlo en manos de los adjetivos, lo cual demuestra que está escrito con talento. Es toda una declaración de amistad. Ni te he dicho hoy de nada porque tengo una movida por la tarde. Pero te mando muchos besos, y unas collejas rockeras. Feo los cojones.

Wolffo dijo...

UnFos, colega,
En eso de tocar, pasas por etapas distintas, me parece a mí. Primero en las casas de los amigos, dando por culo a las familias con el ruidito, pero no tienes más remedio: no tienes pasta y sólo quieres tocar. Luego, cuando la cosa empieza a crecer, te apetece eso del local de ensayo, que queda como muy rockero, y se te olvida el calor que pasas y lo mal que huelen. Por fin, si un miembro del grupo tiene sitio donde hacer mucho ruido, es la solución ideal, para mí. Fases, fases... Yo tengo un despacho que no voy a decir que sea un estudio, porque Buch me lee y haría notar a todo el mundo que miento como un bellaco. Pero me apaño para tocar y grabar con bastante comodidad.
Paciencia a ti y muchos ánimos y cariños a tu chica.
Un abrazo fuerte, amigo.

Buchito,
eso de no dejarlo en manos de los adjetivos (esos cabrones...) es de lo más agudo, txaball. Next week no podré yo, que voy a estar fuera, pero nos vemosy hacemos las cosas bien, que estoy empezando a hartarme de ti...

el_Vania dijo...

Ufff... qué historia, amigo... me he sentido tan identificado en tantos párrafos... los que hemos vivido el rock n roll way of life, lo sabemos.
Me ha gustado mucho como lo has detallado, en serio, a veces parecía que contabas algún pasaje de mi vida...
Me ha encantado.
Y el tema... amigo, suena de lujo. Me encanta ese chorus del arpegio principal, así como los coros altos y desgarrados, le has puesto alma, se nota que te importa a quien se la dedicas.
Solo te pondré el pero del sonido (que no de la secuenciación) de la bataca... pero yo te podría solucionar eso, my friend.
Bueno, perdona la tardanza de contestarte... ya me funciona el blog de nuevo, amigo... y ahora estoy de vacaciones con una resaca que parecen 2.
Hablamos.
Salud/OS!

Wolffo dijo...

Vanita, my guitar hero,
gracias, colega, en serio. Una alegría verte por aquí de nuevo. Luego me paso por tu blog, a ver qué te cuentas.
En cuanto a lo de la percusión, a ver cuándo me dices cómo se hace el asunto, porque mira que le doy vueltas y ni pa fardar. A lo mejor ayudaría el saber tocar la batería, y no es que me sienta mu mayor para aprender (mándame por courier una y en dos meses estoy redoblando como un poseso) es que nunca he tenido oportunity. En fin, my friend, alegrándome de verte.