viernes, agosto 24, 2007

Está lloviendo

Vete


Una de esas delicias que conocimos gracias tipos como Jesús Ordovás, Julián Ruiz, Gonzalo Garrido o Juan de Pablos, que no necesitaban discos para pinchar los programas de radio más enérgicos que recuerdo. En sus FM's sonaban las maquetas de grupos como Mamá, a los que hoy me atrevo a versionear. Esta canción es una delicia de principio a fin y refleja cómo me sentía yo en esa época. Me gustaba el rollo ese de la movida, sí, pero el mundo no terminaba ahí. Vuelvo a subir esta canción porque me da la gana y porque os la merecéis, muchachos (¿?).
Está lloviendo. Sam se refugia en el porche (una buena excusa para estar cerca, ¿eh, Sam?) y mis poco regadas plantas levantan su ánimo y sus hojas, en una erección natural y gloriosa. Cae el agua con cuentagotas y mi ánimo, aun viendo cómo bebe la tierra, ansiosa, decae. La lluvia llama, implora, y los rictus tristes de mi triste calavera, acuden a la llamada con prestancia nada elogiosa.

Me pone triste la lluvia y me trae miles de recuerdos.

Una vez, no sé si os acordáis, en otoño del 82, en Madrid. Un día cualquiera de antes del invierno. Yo sí que lo recuerdo. Una joven e indolente pareja que, a lomos de una Lambretta roja, con muchos faros y más espejos, desafiaba aquella noche, más otoñal que madrileña, a cuerpo gentil. Él llevaba un traje oscuro y ella, ¡ay, ella...! ella acababa de salir de la peluquería, moldeada su melenita negra y francesa, que contrastaba con su rostro blanco y sus rojos labios y sus uñas negras y sus medias de rejilla, camino del RockOla. A tomar unas copas. A hacer unas risas. Pero sobre todo, a dejarse ver. Y su tarde arruinada por un chaparrón de esos que caían al principio del mundo y que hacían parecer que fuera el fin del mundo. Ella, Layette, maldice a su chico, el Sopas, por tener una moto y no un coche. Él maldice a los ángeles meones.

Llegan a la sala y ella se mete corriendo en el baño, ignorando a todo el mundo, mirándose los pies, como un camarero en un día agitado. Él, inconsciente de su ridículo aspecto, procura mantener cierta dignidad en su porte, y se queda, bobamente, en pie en medio de la sala, siendo el centro de todas las miradas.

El RockOla está lleno de gente, pero él no ve a nadie conocido. A nadie conocido por él, vamos, porque ve a varios de los amigos y amigas de ella. Ella es una modette muy popular. Viste con exquisita originalidad, sin seguir la biblia mod al pie de la letra, dando a su aspecto un barniz posmoderno y afterpunk de lo más celebrado por los petardos locales.

Tiene un montón de amigos importantes. Cantantes irritantes, locutores demodés, periodistas manoslargas y algún camello siempre dispuesto a pasarle una rayita. Él, sin embargo, es un advenedizo y está ciertamente deslumbrado por esa chica que se ha metido corriendo en el baño. Es la primera vez que van al RockOla juntos. Él no sabía que podía irse sólo a estar, porque, claro, él sólo iba a los conciertos.

Esa noche van a tocar los Church, aunque hay rumores de que, a lo mejor, se suspende, porque el cantante tiene chunga la garganta. El concierto será por la noche, pero sólo los más modernos saben que hay que estar desde las 7, petardeando, dejándose ver, haciendo amigos. En aquellos años no era raro quedar a las 6 de la tarde, nadie te miraba mal ni nada.

Los Church han congregado en el RockOla a toda la gente guapa (ni se te ocurra decir movida, porque entonces descubrirás que eres un plástico, un trendy de mierda): están los periodistas que cuentan, Carlos Tena, Rafa Abitbol, Ordovás, Gonzalo Garrido... Mira, Iñaki Glutamato y Jaime Caligari están con Ana Curra, Eduardo Benavente y Sabino, el Intocable y un par de punkies modernísimos. Antonio Banderas ha venido con Cecilia Roth y Eusebio Poncela quien, la verdad, parece un poco fuera de lugar. Los mods están guapísimos, los punkies, sucísimos, los hippies, desaparecidos y el Sopas, colgado en medio de la sala, empapado y esperando que su chica salga del baño y le diga qué hay que hacer a continuación.

Alguien le da un manotazo por detrás y descubre a Saula y al Bombilla, dos amigos mods que han llegado igual de empapados que ellos, pero muertos de risa. Saula es simpatiquísima, pero todo el mundo la conoce porque tiene unas tetas enormes y es dificilísimo hablar con ella sin que te hipnoticen sus pezones. Saula se va al baño a buscar a Layette y el Bombilla y el Sopas, como dos colegas en remojo, se van a la barra, al lado del piano que nadie toca nunca. El Bombilla se hace con sorprendente presteza con dos tercios, le pasa uno al sopas y le da una pastillita azul para que se le pase el dolor del alma.

El Bombilla le dice a que no hay huevos para tocar el piano y el Sopas se sienta en la silla, abre la tapa y se pone a aberrar sobre las teclas del piano. Llega Salto, otro colega que, afortunadamente, no tiene novia. ¿Qué coño haces en el piano, mierdecilla?, pregunta cortésmente y el Bombilla le dice que está haciendo escalas de jazz. ¿Escalas de jazz? Dice un moderno de un grupo de modernos que les daba la espalda, ¿y cómo es eso? pregunta interesado, porque es el típico nota que no soporta no saber todo lo que pasa y todo lo que se cuece alrededor, pues las escalas de jazz son así, tío, dice el Sopas mientras aporrea sin piedad el piano y en estas llega el de seguridad, el jefe, no los gorilas, que es un gilipollas casi tan grande como... como... como quien sea, llega el de seguridad y se pone junto al sopas y le dice, oye, chaval, si tú abres el piano, yo abro la caja de las galletas, y como ve que nadie le pilla la amenaza, dice que la caja de galletas, tíos, la de las hostias y el Sopas, El Bombilla y Salto se miran y se mueren de risa y dejan al segurillo con sus galletas y su traje negro con cara de idiota junto al piano.

Salto conduce a sus amigos a otro sitio y el Sopas dice que si no deberían esperar a Layette y Saula, que dónde andarán y entonces el Bombilla señala a la parte guay de la barra donde se ve a las chicas tomando benjamines con lo más moderno de Madrid, como si ellos no existieran y la verdad, no existen, porque ellos toman cerveza y los cantantes, los periodistas y los actores, toman champán. Y Saula y Layette prefieren el champán, claro.

Salto, Bombilla y Sopas se van al pasillo de los baños a tocar culos. Siempre hay muchísima gente y se pueden tocar culos sin problemas, porque además, por alguna extraña razón, las chicas en el RockOla se dejan tocar un poco el culo sin protestar demasiado. El Sopas, una vez, en un concierto de Trementina (lamentable) ligó con una chica que estaba detrás de él, con el sutil método de tocarle una teta con el codo, mientras hacía que bailaba. Flípalo. Bueno, pues cuando están en plena apoteosis de palmoteos y pellizcos, se apagan las luces y se van corriendo porque eso significa que va a empezar el concierto.

El Sopas, el Bombilla y Salto ven los conciertos de cerca, para aprenderse las canciones y, con un poco de suerte, pillar la púa del guitarra. Saltan y brincan y cantan todas las canciones. Layette y Saula, como son más modernas, se quedan detrás, con los famosillos y como mucho, mueven un poco la cabeza entre sorbo y sorbo del benjamín.

Los tres intentan hacerse hueco entre la gente, pero hoy hay más peña que de costumbre y Salto les señala a un tío que hay delante de él con una chupa de cuero preciosa en cuya espalda pone SQUEEZE, y abriendo mucho la boca, como si gritara, pero hablando muy bajito, dice es Antonio Vega, y los otros asienten, pero como tienen un pedo descomunal, le apartan de un empujón (no tiene demasiado mérito, el líder de Nacha Pop es un tirillas) y siguen su camino hacia el escenario, para aprenderse las canciones.

El concierto va genial. Salto, El Bombilla y el Sopas, saltan como locos y el cantante de Church se disculpa una y otra vez por lo afónico que está, pero el tío se pasa dos horas ahí sufriendo y haciendo disfrutar a todo el mundo menos a su madre, que sufre solidariamente con la garganta de su hijo.

Tres horas después del final del concierto, Saula y el Bombilla se piran y cuando el Sopas les acompaña fuera para echar una meada en la calle, que es mucho más higiénico que los baños del RockOla a esas horas, se da cuenta de que un capullo envidioso le ha rajado las dos ruedas de la Lambretta y el asiento, así que se mete en la sala, busca a Layette y le dice lo que ha pasado, pero ella no se enfada ni nada y le dice que no se preocupe, que a ella la lleva Carlos, ¿y quién coño es Carlos, el de los huevos largos? dice el Sopas, recordando el jueguecito de cuando pequeño (¿has visto a Carlos? ¿qué Carlos? ¡El de los huevos largos! o bien, ¿has visto a Lucas? ¿qué Lucas? ¡El de los huevos con peluca!), pero bueno, ese tipo de jueguecitos no funcionan hace ya muchos años y Layette dice, jaja, muy gracioso, no, hijo, Carlos es Carlos Tena, que tiene un coche como dios manda, así que nos vemos mañana, Sopi, ¿vale? Y se da la vuelta justo a tiempo para reirse de un comentario de Santiago Auserón que era imposible que hubiese oído.

Salto, atento a la jugada, abandona a la madre del cantante de Church, a la que tenía camelada completamente, y se solidariza con Sopas y le ofrece su garaje, que está relativamente cerca del RockOla, para dejar la moto esa noche.

Cuando llevan una hora empujando la moto en el frío de una madrugada lluviosa madrileña, el Sopas le pregunta, como quien no quiere la cosa, oye Salto, tío, ¿tú qué coño entiendes por cerca? y Salto, con un pedo tan grande como el del Sopas, igualmente empapado y feliz de tener 19 años y vivir en Madrid en el 82, suelta una enorme, sonora y redonda carcajada.

Dos amigos que se alejan, calle abajo, empujando una Lambretta bajo la lluvia, y felices de tenerse el uno al otro.

Estaba lloviendo, pero este relato ha de terminar, porque la lluvia ha dejado de caer.

¡Ah, se siente...!

25 comentarios:

LuNegra dijo...

Sorprendida me encuentro...soy la primer! Uf, menuda responsabilidad...ejem, ejem... que decir.... jajajajaj lo primero hola de nuevo chavalin! Cierto el estar de vacaciones lo que trae es que lo del ordenador creo que está como un artículo de decoración, uf, y no sabes que gustazo eso de no sentir na imperiosa necesidad de conectarse porque sino tienes la impresión que te vas a perder algo...irrecuperable ;-). Hay que disfrutar del exterior mientras se pueda y de vez en cuando entrar para visitar a los amigos ;-), xomo acabo de hacer y me he encontrado con tu cuento "mojado", que acompaña muy bien al dia de hoy que está empezando a caer una buena por estas tierras. No hay nada como una buena amistad donde ni chicas ni chicos en el caso contrario afecten ni la rompan. Para tener novias así mejor lejos no? Aunque es comprensible... la lluvia... coche... moto.. mmmmm creo ... bueno lo mejor dejar la moto no? ;-P

Un besazo wapetón... Ah, ha vuelto ya Samantha????, ten paciencia, es un perro joven y con mucha vitalidad. Que wapa que está. Muakssssss.

Anónimo dijo...

¿Se siente?
No me gusta nada que terminen tus relatos. Que lo sepas. Es una putada esto de cortar así de sopetón.
Con lo enganchada que estaba.
No te digo más, que lo estaba viviendo, allí metidita en el RockOla con todo ese petardeo.
Eres un monstruo de la pluma.
Y aquí diluvió el otro día y no veas el gustito que me dio, sabes, una extraña felicidad... será que son tan raras las ocasiones.
Mil besos.

Wolffo dijo...

Lunetta,
di que sí, pero creo que para que la cura sea completa, es como el alcoholismo: hay que dejarlo del todo. En cuanto das un trago, en cuanto abres un navegador, estás perdido.

Samantha está en casa, con los pelillos cada día más largos y la caca cada vez más firme.
Y yo, yo sigo, qué quieres que te diga.
Un beso, o cien, Lunísima.

Crispulina,
jajajajaja, se siente, se siente. ¿Sabes lo que pasa? que me estaba quedado mu largo pa post, y he optado 0por la honrosa retirada. Pero creo que voy a intentar seguir, sólo si me dices que vale la pena.
Y la lluvia, ya sé, es cojonuda, pero a mí me pone triste, a no ser que sea invierno, llueva poco y yo esté en el campo con unas buenas botas. en esas circunstancias, me gusta.
Besos a ti, mi Crispuloide querida.

Anónimo dijo...

Debió ser acojonante y un suplicio a la vez eso de la movida: eso de tener que poner la postura siempre...

Una gran canción, como de costumbre (y no te hagas el modesto diciendo que la canción es buena, que me refiero a tu versión)

De la historia, la verdad, las aspiraciones estan bien para las aspiradoras, pero para los mecánicos de barrio, las lagartonas de guante blanco quedan fuera de alcance.

Un abrazo.

Aprendiza de risas dijo...

¿¿¿Cómo??? ¿¿¿Que te estaba quedando largo para un post???
Yo no sé qué concepto tienes de la medida, mi niño, pero escribes unos posts muy laaaaargos. Pero merecen la pena. Me he reído contigo.
Te has olvidado de Fernando el de los cojones colgando, pero bueno, se te puede perdonar...

Yo no soy d Madrid pero he oido hablar mucho del Rockola, pero sí debo ser de tu quinta (ma o meno) y viví la Movida, sus conciertos, el petardeo, sus modas, el fluir aocmpasadamente con la peña en los recintos llenos de humo (entonces molaba mucho eso del humo) y tb incluía entre mis amistades niñas gilipollas como Layette y tíos muertos en vida como el Sopas...
¿Tú de cuáles eras?
Ejque... te he perdio de vista mucho tiempo y no me acuerdo de qué pie cojeabas... ejem!
Un placer volver a leerte. Besitos,

Anónimo dijo...

Aprendiza, también estaba Renato (el de los cojones te ato), no nos olvidemos...

^_^

Wolffo, métele caña, que valer, vale la pena (¿pena?) y eso no hace falta que te lo diga yo. Si quieres esperar a que vuelva a llover, me vale también. Pero haz el favor, hombre, y continúa.

Anónimo dijo...

Pues a mi me ha gustado el final este "no final" yo lo veo bien de final, claro que si vas a seguir pues lo veré bien, claro a ver que remedio.

Me ha encantado tio, tiene razón Cris en que se vive la atmósfera totalmente.

Pero lo que me ha parecido subyugante (colleja para mi por hortera) es la frase:
"Ella volvió la cabeza para reirse de un comentario de S.A. que era imposible que hubiese oído" en esta te pongo ¡¡TRES!! positivos y te sube la actitud a Muy Satisfactoria.

Hoy tengo un planazo de cine, una cena con rollo de cuñaos y toa la movida que no es que me apetezca mucho. Pero, a cambio he tenido una idea, y una posibilidad para RRulos.

Te contaré. Su tú puedes la semana que viene.

Bródel.

Wolffo dijo...

linmerick,
un poco agotador, sí, lo de la posse continua. La historia tiene su cachito de verdad, o mejor, sus cachitos; son todo cosas que me pasaron a mí, personalmente, pero no todas juntas, desde luego. Pero tu reflexión sobre las aspiradoras yuy los mecánicos me parece brillante, colegui. En cuanto a la canción, está un poco sucia la voz, pero mola, no? Un abrazo, amigo mío.

Aprendizoide,
yo, en realidad, creo que dos líneas pueden ser insufribles si están mal escritas, y tres folios, un suspiro si te engancha la cosa y el tipo o la tipa escriben bien. Fernando, el que los tiene colgando, es verdad... un gran tipo, Ferdinand el colgón, sin duda.
Mira, para que hagas tus numerillos, mi quinta es la del 64, una cosecha que hubiera pasado por normal si no llega a alumbrar a un genio como yo, que subió la media. en cuanto a la cacareada movida, para mí, era un escenario un poco cutre, en el que todos los actores estaban convencidos de lo originales que eran, lo que le restaba un poco de naturalidad al asunto. Yo actuaba cuando me sacaban a escena, pero procuraba pasar desapercibido la mayor parte del tiempo y me cansó muy pronto todo ese ambientillo. Mucho ruido y pocas nueces, creo. Pero lo pasé bien, creo recordar. En fin, yo qué sé, Aprendiza, yo qué sé.
Un placer ver que tienes la paciencia de leerme, cielo. Un beso.

Críspula,
jajajajaja, a ese no le conocía yo, Renato, los huevos te ato, ese es bueno, también, nena.
Bueno, a ver si pasa algo, vale.
Muchos besos y muchas gracias por la fe ciega, maestra.

Buch, hijo mío,
un final en amanecer, no está mal. ¿Viste "Jo, que noche!"? Es buenísima, a pesar del título (Afterhours, era el original) y acaba cuando amanece, too. No tiene nada que ver, pero me gusta hacer referencias cinéfilaspara dar tono a este blog, porque, últimamente, con comentarios como los tuyos, está perdiendo glamour, si no te importa que te lo diga, amigo, ¿qué digo amigo...? ¡hermano! Di que no, que era broma (pero ahí queda).
Los cuñados, en eso estarás conmigo, deberían no existir, en general, aunque yo tengo un par de excepciones y de los rulos hablamos after the summer, porque en september me voy a ir otros días, en plan finde alargado y a ver qué pasa. bueno, papi, que no puedo dedicarte más tiempo, de verdad, que yo tengo mi vida más allá de estar pendiente de ti... de verdad, ¡qué pesada te pones...!

Anónimo dijo...

Yo, por la edad hubiera podido coger esa época, pero en Cádiz no nos enterábamos de nada. Aquí seguíamos como siempre, y no había locales para oir música, y menos en vivo. Ahora bien, si hubiera habido un sitio así, yo hubiera estado también en el extremo guay de la barra, por supuesto.

Para tocar culos a gusto los tíos tenían que esperar a que fuera Carnaval. Entonces, con la bulla en la calle, nadie se libraba. Pero como, por alguna extraña razón, a los tíos les encanta ponerse una falda, en Carnaval circulaban por las calles muchos "escoceses" y similares, y ellos también pagaban el peaje en esos días.

Anónimo dijo...

Me gustó mucho este cuento que escribiste, Wolffo.
Preciosa descripción de la época, que no viví porque estaba acá, sino la hubiera vivido. Je. Me hizo sentir en Madrid, en ese tiempo. Casi podía oler el ambiente húmedo de lluvia...
Y el final me gustó mucho pero que mucho mucho: poder contar con un amigo. Bello final!

Besotes, Wolffo (que no comente siempre no significa que no lea,eh?)

Wolffo dijo...

MariKoti's
Sonando: It doesn't have to be that way - Jim Croce
Fue en esa época, en el 82 o en el 83, cuando yo dejé de visitar Cádiz en los veranos, en cuantis dejé de viajar con papi, ya sabes, pero no dudo de que tú hubieras estado en el extremos guay de la barra... hasta que hubieras visto mi ingobernable flequillo beat, que te hubiera subyugado completamente, puedes estar segura.
Hay una cosa... siempre tuve ganas de ir al Carnaval de Cádiz por lo de las chirigotas, confiando en que me hagan gracia en directo, porque por la tele o por la radio no se la encuentro, pero debe ser una rareza mía, porque a todo el mundo le divierten muchísimo. Así que debe ser que hay que ir ahí, al teatro comosellame, y contagiado del ambiente, te mueres de la risa. Pero bueno, ahora, con eso que me cuentas del palmeo generalizado, me está apeteciendo aún más ir. Sigue gustándome el palmeo casual, el roce arbitrario y todo eso, así que allá voy. Mil besos gadeiranita mía.

MariRayas
Sonando: El circo - Nacha Pop
Qué bien, Rayitas, no sabes lo que me gusta verte de nuevo por aquí, cielo. Porque si vienes y no me comentas, yo no sé que has estado mi vanidad no recibe su ración de alimento pensando en que una persona inteligente y encantadora ha venido a verme.
Lo que quería decir en el relato es que tampoco era para tanto: había famoseo y petardeo, pero los chicos y las chicas éramos igual que nuestros abuelos: bobos esperando a crecer. Los que tenían realmente peligro eran esos periodistas, mayorzotes ellos, que vivían rodeados de jovenzuelos y creían que algo se les pegaría...

Muchos besos, mi preciosa Rayoides.

Anónimo dijo...

¡Uy, que se me olvidó comentar la canción! El jet lag es lo que tiene, que no sabes por donde andas.

Un poco triste, ¿no? Eso de decirle a alguien vete y no vuelvas más...

Me gustó cómo suena la guitarra.

Guiss dijo...

no lo sientas, es un final de cine y no hace falta más. Luego es inevitable el fundido en negro. Pero antes, lo he estado viendo como si hubiese sido yo quien deambulaba por allí. Bueno, como si hubiese sido yo no, porque en cuanto hubiera visto a Santiago Auserón (que entonces no me gustaba porque no tenía yo edad ni sabía quien era, pero después me ha gustado mucho y desde antes de saber de su existencia hasta ahora mismo) me hubiese salido la provinciana que llevo dentro y hubiera decorado el sitio con una especie de estatua de sal pasmada. Este relato es un guión, Wolffo, y no esas porquerías plagadas de ordinarieces o esas pajas mentales que estrenan los autores españoles y que nos van a hacer ver por ley.
Me encanta lo de la actitud de camarero en día agitado, aunque realmente para que vayan mirando a cualquier sitio menos al siguiente cliente no hace falta que estén desbordados de trabajo, al menos los que yo conozco o tienen mucha vida interior o tres cafés son su límite.
La lluvia te sienta muy bien...
Y la canción me encanta, no creo haberla escuchado nunca antes, me la voy a guardar pero no me le dediques jamás ¿eh? ni aunque me la merezca.
Millones de besos.
PD: quiero un concierto en sábado o aquí.

el_Vania dijo...

Jijiji... historia urbana, musical y de juventud con la que me identifico al 100% (si bien mi "movida" fue 10 años después).
Welcome back, Wolff...
Te cuento que ando liadísimo, y eso que estoy de vacaciones. Por eso no te he enviado el tema aún. Ni siquiera he terminado de mezclar uno que tengo ahí parado hace la tira. Tanto, que la letra que le hice (dedicada a alguien especial) ha quedado obsoleta.
Y para más inri, me meto a hacer un blog de cocina... (ya te avisaré a que pases a verlo).
Perdona por fallar... pero el tema ese se hará, SI o SI!
Abrazos y... Salud/OS!

Wolffo dijo...

MariKoti's,
jajajajaja, chucu-chuculag, más bien, ¿no? Es una canción que nunca llegó a ser disco, era una maqueta demo de Mamá que, eso sí, les serviría para firmar su primer contrato discográfico. Además, luego, unos años más tarde, le cambiaron el ritmo y la letra y la usaron como base de un tema bailable que se llamaba Kubanai y que tuvo menorepercusión aún que la maqueta. Y después de leer esto, eres muy libre de decir: ¿y yo qué culpa tengo? ¿qué me importa a mí este ladrillo? Pues eso, que eres muy libre, tan libre como has sido para decirme, encanto, que te gustó cómo suena la guitarra. Un beso muy, muy fuerte.

¡¡Guisantèese!!
¡dios mío, qué alegría! Cuánto tiempo sin saber de ti.
Bueno, ya sabes que ese "se siente" es más un giro psico-sociológico, una búsqueda inveterada de la verdadera expresión que subyace en el inconsciente colectivo: un sonoro y definivo "te jodes". Y sí, faltaba poner, para que pareciese talmente un guión:
"... los dos amigos se alejan calle abajo bajo la lluvia, mientras suena "Lloviendo en la ciudad" de Nacha Pop y funde a

Negro

Bueno, en la respuesta al comentario de Kotinussa tienes datos por si quieres bajarte la maqueta original y puedes estar tranquila, nunca, jamás, te dedicaría un "echándote". Un bexo (beso con sexo), príncipa traviesa.

Hey, Vanitas!
No te preocupes, muyayo, que no paixa nada, lo haremos, sí, en cuantis que podamos. No digas que has fallado, porque no es asín, colega, ya verás que cuando puedas tú, el que falla es menda... Nada, nada, saldrá, saldrá.
Lo de las letras que se desactualizan es el pan mío de cada día. Un día un amigo te llama y te dice "colega, hoy no puedo pasarme por tu casa a recoger el cd, te llamo mañana" y escribes la canción "Historia del hijo de la gran puta que me dejó colgado". La canción tiene de actualidad lo que tardas en escribirla. En cuanto la estás grabando piensas, bueno, y esto, ¿a qué coño viene?
Qué duro es ser artista, ¿verdad?
Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

supongo quizá que yo soy Layette, te contesto en privado pq sé que odias que lo haga aqui.
te diré: Alaska fue la última invitada de Dolce Vita, ahí queda la movida madrileña.
Santi Auserón sinenkambio intenta seguir por el buen camino riendose de si mismo en sus últimos conciertos tipo Valladolid latino de hace dos veranos ,Ordovás tras su fracaso televisivo de I POP sigue como siempre pero muy viejuno ,al final me quedo con Ariel Rot, un gran tipo q como muxo paso por el Rockola un par de noches..
Recuerdo la lluvia...Y NO SOY IDIOTA queridos lectores.
Tenía 17 años ...y a esa edad ...

Wolffo dijo...

Ex-Layyete,
deberías el explicarme el verdadero significado de la primera línea de tu comentario porque, de hecho, vas y contestas aquí. De modos modos, es to es una página abierta al personal, puedes hacer lo que te plazca.
Esto es un relato. Cada vez que escribo algo me baso en cosas que me han contado, que he leído, o, también, que me han sucedido. Eso no da derecho a nadie a creerse protagonista... rectifico. El que quiera sentirse protagonista, que se sienta protagonista, pero que no intente enmendarme la plana ni cambiarme el argumento o desarrollo del relato. Sencillamente porque sus recuerdos serán suyos, pero este relato es mío y sólo mío. Si no le gusta lo que cuento, lo siento en el alma, pero no es obligatorio leerlo y no pienso cambiarlo.
Del mismo modo que el Sopas no soy yo, Layette no eres tú; Layette es Layette y tanto ella como el Sopas son sólo personajes de un relato.
Nada menos.

Anónimo dijo...

Te hago notar que la princesa ha dicho "pajas".

Wolffo dijo...

Siempre, siempre, haciéndote notar...

Anónimo dijo...

tu más...

Anónimo dijo...

Mi padre tenía una lambreta (¿se escribe así?) y recuerdo algún viaje agarrada a su cintura y teniendo ami madre detrás, yo en plan chorizo del bocata. Aunque eso fue unos diez años antes del 82, claro.

Gracias por el relato en día de lluvia.

Besos de una maia.

Wolffo dijo...

Maia,
falta una "t", pero da igual. Yo también tenía una Lambretta. Era tan buena como la Vespa, pero un poco más barata.
Creo que lo he comentado alguna vez, pero mis padres hicieron un viaje Madrid-Barcelona (en el año 60, con aquellas carreteras...) en una Iruña 165 (más barata aún que la Lambretta) con sidecar. Iban mi padre pilotando con mi hermano Jose, el mayor, medio de pie, delante de él, entre él y el manillar; mi hermano Jesús, el segundo, agarrado a su espalda; en el sidecar iba mi madre con mis hermanas Militos y Montse aúpa. & personas en una moto de risa, que no tendría más de 7 u 8 CV, en un viaje que duró casi 20 horas.
Gracias por no faltar desde hace dos años y medio. Mereces un premio, ¿sabes? Un beso enorme, maia.

Anónimo dijo...

Casi se me saltan las lágrimas, en tu novelación de la situassión das notas y puntos que me han puesto en el lugar y el sitio, en el momento aquél, creo reconocer al Sopas, los Church, al Bombillas... ay hijo, qué forma de darme en toos los morros con esa preciosa foto del pasado. No hace mucho pasé por delante del RockOla, y lo que fue el Marquee, pero ya no estaba, ya no estábamos allí. Eran los tiempos en los que todos formamos un grupo más o menos beat, más o menos pop, más o menos, en fin, buscábamos un lugar común donde comunicarnos, expresar, sacar fuera esas ganas inmensas de sacar lo que nos corría por dentro, cuando Alaska aún era Olvido, cuando Antonio se desparramaba por el Penta, cuando McNamara epataba en Sol vestido espectacularmente de colegiala o Juan, que aún no era Perro, se acodaba en la barra de La Vía Láctea... cachis en tó, pero gracias por contarlo y contarlo así de bonito.

Anónimo dijo...

Y gracias por la canción, ya "mese" caen hasta los calcetines, Wolffillo, tú siempre tan acertado...

Wolffo dijo...

Malanilla,
jeje, gracias, guapa, eso que dices es un elogio de esos que encanta leer. Me imagino que fue una época como cualquier otra, pero nosotros éramos el centro, entonces, el busilis del asunto. Y eso es lo que hace esa época tan especial para nosotros. La canción es preciosa... pero me da lástima no haber estado ahí delante en ese momento ropa al suelo, la verdad... Muchos besos y muchas gracias, Malenoide.