jueves, mayo 24, 2007

El rey de la montaña

Heaven





Talking Heads, los bustos parlantes, vaya banda. Es una de esas bandas que, a pesar de estar hechas alrededor del núcleo de un genio absoluto, de una artista total, como lo es David Byrne, no podría existir sin todos y cada uno de sus miembros. Talking Heads, para mí, es sinónimo de modernidad, porque Mr. David Byrne es un hombre eternamente moderno. Hoy sigue sonando a vanguardia. Esta canción maravillosa habla sobre un bar al que todo el mundo quiere ir, donde ponen una música bestial (siempre la misma), que se llama Heaven (el cielo) y en el que a todo el mundo le sucede lo mismo: nada. Porque El cielo es ese sitio donde nunca pasa nada. Esta canción me enamoró no cuando la grabaron en estudio, sino cuando fui a ver la asombrosa película dirigida por Jonathan Demme, Stop making sense, la mejor película sobre una gira que he visto jamás. Una maravilla, podéis creerme. En la peli, esta canción es la segunda, y en ella David y Tina, la primera mujer bajista que me enamoró, sin nadie más, interpretan esta pieza de forma magistral. No os lo perdáis. En esta versión, he tocado el bajo y la guitarra acústica, además de forzar mi garganta para hacer los gorgoritos de los coros, cagándola en algunas notas, claro, pero me gustan estas cagadas. Hala, a ver si te gusta.
Aquí se baja directamente:


Oídme.

Podéis reíros de mis nervios y de lo incongruente de mis palabras, que hoy, te guste o no, me resbala todo.

Porque hoy voy a subir a la montaña. Voy a escalar, nota a nota, hasta lo más alto, hasta la cima, hasta donde, si quisiera, tocaría el cielo con solo levantar la mano.

Hoy, como todos los días, he madrugado para dar de desayunar a los míos, preparar sus comidas, besarles antes de marcharse y desearles un buen día. Pero ellos saben que hoy mi cabeza está en otro sitio. Hoy, estando a su lado, no está con ellos. Hoy mi cabeza no está con nadie, porque me espera la montaña, me espera el cielo.

Hoy voy a ponerme allí debajo y, con los brazos en jarras, miraré a la cima y la señalaré, blandiendo amenazante índice y le gritaré, en silencio que voy a llegar allí.

Hoy atenderé a los que llamen a mi puerta y a los que me escriban, pero mi cabeza no está con ellos.

Hoy soy un egoísta completo, el centro de mi universo y la luz que ciega, la que no se apaga; el ruido que no cesa, la caricia eterna y el susurro que te puede dejar sinsentido. Hoy voy a tocar.

Hoy subiré allí, al escenario y me enfrentaré a unas docenas de caras expectantes, muchas de ellas fastidiadas, porque no les pongan la música que a ellos tanto les gusta, y se haya subido ese señor gordito con esa guitarra tan bonita allí arriba.

Pues a ti, que me miras con cara de arroz, que querrías que hoy fuera un día como los demás, te digo: acabarás pidiéndome que no me vaya. Acabarás deseando que cante otra, querrás invitarme a una copa cuando acabe, desearás ser mi amigo para que la chica a la que intentas ligar vea que tienes mundo y que te codeas con amigos interesantes.

Porque hoy, esta noche, lo creáis o no, llegará un momento en que todos los que están en el bar van a querer estar en otro sitio.

Una mitad, querrían estar en mi lugar, encima del escenario epatando al personal, haciéndoles bailar, cantar y dar palmas a voluntad.

Y la otra mitad, querría estar entre mis brazos.

Sólo por ese momento, ese momento en que todo el mundo ha gritado que no, que no te vayas, que les regales otra canción, ese momento en que estás tan cerca del cielo que podrías tocarlo, cuando estás en lo más alto de la montaña de la noche, vale la pena vivir.

Por un momento seré el rey de la montaña. Del cielo.

Pero, como dice el estribillo de la canción que ilustra este artículo, el cielo es un lugar donde nunca pasa nada. Siendo así que al final, este, que por un momento se creyó dios, torna humano de nuevo y se da cuenta de que al cabo, cuando reinas en el cielo, reinas en la nada. Porque no existe el cielo. Pero sí la montaña que te lleva hasta él.

Y esta noche, amigos, el rey de la montaña, soy yo.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

MOntañas de suerte, y que haya un antes y un después tras este concierto.

Y besitos.

el_Vania dijo...

Mucha mierda hoy, Wolfferas... es normal crecerse, venirse arriba, sentirse especial, transmitir... a veces echo de menos esa sensación, ya son 7 años sin subir a un escenario... esas mariposas en el estómago, que desaparecen tras el primer acorde sobre las tablas...
Mi pensamiento estará contigo hoy.

Que la fuerza te acompañe!
Salud/OS.

PD: Esta de los Talking Heads no la conocía, solo tengo un recopilata... ¿haces tu los coros o es una bella damisela?

PD bis: Necesitas que te pase ese banco de sonidos de batacas, amigo... ganarás en realismo en los temas, que te lo digo yo.

Un abrazo!

Fugaz dijo...

Que vaya genialtodo wolffo.

Un beso

S

Lucre dijo...

pues a por ellos rey de la montaña, el momento esta en tus manos...

Anónimo dijo...

Ahí estará un pedacito mío, en la montaña, mirándote y escuchándote...

Besotes

Anónimo dijo...

¡Otra! ¡Otra! ¡Otra!

Wolffo dijo...

Buch, Fuggie, Lukre, Mari, Kot, gracias, de corazón.
Vanitas, no hay dama ninguna, amigo, no tengo excusa: el que desafina en los gorgoritos soy yo mismo poniendo voz de zarzuelera.


Me piro a montar y a probar.

Anónimo dijo...

Disfrútalo mucho, y larga vida al Rey Wolffo!

el_Vania dijo...

¿Y a mí no me das las gracias? ¡¡Desaborío!!

Anónimo dijo...

Para el siguiente me alquilo limusina y acompañante y ahí me planto, Montaña Rey de Montaña: el Plaza es tuyo

Anónimo dijo...

Ay, qué intriga...

Bueno, no, intriga no. Sé que habrá sido divertido y que lo pasaron bomba...

Y yo lejos y con un resfrío atroz...

Besotes

Anónimo dijo...

¿Qué tal? ¿Qué pasó? ¿Cómo estuvo?

Anónimo dijo...

Cuenta, cuéntanos que supongo que hoy sí estarás para nosotros. Un beso seguro que todos alucinaron contigo.

Wolffo dijo...

No, el_Vania, a ti no te doy las gracias, que me has hecho reconocer que el que desafinaba era yo...

Mahomal, Sandra, Mari, Koti, Mantix, ahora cuento, en otro.

Besos a todos menos a el_Vania, que está a punto de casarse y un beso mío le haría, seguramente, replantearse su estilo de vida.

Anónimo dijo...

Bueno... esperamos...
=)