miércoles, marzo 21, 2007

El vagabundo y la luna (historia de un amor difícil)

I'll be back



Un maravilloso tema Lennon/McCartney, de esos que sólo ellos eran capaces de escribir. Esta canción forma parte de ese grupo de 6 canciones asombrosas que los Beatles compusieron y grabaron en una semana para que la banda sonora de A hard day's night tuviera lo que entonces era la "cara B" de un LP. Esta es una de esas canciones que cualquiera al que le guste cantar a dúo, o a voces, en general, disfruta interpretando, pues las notas se suceden con absoluta naturalidad, la melodía se desencadena sola y la canción te atrapa en la interpretación. He hecho una versión completamente desenchufada, grabando con dos guitarras acústicas y una española; para la percusión, he utilizado la propia caja de la guitarra y una vieja pandereta y las voces... Los puristas me perdonarán, pero en la tercera estrofa he añadido una tercera voz que no existe en el original y en la cuarta y última, he incluido una cuarta voz. La canción es maravillosa y espero que disfrutéis escuchándola, al menos, la mitad de lo que he disfrutado yo grabándola. Y eso: volveré.

Era la luna apenas una delgada línea curva sugerida en el cielo el día que Wolffog, el perro vagabundo, creyó que se enamoró de ella.

Te lo cuento; había estado vagando de aquí para allá, hociqueando, ladrando a las chicas de la calle y a los chulos de los coches, enseñándole los dientes a otros perros y cagando bolitas en la calle de los chalets elegantes, una actividad que, por cierto, no le resultó tan gratificante como esperaba.

Y es que no es tan divertido.

Wolffog, sin embargo, se animaba asustando a los macarrillas por la calle. Si no lo sabéis, os diré que Wolffog es hijo de pastor belga y de loba, y lleva el orgullo lobato impreso en su cerebro limitado pero eficaz.

No sé si conocéis Nueva York, pero es bastante parecido a Valdemorillo, solo que sin ovejas. Wolffog paseaba por las calles de Valdemorillo pensando en sus cosas, moviendo alegre y despreocupadamente el rabo, y con un trotecillo simpático y casual. Porque cuando nadie le veía, Wolffog no tenía que hacerse el duro, ni el gracioso, ni el sensible ni nada, y era un perrillo amigable, dulce y con dos pelotas como melocotones: grandes, jugosas y con pelitos.

Imaginaos a tan bien dotado can, medio can, medio lobo, en realidad, tururú, turú por la calle de Sesmo de Casarrubios, que es como la Sexta Avenida, pero mucho más cosmopolita, y justo cuando deja la calle para coger, a mano derecha, por la Avenida de la Paz (sí, también en Valdemorillo) y levantar la vista para ver las trillizas (también ganábamos en esto a Nueva York, ellos sólo tenían gemelas, pero ahora es de mal tono recordárselo, así que no se lo recordaremos) recortándose contra el cielo, descubrió, junto a esa característica construcción triple y –reconozcámoslo- un poco rechocha, la silueta hermosa y casi divina de la luna.

Mirad al perro lobo parado en medio de la calle, levantando su mirada limpia y sorprendida ante el espectáculo.

Ladró Wolffog a la luna, para llamar su atención y a una pandilla de valdemorillenses truculentos (que son como los neoyorkinos, pero con boina) que iban todos pedo de tinto y montó su numerito de perro machote e invencible para impresionar a la luna. Un par de ladridos por aquí, un par de amagos de mordisco por allá, un chasquear de dientes delante de las narices de un aldeano... en fin, lo típico que hacen los perros-lobo cuando quieren impresionar a la luna.

La luna, que es rubia, mira divertida el espectáculo.

(sabes, luna, tú sí que sabes mirarme. Sabes lo que hay de bueno y de malo, y distingues la vida de los teatrillos, y sabes que no es verdad todo, ni es mentira todo, y sabes qué hay de auténtico y qué hay de comedia en todo este asunto)

Y Wolffog, al fin, hombre, el perro policía, aprovecha algunos de los lances de la pelea, y hace los escorzos necesarios para que la luna vea sus bien plantados huevos, dulces y peludos, y la luna ríe, porque también a ella le gusta esta parte de la comedia de la vida.

Cuando, ya de madrugada, la luna se queda a solas con Wolffog, hablan ambos largo y tendido (en el caso del perro, que se tiende sobre la fresca hierba del Parque de la Nava) y alto y suspendido (en el caso de la luna, que allá arriba no se puede ni alargar ni tender).

A partir de esa noche, Wolffog se exhibe todas las noches con espectaculares correrías nocturnas, presumiendo intolerablemente, sólo porque sabe que luego, la luna, le acompañará a algún paraje discreto, lejos de todo y de todos, y así, solos en mitad de la noche, pero con una sensación de comunión única, se amarán de lejos e intensamente.

A la luna le fascina la chulería madrileña y socarrona del perro; su viveza mental y su indisimulada inteligencia. El perro es un poco exhibicionista y farda todo el rato ante los hermosos ojos de la luna. Encuentra sexy el astro nocturno que un perrillo tan mono se bata el cobre y se convierta en un feroz azote de los borrachos nocturnos. Es como un bálsamo para sus ojos cansados. Alguien que, con su sonrisa, limpia sus noches.

Al perro le gusta todo de la luna. El día que cayó en la cuenta de que existía era apenas una delgada curva de luz. Pero conforme fueron pasando los días y la luna se mostró plena, Wolffog enloqueció de amor por la luna.

Entonces, llegó la luna nueva.

Wolffog salió a la calle, como todos los días, al caer el sol y no vio a la luna. Como un perro bobo, recorrió todas las calles y los campos de alrededor de Valdemorillo, que es como tal y cual, pero un poco más pequeño, eso hay que reconocerlo; recordó que, a veces, veía a la luna flotando sobre el embalse y se fue allí a buscarla, pero nada.

Entonces, pensó que ya a luna no le gustaba verle presumir y dejó de salir por las noches. Habló de ello con la luna unas noches después y ella le dijo que se equivocaba, que a ella le gustaba el perrillo defensor del orden. Pero Wolffog ya había dimitido y ahora se limitaba a aullar a la luna en parajes solitarios, donde nadie más podía verles.

La luna, claro, tenía más cielos que visitar que el de Valdemorillo; el de Nueva York, sin ir más lejos y además le aburría que Wolffog sólo la persiguiera a ella. Así que cuando llegó la siguiente luna nueva, Wolffog lo supo.

Supo que la luna no sería ya suya. Que otros la necesitaban más que él. Y que ella misma no le necesitaba a miles de kilómetros aullándola a escondidas del mundo, sino a su lado, tangible y a la vista de todos. Y poder decirle al mundo: este es mi perrito.

Wolffog sabía que la luna tenía razón, así que una noche de luna llena, antes de ponerse otra vez el disfraz de salvador de Valdemorillo, que es como decir salvador de Nueva York, pero cambiando el glamour del super héroe por cierto olor a cebollinos, fue a la Roca del Consejo, aquella que Akela y los otros lobos de la manada usaban para sus arengas a sus semejantes, y levantó su garganta profunda y sincera y le cantó a la luna:



Sabes que si me rompes el corazón me iré, pero volveré.
Por que ya me despedí una vez, y regresé

Te quiero tanto, luna...
Soy el que te quiere; si, soy yo el que te quiere.

Y tú podrías hacer algo mejor que romperme el corazón
Y yo podría dejar de disimular

Creí que si huía de ti, te darías cuenta de que me querías,
pero me he llevado un chasco.

Sabes que si me rompes el corazón me iré.
... pero volveré.


(la traducción al español desde el idioma perruno hace perder la métrica y el ritmo a la poesía, pero es preciosa; tanto que John Lennon la usó para la canción que el mendrugo de Wolffo, al que no debemos confundir con Wolffog, el noble can, versionea en la canción que encabeza este relato)

Y la luna, queriéndole, y con la sonrisa más hermosa que jamás ser vivo haya exhibido, se marchó. Y el perro, entendiendo que así debería ser, salió esa noche, de nuevo a hacerse el gamba, a presumir, a patrullar las calles de Valdemorillo, que son como las de Nueva York, solo que en Nueva York no vivo yo.

Hasta siempre, luna.

18 comentarios:

linmer dijo...

Que alegría tenerte de nuevo entre los cyber-vivos.

Cuando esté en casa, te leo y escucho.

Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Pues mira, me ha gustado mucho. Me parece que hay poesía de verda, no poesía gilipollas. y al mismo tiempo se lee muy rápido.
COntigo nunca se sabe si hay mensaje detrás. Apostaría que si, apostaría a que no picirichirichichi, pichirichirichinó, pero lo haya o no este cuento tre hace querer a Wolffdog, y la la luna también. Muy cachondas las comparaciones entre NY y Valdemorillo y las trillizas. No sé, pareces estar en forma. Me gusta que estés por aquí.
Te quiero tanto...sñug.

Anónimo dijo...

Soy linmer, ya te he leído y escuchado:

Canción preciosa y muy adecuada... la licencia de añadir voces no es mala idea, pero lo mejor, la pandereta ;)

Estoy con Buch en que hay mucha poesía en el relato. Y en lo del mensaje... si la luna somos nosotros, claro que te hemos echado de menos, tontorrón :P

Un abrazo, amigo

linmer

el_Vania dijo...

Me recuerda tanto a brother wolf, sister moon!!
Parece que tu vuelta es irrevocable.
Cómo me alegro, amigo mío... como me alegro.
Por cierto, si estáis dispuestos, puedo mover algún hilo para conseguiros algún bolo en Zaragoza, en un pequeño club llamado "La Campana de los Perdidos".
Tal vez necesite material vuestro grabado, un pequeño dossier, no sé... Es un club pequeño pero de culto en la noche rockera-cultural zaragozana.
Un gran abrazo.

Fray dijo...

Has vuelto y me alegro, espero de forma egoísta que tengas continuidad y nos deleites con tus peroratas periódicamente. Wolffog es un buen perro y nos da ejemplo de rendirle culto a la luna.
Un gran abrazo hermano

Wolffo dijo...

Linmer sombreado
Sonando: Miedo - M-Clan
Me alegra que te alegre mi vuelta, pero yo no las tengo todas conmigo. Más que mensaje, que es muy elevado, el relato tiene "recao", y como todos los recaos, no será del todo bien entendido, estoy seguro, en parte porque me explico como un perfecto merluzo, en parte porque los recaos tienen esa cosa de la interpretación: no depende sólo de la intención de quien lo escribe, sino tanmbién de la "descompresión" que realiza el que lo recibe. En ese proceso suelen corromperse casi todas las buenas intenciones. La canción es una delicia, y lo de la pandereta a mí me mola, pero no sé si lo estás diciendo con segundas, porque sé de alguien a quien le jode muchísimo lo de las panderetas. Un abrazo, colega.

Buch
Sonando: What you're doing - Beatles
Eh, Buchito, gracias por tus cariñosas e insinceras palabras, viejo amigo. Como le decía a linmer-sombras, claro que hay recao, siempre lo hay cuando escribo asín, pero eso no tiene nada que ver con nada. Menos mal que te han hecho gracia las comparaciones (verídicas, por cierto) entre mi pueblo y el tuyo, temía que a los neoyorkinos no os hiciera tilín este inesperado protagonismo mundial de ser mencionados en mi archifamosa web. Así que si cuento con tu visto bueno, in representeisson of the people in New York, me quedo tranki. Lo que no me creo ni de coña es que me quieras. Porque yo te quiero a ti y tú nunca dices nada...

el_Vania
Sonando: New Kid in town - Eagles
Bueno, bueno, no lo digas demasiado alto, ni te confíes, que nunca se sabe. En lo del asunto zaragozano, ten por seguro que sí que nos interesa, pero necesitamos algo más de tiempo, estamos todavía afinando el repertorio y, en mi caso, aprendiendo a afinar mis guitarras, para que Sergio no me ponga mala cara en medio de una canción. Pero claro que me interesa. Te lo recordaré dentro de unas semanas si a mi compa le parece bien. Te damos algo de material grabado y en cuanto al dossier, estás hablando con el rey de la mentira escrita: llevo 19 años trabajando como creativo publicitario. No hay en la tierra ser más elegantemente mentiroso que yo. Otro abrazo, txaball.

FrayHermano
Sonando: Sí, sí - Ronaldos
Hola, querido freire, a mí también me gustaría darle a esto cierta continuidad, pero no sé, sólo el tiempo lo dirá. Wolffog es un buen perro, sí, pero muchas veces ladra de másy mea donde no debe, lo que hace que la luna se enfade con él. En fin, no por eso vamos a dejar de quererla, ¿verdad? La luna es el mayor espectáculo sobre la tierra para el alma, te lo aseguro. Un abrazo enorme.

Morgana dijo...

Qué gustazo leerte y oirte de nuevo!!! No sabes lo mucho que te echabamos de menos...


Magnífica historia de amor.

Anónimo dijo...

¿Has puesto en la etiqueta de este post: Testículos grandes? Jajajajaja.

La historia entonces iba de pelotas, ¿no?, porque la luna es una pelota, ¿o un globo que se me escapó? ¿O eso era el sol? No sé, no sé.

Bueno, a lo que voy es a que da gusto leerte (y oírte) así, tan suelto, tan bien. En New York seguro que no tienen uno como tú (o sí que lo tienen pero no lo dejan salir a la calle, que también puede ser).

Me alegro mucho de verte, Wolffo. Llego a saber que estás en casa y traigo la cerveza, cachis...

Binche dijo...

Después de leer este bonito mensaje de amor, estoy segura que la luna te perdonará. ;)

Besosss

Guiss dijo...

Yo no conozco Nueva York ni Valdemorillo, así que la historia tiene para mí un escenario exótico en cualquier caso. Suponía, sin conocer ninguno de los dos sitios, que era más fácil ladrar a la luna desde Valdemorillo y que la luna escuchase.
Lástima que gustándoles todo de cada uno, ni el uno se hiciera astronauta ni ella se dejara caer suavemente hasta la tierra. Bueno, lástima para mí que soy nada platónica.

Esperaré un momento mejor para escuchar la canción, porque las obras en el portal hacen de esto una especie de bosnia...

Besos, no sabes cómo me alegro de tu vuelta.

P.D.: ¿testículos grandes, garganta profunda??? ese perro va camino de mito :P

Wolffo dijo...

Morganilla...
Sonando: Sparks - The Who
Wau... este tema, que es instrumental, es uno de los grandes instrumentales del musical Tommy (eso sí que es un musical y no las mierdas que nos dan ahora). Tommy está considerada como la primera Ópera Rock no sé si es eso, pero es una obra maestra de principio a fin. Esta notita pedante me la pedía el cuerpo, disculpa Morganilla que la haya metido en tu respuesta, pero es que te ha tocado...
En cuanto a tu comentario, te agradezco los ánimos, pero el placer es siempre mío. Y la historia, créeme, no es tan mágnífica. Bueno, digo que a lo mejor es magnífica al leerla, pero te aseguro que no lo es tanto al vivirla. Conozco al perro prota y sé que no lo ha pasado demasiado bien... En cualquier caso, reina medieval, gracias por ser y por estar. Un beso enorme, MariMorgan's

Mot
Sonando: Pure and easy - The Who
tampoco es manca la canción que te ha tocado a ti, vaya peasso de tema. Contesto. Testículos grandes, me pareció un item relevante den la historia. Si alguien busca, para un trabajo en la universidad, para un reportaje científico, para lo que sea, documentación sobre perros con grandes cojones, aquí tiene una gran historia sobrem los huevazos y si influencia en lo que sea. La luna es un globo que se me escapó, sí... y recuerda, tío: cuando vengas por aquí, tráete siempre unas cerves (puedes bordarlo si en vez de birra traes PepsiMax) y unas patatuelas y nos sentamos a discutirlo. Enga, tío, abrazo.

MariBinchi's
Sonando: Flores condenadas - Pistones
¿Sabes, Tuli? No se trata de eso, ella no tiene que perdonar al perro (no confundas a Wolffo, el piriodista, con Wolffog, el perro policía exhibicionista), porque tiene mucho de qué preocuparse. Le da muchas lecciones y una de ellas es que se acostumbre a pensar menos en sí mismo y aprenda a preocuparse por ella un poquito. Desde luego, si las cosas fueran sencillas, ella le perdonaría y él mejoraría. Pero las cosas son difíciles entre la luna y un perro-lobo. No obstante, te mando unos besos por ser así de buena persona. ¿Te gustó la canción, o a ti los Beratles, no te molan demasiado...?

Guissanttèsse
Sonando: Do the evolution - Pearl Jam
Salvaje la que te ha tocado a ti, Guiss... Pero muy buena, no sé si la conoces, pero es genial (y ni a tu madre ni a la mía le gustaría nada) Pero bueno, acaba de terminar y ahora Suena: A long december - Counting Crows, que es maravillosa y molestaría menos a nuestros padres.
Si no conoces Nueva York ni Valdemorillo, te aconsejo que vayas a Nueva Yorlk primero, porque si vienes antes a Valdemorillo, cuando llegues a NY te va a dar rabia haberte gastado los lerus en el billete para ni siquiera ver las gemelas, pudiendo pillar el coche y en dos horas estar viendo las trillizas de Valde. No me gusta que no me escuches, Guiss, es de mal tono, aunque sospecho que a ti los Beatles tampoco te hacían demasiada gracia, ¿verdad?
El perro es ya un mito. aunque, eso lo reconozco, aún en fase de formación.
Beso, Guiss.

Anónimo dijo...

Un post demasiado meloso para mi gusto, ¡no sabes qué hacer para camelarte a las féminas!
Si aceptas un consejo, deberías tomar ejemplo de los grandes mitos patrios, como por ejemplo el Fary, ese sí que sabe cómo camelar a una mujer...

Me alegro de tu vuelta, yo posiblemente también vuelva al mío, cuando tenga algo más de tiempo y ganas.

Un abrazo rey

Wolffo dijo...

Ararat
Sonando: Ernesto - Wolffo
Pues menos mal que no quería camelarte a ti, reina mora, porque habría pinchado en güeso... Pero, chico, en una cosa te equivocas. Sí que sé qué hacer. El consejo del Fary lo acepto, pero no me atrevería a seguir ese camino por él marcado, es demasiado osado. Y bueno, a ver si la cosa se calma... Un abrazo, Tarará...

Anónimo dijo...

Si, neoyorkino de Manhattan. ¿Que pasa? Nací en la 42 con Lexington, ya ue lo mencionas. Y me emociono cuando pienso como nuestra amistad ha sobrevivido a la vieja y terrible rivalidad entre nuestras dos ciudades, ya sabes la prueba de Traineras, ida en el Hudson, vuelta en el pantano ese. Dos tripulaciones frente a frente, en una tu y tus remeros, con la mirada fiera Valdemorillista, y en la otra yo y los mío, con su circunspecta frialdad neoyorkina.
ah, aquella prueba. Cuéntala, cuéntala...

Anónimo dijo...

Extrañaba mucho leerte.

Besotes.

Wolffo dijo...

Buch
Sonando: I'm a loser - Beatles
Es cierto que nuestra amistad ha sobrevivido a la auténtica inquina que nuestras ciudades se han tenido siempre. Los neoyorkinos no soportáis que Valdemorillo rea la referencia cultural, y que nuestro equipo de basket hunmille una y otra vez a los torpones Nicks. Es bueno que al menos un neoyorkino, Buch, aunque no seas el mejor neoyorkino que podía elegirse, admita que Valdemorillo es el verdadero cerebro del mundo y mi casa, el corazón de donde la pulsión de la vida se transmite al mundo. Lo del remo, pues, es accesorio, y no cuentes el día que me mareé y mis potas violentas hicieron perder a mi equipo, por favor.

Rayas
Sonando: Cecilia - Simon & Garfunkel
Y yo que me leyeras, boba... Más besos.

pijomad dijo...

Y habría que cantar -- ese perro enamorado de la luna.... ¿no era esa la canción¿

Wolffo dijo...

Pijomad
Sonando: Síguelo - Mamá
jjajajaaa, es verdad, suena todo un poco a verbena de pueblo en fiestas. Sí, sin duda, era esa la canción. Bueno, casi: ese perro-lobo enamorado de la lunaaaa...