miércoles, septiembre 27, 2006

En los mares del sur


El viaje

Traigo otra vez aquí esta canción, porque le va al post que ni pintada, porque la canción es mía y el post también y porque me da la gana, Esto es, sin querer ser pretencioso, más que una canción, una pequeña suite. Son varias ideas que rondaban el mismo tema, la muerte, que para mí, no me preguntes porqué, suena a La menor. Todas las ideas van en La menor, que en guitarra es un acorde triste y hermoso. Tiene poca letra, pero densa, y mucha, mucha guitarra. A ver qué te parece. si no me equivoco demasiado, puedes bajarla aquí, que yo sé que lo estabas deseando.

Y sucedió que el Viejo Pero Aún Atractivo Lobo De Mar, el Gran Wolffo, embarcó en singular singladura rumbo a tierras de moriscos con la misión de encontrar infusiones y especias exóticas, averiguar cómo cultivarlas y cosecharlas y devolverlas al reino de Valdemorillo, donde el Viejo Rey Panza de Buey las esperaba ansioso.

El rey, pues, quería adelgazar.

- Mira, Wolffo – le dijo el rey – no es de recibo esta barriga que gasto, así que vete a Túnez y me traes hierbas de esas para adelgazar, que he probado lo del sexo y no funciona

- Majestad – respondió Wolffo - , usted disculpe, pero lo de que se la chupen mientras se zampa un bocadillo de panceta no es el tipo de sexo que adelgaza. ¿Es que no ha visto las pelis porno? Hay que ponerse en una postura incómoda y empezar a hacer de taladrillo percutor y contumaz para obtener algún resultado. Y hay que aguantar, al menos, 5 minutos...

- Ah... – dijo el rey. Y se comió de un certero zarpazo seis croquetas de jamón, pollo, y huevo duro. Luego bebió, en tres segundos, un tercio de Mahou y eructó con elegancia regia y sonido barriobajero: - ¡buuuaaarrcc...!

Wolffo se hizo a la mar, con la mirada puesta en el horizonte en su pequeña embarcación, fiable y marinera, de un solo mástil y 667 metros de eslora y 413 de bocamanga[1], lo que todos los marineros consideran las medidas perfectas para una singladura sin complicaciones. A babor, ilusiones y temores renovados; a estribor, conocimientos y experiencia marineros; a proa, la reproducción, rematando la quilla, de una sirena abierta de piernas (pero eso es imposible, las sirenas no tienen piernas, sino cola de sardina, pues por eso, la sirena estaba abierta de piernas, pero nadie lo podía ver, esa era la gracia) y en popa, un cargamento de filetes empanados y revistas de motos, listos para freírse, listas para leerse.

En la segunda jornada, Wolffo descubre a una morsa y un elefante marino que se le han metido en la bodega. A Wolffo no le importa compartir el espacio con mamíferos marinos, qué va, pero es que estos se pasan el viaje dándose por culo (figuradamente, no hablo de sexo) todo el rato y resultan agotadores.

El elefante marino, llamado Stronzo, es grandullón y torpe como una mula, tiene una voz atronadora y la necesidad de ser el centro de atención allí donde se encuentre. Lo malo es que suele conseguirlo, pese a quien pese. Es zafio, molesto, malhablado, tremendamente paleto y posee unos graciosos y plúmbeos andares a medio camino entre la elefanta y el pingüino.

La morsa es pelmaza, comilona, ladronzuela y tremendamente inoportuna. Su nombre es Babosa Máxima y hace honor a tan descriptiva filiación sin esfuerzo aparente. Tiene una risa insoportablemente molesta. Su barriga posee la cualidad de ser experta en el juego del tetris, y así aprovecha al máximo el espacio de los innumerables alimentos que aloja: sólo así se explica que con las ingestas ballenáceas que trasiega no tenga el tamaño de una ballena azul.

A Wolffo ya le conocéis: un gran tipo, podríamos decir.

Cuando llevan tres días de navegación Wolffo ve acercarse, caminando alegremente a babor a su perrita Samantha. ¿Cómo es posible que puedas caminar sobre las aguas, querida perrita? Pero no, resulta que se acerca por el muelle, caminando sobre tierra firma. Wolffo se asoma por la borda y se da cuenta de que se olvidó de soltar amarras que son esas cuerdas gordas que se atan a esos pompochos metálicos que hay en los puertos que no sé cómo se llaman, pero que sirven para que el barco se quede bien aparcadito en el muelle.

¿Cómo es posible? Piensa el Viejo Pero Aún Atractivo Lobo De Mar, si hasta me he mareado de lo que se movía esta mierda de barco...

Samantha, Sam, para los amigos, sube de un ágil salto, mirando a Wolffo sonriente, a la cubierta; el salto es ágil, sí, pero mal calculado y se estampa contra el mástil. Suele hacer eso Sam. Camina en plan chulito, mirándote, y se estampa contra un árbol, farola o muro que alguien ha colocado a mala leche ahí, justo ahí.

Se convoca un cónclave para tratar el asunto. Sam, Wolffo, Stronzo y Babosa Máxima se reúnen en la sala de máquinas (una sala que tiene dos máquinas de coser Singer, una de pimball, la famosa Reina del Caribe, y dos molinillos de café Taurus) y deliberan sobre el siguiente paso a dar.

Stronzo es partidario en bajarse todos del barco y empujar todos a la vez a ver si consiguen romper el pompocho donde se amarra el barco; discuten durante un par de horas la propuesta, hasta que se dan cuenta de que si lo consiguen, ellos estarían fuera del barco, con lo que tendrían un nuevo problema que resolver y eso sería gravísimo. Agotados por el esfuerzo, se fríen 12 filetes, se toman 40 cervezas y se van a dormir, confiando en que la almohada sepa darles la solución al día siguiente.

Al día siguiente, Babosa Máxima propone que nos tiremos todos al mar con unos cabos en las manos y tiremos del barco mar adentro. Alguien le ha dicho que es más eficaz tirar de una cosa, que empujarla, que por eso casi todos los coches tienen tracción delantera. Parece una buena idea, pero Stronzo señala que si tenemos las manos ocupadas con la cuerda, para tirar, nos hundimos fijo, sobre todo porque ninguno sabe nadar. Deprimidos ante la perspectiva de la muerte por ahogamiento, nos tomamos 120 cervezas, 48 filetes empanados que ni freimos ni nada, de lo tristes que estamos, y nos vamos a los camarotes esperando que un nuevo día nos traiga una nueva idea.

El el sexto día de no navegación. La idea del día la propone Samantha. Sam propone que como ese día tiene toda la pinta de que no se nos va a ocurrir nada, mejor directamente, atacamos las cervezas y los filetes empanados sin brainstorming previo y, entusiasmados con la clarividencia de Sam, damos cuienta de 512 cervezas, 124 filetes empanados y un pez-pelmazo que creyó que estábamos demasiado borrachos y quería unirse a la fiesta de matute; de polizón, como si dijéramos.

Amanece el séptimo día con una extraña bruma en el puerto de Barcelona. No es bruma, es que Sam ha decidido que, directamente, se pone a freir desde primera hora, porque, confiesa, los filetes empanados sin freír le provocan peos insufribles a Babosa Máxima y Stronzo, y no es que se preocupe por la morsa pelmaza y el elfante bravucón, sino por ella misma. Al fin, inspirado por el ambiente del puerto, y viendo un paquebote que llega de las indias hindúes, Wolffo propone un plan que a todos satisface.

Wolffo se acerca al Carrefour más cercano y se hace con un contenedor de Té Hornimans, que vacía en rústicos sacos, mezclando uno con zumo de ciruelas, otro con aspirinas, otro con colacao light... y prepara así hasta 15 variedades de infusiones que al viejo rey seguro entusiasmarán.

En una tienduca del barrio chino se hace con un turbante y se presenta de esta guisa ente el rey diciendo ser Bette Al–Ahmierd'da, próspero comerciante tunecino, y venir de parte del Viejo Pero Aún Atractivo Lobo De Mar, el Gran Wolffo, marino diestro y conocido y temido y envidiado y deseado de Algeciras a Estambul, para entregar al rey sapientísimo las mejores especias e infusiones de oriente.

El viejo y cretino rey no llega a descubrir jamás el engaño porque, al probar la sexta especialidad, Hornimans con Avecrem de pollo y Sal de Frutas Heno, fallece de un ataque simultáneo al corazón y al huevo izquierdo.

Stronzo se perdió en los pasillos de Carrefour, siendo visto por última vez entre los pasillos de congelados y quesos. Nadie ha sabido nada más de él.

Babosa Máxima falleció en una cabina telefónica, porque le entró un apretón de esos inaplazables, el típico o cago ya o me cago, y como le faltaba un minuto de conversación que ya había pagado, no supo salir de allí y estaba en tan reducido espacio que se ahogó en su excrecencia: fue una muerte miserable y asquerosa a partes iguales.

Sam vive feliz en Valdemorillo, caminando de medio lado, siempre ligeramente escorada y comiendo dos veces al día, aparte de los tomates y melones que, en vano, intenta Wolffo cultivar. El día que la pille en acto de saqueo, se va a enterar.

Wolffo, pues eso: intenta cultivar melones y tomates y Sam se los come, la muy perra. Pero un día, algún día, se hará una ensalada de su propio huerto.

Y ese día... ese día no invitará a Sam a comer. Se joda.

[1] Esto de bocamanga me lo acabo de sacar de la chistera, pero parece marinero, ¿verdad?

20 comentarios:

Anónimo dijo...

La madre que te parióooo

jajajajajajajajaja

No rozas el surrealismo, lo atropellas¡¡¡

Besicos de risa incontenible, que son muy difíciles de dar, eh? no te creas :DDDD

Anónimo dijo...

Anda, he sido la primer¡¡

Me pido la txotxona jajajajaja

Anónimo dijo...

El rey Panza de Buey creo que es familiar lejano mío, que final más triste tuvo. Como el Maestro Dockoff lea lo de los pompochos le da un ataque al corazón despues de coger su alias de la canción de Ottis reading ('seating on the dock of the bay'), en castellano dock se traduce por noray que es un palabro más feo que bocamanga.
Bienvenido a tu Valdemorillo y espero hayas disfrutado del viaje.

Morgana dijo...

Dioss... un relato algo perturbador... (y soy benébola wolffo) ;)

Un beso de bienvenida (el segundo)

Anónimo dijo...

Bienvenido nuevamente amigo Wolffo!
Luego de bajar de la embarcanción no te dio mareo?

Un beso !

Wolffo dijo...

Malaperzona
Sonando: The last DJ - Tom Petty
El surrealismo y yo, señora, nunca nos hemos llevado bien, por eso, si se me pone a tiro, lo atropeyo sin contemplaciones. Menudo piloto soy yo... Agradezco esos besos y esas risas, Mala, te lo juro por Arturo, los agradezco a mares. Y te los devuelvo con tu txotxoncilla 2006, que te la has ganado. Y de qué manera.

FrayHermano
Sonando: If I fell - Beatles
No, hombre, no, no era familiar tuyo, su panza no era, ni de lejos, tan bien puesta como la tuya o la mía. Era una panza de esas feas de cojones. ¿Noray se dice? Fíjate que a mí Noray me suena a nombre de esos canarios, que son más raros que la leche, la verdad. El viaje sí lo he disfrutado, pero aún me estoy pensando si glosarlo: demasiado personal, tal vez. Demasiados permisos a pedir. Un abrazo y gracias por tus visitas, amigo mío.

MariMorganilla
Sonando: Noche tras noche - Solera
¿Perturbador? ¿En serio? Y yo que pensaba que este era ligerito y sonriente... Me quedo con tu beso, que es como más cariñoso. Un besote gordo, y debe ser el 1.986.876 o por ahí...

veletita
Sonando: The word - Beatles
¿Humor...? ¿Absurdo...? ¿Se ríe usted de mí, señorita? Es un fiel reflejo de mi rodar por el mundo. Si a usted le provoca hilaridad el destino cruel de reyes y mamíferos, no es culpa mía, desde luego. Asín son las cosas y asín se las cuento yo. Sabes, como le decía a Fray antes, no sé si contaré, más adelante, quizá, cuando recopile las fotos y las monte y todo eso, puede que que se me ocurra algo que no haga vomitar al lector bienintencionado de esta bitácora. Mientras tanto, recibe un cargamento de besos, wapa.

Anónimo dijo...

Noray, la cosita metálica esa a la que se atan los barquitos en los puertos se llaman noray, que es más bonito que pompocho metálico, o no?
En fines, nunca me ha gustado el avecrem y creo que con te hornimans no debe mejorar en absoluto. ¡Pobre rey!
Lo de la foto era un poco difícil, es que estás tan, tan, tan... borroso que no se distingue tu egregia figura.
Besitos desde tierra firme.

Wolffo dijo...

María
Sonando: Déjame algo - Nacha Pop
Gracias por la bienvenida... La verdad es que no. Al pisar tierra firme lo que sentí fue cansancio y ganas de estar en casa, pero no mareo, la verdad. Beso pa ti.

Anónimo dijo...

pos eso me pasa por poner comentarios sin leer los anteriores, ya te lo habían dicho, lo de noray, no otras cosas.
Aprovecho y te envío más besitos

Wolffo dijo...

white
Sonando: Take me home, country roads - John Denver
Noray, noray... a mí, aunque te agradezco el dato, me gusta más pompocho metálico, tiene más... fuerza dramática, como si dijéramos. Lo de la foto, si el tipo que está delante no hubiera tapado mi entrepierna hubiera estado demasiado fácil. Porque siempre os fijáis en lo mismo, Blanquitoide, se os nubla la mente, y en cuanto me tapo mi regalo de los dioses, empezáis a dudar... Un beso, que se te quiere, guapa.

Wolffo dijo...

white
Sonando: Candy - Iggy Pop
Agradezco cada una de tus palabras, white, cada una de tus palabras. No sobra ni una. Ni las repetidas. Y agradezco también cada uno de tus besos. Y te envío más también yo.

pijomad dijo...

ufff. a mi el barco me marea.... me quedo con el carrefour...

Anónimo dijo...

Sí, se te extrañaba...
De verdad que esto está muy surrealista!
Me encantó, como siempre, Wolffo
Besos

Wolffo dijo...

pijomad
Sonando: Vicky - Pegamoides
Exactamente lo mesmito que me pasó a mí. El carrefour es amable y no se mueve. Y hay muchísimo que elegir. Ande va a pará...

MariRayas
Sonando: Mrs. Brown you've got a lovely daughter - Herman's Hermits
te ha tocado una canción deliciosa... a ver si la grabo yo, y la fastidio.
¿Tú me has extrañado? Me hace ilusión, no creas, me hace muuuucha ilusión

Binche dijo...

Jajaja, estás fatal Wolffo, jajaja!

Me alegro de que lo hayas pasado bien, y de tenerte de nuevo aquí.

Besos

p.d. He mandando definitivamente a la mierda Bitácoras, y me he vuelto a acomodar en la dirección antigua de Blogger, toma nota:

http://www.aquipenzando.blogspot.com/

Wolffo dijo...

Wen
Sonando: Pure and easy - The Who
Pos yo te hacía malagueña, mira que ando despistau... Yo soy de secano, también, y fíjate la vuelta que me han dado...
Gracias y besos, maia

MariBinchi's
Sonando: Heroes - Wallflowers
(mira que me gusta esta canción...) ¿Sabes lo que te digo? que haces muy bien. bitácoras mola hasta que falla, y lo malo es que falla demasiadas veces. Besos y tomo nota de tu nueva casa.

Anónimo dijo...

Aquí estoy leyéndote, es la hora de la siesta y me aguanto la carcajada, no vaya a ser que despierte al durmiente, o sea mi marido jajajaja.
Eres genial Wolffo, cada día me sorprendes más, menuda imaginación y cuanto salero.

Besos

Wolffo dijo...

Trini
Sonando: Livin' on an island - Wolffo
Admito lo de genial, pero te juro que no tengo un pijo de imaginación, me limito a transcribir los hechos. Soy un piriodista objetivo. Besos y gracias, reinona.

Exagerada dijo...

No se te ocurra quitarte el turbante ni para pasar por el Carrefur, estás de vicio.
Besos

Wolffo dijo...

Exagerada
Sonando: No way Pedro - Van Morrison
Tranqui, tronqui, que es parte de mí. Me llaman, desde entonces, el segurata del jeque. Y eso que yo pretendía parecer su sobrino golfo... Besos exagerados.