lunes, febrero 13, 2006

Hablando de la vida, hablando de Juan.

No soy de los que echa la culpa a la sociedad de nada: creo que todos, o mejor que todos, cada uno, individualmente, somos responsables en la parte que nos toca de cómo están las cosas. Cada vez que oigo lloriquear a alguien maldiciendo y echándole la culpa de todo a esta sociedad, los gobiernos, los políticos, el capitalismo o las multinacionales, pienso: otro vago, otro quejica profesional, otro que se esconde, otro que ladra, otro, en definitiva, con el que no podemos contar.

Mucha palabra y poca acción. A parte de otras cosas, yo creo que la crisis más grande a la que se enfrenta occidente, su propio modo de vida, tiene su raíz en los niveles y núcleos más elementales de la sociedad. Hemos abrazado la modernidad en aviones supersónicos y la velocidad ha sustituido al tiempo y es la nueva religión. Velocidad para desplazarse, velocidad de conexión, velocidad para cocinar, para comer, para amar, para vivir. Y las cosas, claro, necesitan su tiempo.

La expresión más cruel de estos tiempos es, a mi entender, el trato que se le da a los mayores. Cuando llamar viejo a alguien es un insulto, es que hemos perdido la cabeza. Haciendo valer lo que he escrito en el primer párrafo, hace años que me he puesto en acción, iniciando pequeñas revoluciones personales, sin soltar monsergas a nadie, pero actuando de un modo consecuente con lo que predico. Así, los que me conozcan, saben que odio la expresión es muy joven por dentro,o me siento aún joven, tratando de decir de alguien, que aunque ya es viejo o mayor, conserva la cabeza en su sitio, la curiosidad y las ganas de hacer cosas. Creo que la juventud, lejos de ser un tesoro es un estado de idiocia que se cura con el tiempo, y el gran objetivo de mi vida es llegar a ser un viejo, un gran viejo, un abuelo cebolleta, orgulloso de serlo. El verdadero tesoro de una sociedad sana son sus viejos, sabios y ancianos maestros, los que atesoran los mayores conocimientos.

Y todo este rollo viene a cuento de que quería hablaros de Juan, una persona de la que dirían en un telediario, haciéndose los ingeniosos: “un joven de 78 años que bla, bla, bla…”. Juan, a sus 78 años, está mucho más cerca de ser un gran viejo que un ridículo jovencito. Juan dice de él mismo que es un viejo, y a mí me aplaude el alma cada vez que so lo oigo decir. Porque nunca lo dice en tono lastimero o para concitar el amor o la atención de sus hijos, sino que lo dice con orgullo. Sabe mucho más de la vida que cualquiera de nosotros por la sencilla razón de que lleva mucho más en esto que nosotros.

Juan está libre de artificio. Sigue sosteniendo con orgullo que él es perito, no ingeniero técnico, y no hay nada que le haga más feliz que ver cómo un nieto de andares aún torpes es capaz de dar peligrosos pasitos para correr a abrazarle gritando: ¡Güelooo…!

De Juan puedes decir muchas cosas, excepto que está jubilado: su taller, su jardín, sus chapucillas, su ordenador, le mantienen ocupado unas 35 o 36 horas al día. Y eso sin contar a su prole, que le dibuja una sonrisa bonachona cada vez que se reúne en torno a él.

Juan es de esas personas que sabe arreglar una tele. A mí me asombra, os lo juro, sabe abrirla, mira y dice, ahí, y señala algo que tú ves tan perfectamente bien como el resto, pero él sabe que es eso lo que está estropeado. No he visto persona que sepa tanto de electricidad, de verdad. Juan entiende todos los aparatos de la casa.

Tendrías que verle trabajar la madera: realiza verdaderas esculturas o trabajos de precisión (tengo que pedirle un tablero de baloncesto para Borja, a ver si me acuerdo) y es un auténtico artista de la reproducción. No hay forma que se le resista y trabaja la madera con una precisión y una elegancia asombrosas. Entre otras cosas, claro está, porque lleva mucho tiempo haciéndolo. Es la ventaja de ser viejo.

Juan se ha metido en esto de internet hace poco, sin complejos, y sé que a veces me lee y me escucha, y hay veces, cuando me pongo excesivamente carnal, que le gustaría darme un pescozón, pero calla con discreción, igual que todo el mundo. La gran sabiduría de Juan está en su curiosidad: no le dio ninguna pereza comprar un ordenador y pedirle a sus hijos, los magníficos Quique y Richard, que le enseñaran a moverse con el teclado y el ratón. Sencillamente, vio que todos hablábamos mucho de internet, que bajábamos películas y canciones, que encontrábamos de todo y dijo ¿por qué yo no? Y ahí le tenéis, tecleando, buscando información y bajando pasodobles a toda pastilla.

Juan (y Celia, que eso es obra de los dos) tiene el jardín más bonito de la sierra de Madrid, lleno de plantas y de fuentes de inspiración alhambresca. El jardín de mis suegros es uno de los sitios más genuinamente alegres que he visto en mi vida.

Pero lo que más agradezco yo a Juan (y, por extensión, a toda la familia de mi mujer) es el modo en que nos acogieron a mí y a mis hijos cuando irrumpimos en sus vidas. Un día llegó Susana y dijo: a partir de ahora soy yo y estos tres, y desde el primer día, desde el primer minuto, nos quitaron el frío y la incomodidad que suele presidir estas situaciones, con un manto cálido de amor incondicional. Sin preguntas. Si tú eres el hombre al que quiere a mi hija, parece decirme, a veces, no hay ni un pero que yo te vaya a poner.

Y es que hay una cosa de la que puedes estar seguro, Juan. Nadie, ni en este mundo ni en ningún otro, puede querer a tu hija Susana como la quiero yo. Gracias, a ti y a Celia, por traerla y por cuidarla hasta hacérmela llegar.

Imposible pensar en un regalo más generoso.

34 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta lo que leo en el blog, y lo que escucho.
Dejo saludos para escritor y extensa familia incluída.

reina dijo...

Es una gran suerte, pues si ya es hermoso encontrar tu pareja ideal, mucho más lo es cuando tiene una familia tan estupenda.
Me ha encantado la descripción de Juan.
Lo único que envidio de la juventud es la plenitud física y los años que se tienen por delante (es que aunque no soy vieja,tampoco soy joven ya) por lo demás, prefiero la madurez, la reflexión y el saber estar, que la alegría del alma es de cualquier edad, no hay que disfrazarla de juventud.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Este viejo freire se une al homenaje a nuestros mayores y como le comentaba a la tulipana, el que no sepa respetar a los mayores se merece ser abandonado cuando sea un joven de muchísimos años.
Abrazos desde mi tercera (de seis) semana lisboeta.

Anónimo dijo...

PLAS PLAS PLAS PLAS
Me se viene a la memoria leyendo tus bonitos palabros.. "ben di ta seala ra ma queal tron co saleee, mo re na sa la da, queal tron-co saleeee..." (ya se que canto mal, pero lo que importa es la voluntá)
Me uno y me sumo a su comentario, opinión y buen hacer, quien no respeta a sus mayores no es más que un joputa, así de claro y no merece otra cosa que recibir lo mismo por lo menos. Sabes? me gusta leer aquí algo que comparto tan profundamente, sabio Wolffo, serás cebolleta, llevas buen camino, serás un viejito sabio, limpio, curioso, bonachón, alegre y juguetón, te querrán tus nietos y escucharán arrobados estas historias locas que te inventas en un pis pas y que a veces no sabes cómo terminar, para salir por peteneras por la puerta de emergencia con lo más estrafalario que se te viene a la mente.
Muchos besos por este post tan bonito y que me pone los ojitos brillantes... que no veo el teclado ya..

Wolffo dijo...

Zainmaria
me gusta que te guste, Z., vuelve siempre que quieras y siéntete libre para señalar lo que te disguste también. Un beso.

reina
soy un tipo afortunado, sin duda, mi chica y su familia me lo han dado todo sin pedir nada a cambio. Es gente extraordinaria, de verdad. En cuanto a la juventud, en eso tienes razón, la plenitud física es envidiable, pero no es suficiente, al menos para mí, para volver a verme como entonces. Me gusto mucho más ahora. Un beso, reinona.

Fray
joé, cuanto tiempo desplazado, hermano, ¿te mando un bocadillito de panceta?. Estoy de acuerdo contigo tanto que me confunde, hermano; paciencia, que España te espera siempre. Un abrazo.

Lostie
un día tienes que verlos a todos juntos: es un espectáculo de los grandes de la naturaleza, de verdad. Tres besos gordos, niña: de mis partes, de las de Su y de las de Juan.

Malaperzona
pos a mí me ha sonado muy bien tu cantesito, niña, podías estirarte de ves en cuando en un casposillo. Y me gustará que nos reunamos de viejesitos y nos contemos batallitas: seremos dos pelmazos imbatibles. Muchos besos pa ti, que por mucho que te esfuerces, no tienes ni pizca de mala.

Anónimo dijo...

Siento muy cercano lo que estás diciendo. Una vez más mi historia es muy parecida a la tuya, desde que mi mujer me presentó en casa de sus padres me acogieron con los brazos abiertos y sin mirar si tenía o no pasado.

Ahora no están en su mejor momento y hago todo lo que puedo por facilitarles la vida. Al menos lo intentamos mi chica y yo.

Y tus suegros tienen una gran suerte contigo, sin duda.

Un abrazo, amigo.

Mons dijo...

Se me han quedado los ojillos brillantes después de leerte. Es cierto, no hay mayor tesoro en nuestra sociedad que nuestros mayores y nuestros niños. No hay día que pase que no los eche de menos. Un abrazo enorme y besos a toda tu familia.

Anónimo dijo...

Veo que nos hemos puesto de acuerdo en el tema, y que nuestra visión es la misma. Debemos aprender de nuestros mayores, son sabios porque llevan más tiempo que nosotros en este mundo. Son un tesoro.

Besos

LuNegra dijo...

Adoro cuando consigues sacarme las lágrimas de los ojos ;-). Nuestros mayores son el mejor regalo de sabiduría que tenemos, cierto es que muchas veces no lo vemos, solo el tiempo nos lo enseña.

Un besote "agüelo" ;-PPPPP

Wolffo dijo...

Un Fósforo
Un abrazo a ti y a tus viejitos, que seguro que saben, y aprecian, lo que te preocupas por ellos. ánimo, amigo.

Mons
jeje, ¿más brillantes? cuidado, que vas a deslumbrar al personal, Monsita. Un beso gordo, yo también echo de menos a los míos. Otro beso, hala.

MariBinchi's
he ido a ver, a raíz del comentrio de Fray, pero hoy bitácoras tiene uno de esos días, y no puedo leeros. pero imagino, por lo que dices, que estamos en la misma onda. Venga, un beso, Tulipancilla.

Wolffo dijo...

LunaNegra
y yo adoro cada vez que vienes a este rinconcillo; a veces me pregunto porqué a tanta gente maravillosa le gusta perder unos minutos al día leyendo las mamarrachadas que se me escurren de entre los dedos. Un beso gordo, Lunilla.

Anónimo dijo...

Si señor.. este es un post oportuno.. el día del amor... de la amistad, un post de agradecimiento a tu suegro, magnífica persona, para tu pareja, en fin, para los que quieres.
Besos,
T.

Anónimo dijo...

Bueno, creo que después de esto Juan, papá, te hará el tablero de baloncesto para Borja sin que tengas que pedírselo. ¿o es que no le conoces? Yo, por mi parte, he de quitarle un poco de mérito a mi familia: no te querrían tantísimo si no fueras como eres.
Y en otra cosa más estoy de acuerdo contigo: su jardín es el reflejo de lo que ellos mismos son. Cirstalinos como el agua de sus fuentes, vigorosos como sus rosales, dalias y don pedros, viejos como los maravillosos árboles y parterres de arrayanes y alegres como el colorido de su jardín.

Anónimo dijo...

Me encanta cuando te pones sentimental, haces que me emocione Wolffo.. un beso enorme enorme.. otro para Juan y para todos ;))

dockof dijo...

Me has trasportado al año pasado, cuando todavía vivían los "viejos" de mi chica. No me arrepentiré nunca de haberles arropado, con nuestra presencia y la de nuestros hijos, en su postrera soledad. Procuramos rodearlos de normalidad, de achuchones varios y de cierta comodidad ante sus achaques el tiempo que nos han querido durar. De ellos y de los inconvenientes soportados no me quejaré: me gustaría que conmigo hiciesen lo mismo.
Siempre he mantenido la teoría de que no somos perros ... al menos no somos perros vagabundos y maltratados. Y lo dejo aquí, que me disparo ...
Y no me hagas sacar el pañuelo, que me jode, Wolf.
Un potente abrazo, dear, también para tu/nuestro Juan.

Anónimo dijo...

Es el mejor regalo, definitivamente.

Besos para Celia, Juan, Susana ....para todos.

Un beso para ti y feliz dia de los enamorados.

Wolffo dijo...

Yambroid
gracias, amic.

T.
la verdad, no lo había pensado, eso de que hoy era el día que es. Pues un día bastante grimoste, para mí, no me gusta nada lo de San Valentín. Ahora bien, visto como tú lo ves, no me desagrda. Muchas gracias, T. Un beso.

Rana
te vas a enterar...

azzura
bueno tu emoción es la mía, bluessy, te llamas como guitarra, lo sepas. Y, como le decía a LunaNegra, a mí me emociona este tráfico nada polucionado, sino vivificante. Besos pa ti, niña.

Doc
ay... lamento haber removido esa herida, amigo, pero, no sé, yo creo que, aunque duela, poco a poco ese dolor va disipándose en lo que significó para ellos esa prueba de amor, ¿no? Un abrazo enorme, maestro.

Elvira
Recibimos tus besos con alborozo. Feliz día a ti también. Besos.

Guiss dijo...

¿ves? da igual que sea San Valentín, también en San Valentín es bueno :P
Enhorabuena, a los dos ;))
Y un beso gigante para ti.

Anónimo dijo...

Pues a mí me acojona mucho lo de hacerme mayor. Todas las personas mayores que conozco (de primera mano, vaya) son tan diferentes a Juan... Enclaustradas, dejadas, no les interesa ya nada de puertas para afuera, un pelín desconfiadas e incluso tacañonas. A pesar de todos sus "ayes" las quiero (son mi abuelita, la abuelita de mi contrario y mi madre). Las tres darían yo qué sé qué por volver a ser jóvenes... Es cierto que idealizamos la juventud. El complejo de Peter Pan está muy arraigado (demás) en nuestra sociedad.

No sé si quiero llegar a vieja. No lo sé. Pero si llego desde luego lo quiero hacer igual que Juan porque por muy viejo que sea y que se llame a sí mismo, todavía conserva una característica típica de la juventud, bueno, dos: curiosidad e ilusión.

En cualquier caso, Wolffo, qué post más bonito. Qué declaración de amor (sí, de amor con esas cuatro letritas) tan bonita para este día tan, tan, tan mierdosillo.

Un beso, enamorado Wolffo. Calamity.

Anónimo dijo...

Ohhhh qué boniiito!!!

Felicidades

PD últimamente te veo un poco como el dogtog amogg

Anónimo dijo...

Me iba cayendo bien Juan a medida que iba leyendo, cuando llegué a lo de las fuentes de inspiración alhambresca ya es que no podía caerme mejor y al saber que es de tu familia, pues casi como si fuera de la mía. Un beso Juan, suerte tienes de tener un wolfferas por yerno. Os lo debéis pasar genial.
Beso para los dos y para el resto de la familia

Anónimo dijo...

Noto que en esta sociedad en la que vivimos hace mucho que se perdió el respeto por las personas mayores y pasaron a la categoría de "objetos inservibles".

Yo la verdad es que no siento sino admiración por la gente que nos lleva ventaja en esto de la vida, que nos da 20 vueltas en todo lo que hacemos, pensamos y decimos y aún así no se cansan de vivir.

Yo si me hago mayor, quiero hacerlo como un viejo venerable, al más puro estilo de tu suegro, de mis abuelos, de ... quien quiera que sea.

POr cierto, ¿Sabes quién se me vino a la cabeza con tu post? Juan Pablo II. Tú le dedicaste un post muy bueno en tu anterior blog y yo creo que era una persona (independientemente de sus pensamientos, que se pueden compartir o no. Yo lo hago) que pese a haber vivido lo peor y lo mejor, se sentía vivo.

Buen martes por la tarde! Y sigamos trabajando!!

Wolffo dijo...

Guiss
touché. ¿sabes una cosa que meghusta de ti, Guisantilla? Que no le pones palito inclinado a ti. Beso gigante pa ti. Y japi valentino.

Calamity
Bueno, supongo que hay muchas formas de hacerse mayor. Tantas como formas de vivir la juventud. En tu comentario flota un poco del espíritu de My Generation, de los Who (I hope I die before I get old); pero ahí tienes a Pete Townshend hecho un venerable viejecito con las manos agarrotadas que no puede ya tocar la guitarra. En lo que no puedo estar de acuerdo contigo es en que la curiosidad o la juventud sean típicas de la juventud, esa es una especie que no por extendida es más cierta. Yo tengo curiosodad a raudales y muchas ilusiones y sueños. Me hace mucha ilusión verte por aquí, de neuvo, por ejemplo. Pero no me veo joven por ningún sitio. Un beso gordo para ti, y gracias por decir lo que piensas. Esa es otra cosa que hoy está en desuso.

Yambrus-a-aum
eso era la segunda declinación, ¿no? el paradigma era bonus-bona-bonum. Y no era tan innecesaria como crees. Aunque, en realidad, no me pegaba contigo el típico comentario felicidades por ser como eres. Un abrazo y gracias, amic.

white
Puff, no creas, white, el wolferras es un sosainas en realidad. No soy, para nada, un tío divertido. Un besote a ti, guapa, y gracias.

AviaDro
me acuerdo yo de ese post: me gustó mucho; para los curiosos:
http://www.blogs.ya.com/nomelopuedodecreer/200504.htm#47
En fin, cuando sea viejo quiero seguir teniendo ganas de vivir. Como JP, como Juan. Un abrazo, amigo, y no curres demasiado.

Anónimo dijo...

Respetando a los mayores es como una sociedad demuestra su madurez.

Creo que la estamos perdiendo.

Besos de una maia.

(Me gusta Juan ¿me lo prestas una temporada?)

Besos de una maia para Juan, Celia, Susana y Wolffillo.

Anónimo dijo...

uffff enorme tuvo q ser ese momento, desde este momento soy yo y estos 3... enorme.. cuando le has estado describiendo durante todo el post yo veia a mi PA, mi pa que ada dia lo veo mas grande al que cada dia adoro mas y cada dia lo veo mas viejo y mejor viejo aunq el se queje de sus reflejos no son los mimso cuando abre una tele y no es capaz de desatronillarla en cero coma..... como antes.. porq ahora se tiene que poner las gafas.. es mi viejo preferido.. al fiin y al cabo yo no conozco a Juan.. pero si a Su...

besos hermoso

Anónimo dijo...

Menuda paciencia la de Juan, Quique y Richard.¡Felicidades a ambos los tres!

Ya me gustaría a mí que cuando sea más mayor de lo que soy, mis hijos me me enseñaran de qué va la vida y que yo pueda entenderlo. De momento me apaño.

Besos tan grandes como la admiración que tengo por la mayoría de edad de Juan y los de su quinta.

Wolffo dijo...

Wen
Bueno, es que respetar a Juan es muy fácil; pero en general es verdad lo que dices, respetar a los mayores, es un signo de sentido común. Besos pa ti, maia.

MariGildi's
bueno, lo he resumido un poco (bastante) pero el sentido es lo que cuenta. Cada uno tenemos a nuestros viejos favoritos, es lo normal, y eso de cerocoma me hace muuusha gracia. Besos pa ti, fermosa.

Wollie
adóptame y te juro que te escribo un post a ti dentro de 60 años, si es que sigo en vena. Un beso enorme, niña.

LuNegra dijo...

;-) porque eres original, nos haces desperezarnos, porque incluso muchos nos sentimos identificados con tus historias...porque nos sacas sonrisas y alguna lágrima...porque vemos que te esfuerzas en hacerlo bien... ;-)

Un besote "mu" gordote.

Wolffo dijo...

LunaNegra
otro pa ti.

Anónimo dijo...

Tocayo, perdona que no haya venido antes pero estaba atiborrado de trabajo.

Me encantó tu post. Los viejos son el tesoro de nuestra humanidad. Yo extraño a mis abuelos todos los días y tengo que decir que es lo mas bello de toda infancia. Debe ser tambien increible tener suegros que te quieren y te reciben como si fueras de su sangre.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Recientemente he pensado sobre un problema y he encontrado una solución. Verás, yo a veces me sentía incómodo yendo a los funerales (No es que ahora me guste) por la única razón de que no sabía que decir. ¿Y que le digo a este que se le ha muerto su padre?. Eso me hacía sentir incómodo de cojones. Bueno, pues me paré a pensarlo.¿por qué estoy íncómodo, por él? Y ¿sabes que? Era por mí, en realidad. Así que pensé, a este señor que ha perdido a su padre, qué cojones le importa que yo no sepa que decir.Después de este despliegue de sentimientos te diré que no sé que cojones decir. Pero que no importa. Ser capaz de querer tanto no está al alcance de cualquiera. Y, desde luego, debemos respetar a los viejos, saber que nos pueden enseñar cosasa y, por ello, honrarlos. Y ellos a su vez deberían toser de otra manera, claro.

Anónimo dijo...

Si vieras cómo me rechinan los dientes cada vez que alguien, para hacerse el simpático, me dice que tengo el corazón joven... y pienso: "este idiota es tan tonto que ni la edad lo hará listo!"
Por cierto, Wolffo, como me vuelvas a decir "niña" te pego una patá en las muelas, y si no lo entiendes, pregúntale a tu suegro porqué me cabreo si me quitan años.
¡Con lo que cuesta cumplirlos y llegar a viejos!

Wolffo dijo...

Jorge
por dios, amigo, no pidas disculpas; soy yo el que agradece cada visita tuya, de verdad. Un abrazo fuerte.

Admiring Buch
jajajajajajaja lo de las toses está bien, zí zeñó. Bueno, macho, a ver si hacemos lo que tenemos qiue hacer y nos dejamos de chorradas.

Gatopardo
justo a eso me refiero, mi niña, a que la gente no se entera de qué va la cosa: ser curioso y tener sueños e ilusiones no es sinónimo de ser joven; es sinónimo de ser curioso y tener sueños e ilusiones, tengas la edad que tengas. Lo que no entiendo, jovenzuela, es porqué te enfadas conmigo... Besos, vieja gruñona.

Wolffo dijo...

Andrea
hmm... pero si es adicción, en realidad, no tiene mérito que vengas... ¿no? En fin, a mí me encanta que la gente adorable e inteligente me visite, así que ya sabes, eres de las que siempre tienen franca la entrada. Un beso gordo.